“LA CARTA DEBERÍA SER ABIERTA EN 1960”.
FÁTIMA CONTRA LA REVOLUCIÓN EN LA IGLESIA Y EN EL MUNDO
“¿Sabes
Gabriele? Es Satanás quien se ha introducido en el seno de la Iglesia y dentro
de no mucho tiempo llegará a gobernar una falsa Iglesia”
Revelación del Padre Pío a Gabriele Amorth,
realizada en 1960.
“Si dejas
entrar a los judíos, ellos toman el control”.
Rev. Theodore Hesburgh, CSC.
Por FLAVIO
MATEOS
Todas las crónicas acerca de las apariciones
de Fátima y su mensaje dividido en tres partes, coinciden en señalar que el
llamado “Tercer Secreto”, revelado por la Virgen el 13 de julio de 1917, debía
ser hecho público o a la muerte de la Hermana Lucía o en 1960, si Lucía seguía
con vida. Así, por ejemplo, lo narra el muy documentado libro “La última batalla del Diablo” del Padre
Paul Kramer (tomamos también información del tomo Le Troisième Secret de Toute
la vérité sur Fatima de Frère Michel de la Sainte Trinité):
-El 2 de enero de 1944, Nuestra Señora
aparece de nuevo a Sor Lucía y le pide escribir la tercera parte del Secreto
dado a ella en Fátima en julio de 1917, el cual llegó a ser conocido
sencillamente como el Tercer Secreto de Fátima. La Virgen pide que el Tercer
Secreto sea revelado al mundo a más tardar en 1960. Cuando luego le preguntaron
por qué el Tercer Secreto tiene que ser revelado en 1960, Sor Lucía declara: “Porque
la Santísima Virgen lo quiere así, y (el Tercer Secreto) será más claro en ese
entonces.”
-En febrero de 1960, el Cardenal Patriarca de
Lisboa declaró:
“El Obispo D. José da Silva colocó (el sobre
cerrado por Lucía) dentro de otro sobre, en el que anotó que la carta debería
ser abierta en 1960 por él propio, D. José Correia da Silva, si aún viviese, o,
en caso contrario, por el Cardenal Patriarca de Lisboa.
-En 1959, el nuevo Obispo de Leiria, D. João
Venâncio, declaró:
“Yo pienso que la carta no será abierta antes
de 1960. La Hermana Lucía había pedido que no fuese abierta antes de su muerte,
o también en 1960. Ahora bien: estamos en 1959, y la Hermana Lucía goza de
buena salud.
-¿Por qué en 1960? El año 1955 el Cardenal
Ottaviani le preguntó a la Hermana Lucía por qué razón no se debería abrir la
carta antes de 1960. Ella le respondió; «Porque entonces se entenderá con más
claridad». La Hermana Lucía le había exigido al Obispo de Leiria la promesa de
que el Secreto sería leído al Mundo cuando ella se muriese; en todo caso, no
antes de 1960, «porque la Santísima Virgen así lo desea». El Canónigo Barthas
escribió: «Además, no tardará en conocerse [el Tercer Secreto], porque la
Hermana Lucía afirma que es deseo de Nuestra Señora que se pueda publicar de
1960 en adelante».
El Tercer Secreto fue escrito por Sor Lucía
por orden de Mons. da Silva, obispo de Leiria, y lo redactó entre el 2 y el 9
de enero de 1944. Como dato significativo la Hna. Lucía escribió el mensaje en
la misma capilla de Tuy donde el 13 de junio de 1929 había tenido la revelación
divina en la cual la Virgen pedía la consagración de Rusia a su Corazón
Inmaculado.
La Hna. Lucía no confiaba en nadie a quien
entregarle el sobre con tan delicado contenido, así que esperó hasta que el día
17 de junio de 1944 se lo entregó en mano (en un sobre lacrado), en un
encuentro que tuvo fuera del convento, al obispo Mons. Manuel María Ferreira da
Silva. Fue un sábado durante la octava de la fiesta del Sagrado Corazón. Por
supuesto que el Obispo no sabía qué contenía el sobre, sólo obró como mensajero
y esa misma noche lo entregó al obispo de Leiria Mons. José da Silva.
La carta que contenía el Secreto debía ser
abierta por el Obispo de Leiria o por el Patriarca de Lisboa, no estaba en
principio destinado al Papa. A pesar de que el obispo de Leiria prefería no
tener la terrible responsabilidad de conservarlo, y que deseaba que el sobre
fuese a Roma, él lo guardó en un cofre de la curia episcopal hasta febrero de
1957, es decir durante trece años. Luego fue llevado a Roma, adonde llegó el 16
de abril de 1957. Allí fue guardado sin que se diese a conocer. Por lo menos
desde 1946 hay testimonios de que en 1960 el contenido del Secreto debía hacerse
público. Esta fecha le fue indicada por Sor Lucía a Mons. da Silva. Esto fue
dicho por Sor Lucía misma. También por el cardenal Cerejeira. Y por el
patriarca de Lisboa, quien no pudo dar a conocer el secreto pues para entonces
ya había sido remitido a Roma.