Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

Mostrando las entradas con la etiqueta Eduardo Arroyo. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Eduardo Arroyo. Mostrar todas las entradas

jueves, 17 de marzo de 2022

¿QUIÉN ES EL RESPONSABLE DE LA GUERRA DE UCRANIA?

 

¿Quién es el responsable de la guerra de Ucrania?

 

 


Por EDUARDO ARROYO

 

La reciente guerra de Ucrania ha suscitado una opinión unánime en torno a la cual hay extraños compañeros de viaje: desde el PSOE hasta la derecha nacionalista de VOX y diversos “antisistema” ilustrados. Hay también opiniones extravangantes. Por ejemplo, la CNT, cual pintor de brocha gorda, echa la culpa a todos por “fascistas” y la pobre Ione Belarra -un personaje que sin la política posiblemente estaría en el paro- se manifiesta “contra la guerra”. Poca luz aportan estas ideas porque se basan, en realidad, en intereses personales: filias y fobias varias, amistades diversas e intereses de partido. Para algunos, la guerra tiene su raíz en el “imperialismo ruso”; otros creen que Rusia es la nueva Unión Soviética y esgrimen como argumento vivir en Rusia, hablar ruso o simplemente ser ruso, como si vivir en España o ser español garantizase algún fundamento para hablar con criterio sobre España.

(…)

Pero vayamos al núcleo de la cuestión. Hay una guerra en Ucrania que ya no es civil: esta ya existía cuando, desde 2014, el ejército Ucraniano bombardeaba a los civiles étnicamente rusos del Donbass, sin que un solo medio de comunicación penase por ello. Ahora hay una guerra abierta entre una potencia nuclear y un país de tamaño medio muy inferior en lo militar. Esa guerra es un auténtico desastre para Occidente, primero, en vidas humanas y luego por dos razones: porque sea cual sea el resultado va a crear una zona de inestabilidad en la misma frontera de la Unión Europea (UE) y porque va a echar a Rusia en los brazos de China, verdadera potencia emergente y competidora de la UE y del Occidente en general. Nadie en su sano juicio debería querer esta guerra. Ni siquiera los que miran con animadversión a Rusia, de manera justificada o no: el Occidente democrático ha convivido medio siglo con la Unión Soviética y el mundo comunista, ¿por qué no podría encontrar un modus vivendi con Rusia? Se dice que Rusia intenta recrear la URSS pero este argumento es invendible. En los años 80 estuve suscrito a la revista Soviética “Tiempos Nuevos”. Se editaba en más de cincuenta idiomas, a la par que otra veintena de publicaciones, tal y como corresponde a una formidable maquina propagandística de nivel global. Al mismo tiempo la URSS tenía bases y “asesores” militares y comerciales por todo el globo, animados por una ideología que no admitía ningún “nacionalismo” inferior al globo terráqueo. A pesar de eso tuvo conatos de sublevación que exigieron respuestas militares, como Berlín en 1953, Hungría en 1956, Checoslovaquia en 1968 e innumerables problemas con Polonia y también respuestas políticas y/o de inteligencia, como es el caso de los propios partidos comunistas locales. No. La Rusia de hoy no es ni parecida a la URSS y aunque Putin en su interior añore los tiempos soviéticos la verdad es que sabe de sobra que carece de la capacidad -militar, económica, política- y del espíritu (marxista) para dominar el imperio soviético de antaño. Como dato significativo diremos que una búsqueda en herramientas de monitorización de internet, por ejemplo “Boardreader”, demuestran que los términos “agresión rusa” e “imperialismo ruso” han sido poco o nada comentados en medios de comunicación desde principios de 2019 hasta los días previos al pasado 24 de febrero, cuando las menciones de ambos términos se disparan. Otra cosa es que el mundo de hoy sea consecuencia de la victoria militar de 1945, cuyos vencedores pensaban que las personas adquieren la nacionalidad de manera voluntarista o por decisión política; de ahí que esos mismos vencedores se sacaran naciones de la chistera (como Yugoslavia o Checoslovaquia) o que, en el caso que nos ocupa, intentaran diluir identidades locales levantiscas a golpe de inmigración de nuevos “ciudadanos” soviéticos, étnicamente rusos. Ahora Rusia se encuentra con multitud de rusos fuera de sus fronteras, que miran al Kremlin como solución a sus problemas y que son rehenes a menudo de estados resentidos con la URSS y por consecuencia con Rusia, a la que juzgan su heredera. Como decíamos, este es el precio de la victoria de 1945.

“ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”

  “ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”           Por FLAVIO MATEOS   El Padre Nicholas Gruner, tenaz apóstol hasta su muerte del mensaje ...