Cómo se fue desarrollando el Plan de Dios para el Triunfo del Inmaculado Corazón de María.
El enorme cúmulo de
profecías sobre nuestro tiempo coincide en que el Cielo nos está dirigiendo
hacia el triunfo del Inmaculado Corazón de María.
¿Y qué
significa?
Que Nuestra Señora
reunirá a Sus hijos, los instruirá, los purificará, y los conducirá hacia una
Era de Paz, pasando por encima de la tribulación.
Y para que
sea posible, el Cielo quiere instaurar la devoción al Inmaculado Corazón de
María, como sabemos anunció en las apariciones de Fátima en 1917.
Pero
movimientos sobrenaturales, casi olvidados por la historia, comenzaron a
preparar el terreno con anterioridad.
Es eso lo
que vamos a contar aquí.
Acompáñanos
en este viaje fascinante para descubrir cómo el Cielo comenzó a orquestar, de
manera milagrosa, el triunfo del Inmaculado Corazón de María a través del
llamado a la Consagración, antes que en Fátima.
La devoción al
Inmaculado Corazón de María es ya mencionada por san Gregorio Taumaturgo, Padre
de la Iglesia, en el siglo III.
En el siglo IV, san
Agustín de Hipona contribuyó a la argumentación teológica de que María fue
concebida sin pecado original, es decir
Inmaculada.
Fue
preservada del pecado original por Dios, para concebir al hombre que no tuvo
pecado alguno, Jesús [Dios y Hombre].
Luego en el
siglo XVII, el sacerdote francés san Juan Eudes escribió las primeras obras
sobre el Corazón de María.
Y en 1830 tiene
lugar en París la primera aparición moderna de la Santísima Virgen: la Medalla
Milagrosa.
Comienza lo
que Pío XII llamó la “era de María”, una etapa de repetidas visitaciones
celestiales.
Y la invocación que María le dictó a Santa Catalina Labouré se relacionó con la Inmaculada Concepción, fue: “Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos”.