Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

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sábado, 19 de julio de 2025

ATAQUES A LA SAGRADA EUCARISTIA Y AL SACERDOCIO EN EL NUEVO CATECISMO PROMULGADO POR JUAN PABLO II

 


Por MICHAEL HAYNES

Resumen del capítulo IV del libro “Os erros do Catecismo moderno”, Editora CDB, Rio de Janeiro, 2025.

 

El primer aspecto que se nota es que se ha perdido el sentido de propiciación en la Misa. Asimismo, los efectos de la Misa han sido alterados: en lugar de ser, ante todo, un acto de adoración a Dios, el primer efecto es descrito como un acto de acción de gracias. Cuando esto se combina con la ausencia de una enseñanza explícita sobre la propiciación, se entiende rápidamente que la Misa es vista como una acción centrada en el hombre y no en Dios, ya que el primer acto es agradecer a Dios por nuestros dones, en vez de adorarlo.

Al transformar la Misa en un acto de acción de gracias, el nuevo catecismo puede así emplear su enseñanza innovadora sobre la ofrenda comunitaria del sacrificio. Por medio de una astuta ambigüedad, el texto acentúa fuertemente el papel de los fieles en la Misa, conduciendo a una comprensión protestante de una ofrenda comunitaria realizada mediante un acto de la asamblea común. La comprensión del sacerdocio común es presentada de manera inadecuada, lo que lleva a una confusión sobre la verdadera naturaleza del papel de la congregación en el sacrificio.

Esta comprensión teológica es reforzada por la presentación de la Misa como una especie de banquete espiritual, la cual es promovida por encima de la verdad de que se trata del sacrificio incruento de la cruz. A través de estas referencias a la Misa como banquete, el nuevo catecismo puede avanzar sus objetivos ecuménicos de apaciguamiento tanto de protestantes como de judíos. Al suprimir la enseñanza clara de que la Eucaristía es un sacrificio, el catecismo puede entonces presentar la ambigua idea de una comida espiritual que da continuidad al sacrificio de la Última Cena. Este es un paso importante en la eliminación del concepto completo de la naturaleza de la Misa, además de alinear a la Iglesia con los servicios protestantes y los rituales judíos.

Todo esto se realiza con la mayor sutileza, al punto de que incluso las críticas aquí expuestas quizás no resulten obvias a primera vista. No obstante, es posible comprender verdaderamente la enseñanza que se ha perdido si se vuelve a las páginas del Catecismo de Baltimore o del Catecismo Romano. Allí, el lector encontrará sin ambigüedades la plena verdad sobre la Santa Eucaristía. Es tanto chocante como triste darse cuenta de cuánta verdad se ha perdido en el nuevo catecismo a través de equívocos y medias verdades. El nuevo catecismo presenta una afrenta sutil, pero extremadamente peligrosa, a la fe de todos los que creen en la Misa.

sábado, 12 de julio de 2025

JUDAIZANDO LA MISA

 



Por MICHAEL HAYNES

De su libro A Catechism of Errors; a critique of the principal errors of the Catechism of the Catholic Church, en su versión en portugués, Editora CDB, 2025.

 

Es interesante notar este aspecto adicional de la judaización de la Misa, especialmente a la luz del ataque previo a la naturaleza sacrificial de la Misa, posiblemente motivado por una paridad ecuménica, y que parece manifestar un deseo de unificación litúrgica entre ambas religiones. El texto muestra el deseo de alinear la liturgia católica con la liturgia judía, lo cual, naturalmente, es una progresión lógica de los motivos ecuménicos que ya observamos en el catecismo analizado en un capítulo anterior.

El párrafo 1096 ofrece una visión general de las similitudes entre la liturgia judía y la católica, afirmando que "un mejor conocimiento de la fe y de la vida religiosa del pueblo judío, tal como hoy en día se profesan y viven, puede ayudar a comprender mejor ciertos aspectos de la liturgia cristiana"[1]. El párrafo continúa esbozando el uso similar de las Sagradas Escrituras y comparando la liturgia de las horas o el Oficio Divino con la oración judía. Esta expresión es desafortunada, particularmente cuando se intenta enseñar sobre la liturgia católica. Recordando el tono marcadamente conciliador que se ha utilizado cada vez que se menciona a los judíos en páginas anteriores, estas secciones actuales corren el riesgo de emplear la liturgia como una herramienta más dentro del proceso ecuménico.

Cabría esperar que, en un catecismo, el texto alentara al lector a estudiar los escritos de los santos y teólogos católicos para comprender más plenamente la Misa.

Pero la forma en que el párrafo 1329 describe la Misa arroja más luz sobre otra posible razón para el desarrollo de este tema: las relaciones ecuménicas con los judíos. Leemos: "Fracción del Pan, porque este rito, propio de la comida de los judíos, fue utilizado por Jesús cuando bendecía y distribuía el pan como jefe de familia"[2]. Este pasaje debe leerse a la luz del párrafo 1096 y de los fragmentos discutidos en el capítulo tres de este libro, así como de los párrafos 1363-1364. Estos dos últimos presentan una transición muy sutil desde la Pascua judía hacia el sacrificio de la cruz, alineando la celebración de la Pascua judía con la Misa católica. Se afirma que, así como mediante la primera “los acontecimientos del Éxodo son recordados por los fieles para que puedan conformar su vida a ellos”, de igual manera, mediante la Misa, la Iglesia “conmemora la Pascua de Cristo, y esta se hace presente: el sacrificio que Cristo ofreció una vez por todas en la cruz permanece siempre presente”[3].

Así, se presenta de forma sutil la Pascua judía como directamente vinculada, e incluso casi compatible, con la Misa. Esto aclara el uso generalizado del lenguaje de banquete, ya que el párrafo 1329 identifica la Misa como originada en una comida, consumida en una mesa. En efecto, este pasaje, especialmente cuando se combina con los impulsos ecuménicos dirigidos tanto a protestantes como a judíos, establece el tono para una nueva teología de la Eucaristía promovida en el catecismo. Al presentar la Misa como una comida en una mesa, se apacigua a los protestantes, que se oponen a la naturaleza sacrificial de la Misa. Pero, de igual manera, también se apacigua a los judíos, ya que dicho lenguaje honra su Pascua, la comida ritual con la que la Misa es fuertemente comparada.

Cuando el texto ignora el elemento propiciatorio de la Misa y la estiliza marcadamente como una comida religiosa, se vuelve fácil comprender que está pavimentando el camino para un futuro diálogo ecuménico y celebraciones litúrgicas comunes. Una conferencia de 1994 que elogiaba el tono conciliador del nuevo catecismo hacia los judíos mencionó específicamente la sección sobre la Eucaristía como mostrando un nuevo vínculo con los ritos judíos. Leemos: "Sobre la Eucaristía, el Catecismo muestra su conexión intrínseca con la ‘Bendición judía’, así como con la ‘Comida judía’; de hecho, el pan diario de los judíos es el fruto de la tierra prometida, la garantía de la fidelidad de Dios a sus promesas”[4].

A la luz de esto, veamos por ejemplo los pasajes de los párrafos 1334 y 1363. Aquí leemos sobre los sacrificios realizados bajo la Antigua Alianza, en particular la Pascua. Sin embargo, luego de describir dichos sacrificios con gran belleza y detalle, el nuevo catecismo menciona su relación con la Eucaristía de esta manera: “Celebrando la Última Cena con sus Apóstoles, en el transcurso del banquete pascual, Jesús dio su sentido definitivo a la Pascua judía”[5]. Y más adelante: “El memorial recibe un nuevo significado en el Nuevo Testamento”[6]. El sacrificio antiguo y el nuevo solo se distinguen al indicar que el sacrificio de Cristo dio un nuevo significado al anterior. No obstante, si nos remitimos a los Catecismos de Baltimore, la diferencia entre el sacrificio antiguo y el nuevo es mucho más clara: “Todos esos diversos sacrificios de la Antigua Ley no eran más que figuras del sacrificio que Cristo haría de sí mismo […]; (ellos) derivaban su eficacia o valor del sacrificio que Cristo ofrecería en la cruz”[7]. A los sacrificios de la Antigua Ley, tal como se enseñó tradicionalmente, no se les otorga simplemente un nuevo significado —aunque esto sea verdad—, ya que tal afirmación no expresa toda la verdad. Más bien, eran figuras o tipos del sacrificio de la Nueva Ley, “y debían cesar con su institución”[8].

Recientemente, y en el nuevo catecismo, hay un gran énfasis en la relación entre la Misa y los rituales judíos, como si la existencia de la Misa necesitase ser justificada por sus orígenes judíos. No discutimos ni desarrollamos los orígenes de la Misa en este trabajo, pero afirmamos, junto con los catecismos más antiguos, que todos los sacrificios de la Antigua Ley eran figuras de la Misa. La Misa, el sacrificio incruento de la cruz, no es un desarrollo nuevo compuesto por la copia de rituales judíos, sino que es, en verdad, el sacrificio hacia el cual apuntaban todos esos ritos judíos. En consecuencia, no hay lugar en un catecismo para una tentativa de equiparar ambos sacrificios, ya que el orden del primero debe siempre señalar hacia el segundo.

El tema judaizante no es un elemento especialmente evidente en el texto ni es ampliamente abordado, pero sigue siendo importante. Al enseñar sobre los misterios incomparables de la Santa Eucaristía y el sacrificio de la Misa, si el catecismo no puede evitar usar estas ocasiones para presentar y promover semejanzas con la práctica litúrgica de otras religiones, entonces es razonable deducir que no se preocupa únicamente por enseñar la verdadera fe. Hay muchos autores eruditos que han compuesto estudios interesantes sobre los orígenes y similitudes de la Misa con los rituales judíos, pero estos tienen un lugar bien definido fuera del catecismo. Solo después de enseñar la plenitud de la fe puede enseñarse sobre sus orígenes y relaciones con los ritos judíos.

Sin embargo, enseñarlos lado a lado lleva a una situación en la que se forma una cierta sensación de igualdad, y la verdadera naturaleza de la Misa se pierde. En un texto que falla continuamente en enseñar claramente la plena naturaleza del sacrificio eucarístico, al mismo tiempo que promueve una paridad religiosa con los judíos, el elemento judaizante —que de otro modo parecería inofensivo— adquiere un peso nuevo y peligroso. No debemos olvidar que fue una decisión consciente el centrarse en las relaciones entre el catolicismo y el judaísmo, como lo informó el cardenal Dulles. El lanzamiento del nuevo catecismo fue ampliamente elogiado por muchos líderes judíos prominentes, ya que continuaba abriendo puertas al diálogo. Desafortunadamente, el catecismo parece abrir tal puerta incluso en el ámbito de la Santa Eucaristía, en detrimento de la plenitud y de la verdad de la fe.

 

[1]CIC 1096

[2]CIC, 1329.

[3]CIC, 1363-1364. Se puede argumentar que el lenguaje empleado para expresar el significado de "memorial" en la comprensión del Nuevo Testamento no difiere sustancialmente del utilizado en el Antiguo Testamento. Así, incluso podría interpretarse que estos pasajes dan a entender que el sacrificio de Cristo es solo traído a la memoria de los fieles, en lugar de estar sustancialmente presente. Sin embargo, tal argumento podría parecer forzado y tal vez no conceda al texto el debido beneficio de la duda. Podemos afirmar, al menos, que estos dos párrafos carecen de una mayor clarificación.

[4] The Universal Catechism's Teaching on the Jews. Acessado em junho de 2020, https://bit.ly/3BnjhBH. CE. CIC, 1328, 1334, 1340.

[5] CIC, 1340.

[6] CIC, 1364.

[7] Connell, Catecismo de Baltimore N. 3. g. 358.

[8] Kinkead, Catecismo de Baltimore N. 4.q. 264.

 

 

martes, 29 de marzo de 2022

DIRECTOR DE LA PONTIFICIA ACADEMIA MARIANA DEL VATICANO RECHAZA LOS VÍNCULOS DE FÁTIMA CON LA CONSAGRACIÓN DE FRANCISCO

 

¿Por qué un destacado teólogo del Vaticano rechaza los vínculos de Fátima con la consagración de Rusia por parte del Papa Francisco?

 


Por MICHAEL HAYNES

El director de la Pontificia Academia Mariana Internacional del Vaticano minimizó repetidamente cualquier vínculo entre la consagración de Rusia y Ucrania por parte del Papa Francisco el 25 de marzo y la solicitud hecha por Nuestra Señora de Fátima.

CIUDAD DEL VATICANO ( LifeSiteNews ) – El día de la consagración de Rusia por el Papa Francisco, el director de la Pontificia Academia Mariana Internacional continuó con la postura anterior del Vaticano de tratar de separar a Nuestra Señora de Fátima de la oración de consagración del 25 de marzo, planteando preguntas sobre por qué uno de los principales mariólogos de la Iglesia está minimizando el papel de Nuestra Señora.

El 25 de marzo, el Papa Francisco rezó una oración de consagración y entrega a Nuestra Señora, consagrando “la Iglesia y toda la humanidad, especialmente Rusia y Ucrania” al “Inmaculado Corazón de María”. El evento se produjo en respuesta a una solicitud de los obispos ucranianos, que  habían pedido específicamente  al Papa que “realizara el acto de consagración al Sagrado Inmaculado Corazón de María de Ucrania y Rusia, como lo solicitó la Santísima Virgen en Fátima”. 

Aunque la traducción oficial al inglés no menciona a Nuestra Señora de Fátima, o los errores de Rusia de los que ella advirtió, el Papa y los obispos que se unieron a él rezaron la consagración ante una estatua de Nuestra Señora de Fátima y consagraron Rusia y Ucrania al “Inmaculado Corazón." La intención del día apareció claramente orientada a Fátima, realizándose ante las estatuas de Nuestra Señora de Fátima.

Sin embargo, solo unas horas antes de que se llevara a cabo la consagración, Vatican News publicó una entrevista con el p. Stefano Cecchin, OFM, presidente de la Pontificia Academia Mariana Internacional de Roma , quien hizo grandes esfuerzos para desvincular completamente la consagración de la solicitud de Nuestra Señora de Fátima, y ​​en su lugar resaltar el papel de la sinodalidad.

Justificando las peticiones de Fátima como 'sinodalidad'

Parte de las solicitudes de Nuestra Señora de Fátima en 1917 y 1929 fueron que Rusia fuera consagrada y que el Papa “ordenara” a los obispos que se unieran a él en esta acción trascendental. 

Sin embargo, el p. Cecchin ignoró este aspecto crucial detrás de los eventos del 25 de marzo y, en cambio, explicó la solicitud del Papa Francisco de que todos los obispos se unieran a él para consagrar a Rusia y Ucrania simplemente como parte del “concepto de sinodalidad”. 

Respondiendo por qué se había pedido a los obispos que se unieran al Papa, el p. Cecchin afirmó: “Me parece que esta elección está vinculada al concepto de sinodalidad que el Papa Francisco continúa reiterando. El Papa representa a la Iglesia, el sentido de unidad, pero unidad con la Iglesia y en la Iglesia, que es —como él la llama— nuestra casa común”.

El Padre Cecchin incluso explicó el pedido de Francisco de unirse en oración como relacionado con la encíclica papal “ blasfema ” del Papa sobre la fraternidad humana, Fratelli Tutti , diciendo: “Entonces no nos salvamos solos, como nos recordó el Papa Francisco en Fratelli Tutti y siempre juntos debemos pedir a Dios por la salvación del mundo”.  

'Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, yo estaré en medio de ellos', nos recuerda el Evangelio, y el Papa Francisco enfatiza que el camino de salvar el mundo debemos hacerlo juntos, no solos. Por eso en este tiempo toda la Iglesia debe estar unida, como en un gran Sínodo, un gran Concilio, en el que se pide la intervención de Dios.

Estudiosa evasiva de mencionar el pedido de Fátima

La entrevista del P. Cecchin se hizo eco temáticamente de algo que ha sido notable tanto en la respuesta del Vaticano como del Papa Francisco a los obispos ucranianos, a saber, que si bien el Papa estaba feliz de hacer "una" consagración al Inmaculado Corazón, evitó hacer referencia a su solicitud de que lo haría “como lo pidió la Santísima Virgen en Fátima”. 

Eso no quiere decir que el Papa Francisco no hizo la consagración el 25 de marzo, ya que eminentes eruditos de Fátima han argumentado que la oración sí cumplió con las condiciones necesarias, aunque otros no están de acuerdo . El Papa también hizo la consagración ante la estatua de Nuestra Señora de Fátima en el Vaticano, vinculando claramente el acto a Fátima.

Pero la curiosa evitación verbal del Papa Francisco de vincular la consagración con la específica solicitada por Nuestra Señora de Fátima fue repetida por el P. Cecchin, cuya importancia en la comunidad mariológica no debe subestimarse. Cecchin buscó constantemente tanto desviar la atención del pedido de Nuestra Señora de consagrar Rusia como minimizar los eventos del 25 de marzo. 

Fuente:

https://www.lifesitenews.com/opinion/why-is-a-leading-vatican-theologian-rejecting-the-fatima-links-to-pope-francis-consecration-of-russia/?utm_source=top_news&utm_campaign=usa

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