Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

martes, 30 de noviembre de 2021

¿DEBE HACERSE LA CONSAGRACIÓN DE RUSIA AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA?

 

¿DEBE HACERSE LA CONSAGRACIÓN DE RUSIA

AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA?

  


  

Por FLAVIO MATEOS

 

La consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María es un tema que es crucial comprender, particularmente en este momento de la historia. Nuestra Señora anunció el 13 de julio de 1917 que iba a regresar para pedir la consagración de Rusia, lo cual hizo el 13 de junio de 1929, en Tuy, España, durante la aparición de una esplendente y solemne teofanía de la Santísima Trinidad.

Hay quienes creen y enseñan que esta consagración ya no es necesaria que se haga, pues Rusia ya esparció sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia, por lo cual sería inútil realizarla, ya que sería algo anacrónico. Los sostenedores de la no consagración de Rusia son de tres corrientes distintas que, aunque antagónicas en muchos puntos, coinciden respecto de este tema: 1) los liberales y modernistas de la Iglesia conciliar; 2) los sedevacantistas, particularmente los milenaristas, y 3) algunos tradicionalistas “independientes”.

Los de la posición 1) sostienen que ya se habría cumplido exitosamente con el pedido de la Virgen, a través de la consagración hecha por Juan Pablo II (que no fue tal), e incluso que ya se ha dado a conocer el Tercer secreto de Fátima, así que es todo cosa del pasado. Los del número 2) afirman que Rusia ya castigó al mundo esparciendo el comunismo, entonces la consagración sería innecesaria o superflua, además de que no hay Papa para hacer la consagración; también milenaristas dicen que el reino del Corazón Inmaculado no puede ser antes de la venida del Anticristo, entonces lo que nos espera ahora es la llegada del Anticristo y recién al fin final, sí, con la Parusía, sería el triunfo del Corazón Inmaculado. También algunos sedevacantistas más farisaicos que el resto afirman que ya la consagración la hizo Pío XII en 1952. Los del número 3) afirman que el pedido de consagración era condicional, y como Rusia ya castigó al mundo esparciendo el comunismo, entonces hacer la consagración no tiene sentido.

En definitiva, tanto los modernistas como los sedevacantistas y algunos tradicionalistas, coinciden todos en que hay que desestimar la consagración de Rusia pedida por la Virgen María en 1929.  

Sin embargo, todos ellos se equivocan: la consagración no se hizo, debe hacerse y se hará.


No sabemos por qué motivo, si por descuido, ignorancia o a sabiendas, en su argumentación todos los detractores de la consagración de Rusia omiten, olvidan, ocultan una parte del mensaje de Nuestra Señora de Fátima, del 13 de julio de 1917. Son estas palabras, que encierran una promesa:

“Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz”.

Al enseñar contra la consagración de Rusia, todos ellos se oponen objetivamente al mensaje de Nuestra Señora, y disminuyen el papel de la Sma. Virgen en la economía de la salvación, en vistas a los graves acontecimientos que están sucediendo y aún están por llegar.

El texto completo del 13 de julio, fue pronunciado después de haberles mostrado a los niños el infierno:

“Visteis el infierno, a donde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacen lo que yo os diga, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra va a acabar. Pero, si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo de sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre.

Para impedirla vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora en los primeros sábados. Si atienden mis peticiones, Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas. Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz. En Portugal se conservará siempre el dogma de la Fe.”

Estas palabras constan en los informes oficiales y pueden encontrarse en todos los libros serios sobre Fátima –que son muy numerosos- empezando por el más completo que es “Toute la verité sur Fatima” de Frère Michel de la Sainte-Trinité (cuatro tomos, ediciones en francés e inglés).

Parecería que la consagración es condicional respecto de los crímenes y persecuciones promovidos por “los errores de Rusia”, o sea el Comunismo y también del advenimiento de la Segunda Guerra Mundial. Y que ya desencadenados esos terribles hechos, ya no tiene sentido hacer la consagración. Sin embargo, notemos dos cosas: 1) en su mensaje la Sma. Virgen dice que al fin el Papa le consagrará Rusia y el mundo tendrá un período de paz; ergo, Rusia debe ser consagrada, y cuanto antes lo sea, más calamidades y castigos se evitarán; 2) a lo largo de los años y reiteradamente la Virgen insistirá, a través de la Hna. Lucía, en que sigue esperando la consagración de Rusia. Veamos esto último:

-En una carta de la Hermana Lucía enviada al papa Pío XI en marzo de 1937, le decía: “Dios promete poner fin a la persecución en Rusia, si vuestra Santidad se digna hacer, y ordena a todos los obispos del mundo católico de hacer igualmente, un acto solemne y público de reparación y de consagración de Rusia a los santísimos Corazones de Jesús y de María, y si vuestra Santidad promete, mediante el fin de esta persecución, aprobar y recomendar la práctica de la devoción reparadora indicada encima”.

-El 15 de julio de 1946, en una entrevista con William Thomas Walsh, la Hna. Lucía dijo claramente que Rusia debe ser consagrada al Corazón Inmaculado de María por el papa y todos los obispos, sino difundirá sus errores en todo el mundo: “La Hermana Lucía me puso en claro que Nuestra Señora no pidió la consagración del mundo a Su Corazón Inmaculado. Lo que Ella exigió específicamente fue la consagración de Rusia […] Dijo una vez más y con énfasis deliberado: “Lo que Nuestra Señora quiere es que el Papa y todos los obispos del mundo consagren Rusia a Su Inmaculado Corazón en un día especial. Si se hace esto, Ella convertirá a Rusia y habrá paz. Si no se hace, los errores de Rusia se esparcirán por todos los países del mundo.” Preguntada la Hna. Lucía si pensaba que todos los países, sin excepción, serían dominados por el comunismo, respondió la religiosa: Sí.

-En mayo de 1952, la Santísima Virgen le dice a sor Lucía: «Haced saber al Santo Padre que espero siempre la consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado, sin esta consagración, Rusia no se convertirá más ni el Mundo podrá ver la Paz».

-El 7 de julio 1952 Pío XII consagra Rusia al Corazón Inmaculado de María, pero no fueron cumplidas todas las condiciones exigidas:

.no fue hecha explícita referencia a la devoción reparadora de los cinco primeros sábados del mes;

.el acto solemne de reparación no estuvo explícitamente hecho;

.el Papa no ordenó a todos los Obispos del Mundo unirse a él en este acto de consagración.

Ese mismo mes, Sor Lucía escribe: «Estoy dolorida porque la consagración de Rusia no ha sido hecha aún como la Santísima Virgen la había pedido».

-El 26 de diciembre de 1957 el P. Agustín Fuentes, vice postulador de la causa de beatificación de Jacinta y Francisco, la entrevistó en Coimbra. Las "Declaraciones…" fueron publicadas con Imprimatur del Arzobispo de Santa Cruz, Méjico y reconocidas por Pío XII.

«Padre, la Santísima Virgen está muy triste, porque nadie hace caso a su Mensaje, ni los buenos ni los malos. Pero, créame Padre, Dios va a castigar al mundo y lo va a castigar de una manera tremenda. El castigo del cielo es inminente. ¿Qué falta, Padre, para 1960; y qué sucederá entonces? (…) Dígales que la Santísima Virgen nos dijo, que muchas naciones de la tierra desaparecerán sobre la faz de la misma, que Rusia sería el instrumento del castigo del Cielo para todo el mundo, si antes no alcanzábamos la conversión de esa pobrecita Nación».

--El 21 de marzo de 1982, se le pidió a Sor Lucía que explicase al Nuncio en Lisboa lo que la Virgen quería del Papa. Dijo que el Papa tenía que elegir una fecha, ordenar a los obispos del mundo entero, que cada uno en su catedral, y al mismo tiempo que el Papa, hagan una ceremonia solemne y pública de reparación y consagración de Rusia a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

--En carta al Papa del 12 de mayo 1982, vísperas del acto y de un encuentro privado con él (el Papa estaba en Fátima), la hermana reafirma sin ambages el pedido del Cielo: “A Su Santidad Juan Pablo II humildemente expongo y suplico: La consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María en unión con todos los obispos del mundo (…) La tercera parte del secreto: Se refiere a las palabras de Nuestra Señora: ‘Si no, difundirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones contra la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas’ (…) Porque no hemos atendido a ese llamado del mensaje, verificamos que se ha cumplido. Rusia ha ido invadiendo el mundo con sus errores. Y si no vemos todavía el hecho consumado del final de esta profecía, vemos que hacia allí vamos a largos pasos…

--El 19 de marzo de 1983 Sor Lucía se reúne otra vez con el Nuncio papal. El texto preparado para él terminaba así: «La Consagración de Rusia no se ha hecho como Nuestra Señora ha pedido. No se me permitió hacer esta declaración porque no tenía el permiso de la Santa Sede».

--Entrevistada en 1985 por el Sol de Fátima, se le preguntó si el Papa había cumplido la petición de Nuestra Señora con la consagración de 1984, a lo que la Hna. Lucía respondió: “No hubo la participación de todos los obispos ni se mencionó a Rusia”. Preguntada luego: “¿De modo que no se hizo la consagración como la pidió la Virgen?” Respondió: “No. Muchos obispos no dieron importancia a este acto”.

--En mayo de 1989, la Hna. Lucía le dijo al Cardenal Law, de Boston, sobre la consagración del 25 de marzo de 1984: "… El Santo Padre se justificó (diciendo) que ha sido hecha, hecha de la mejor manera posible bajo las circunstancias. ¿Hecha sobre el camino angosto de la consagración colegial que Ella ha exigido y ha estado esperando? No, eso no se ha hecho".

--En julio de 1989 ante tres testigos, el P. Messias Coelho, reveló que la Hna. Lucía acababa de recibir una instrucción anónima vaticana, según la cual ella y sus compañeras quedaban obligadas a decir que la Consagración de Rusia fue realizada válidamente el 25 de marzo de 1984.

-Por si fuera poco, Juan Pablo II declaró públicamente, después de la consagración del mundo de 1984, que la Virgen “está todavía esperando” la Consagración de Rusia: “El 25 de marzo de 1984, al hacer la consagración delante de la imagen de Nuestra Señora de Fátima, el Papa se desvió del texto que había preparado, para incluir las palabras que aparecen en destaque y que traducimos a continuación. Las palabras añadidas indican claramente que él ya sabía que la consagración del mundo hecha en aquel día no cumplía el pedido de Nuestra Señora de Fátima. Después de celebrar la consagración del mundo, propiamente dicha, algunos párrafos antes, el Papa añadió las palabras: “Ilumina especialmente a los pueblos de los cuales Tú estás esperando nuestra consagración y nuestra confiada entrega.” Esto muestra que él sabía que Nuestra Señora esperaba que el Papa y los obispos Le consagrasen a Ella ciertos pueblos, es decir, los pueblos de Rusia (Reportado por C. Ferrara, texto tomado de la edición del 26 de marzo de 1984 de L’Osservatore Romano con las citadas declaraciones en su portada). 

Como puede verse, a lo largo de más de cincuenta años, pese a que el comunismo ya se había difundido (pero no tanto como hoy en día), la Hna. Lucía seguía insistiendo en que debía hacerse la consagración, y los papas hacían consagraciones erróneas o incompletas. Todos los papas han reconocido las apariciones de Fátima, todos han visitado su santuario, y las apariciones están reconocidas oficialmente desde 1930, siendo probadas y ortodoxamente rectas en doctrina, superabundantes en milagros y conversiones, y habiéndose cumplido todos los anuncios proféticos.  Por lo tanto no hay excusa para no cumplir lo que la Virgen ha pedido, excepto la diplomacia, el desinterés, la irresponsabilidad, la imprudencia y/o la oposición abierta de la Jerarquía eclesiástica.

Objeción: si la consagración de Rusia era para impedir todos los errores y horrores del materialismo marxista, pero estos ya vinieron y han alcanzado todo el mundo, ¿qué sentido tendría realizar ahora la consagración de Rusia?

Contestamos:

1) todos esos errores (y horrores) son un castigo permitido por Dios precisamente por la rebeldía y desobediencia de los hombres, particularmente los hombres de la Iglesia. Por lo tanto para detener o aminorar ese castigo, debe hacerse el camino inverso, es decir, el de la sumisión y obediencia a Dios, empezando desde arriba hacia abajo por los eclesiásticos. Dentro de ese camino de obediencia se encuentra obedecer lo que ha pedido la Virgen, en este caso la consagración de Rusia.

2) dijo Ntra. Señora en su mensaje del 13 de julio: Si hacen lo que yo os diga, se salvarán muchas almas y tendrán paz”. Esto no requiere mayores comentarios. Haciendo lo que ella dijo, se salvarán muchas almas y tendremos paz, ¿es que todavía no quedan almas por salvar por este medio? ¿Los medios de salvación de Dios tienen “fecha de vencimiento”? Si por no haber cumplido, han venido tantos males, ¿por qué seguir sin cumplir lo que el Cielo ha pedido?

3) Rusia, una vez convertida y propiedad del Corazón Inmaculado, tiene una misión que cumplir en favor de la Iglesia católica romana (ampliamos esto en nuestro libro “Fátima y Rusia”, que Dios quiera pueda llegar a publicarse, si algún bien pudiere hacer).

La conclusión del Secreto de Fátima indica claramente que, –aunque sin haber podido evitar tantas catástrofes que ha habido y que aún vendrán- se hará finalmente la consagración. Por lo tanto es necesario hacerla, el asunto es mostrarle a Dios el deseo que tenemos de que ello ocurra, en vez de, como hasta ahora, una tremenda apatía e indiferencia. Tenemos al alcance la solución a los problemas actuales, ¡y la rechazamos! El mejor medio de interceder es a través de la devoción al Inmaculado Corazón de María, en los cinco primeros sábados de mes, y la oración cotidiana del santo Rosario.

Por otra parte, la consagración no implica solamente un aspecto negativo, esto es, que Rusia deje de esparcir sus errores y sea el azote del mundo y la Iglesia (eso en gran parte ya sucedió), sino que, como toda conversión, reviste un aspecto positivo, ya que convertirse no es simplemente dejar de vivir sin la gracia de Dios y en pecado mortal, sino comenzar a buscar la santidad obrando virtuosamente, cumpliendo el plan o la misión que Dios tiene para nosotros, al servicio de Su Iglesia. Cuando San Pablo se convirtió no sólo dejó de perseguir a los cristianos, sino que se convirtió en apóstol de Cristo. Rusia convertida, de forma análoga, tendrá una muy grande misión a cumplir.

En definitiva, la consagración envuelve dos elementos: aplicación positiva al servicio de la Sma. Virgen María, y aplicación exclusiva a la misma.

Por otra parte, Fátima no solamente es una profecía de amenaza, condicionada, sino también una profecía de presciencia, referida a lo que Dios sabe que se hará por el libre arbitrio humano, y una profecía de predestinación, referida a lo que Dios sabe que Él mismo va a hacer. Fátima es una profecía para los últimos tiempos: nos ilumina el camino, nos advierte de los peligros y de nuestros enemigos, nos da el remedio del Santo Rosario y la devoción reparadora al Corazón Inmaculado, nos enseña cómo obra la divina Providencia en la historia y a la vez nos ofrece la única verdadera esperanza, la única que nos permite seguir el buen combate, guiados por nuestra Madre, Reina, Conductora y Capitana, Aquella que aplasta la cabeza de la serpiente.

Es imperioso conocer, difundir, predicar y practicar la devoción al Corazón Inmaculado de María, sus implicancias, sus consecuencias para las almas y el castigo que se cierne (y que estamos viviendo) sobre los pueblos y naciones, por no haberse realizado la pedida consagración de Rusia. Urge rezar para que se haga pronto esta consagración, pues cuanto más se demora, peores son los castigos que recaen sobre el mundo (la Agenda 2030 en el horizonte, mediando una Iglesia ya del todo protestantizada, parece el plazo final que se ponen las fuerzas del Anticristo para hacerse con el poder absoluto). Es cierto que la Iglesia, ocupada por sus enemigos, parece estar más lejos que nunca de tal posibilidad. Pero los acontecimientos habrán de forzar los hechos y el Cielo traerá la solución y el Papa que cumpla con la Virgen, aunque no sin un gran castigo por la desobediencia de los propios hombres de la Iglesia, tal como todo indica que ha profetizado la tercera parte del secreto de Fátima que los Papas se negaron a dar a conocer. Nosotros tenemos que hacer nuestra parte para que el Cielo apresure los tiempos, rezando con insistencia por esta intención.

 

¡Viva el Sagrado Corazón de Jesús y el Corazón Inmaculado de María!

 

 

 

 

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