¿DEBE
HACERSE LA CONSAGRACIÓN DE RUSIA
AL
CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA?
Por
FLAVIO MATEOS
La consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de
María es un tema que es crucial
comprender, particularmente en este momento de la historia. Nuestra Señora
anunció el 13 de julio de 1917 que iba a regresar para pedir la consagración de
Rusia, lo cual hizo el 13 de junio de 1929, en Tuy, España, durante la
aparición de una esplendente y solemne teofanía de la Santísima Trinidad.
Hay quienes creen y enseñan que esta consagración
ya no es necesaria que se haga, pues Rusia ya esparció sus errores por el
mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia, por lo cual sería
inútil realizarla, ya que sería algo anacrónico. Los sostenedores de la no
consagración de Rusia son de tres corrientes distintas que, aunque antagónicas
en muchos puntos, coinciden respecto de este tema: 1) los liberales y
modernistas de la Iglesia conciliar; 2) los sedevacantistas, particularmente
los milenaristas, y 3) algunos tradicionalistas “independientes”.
Los de la posición 1) sostienen que ya se habría
cumplido exitosamente con el pedido de la Virgen, a través de la consagración hecha
por Juan Pablo II (que no fue tal), e incluso que ya se ha dado a conocer el
Tercer secreto de Fátima, así que es todo cosa del pasado. Los del número 2) afirman
que Rusia ya castigó al mundo esparciendo el comunismo, entonces la
consagración sería innecesaria o superflua, además de que no hay Papa para
hacer la consagración; también milenaristas dicen que el reino del Corazón
Inmaculado no puede ser antes de la venida del Anticristo, entonces lo que nos
espera ahora es la llegada del Anticristo y recién al fin final, sí, con la
Parusía, sería el triunfo del Corazón Inmaculado. También algunos
sedevacantistas más farisaicos que el resto afirman que ya la consagración la
hizo Pío XII en 1952. Los del número 3) afirman que el pedido de consagración
era condicional, y como Rusia ya castigó al mundo esparciendo el comunismo,
entonces hacer la consagración no tiene sentido.
En definitiva, tanto los modernistas como los
sedevacantistas y algunos tradicionalistas, coinciden todos en que hay que
desestimar la consagración de Rusia pedida por la Virgen María en 1929.
Sin embargo, todos ellos se equivocan: la
consagración no se hizo, debe hacerse y se hará.
No sabemos por qué motivo, si por descuido,
ignorancia o a sabiendas, en su argumentación todos los detractores de la
consagración de Rusia omiten, olvidan, ocultan una parte del mensaje de Nuestra
Señora de Fátima, del 13 de julio de 1917. Son estas palabras, que encierran
una promesa:
“Por fin, mi Inmaculado
Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y
será concedido al mundo algún tiempo de paz”.
Al enseñar contra la
consagración de Rusia, todos ellos se oponen objetivamente al mensaje de
Nuestra Señora, y disminuyen el papel de la Sma. Virgen en la economía de la
salvación, en vistas a los graves acontecimientos que están sucediendo y aún
están por llegar.
El texto completo del 13
de julio, fue pronunciado después de haberles mostrado a los niños el infierno:
“Visteis el infierno, a donde van las almas de los
pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la
devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacen lo que yo os diga, se salvarán
muchas almas y tendrán paz. La guerra va a acabar. Pero, si no dejan de ofender
a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando veáis una noche
iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de
que va a castigar al mundo de sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y
de persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre.
Para impedirla vendré a pedir la consagración de
Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora en los primeros sábados.
Si atienden mis peticiones, Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, esparcirá
sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los
buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias
naciones serán aniquiladas. Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo
Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún
tiempo de paz. En Portugal se conservará siempre el dogma de la Fe.”
Estas palabras constan en los informes oficiales y pueden encontrarse en
todos los libros serios sobre Fátima –que son muy numerosos- empezando por el
más completo que es “Toute la verité sur
Fatima” de Frère Michel de la Sainte-Trinité (cuatro tomos, ediciones en
francés e inglés).
Parecería que la consagración es condicional respecto de los crímenes y
persecuciones promovidos por “los errores de Rusia”, o sea el Comunismo y
también del advenimiento de la Segunda Guerra Mundial. Y que ya desencadenados
esos terribles hechos, ya no tiene sentido hacer la consagración. Sin embargo, notemos
dos cosas: 1) en su mensaje la Sma. Virgen dice que al fin el Papa le
consagrará Rusia y el mundo tendrá un período de paz; ergo, Rusia debe ser
consagrada, y cuanto antes lo sea, más calamidades y castigos se evitarán; 2) a
lo largo de los años y reiteradamente la Virgen insistirá, a través de la Hna.
Lucía, en que sigue esperando la consagración de Rusia. Veamos esto último:
-En una carta
de la Hermana Lucía enviada al papa Pío XI en marzo de 1937, le decía: “Dios promete poner fin a la persecución en
Rusia, si vuestra Santidad se digna hacer, y ordena a todos los obispos del
mundo católico de hacer igualmente, un acto solemne y público de reparación y
de consagración de Rusia a los santísimos Corazones de Jesús y de María, y si
vuestra Santidad promete, mediante el fin de esta persecución, aprobar y
recomendar la práctica de la devoción reparadora indicada encima”.
-El 15 de julio
de 1946, en una entrevista con William Thomas Walsh, la Hna. Lucía dijo
claramente que Rusia debe ser consagrada al Corazón Inmaculado de María por el
papa y todos los obispos, sino difundirá sus errores en todo el mundo: “La Hermana Lucía me puso en claro que
Nuestra Señora no pidió la consagración del mundo a Su Corazón Inmaculado. Lo
que Ella exigió específicamente fue la consagración de Rusia […] Dijo una vez
más y con énfasis deliberado: “Lo que Nuestra Señora quiere es que el Papa y
todos los obispos del mundo consagren Rusia a Su Inmaculado Corazón en un día
especial. Si se hace esto, Ella convertirá a Rusia y habrá paz. Si no se hace,
los errores de Rusia se esparcirán por todos los países del mundo.” Preguntada
la Hna. Lucía si pensaba que todos los países, sin excepción, serían dominados
por el comunismo, respondió la religiosa: Sí.
-En mayo de 1952, la Santísima Virgen le dice a sor Lucía: «Haced saber al Santo Padre que espero
siempre la consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado, sin esta
consagración, Rusia no se convertirá más ni el Mundo podrá ver la Paz».
-El 7 de julio
1952 Pío XII consagra Rusia al Corazón Inmaculado de María, pero no fueron
cumplidas todas las condiciones exigidas:
.no fue hecha
explícita referencia a la devoción reparadora de los cinco primeros sábados del
mes;
.el acto
solemne de reparación no estuvo explícitamente hecho;
.el Papa no
ordenó a todos los Obispos del Mundo unirse a él en este acto de consagración.
Ese mismo
mes, Sor Lucía escribe: «Estoy dolorida
porque la consagración de Rusia no ha sido hecha aún como la Santísima Virgen
la había pedido».
-El 26 de
diciembre de 1957 el P. Agustín Fuentes, vice postulador de la causa de
beatificación de Jacinta y Francisco, la entrevistó en Coimbra. Las
"Declaraciones…" fueron publicadas con Imprimatur del Arzobispo de
Santa Cruz, Méjico y reconocidas por Pío XII.
«Padre, la Santísima Virgen está muy triste,
porque nadie hace caso a su Mensaje, ni los buenos ni los malos. Pero, créame
Padre, Dios va a castigar al mundo y lo va a castigar de una manera tremenda.
El castigo del cielo es inminente. ¿Qué falta, Padre, para 1960; y qué sucederá
entonces? (…) Dígales que la Santísima Virgen nos dijo, que muchas naciones de
la tierra desaparecerán sobre la faz de la misma, que Rusia sería el
instrumento del castigo del Cielo para todo el mundo, si antes no alcanzábamos
la conversión de esa pobrecita Nación».
--El 21 de marzo
de 1982, se le pidió a Sor Lucía que explicase al Nuncio en Lisboa lo que la
Virgen quería del Papa. Dijo que el Papa tenía que elegir una fecha, ordenar a
los obispos del mundo entero, que cada uno en su catedral, y al mismo tiempo
que el Papa, hagan una ceremonia solemne y pública de reparación y consagración
de Rusia a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
--En carta al
Papa del 12 de mayo 1982, vísperas del acto y de un encuentro privado con él
(el Papa estaba en Fátima), la hermana reafirma sin ambages el pedido del
Cielo: “A Su Santidad Juan Pablo II humildemente expongo y suplico: La
consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María en unión con todos los
obispos del mundo (…) La tercera parte del secreto: Se refiere
a las palabras de Nuestra Señora: ‘Si no, difundirá sus errores por el
mundo, promoviendo guerras y persecuciones contra la Iglesia. Los buenos serán
martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán
aniquiladas’ (…) Porque no hemos atendido a ese llamado del mensaje,
verificamos que se ha cumplido. Rusia ha ido invadiendo el mundo con sus
errores. Y si no vemos todavía el hecho consumado del final de esta profecía,
vemos que hacia allí vamos a largos pasos…”
--El 19 de marzo
de 1983 Sor Lucía se reúne otra vez con el Nuncio papal. El texto preparado
para él terminaba así: «La Consagración
de Rusia no se ha hecho como Nuestra Señora ha pedido. No se me permitió hacer
esta declaración porque no tenía el permiso de la Santa Sede».
--Entrevistada en 1985 por el Sol de Fátima, se le preguntó si
el Papa había cumplido la petición de Nuestra Señora con la consagración de
1984, a lo que la Hna. Lucía respondió: “No hubo la participación de todos
los obispos ni se mencionó a Rusia”. Preguntada luego: “¿De modo que no
se hizo la consagración como la pidió la Virgen?” Respondió: “No. Muchos
obispos no dieron importancia a este acto”.
--En mayo de 1989, la Hna. Lucía le dijo al Cardenal Law, de Boston, sobre
la consagración del 25 de marzo de 1984: "… El Santo Padre se justificó (diciendo) que ha sido hecha, hecha de la
mejor manera posible bajo las circunstancias. ¿Hecha sobre el camino angosto de
la consagración colegial que Ella ha exigido y ha estado esperando? No, eso no
se ha hecho".
--En julio de
1989 ante tres testigos, el P. Messias Coelho, reveló que la Hna. Lucía acababa
de recibir una instrucción anónima vaticana, según la cual ella y sus
compañeras quedaban obligadas a decir que la Consagración de Rusia fue
realizada válidamente el 25 de marzo de 1984.
-Por si fuera poco, Juan Pablo II declaró públicamente, después
de la consagración del mundo de 1984, que la Virgen “está todavía
esperando” la Consagración de Rusia: “El 25 de marzo de 1984, al hacer la
consagración delante de la imagen de Nuestra Señora de Fátima, el Papa se
desvió del texto que había preparado, para incluir las palabras que aparecen en
destaque y que traducimos a continuación. Las palabras añadidas indican
claramente que él ya sabía que la consagración del mundo hecha en aquel día no
cumplía el pedido de Nuestra Señora de Fátima. Después de celebrar la consagración
del mundo, propiamente dicha, algunos párrafos antes, el Papa añadió las
palabras: “Ilumina especialmente a los pueblos de los cuales Tú estás esperando
nuestra consagración y nuestra confiada entrega.” Esto muestra que él sabía que
Nuestra Señora esperaba que el Papa y los obispos Le consagrasen a Ella ciertos
pueblos, es decir, los pueblos de Rusia (Reportado por C. Ferrara, texto tomado
de la edición del 26 de marzo de 1984 de L’Osservatore Romano con las
citadas declaraciones en su portada).
Como puede verse, a lo largo de más de cincuenta años, pese a que el
comunismo ya se había difundido (pero no tanto como hoy en día), la Hna. Lucía
seguía insistiendo en que debía hacerse la consagración, y los papas hacían
consagraciones erróneas o incompletas. Todos los papas han reconocido las
apariciones de Fátima, todos han visitado su santuario, y las apariciones están
reconocidas oficialmente desde 1930, siendo probadas y ortodoxamente rectas en
doctrina, superabundantes en milagros y conversiones, y habiéndose cumplido
todos los anuncios proféticos. Por lo
tanto no hay excusa para no cumplir lo que la Virgen ha pedido, excepto la
diplomacia, el desinterés, la irresponsabilidad, la imprudencia y/o la
oposición abierta de la Jerarquía eclesiástica.
Objeción: si la consagración de Rusia era para impedir todos los errores
y horrores del materialismo marxista, pero estos ya vinieron y han alcanzado
todo el mundo, ¿qué sentido tendría realizar ahora la consagración de Rusia?
Contestamos:
1) todos esos errores (y horrores) son un castigo permitido por Dios
precisamente por la rebeldía y desobediencia de los hombres, particularmente
los hombres de la Iglesia. Por lo tanto para detener o aminorar ese castigo,
debe hacerse el camino inverso, es decir, el de la sumisión y obediencia a Dios,
empezando desde arriba hacia abajo por los eclesiásticos. Dentro de ese camino
de obediencia se encuentra obedecer lo que ha pedido la Virgen, en este caso la
consagración de Rusia.
2) dijo Ntra. Señora en su mensaje del 13 de julio: “Si hacen lo que yo os diga, se salvarán muchas almas y tendrán paz”.
Esto no requiere mayores comentarios. Haciendo lo que ella dijo, se
salvarán muchas almas y tendremos paz, ¿es que todavía no quedan almas por
salvar por este medio? ¿Los medios de salvación de Dios tienen “fecha de
vencimiento”? Si por no haber cumplido, han venido tantos males, ¿por qué seguir
sin cumplir lo que el Cielo ha pedido?
3) Rusia, una vez convertida y propiedad del Corazón Inmaculado, tiene
una misión que cumplir en favor de la Iglesia católica romana (ampliamos esto
en nuestro libro “Fátima y Rusia”,
que Dios quiera pueda llegar a publicarse, si algún bien pudiere hacer).
La conclusión del Secreto
de Fátima indica claramente que, –aunque sin haber podido evitar tantas
catástrofes que ha habido y que aún vendrán- se hará finalmente la
consagración. Por lo tanto es necesario hacerla, el asunto es mostrarle a Dios
el deseo que tenemos de que ello ocurra, en vez de, como hasta ahora, una
tremenda apatía e indiferencia. Tenemos al alcance la solución a los problemas
actuales, ¡y la rechazamos! El mejor medio de interceder es a través de la
devoción al Inmaculado Corazón de María, en los cinco primeros sábados de mes,
y la oración cotidiana del santo Rosario.
Por otra parte, la
consagración no implica solamente un aspecto negativo, esto es, que Rusia deje
de esparcir sus errores y sea el azote del mundo y la Iglesia (eso en gran
parte ya sucedió), sino que, como toda conversión, reviste un aspecto positivo,
ya que convertirse no es simplemente dejar de vivir sin la gracia de Dios y en
pecado mortal, sino comenzar a buscar la santidad obrando virtuosamente,
cumpliendo el plan o la misión que Dios tiene para nosotros, al servicio de Su
Iglesia. Cuando San Pablo se convirtió no sólo dejó de perseguir a los
cristianos, sino que se convirtió en apóstol de Cristo. Rusia convertida, de
forma análoga, tendrá una muy grande misión a cumplir.
En definitiva, la
consagración envuelve dos elementos: aplicación positiva al servicio de la Sma.
Virgen María, y aplicación exclusiva a la misma.
Por otra parte, Fátima no
solamente es una profecía de amenaza, condicionada, sino también una profecía
de presciencia, referida a lo que Dios sabe que se hará por el libre arbitrio
humano, y una profecía de predestinación, referida a lo que Dios sabe que Él
mismo va a hacer. Fátima es una profecía para los últimos tiempos: nos ilumina
el camino, nos advierte de los peligros y de nuestros enemigos, nos da el
remedio del Santo Rosario y la devoción reparadora al Corazón Inmaculado, nos
enseña cómo obra la divina Providencia en la historia y a la vez nos ofrece la
única verdadera esperanza, la única que nos permite seguir el buen combate,
guiados por nuestra Madre, Reina, Conductora y Capitana, Aquella que aplasta la
cabeza de la serpiente.
Es imperioso
conocer, difundir, predicar y practicar la devoción al Corazón Inmaculado de
María, sus implicancias, sus consecuencias para las almas y el castigo que se
cierne (y que estamos viviendo) sobre los pueblos y naciones, por no haberse
realizado la pedida consagración de Rusia. Urge rezar para que se haga pronto
esta consagración, pues cuanto más se demora, peores son los castigos que
recaen sobre el mundo (la Agenda 2030 en el horizonte, mediando una Iglesia ya
del todo protestantizada, parece el plazo final que se ponen las fuerzas del
Anticristo para hacerse con el poder absoluto). Es cierto que la Iglesia,
ocupada por sus enemigos, parece estar más lejos que nunca de tal posibilidad.
Pero los acontecimientos habrán de forzar los hechos y el Cielo traerá la
solución y el Papa que cumpla con la Virgen, aunque no sin un gran castigo por
la desobediencia de los propios hombres de la Iglesia, tal como todo indica que
ha profetizado la tercera parte del secreto de Fátima que los Papas se negaron
a dar a conocer. Nosotros tenemos que hacer nuestra parte para que el Cielo
apresure los tiempos, rezando con insistencia por esta intención.
¡Viva
el Sagrado Corazón de Jesús y el Corazón Inmaculado de María!