Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

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domingo, 3 de agosto de 2025

LOS ORÍGENES DE LA NUEVA MISA

 


Por P. PATRICK TROADEC

 

La nueva misa no fue fruto de una creación espontánea.


Para comprender cómo fue elaborada y aceptada por las autoridades religiosas en funciones, es necesario conocer sus fundamentos remotos y próximos.

De la Revolución protestante a la Revolución francesa

Todos los papas, desde Pío VI hasta Benedicto XV, remontan la crisis actual de la fe a la lucha emprendida contra la Iglesia en el siglo XVI por el protestantismo y el naturalismo, del cual esta herejía fue la causa y la primera propagadora.
Mons. Lefebvre, Ils l’ont découronné, Clovis.

El naturalismo exalta la naturaleza humana al punto de negar las secuelas del pecado original heredado de Adán y rechazar el orden sobrenatural que Dios comunica al hombre por los sacramentos. Los dos dogmas fundamentales del pecado original y de la gracia santificante son, por tanto, aniquilados por los partidarios de esta perniciosa teoría. Al atacar el orden sobrenatural, el demonio tenía como objetivo la destrucción de la civilización cristiana y, posteriormente, de la Iglesia católica. El naturalismo fue difundido en el siglo XVIII por la masonería en la sociedad civil y condujo a la Revolución. Los derechos del hombre reemplazaron los derechos de Dios con la trilogía: libertad, igualdad, fraternidad; libertad entendida como licencia, igualdad eliminando el principio de autoridad y fraternidad suplantando la caridad.

Una vez descristianizada la sociedad, algunos católicos buscaron durante el siglo XIX hacer compromisos entre los principios de la religión católica y los de la nueva sociedad impregnada de liberalismo: los papas los llamaron católicos liberales. El sueño de nuestros enemigos iba a poder concretarse.

Los documentos de la Alta Venta, de los Carbonarios, que cayeron en manos del papa Gregorio XVI, revelaron las diferentes etapas de su plan diabólico:

“El Papa, sea quien sea, nunca irá a las sociedades secretas: son las sociedades secretas las que deben dar el primer paso hacia la Iglesia, con el fin de vencerla. El trabajo no es obra de un día, ni de un mes, ni de un año; puede durar varios años, tal vez un siglo; pero en nuestras filas el soldado no muere y el combate continúa. No pretendemos ganar al Papa para nuestra causa, eso sería un sueño ridículo (...). Lo que debemos pedir, lo que debemos buscar y esperar, como los judíos esperan al Mesías, es un Papa según nuestras necesidades (...). No dudamos en alcanzar ese objetivo supremo de nuestros esfuerzos (...). Pues bien, para asegurarnos un Papa en las proporciones exigidas, se trata ante todo de formarle una generación digna del reinado que soñamos (...). Queréis que el clero marche bajo vuestra bandera creyendo siempre marchar bajo la de los apóstoles. Queréis hacer desaparecer el último vestigio de los tiranos y opresores, tendiendo vuestras redes en el fondo de las sacristías, seminarios y conventos. Si no precipitáis nada, os prometemos una pesca más milagrosa que la de Simón Barjona. El pescador de peces se convirtió en pescador de hombres; vosotros, traeréis amigos en torno a la Sede apostólica. Habréis predicado una revolución con tiara y capa, marchando con la cruz y la bandera, una revolución que no necesitará más que un pequeño estímulo para incendiar los cuatro rincones del mundo.”

El plan es claro: ya no se trata de atacar a la Iglesia desde fuera, sino de penetrarla y escalar poco a poco los grados de la jerarquía para finalmente colocar en el trono de Pedro “un pontífice que, como la mayoría de sus contemporáneos, estará necesariamente más o menos impregnado de principios humanitarios” [1].

La intrusión modernista

Esta instrucción dada en 1820 fue publicada por orden del papa Pío IX con el fin de advertir a los sacerdotes y fieles. Desgraciadamente, su advertencia no bastó para conjurar el peligro, ya que cerca de un siglo más tarde, san Pío X constata:

“A los artífices del error ya no se les encuentra entre los enemigos declarados. Se esconden, y eso es motivo de grave aprensión y angustia, dentro mismo y en el corazón de la Iglesia, enemigos tanto más temibles cuanto menos lo parecen. Hablamos de numerosos católicos laicos, y —lo que es aún más lamentable— de sacerdotes que, con apariencia de amor por la Iglesia, absolutamente carentes de filosofía y teología serias, impregnados hasta la médula de un veneno de error absorbido en las fuentes de los adversarios de la fe católica, se presentan, con absoluto desprecio de toda modestia, como los renovadores de la Iglesia.” [2]

martes, 19 de septiembre de 2023

¿HACIA DÓNDE VA LA IGLESIA CATÓLICA?

 


Por D. CURZIO NITOGLIA

 

 Sólo un ciego puede negar que hay mucha confusión en la Iglesia. Lamentablemente, es cierto que hay mucha confusión en el ambiente eclesial; pero no en la Iglesia misma -que es divina en su causa final (el cielo), eficiente (Jesucristo) y formal (Credo, Sacramentos y Mandamientos)- sino sólo en su causa material; es decir, en el ambiente eclesial actual: fieles y ministros; además, la gran confusión no comenzó bajo Bergoglio, sino ya con el Pontificado de Juan XXIII y el Concilio Vaticano II.

Es loable reafirmar la doctrina de siempre en estos tiempos de confusión dogmática, moral y litúrgica. Sin embargo, no basta con oponerse a las aperturas "teo/democráticas" del Papa Bergoglio sobre la moral matrimonial.

Es necesario remontarse a la causa de este embrollo: los decretos del Concilio Vaticano II, la nueva misa montiniana y, finalmente, el pan/ecumenismo especialmente con el judaísmo talmúdico, que rechazó al Mesías Jesús de Nazaret.

Ahora bien, ¿cómo es posible conciliar judaísmo y cristianismo? En San Pablo (1ª Tes., II, 15) se revela divinamente que "Los judíos no agradan a Dios; crucificaron al Señor Jesús. Persiguieron a los Profetas, y también nos persiguen a nosotros los Apóstoles, impidiéndonos predicar el Evangelio, para que no se conviertan los paganos".

Es más, el mismo Jesús hablando en sus últimos días con los dirigentes del judaísmo farisaico o rabínico/talmúdico les dijo: "Tenéis por padre al diablo y queréis cumplir los deseos de vuestro padre, que fue homicida desde el principio" (Juan, VII, 44).

Me parece que los cristianos verdaderamente fieles al Evangelio de Cristo se encuentran hoy entre dos fuegos o como se dice "entre Escila y Caribdis": entre el "teocon" y el "teodem".

De hecho, los mencionados "conservadores" en teología moral, son dogmáticamente judaizantes (en el sentido teológico de la palabra).

Sostienen que la alianza entre cristianismo y judaísmo es posible y propia, como si la Antigua Alianza no hubiera sido revocada, sustituida y perfeccionada por la Nueva y Eterna Alianza, en la estela de la enseñanza del Concilio Vaticano II (Nostra Aetate) y la postconciliar especialmente de Juan Pablo II (Maguncia, 1981: "La Antigua Alianza nunca revocada"; Sinagoga de Roma e Iglesia de Jesús, 1986: "Los judíos hermanos mayores de los cristianos en la Fe de Abraham").

Ciertamente, el comunismo es ateo, materialista e "intrínsecamente perverso" (Pío XI, Encíclica Divini Redemptoris Missio, 19 de marzo de 1937), pero se trata de un craso error, obvio y fácilmente evitable por el simple creyente. En cambio, el conservadurismo angloamericano oculta su malicia sub specie boni, es decir, actúa como "el diablo tentador, que finge ser el ángel bueno" (San Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales, nº 313 ss.): la defensa de la Familia, de la Tradición (por Juan Pablo II y Benedicto XVI), de la Misa 'tridentina', y la mano tendida a los Tradicionalistas. Así que este error está "escondido", como "una serpiente entre la hierba" ("latet in erba anguis", Virgilio) y puede morder a los que se le acercan imprudentemente: "Latrare potest, mordere non potest nisi volentem". 

En este sentido y sólo en este sentido puede decirse que, en cierto sentido, los errores dogmáticos de Juan Pablo II y Benedicto XVI son más peligrosos que los morales de Francisco.

Ciertamente, el inimicus homo, del que habla el Evangelio (Mt, XIII, 25), ha funcionado muy bien: desde hace 50 años (y no sólo desde el pontificado de Bergoglio) ha sembrado la discordia tanto en la derecha como en la izquierda, dejándonos entre dos fuegos, a saber, entre los modernistas pro-comunistas ("theodem") y cercanos a la "Teología de la Liberación" por un lado y los modernistas/conservadores pro-sionistas y judaizantes ("theocon") por el otro.

No se puede separar a Bergoglio de Ratzinger y Juan Pablo II y a estos de Juan XXIII, Pablo VI y el Concilio Vaticano II, son esencialmente la misma cosa con diferencias incidentales: lo que tienen en común es el neo-modernismo del Vaticano II, lo que los diferencia es la forma de presentarlo, interpretarlo y aplicarlo: más rápida, cruda y 'siniestra' la de Bergoglio, más lenta, fina y 'conservadora' la de Ratzinger, pero todo exceso es un defecto y todo defecto es una falta de verdad.

En medio de estos dos fuegos enemigos, ¿dónde nos refugiaremos?

Me viene a la mente lo que Pedro le dijo a Jesús: "¿Adónde iremos, Señor? Sólo Tú tienes palabras de vida eterna" (Juan, VI, 70). ¡Pero Jesús nos anima: "Nolite timere pusillus grex! Placuit Patri vestro dare vobis Regnum" (Lc., XII, 32).

Es necesario evitar el error ya sea por exceso o por defecto, ya sea de "derechas" o de "izquierdas", ya sea el bergoglismo o el ratzingerismo, ya sea el procomunismo extra/comunitario "theodem" o el teo/conservadurismo sionista y judaizante.

Aferrémonos, pues, a lo que Jesús reveló (que encontramos en la Tradición Apostólica y en la Sagrada Escritura interpretada por el Magisterio constante y tradicional de la Iglesia) y huyamos del señuelo de las "sirenas" que ya cantaban hace 60 años y que hoy provienen de los "izquierdistas" amantes de las "periferias existenciales" o de los estetizantes "derechistas" todos "encajes y puntillas", pero carentes de la tradicional sustancia dogmática y antimodernista.

En semejante confusión, tanto en la izquierda como en la derecha, cómo no recordar a Pío IX en el exilio de Gaeta que, mirando al mar tempestuoso, pensó en la situación igualmente tempestuosa que atravesaba entonces la Iglesia, atacada por liberales conservadores de derecha (Cavour y Vittorio Emmanuele II) y radicales socialistas de izquierda (Garibaldi y Mazzini). ¿Cómo remediar tanta furia, se preguntaba angustiado el Papa? El Cielo le iluminó y decidió proclamar el dogma de la Inmaculada Concepción que aplastaba por sí sola la cabeza de la Serpiente infernal ("Ipsa conteret caput tuum") y todas las herejías ("Gaude Maria Virgo, cunctas haereses sola contrivisti in universo mundo").

En la confusión de hoy, que no perdona ambiente, recurramos a la Virgen Inmaculada ("Adeamus cum fiducia ad thronum gratiae ut misericordiam consequamus"), cumplamos con nuestro deber cotidiano y la Virgen intervendrá para restablecer el orden en su Iglesia.

 

d. Curzio Nitoglia

 

FUENTE:

https://doncurzionitoglia.wordpress.com/2023/09/12/dove-va-la-chiesa-cattolica/

 

martes, 5 de septiembre de 2023

HEREJES

 


Artículo publicado originalmente el viernes, 17 de abril de 2015

en el blog Syllabus.


  

Tenemos un partido de innovadores que está inventando la Iglesia.

 Arthur Loth, La Vérité, 23 de septiembre de 1896



Escribió Gregorio XVI en su encíclica Singulari Nos: «Es muy deplorable hasta qué punto vayan a parar los delirios de la razón humana cuando uno está sediento de novedades y, contra el aviso del Apóstol, se esfuerza por saber más de lo que conviene saber, imaginando, con excesiva confianza en sí mismo, que se debe buscar la verdad fuera de la Iglesia católica, en la cual se halla sin el más mínimo sedimento de error».

Un ejemplo lamentablemente actual de esta pestífera serie de novedades, engaños y delirios pueden encontrarse expuestos en el “pensamiento” de estos obispos y papas conciliares, a los que tan bien por su parte describió y condenó en su momento el último papa santo Pío X, y de los que damos aquí un extracto con citas del libro que “explica” lo que piensa Francisco.   


Mons. Victor M. Tucho Fernández:


“Finalmente, la jerarquía de verdades invita a distinguir entre el contenido innegociable y el modo de expresarlo. Por­que, por el modo de expresarlo, algo que es secundario termina apareciendo como central. Claro, si uno quiere tener tranquilidad doctrinal, puede repetir expresiones que nadie entiende. Nunca hay que olvidar que “una cosa es la sustancia [...] y otra la manera de formular su expresión”. El Papa ha explicado que “a veces, escuchando un lenguaje completamente ortodoxo, lo que los fieles reciben, debido al lenguaje que ellos utilizan y comprenden, es algo que no responde al verdadero evangelio de Jesucristo. Con la santa intención de comunicarles la verdad sobre Dios y sobre el ser humano, en algunas ocasiones les damos un falso dios o un ideal humano que no es verdaderamente cristiano. De ese modo, somos fieles a una formulación, somos fieles a un lenguaje, pero no entregamos la sustancia. Ese es el riesgo más grave” (EG 41). El Papa retoma así lo que enseñaba Juan Pablo II: “La expresión de la verdad puede ser multiforme, y la renovación de las formas de expresión se hace necesaria para transmitir al hombre de hoy el mensaje evangélico en su inmutable significado” (Ut Unum Sint 19).”

 

¿Podríamos profundizar qué significa poner las cosas en su contexto si hablamos de cuestiones morales?

Como dijo el Papa, las cuestiones morales que planteemos tienen que estar dentro de un contexto para que sean bien entendidas. Esto implica un contexto cercano y un contexto amplio. Veamos.

El contexto amplio es el kerygma, es la invitación a encontrarse con un Dios que ama y que salva, y que por eso nos propone una vida mejor. Esto, ha dicho el Papa, es hacer “arder los corazones”, y es lo primero. Cuando la Iglesia habla excesivamente de cuestiones filosóficas o de ley natural, supuestamente, lo hace para poder dialogar sobre temas morales con el mundo incrédulo. Pero, al hacerlo, no convencemos a nadie con los argumentos filosóficos y nos perdemos la oportunidad de anunciar a Jesucristo, de hacer “arder los corazones”. En cambio, si uno hace arder los corazones o, al menos, logra mostrar el atractivo del evangelio, entonces sí las personas se disponen a conversar sobre una respuesta moral.

Pero hay también un contexto cercano, que es siempre un planteo positivo relacionado con lo que se está planteando o proponiendo. Por ejemplo, no sirve de mucho hablar en contra del matrimonio homosexual, porque la gente tiende a vernos como seres resentidos, crueles, poco comprensivos e incluso exagerados. Otra cosa es cuando nos referimos a la belleza del matrimonio y a la armonía en la diferencia que resulta de la alianza entren un varón y una mujer, y, en ese contexto positivo, brota casi sin necesidad de decirlo lo inadecuado de utilizar la misma denominación y llamar “matrimonio” a la unión de dos homosexuales.”

 

Un debate muy vivo se encendió a partir de la conversación que tuvo el Papa en octubre de 2013, en La Reppublica, con Eugenio Scalfari. Sobre todo, muchos han discutido su intercambio de frases significativas: “Usted, Santidad —dice Scalfari al Papa-, ya lo escribió en la carta que me envió: ‘La conciencia es autónoma y cada uno debe obedecer a la propia conciencia ’. Pienso que es una de las frases más valientes pronuncias por un Papa”. El Papa Francisco le respondió: “Ahora lo repito. Cada uno tiene su idea del bien y del mal, y debe elegir seguir el bien y combatir el mal como él mismo lo concibe. Eso bastaría para mejorar el mundo”. También John Henry Newman hablaba del “primado de la conciencia”, entendiendo la conciencia como el “representante de Dios en nuestra intimidad”. ¿Es así para Francisco?

Es así, por supuesto. Pero esto requiere una gran honestidad, que en el mundo de hoy es difícil de encontrar. Si usted me dice que está profundamente convencido de algo y que, después de un largo, profundo y sincero discernimiento, realmente piensa que no puede ir en contra de esa conciencia cultivada, entonces debe seguir su conciencia. De lo contrario, si usted toma todo a la ligera, si tiende a decidir según lo que le conviene, si no escucha a los demás porque es deliberadamente terco, si no ha formado con honestidad su conciencia, entonces no le recomiendo que siga esa conciencia con tanta ligereza, porque puede provocar mucho sufrimiento a los demás. Una cosa es seguir la propia conciencia y otra cosa es seguir los propios impulsos. Hoy es muy común que se confundan las dos cosas.

En Evangelii Gaudium, el Papa ha reafirmado el principio de la libertad religiosa, que incluye “elegir la religión que se estima verdadera” (255). Eso implica obediencia a la propia conciencia, aunque esta indique seguir una religión que no sea la cristiana. Pero si usted se fija bien, verá que el Papa Francisco dice esto utilizando una cita de Benedicto XVI que, quizá, no se tuvo en cuenta en su momento.”

 

 



El Papa Francisco pide a los obispos que no solo estén delante del pueblo, sino que también sepan estar en medio del rebaño o detrás de él. ¿Qué quiere decir exactamente con esto?

Estar detrás del pueblo es dejarse guiar por el rebaño, “porque el rebaño mismo tiene su olfato para encontrar nuevos caminos” (EG 31). Esto es propio de esa confianza en el pueblo que mencionamos antes. El pueblo es una variada trama de relaciones, de experiencias, de historias, y entonces allí hay una inmensa riqueza que el obispo debe ser capaz de reconocer, recoger y alentar.”

lunes, 1 de agosto de 2022

CANTO DE VICTORIA

 

                                     CANTO DE VICTORIA

  


Por GIL DE LA PISA ANTOLIN

 

El “Poder Supremo ‘sin rostro’” anuncia ya una victoria: “Cisma en la Iglesia Católica”; y lo hace en uno de sus medios de comunicación con estas palabras: “Como no podía ser de otra manera, la Iglesia tiene que seguir ‘aggiornándose’, adaptándose al mundo a toda velocidad, empezando por permitir el matrimonio a los sacerdotes, en la creencia de que el celibato es la causa última de los abusos sexuales clericales. Es decir los Amos del mundo ya dan por consumado el “Cisma” en la Iglesia... lo que equivale a poder marcar una muesca más en su tabla de éxitos.

Sin duda las cosas que pasan en Alemania son preocupantes. Llevamos décadas con el nuevo Protestantismo que se está gestando en la tierra de Lutero, pero aún no se ha consumado el cisma.  Y los que amamos a nuestra Madre la Iglesia, pedimos a Dios incesantemente que le impida “cuajar en realidad” 

Es sorprendente que la Jerarquía se dedique a pedir perdón por posibles errores de hace medio milenio y se olvida de hacer lo mismo por los fallos y errores de los últimos sesenta años. Siendo ellos, en este caso, los responsables de la crisis actual de la Iglesia; no hace examen de conciencia para comprender por qué vivimos en una crisis de Fe... Nadie pide perdón por los errores garrafales cometidos con la deformación de los dogmas, de la moral y el culto, cuyas consecuencias vivimos en la Iglesia de hoy: Templos vacíos, olvido de los sacramentos fundamentales, como la confesión, la comunión y el matrimonio religioso. Incluso el Bautismo está pasando de moda y un tercio de los nuevos españoles se quedan “moros” –como decían nuestros antepasados de los no bautizados- (El que no tiene padrino se queda moro”...

El tiempo nos ha dado la razón a quienes avisamos de las consecuencias previsibles e inevitables, que tendría para la FE y la Moral, no combatir con toda la fuerza e inteligencia el Modernismo desde el momento que estaba claro su objetivo final: adueñarse de las riendas en la barca de Pedro

Nos consideran unos retrógrados incapaces de leer el “avance de los tiempos” y, --menos aún-- de actuar en consecuencia. Olvidaban los modernistas que no hay nada más vivo que la “Tradición perenne” de la Iglesia, porque ella misma lleva dentro la capacidad de adaptación a cada momento, --pero dentro de la Verdad de la que es cimiento y manantial--.

Viví intensamente las discusiones del Aula Conciliar y fue para mí un tormento insoportable leer las “asnadas” que se decían allí. Y, las llamo asnadas,  copiando al Padre Ángel --mi profesor de griego en la Universidad Católica--  que, como he referido ya alguna vez cuando un compañero le vino a dar la noticia de que un compañero de Promoción “era un hereje” le respondió con una carcajada y esta frase: «No te preocupes, para ser hereje hay que ser muy inteligente y “ése, es un asno”; yo llegué a esa conclusión sobre lo que se decía en la basílica de San Pedro, en el Concilio: No eran tanto herejías, cuanto “asnadas”; enorme burradas dichas con un aplomo impresionante. Lo triste del caso es que contribuyeron a normalizar los errores y que la Fe padeciera las consecuencias.

Desgraciadamente lo que allí se vivía no era “por casualidad”... o sea, fruto de la debilidad de la mente humana, ¡no!, quienes lo hicieron posible habían preparado a conciencia el escenario Durante años, los obispos de Centro Europa, prepararon el Concilio, con una organización perfecta.  Se cumplía una vez más la conocida ley de las dos ciudades... Mientras los obispos de buena fe, --españoles, hispanoamericanos-- habían ido al Vaticano con la mejor de las “cándidas inocencias”, de todos y cada uno de los conciliares amantes de la Iglesia, los obispos que tenían estudiado “cambiar” la Fe, la Moral y el Culto de la Iglesia Católica habían montado toda una serie de organizaciones con reuniones periódicas para estudiar sus proyectos. Cuando la “buena gente» abrieron los ojos y quisieron organizarse les faltó tiempo para contrarrestarlos... aunque algo hicieron Monseñor Lefebvre y los que se le unieron.

Me llevaría muy lejos entrar en profundidades, me limito a señalar con unas simples pinceladas, que todo se ajusta a lo que tantas veces he comentado sobre la forma de trabajar de la Sinagoga de Satanás y los que la sirven.

Conviene destacar también que la organización modernista del Vaticano II, no se disolvió. Al contrario, el Vaticano II sirvió para perfeccionar y fortalecer su estructura. Y siguen provocando desastres.

Gracias a Dios, la última palabra siempre la tiene el Creador e inspiró el nacimiento de la Fraternidad San Pío X, que ha sido un obstáculo y una referencia en estos sesenta años postconciliares. Pero no solo ella, han surgido otros movimientos en la misma línea aunque no tan conocidos.

Existe una reacción de cierta Jerarquía frente --digamos-- a la “línea oficial” que permite cierto optimismo como reacción frente al poder modernista en la Iglesia. Nosotros luchamos “a lo humano”, pero pensamos “a lo divino”, es decir: Confianza absoluta en el triunfo final y paz en el alma porque sabemos que lo único verdaderamente eficaz es la oración a la que hemos de entregarnos siempre y cada día. No lo vamos a recordar constantemente pero conviene hacerlo de cuando en cuando. Sobre todo si el cielo se pone muy negro, como es el momento actual.

Fuente: https://elcorreodeespana.com/sociedad/45198392/Canto-de-victoria-Por-Gil-de-la-Pisa.html

 

lunes, 21 de marzo de 2022

¿70 AÑOS DE CAUTIVERIO MODERNISTA EN LA IGLESIA?

 

¿70 AÑOS DE CAUTIVERIO MODERNISTA EN LA IGLESIA?

   

Los seis papas liberales y modernistas

(fuente de esta imagen)

 

  

Fuente:http://nonpossumus-vcr.blogspot.com/2018/04/70-anos-de-cautiiverio-modernista-en-la.html?m=0

 

Normalmente este blog se cuida de publicar textos que contienen conjeturas de fechas en las que podrían tener lugar ciertos hechos futuros de gran importancia. Hecha esta advertencia, seguimos.

Es cosa cierta que la Iglesia Católica está cautiva de los herejes modernistas, y que esa cautividad debe terminar un día, dada la promesa de Cristo formulada en estos términos: "las puertas del infierno no prevalecerán contra ella" (Mt 16, 18). La nueva religión humanista, esto es, la herejía conciliar difundida al interior de la Iglesia Católica por el clero liberal y modernista; no podrá prevalecer contra la religión verdadera. Actualmente, la Iglesia se encuentra en la peor crisis de toda su historia, en un proceso de transición desde la fe verdadera hacia la herejía conciliar, en el que las almas católicas van siendo gradualmente contaminadas con elementos de esa nueva y falsa religión.  

Ahora bien, como sabemos, Israel padeció el cautiverio babilónico por 70 años. Rusia, por su parte, estuvo sometida al cautiverio comunista, igualmente, por unos 70 años¿Estará la Iglesia bajo el cautiverio modernista también por 70 años? No se puede descartar. Si así fuera, la cautividad modernista terminaría en una década, más o menos, a contar de ahora. 

El 28 de octubre de 2028 se cumplirán 70 años exactos desde la elección de Juan XXIII, primer papa de la serie de pontífices liberales y modernistas que usurpan la Sede de Pedro hasta el presente.

"Otra fecha clave es el 2029, a los 100 años exactos del pedido de consagración de Rusia." [leer abajo el paralelo que parece hacer Nuestro Señor entre los 100 años del pedido de consagración de Francia al Sagrado Corazón de Jesús, con los 100 años del pedido de consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María]. "1959 es el primer año del pontificado del primer Papa liberal, Juan XXIII (elegido en octubre de 1958). Ese año este Papa anuncia el fatídico Vaticano II. Hasta el 2029 hay exactamente 70 años, mismo tiempo que duró el cautiverio babilónico." (Fuente de esta cita)

Finalmente, el 11 de octubre de 2032 se cumplen los 70 años desde el inicio del fatídico concilio Vaticano II.

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La Aparición en Rianjo (1931)

 

En agosto de 1931, debido a una enfermedad, la Hermana Lucía estaba pasando una temporada en una casa amiga en Rianjo, España, una pequeña ciudad marítima cercana a Pontevedra, para descansar y recobrarse. Fue en la capilla de allí que la Mensajera de Fátima iba a recibir una vez más una comunicación del Cielo.

“ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”

  “ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”           Por FLAVIO MATEOS   El Padre Nicholas Gruner, tenaz apóstol hasta su muerte del mensaje ...