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lunes, 10 de febrero de 2025

“SI NO NOS ESFORZAMOS…” - PADRE DENIS FAHEY

 


“Si no nos esforzamos con todas nuestras fuerzas por la restauración del Reinado de Cristo Rey en la sociedad, seremos reducidos a la esclavitud en la era mesiánica judía.”

Padre Denis Fahey


sábado, 18 de noviembre de 2023

MUNDO DE ENSUEÑO PELIGROSO

 


Por MONSEÑOR WILLIAMSON

15 de enero de 2011

EC Número CLXXXIII (183)

 

Antes del Vaticano II, el admirable Padre Fahey alertó que los Católicos no estaban siendo armados para pelear en la guerra de hoy día sobre la Fe.

Alguien acaba de hacerme llegar algunas citas del Padre Denis Fahey (1883–1954), las cuales prueban que antes del Vaticano II no todo Católico estaba adormecido ¿Podríamos entonces decir que muchos Católicos lo estaban? No puede haber duda de ello. Es más, muchos hoy en día aún lo están, incluyendo unos cuantos de los así llamados Católicos Tradicionalistas, porque las mismas causas producen los mismos efectos, y las causas que ocasionaron la ceguera de los Católicos a la mitad del siglo XX son más fuertes que nunca en estos primeros años del siglo XXI.

Aquí el fragmento breve del “El Reinado de Cristo y el Naturalismo Organizado” (1943) del Padre Fahey. (Las oraciones están enumeradas con el objetivo de comentarlas posteriormente):— 1/ “Los Católicos están sucumbiendo a las maquinaciones de los enemigos de Nuestro Señor porque no están siendo entrenados para el verdadero combate de este mundo. 2/ Dejan la escuela sin el conocimiento adecuado de la oposición organizada que de seguro encontrarán, y únicamente con nociones confusas de los puntos del orden social que deben de defender… 3/ y aquellos Católicos que realmente luchan por un verdadero orden Cristiano tienen la certeza de encontrar Católicos en el campo opuesto.”

1/ Debido a que la mayoría de la gente en el mundo hoy en día ya no cree que la verdadera buena vida se llevará en el Cielo con Dios, gracias a la salvación a través de la Fe en Nuestro Señor Jesucristo y en su Iglesia, entonces confían en que los hombres les proveerán la buena vida en esta tierra, y la política se torna efectivamente en su religión, y sus gobiernos toman el lugar de la Providencia Divina. Se vuelve entonces más y más difícil para la gente el creer que sus gobiernos y su estilo de vida están virtualmente controlados por los enemigos muy reales de Nuestro Señor – por ejemplo, ¿cómo podrían nuestros gobiernos estar mintiéndonos acerca del atentado del 9/11? Sin embargo esa confianza en los gobiernos modernos traiciona una falta deplorable de conocimiento de la realidad, y no obstante cuan generalizado pueda estar, si los Católicos se permiten a sí mismos compartirla (sin convertirse en revolucionarios), inevitablemente “no estarán entrenados para el verdadero combate” de la Fe en este mundo. Además, al creer en el mundo de ensueño de aquí abajo, tendrán una seria dificultad para llegar al Cielo real del Dios real allí arriba de nosotros.

2/ Puede ser difícil enseñar a los estudiantes y a los seminaristas que Nuestro Señor tiene enemigos acérrimos, porque su oposición organizada se encuentra talentosamente disfrazada. Pero los jovencitos pueden estar ciertos “de encontrar” esa oposición, y así es que a menos de que el disfraz sea arrancado por los maestros que los preparan para la vida o para el sacerdocio, los jóvenes Católicos entrarán al combate con anteojeras o con una mano atada atrás de sus espaldas. Y ya que el liberalismo individualista se promueve ampliamente por los enemigos de Nuestro Señor para disolver lo que aún queda del orden Cristiano, entonces los jóvenes necesitan en particular aprender muy bien lo que la Madre Iglesia enseña acerca de “los puntos de orden social que deben de defender” y acerca de la naturaleza social del hombre.

3/ Desgraciadamente, como decía Pío IX, gran Papa del siglo XIX, aún los acérrimos enemigos de Nuestro Señor fuera de la Iglesia deben temerse menos que los Católicos liberales dentro de la misma. Los últimos ridiculizarían la idea de que cualquiera pudiera estar “maquinando” en contra de Nuestro Señor. Después de todo, “¿Acaso no todos son buenos?” (dicho con un ceceo afeminado), ¡No, no lo son!

Padre Fahey, ¡ruegue por nosotros!

Kyrie eleison.

 

Fuente:

https://stmarcelinitiative.com/mundodeensuexf1opeligroso/?lang=es

 

martes, 5 de septiembre de 2023

MONS. VIGANÒ: “LA ESENCIA DEL GLOBALISMO ES SATÁNICA Y LA ESENCIA DEL SATANISMO ES GLOBALISTA”

 


3 de septiembre de 2023 

KontraInfo

 

El arzobispo Carlo Maria Viganò ha condenado una vez más el ascenso del “globalismo”, en una entrevista del 24 de agosto con la organización francesa Civitas. El arzobispo explicó que existe un vínculo entre globalismo y satanismo, argumentando que son casi sinónimos: “La esencia del globalismo es satánica y la esencia del satanismo es globalista. Porque el plan de Satanás es establecer el reino del Anticristo, dándole la oportunidad de parodiar la vida terrenal de Cristo, imitar Sus milagros con prodigios grotescos, arrastrar a las multitudes no con la sencillez de la Verdad sino con engaños y mentiras. El globalismo constituye, por así decirlo, el montaje panorámico, el guión y la escenografía que debe preparar a la humanidad para el ascenso político del Anticristo, a quien los gobernantes del mundo -sus servidores- cederán las soberanías nacionales para que se convierta en una especie de tirano mundial”.

Ampliando cómo se podría lograr tal “escenario”, Viganò escribió que “lo que queda del reinado de Cristo” será  “borrado de las instituciones, la cultura y la vida cotidiana de los ciudadanos”. Una forma de lograrlo sería implementar una “disolución moral”, argumentó, que alentaría a la gente “al vicio y a burlarse de la virtud”.

El divorcio, el aborto, la eutanasia, el homosexualismo y el pansexualismo, la mutilación por transición de género han demostrado ser herramientas eficaces para eliminar no sólo la Fe revelada, sino también los principios más sagrados de la Ley Natural.

Viganò, quien anteriormente se desempeñó como nuncio papal en Estados Unidos entre 2011 y 2016, destacó un patrón de “censura de información no alineada con la historia oficial, llevada a cabo con la complicidad de las plataformas sociales y los medios de comunicación”. Esto, argumentó, se ha empleado en la sociedad moderna, promoviendo la difusión del espíritu anticatólico.

También expresó dudas sobre la independencia actual y la veracidad de los procesos electorales, afirmando que la “democracia” era una ilusión a la que la “oligarquía masónica” permite que los ciudadanos se entreguen. No basta con llamar “democracia” a una dictadura para que lo sea por arte de magia.

Si la democracia funcionara, no dejarían que los ciudadanos jugaran con la farsa de las elecciones y la ilusión de estar representados en el Parlamento. Si lo permiten es porque la oligarquía masónica sabe que puede controlarla a través de sus emisarios, colocados por todas partes. Por otro lado, el Anticristo será rey, no presidente; ejercerá el poder de manera absoluta, totalitaria y dictatorial. Y quienes creen en la fábula de la democracia descubrirán demasiado tarde que han sido engañados.

Sostuvo que es “esencial” que los católicos “comprendan que el Concilio Vaticano II y el Novus Ordo fueron para la Iglesia lo que la Revolución y la Declaración de los Derechos Humanos fueron para las sociedades civiles, porque en la raíz de ambos se encuentra el germen venenoso de la Revolución, es decir, de la subversión del orden natural que Dios estableció para el hombre y las sociedades humanas”.

Instó a las familias a formar parte de un movimiento para resistir la agenda de “reconstruir mejor” del Gran Reinicio y, en cambio, “reconstruir lo que ha sido destruido”.

 

Entrevista del arzobispo Viganò con Civitas:

 

¿Considera que el globalismo es esencialmente satánico?

La esencia del globalismo es satánica y la esencia del satanismo es globalista. Porque el plan de Satanás es establecer el reino del Anticristo, dándole la oportunidad de parodiar la vida terrenal de Cristo, imitar Sus milagros con prodigios grotescos, arrastrar a las multitudes no con la sencillez de la Verdad sino con engaños y mentiras. El globalismo constituye, por así decirlo, el montaje panorámico, el guión y la escenografía que debe preparar a la humanidad para el ascenso político del Anticristo, a quien los gobernantes del mundo -sus servidores- cederán las soberanías nacionales para que se convierta en una especie de tirano mundial.

Pero el reino del Anticristo no surge de la nada: primero es necesario borrar lo que quedó del reino de Cristo en las instituciones, en la cultura y en la vida cotidiana de los ciudadanos. La disolución moral es uno de los caminos más simples para subyugar a las masas, incitándolas al vicio y burlándose de la virtud; y, obviamente, destruyendo la familia natural, célula fundamental de la sociedad, que una vez eliminada hace posible que los niños se conviertan en mercancías, productos que quienes tienen dinero pueden pedir en Internet, alimentando una red criminal cada vez más vasta y cada vez más floreciente, por no hablar de la industria de la maternidad subrogada. El divorcio, el aborto, la eutanasia, el homosexualismo y el pansexualismo, las mutilaciones para la transición de género han demostrado ser instrumentos eficaces para eliminar no sólo la Fe revelada, sino también los principios más sagrados de la Ley Natural.

Y es de hecho una religión la que se está instaurando con la ideología woke; una religión que como la verdadera, pero con finalidades diametralmente opuestas, pretende imponerse en la sociedad, impregnar con sus propios dogmas las instituciones, las leyes, la educación, la cultura, las artes y las actividades humanas. Los globalistas aplican los principios católicos de la “realeza social”, pero proclaman a Satanás rey de las sociedades: A ti los Príncipes de las naciones te proclaman Rey con honra pública: te adoran los maestros, los jueces; las leyes y las artes lo expresan. Estas son las palabras del himno de Cristo Rey, pero las vemos aplicadas blasfemamente por los sacerdotes del Nuevo Orden Mundial a su rey, el Príncipe de este mundo, y al Anticristo en su tiempo.

Pero atención: el globalismo, como emanación del pensamiento masónico y revolucionario, proclama aparentemente la democracia y condena los regímenes absolutos, aunque en realidad sabe muy bien que la Monarquía de derecho divino es la mejor forma de gobierno posible, porque somete a todos -incluso al Rey mismo, que es vicario de Cristo en las cosas temporales- a una ley trascendente a la que todos deben obediencia.

La censura de las noticias no alineadas con la narrativa oficial, llevada a cabo con la complicidad de las plataformas sociales y los medios de comunicación, es la misma censura que los liberales del siglo XIX condenaron en sus hojas clandestinas, pero cuando se aplicaba para evitar la difusión de errores filosóficos y doctrinas contrarias a la verdadera religión católica. Y no es casualidad que la ficción democrática recurra a medios de represión violenta de las protestas populares que en una democracia libre deberían llevar a barricadas y a la execración internacional -pienso, entre otros, en Macron, alumno de los Jóvenes Líderes para el Mañana del Foro Económico Mundial de Klaus Schwab. No basta con llamar “democracia” a una dictadura para que se convierta en eso por arte de magia, sobre todo cuando el consentimiento de los ciudadanos para quienes interpretan su estado de ánimo y sus expectativas constituye una peligrosa amenaza a la supervivencia de estos parásitos subversivos.

Por otra parte, el Anticristo será rey, no presidente; ejercerá el poder de forma absoluta, totalitaria, dictatorial. Y los que hayan creído en la fábula de la democracia descubrirán demasiado tarde que han sido engañados.

-El ministro del Interior quiere disolver Civitas, el único partido católico en Francia. ¿Qué mensaje le enviaría a Civitas, a sus dirigentes, a sus miembros y a sus simpatizantes?

Les pregunto, ¿preferirían ser aprobados y alentados por el Ministro del Interior de una nación que se enorgullece de estar fundada sobre la sangre de los soberanos legítimos de Francia, que niega la Fe revelada por Cristo y pisotea Su Ley, que impone el culto público al ateísmo, a la impiedad, a la perversión? Los católicos no son enemigos del Estado ni de la Autoridad civil. Si quienes gobiernan los consideran así es porque están utilizando las instituciones (temporales y espirituales) y la autoridad para sus propios fines, y no para el bien común: este golpe de Estado global es la verdadera amenaza a la que hay que hacer frente.

Si ustedes vuelven a poner la esperanza en su acción mediática o en la estrategia a adoptar en el tribunal, entrarán en un campo en el que el adversario está ciertamente en ventaja y probablemente será el vencedor; si ustedes saben ser, con la coherencia de la vida diaria, católicos dignos de militar bajo las insignias de Cristo Rey, la victoria será segura, porque Cristo ya venció al mundo, y no serán estos políticos corruptos que se oponen a ustedes, estos personajes sin moral, sin columna vertebral y sin honor los que impedirán la derrota del Enemigo.

-Un ex Ministro de Educación nacional escribió hace un año que era necesario inventar una religión republicana, es decir, el secularismo. ¿Qué se podría decir a todos los que, entre los católicos pero también entre los que buscan una referencia espiritual, se preguntan cómo actuar?

Es un error enorme creer que el secularismo es una elección de neutralidad del Estado: su misma imposición se basa en un presupuesto teológico que decreta ex cathedra la indiferencia de la autoridad civil hacia la Ley de Dios y hacia el Señorío de Cristo, que es real y del que nadie tiene derecho a sustraerse. No se trata de una elección de neutralidad, sino de una declaración de guerra basada en una visión del mundo que no acepta servir a Cristo, para servir a Satanás. Las ceremonias de inauguración del túnel del San Gotardo, las ceremonias de inauguración de los Juegos Olímpicos de 2012 y los Juegos de la Commonwealth del año pasado, con machos cabríos y símbolos esotéricos, son la contrapartida de las procesiones, de los templos votivos y de los actos con los que las autoridades civiles de las naciones católicas reconocían públicamente la Realeza social de Cristo. La psicosis climática es también un culto público, científicamente infundada en su totalidad, pero que se impone a las masas como una verdad indiscutible que legitima religiosa y, por tanto, moralmente, la eliminación física de las personas, consideradas culpables de emitir dióxido de carbono y, por eso mismo, merecedoras de penas extremadamente graves y de extinción.

Ayer, en nombre de la Verdad y del Bien se prohibían los sacrificios humanos y los ritos paganos; hoy, en nombre del “bien de la comunidad” se ha impuesto un suero génico experimental que cosecha millones de víctimas, y en nombre de la ideología del despertar se amputan los cuerpos de menores para hacerles parecer lo que no son y nunca serán, y quien se opone a ello es criminalizado, condenado al ostracismo y señalado como enemigo público. Los excomulgados vitandi del pasado, contra los cuales la retórica anticlerical se ha desgarrado las vestiduras, hoy se nos vuelven a proponer no en el papel de un Loisy, sino en el de un no-vax o de alguien que cuestiona los suicidios políticos verdes. Los buenos son perseguidos, los malos recompensados. Es el reino distópico de Satanás: sólo puede ser lo contrario del Reino social de Cristo.

 

Fuente:

https://noticiasholisticas.com.ar/vigano-la-esencia-del-globalismo-es-satanica-y-la-esencia-del-satanismo-es-globalista/

 

miércoles, 26 de julio de 2023

¿QUÉ PUEDEN HACER LOS COMBATIENTES DEL REINO SOCIAL DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO?

 



Por CHRISTIAN LAGRAVE

 

Conclusión de “La acción política cristiana. Las fuerzas en presencia en el combate actual”, Action familiale et scolaire, Paris, 2007.

 

Una cuestión crucial se nos plantea ahora: el combate que lleva en este momento el enemigo ¿va a avanzar sin problemas y llevarnos al Anticristo, o el enemigo, como ha ocurrido a menudo en la historia, va a conocer una derrota tanto más espectacular como cierta parece su victoria? Dicho de otra manera, los dos siglos de derrotas sucesivas que sufrimos desde 1789, ¿van a terminar por el reino del Anticristo, o por el del Sagrado Corazón de Jesús?

¿Combate espiritual o combate temporal?

En la revista Le Sel de la terre n° 47, p. 212-213, encontramos un destacado análisis de una conferencia de Louis Jugnet titulada “El fin de una civilización”, pronunciada el 24 de febrero de 1959. Jugnet se hacía entonces la pregunta concreta: ¿qué hacer?

Es acá, respondía él, que las divergencias se manifiestan entre aquellos que han comprendido el colapso del famoso “mundo moderno”. Está en nosotros intentar comprender sus actitudes diversas, y a continuación ver si podemos armonizarlas.

Distinguía a continuación cinco posiciones entre los contrarrevolucionarios de la época. Pero la situación ha empeorado considerablemente desde entonces, y, si uno intenta adaptar el análisis de Louis Jugnet a nuestra situación actual, nos apercibimos que no hay más que tres posiciones razonablemente posibles, que se pueden resumir así:

1) El fin de los tiempos y la parusía están próximos (se encuentran cada vez más y más signos convergentes, como la apostasía generalizada, la subida del mundialismo, el carácter espantoso y múltiple del error y del mal, etc.) Consecuencia: la lucha temporal es inútil, todo va a ir de mal en peor, concentremos nuestros esfuerzos sobre lo espiritual.

2) El colapso global de la civilización moderna permitirá el nacimiento de una nueva civilización cristiana, gracias a los actuales islotes de resistencia.

3) Las fuerzas temporales de Francia y del Occidente son aun “salvables” como lo afirmaban Maurras y la escuela de la Acción francesa; una resistencia temporal, aun violenta, puede ser eficaz.

Ahora bien, esas tres posiciones no son contradictorias sino complementarias y las podemos armonizar. La obra de Jean Vaquié –en particular sus “Reflexiones sobre los enemigos y la maniobra”- nos va a ayudar.

Es muy posible que el fin de los tiempos y la parusía estén próximos, pero no es seguro. Jean Vaquié, por su parte, no lo creía. Él pensaba que el tiempo del Anticristo no era aún llegado, pero que la “Gran Obra” de la Babel moderna (establecimiento de un gobierno mundial inspirado por un espiritualismo luciferino) estaba destinado a colapsar lamentablemente después de haber alcanzado la victoria total.

En consecuencia, aun si todo continua yendo de mal en peor durante un cierto tiempo, nosotros no tenemos el derecho de decretar que la lucha temporal es inútil; pero, como es necesario que Dios sea el “primer servido”, nosotros debemos llevar prioritariamente nuestros esfuerzos sobre lo espiritual, es decir a la conversión personal, la oración y el combate en el dominio religioso. En efecto, si nuestro combate temporal no está fundado sobre la vida eucarística, si no nos lleva a la vida sobrenatural de Cristo en nosotros y por lo tanto a nuestra unión con Dios por la gracia santificante, entonces no tiene sentido. Vigilemos y oremos, para que todas nuestras acciones sean conducidas por la gracia divina y no tiendan sino a cumplir las reglas de la divina justicia.(1)

Las condiciones de la resistencia

Si la obra perversa de la Contra-Iglesia está destinada a un próximo colapso, este último se acompañará probablemente de otros dos: el de la civilización moderna (la que los papas han condenado constantemente hasta el Vaticano II) y la de la nueva religión salida del Vaticano II (la cual no es más que el ralliement de la Iglesia a la civilización moderna). Eso permitirá efectivamente el nacimiento de una nueva civilización cristiana, gracias a los actuales islotes de resistencia. Pero eso supone que esos islotes hayan sido mantenidos y aun reforzados, lo que entraña de nuestra parte dos tipos de combates:

1°en principio un incesante combate en el dominio intelectual para evitar la subversión de esos islotes por las doctrinas perversas que la Iglesia siempre ha condenado –doctrinas que renacen continuamente bajo máscaras diferentes, que son apoyadas por todos los poderes temporales y que son vehiculizadas por todos los agentes de la Contra-Iglesia infiltrados en nuestras filas; lo esencial es mantener la rectitud doctrinal: difundir la buena doctrina y combatir las malas;

2°un combate temporal si es necesario, no debe ser ofensivo (lo que sería una locura dada la desproporción de nuestros medios con los del adversario), sino defensivo cuando se trate de mantener las fuerzas temporales que permiten la existencia de los islotes de resistencia. Dicho de otra forma, cuando la persecución amenace destruir físicamente esos islotes, si las condiciones fijadas por la teología clásica para la legítima resistencia a la opresión son cumplidas, el combate temporal, aun violento, puede ser considerado.

Pero dos virtudes son necesarias para llevar eficazmente ese combate: la prudencia y la humildad. Ellas han sido siempre indispensables y desgraciadamente ellas no han sido –no lo son siempre- muy raramente practicadas por los combatientes antisubversivos.

Contra-Revolución y prudencia

La prudencia consiste siempre en practicar una justa estimación de nuestras fuerzas y de las del adversario, por lo que es necesario siempre tener informaciones para conocer –tanto como se pueda- los hombres y las tácticas empleadas por el enemigo; porque esas tácticas no varían; ellas se resumen esencialmente en tres -primo: la infiltración del enemigo en nuestras filas por agentes diestros y astutos (a menudo masones), secundo: la corrupción de nuestras ideas por una hábil propaganda (a menudo gnóstico-ocultista), tertio: el agotamiento de nuestras fuerzas en acciones dedicadas al fracaso desde su misma concepción (ejemplo: el combate electoral).

He aquí lo que escribía la RISS de Mons. Jouin en 1930:

“La […] masonería siempre ha batido a sus adversarios por el mismo medio: la introducción de elementos de desorden hábilmente camuflados en los organismos creados contra ella, esos elementos secretos actúan poderosamente y secretamente para destruir el poder de acción anti-masónico. Por lo tanto ¡prudencia! No es necesario agregar más que elementos seguros y no lanzarse en una obra nueva sino después de haber pedido consejo y conservando un contacto estrecho con aquellos que ya han hecho sus pruebas y están por encima de toda sospecha. (2)

Este consejo será muy particularmente útil a los jóvenes militantes.

Contra-Revolución y humildad

De una manera general la Contra-Revolución debe proceder con discreción en el dominio político; debe llevar el combate del débil contra el fuerte, es decir un combate de guerrilla: ser a los ojos del enemigo lo menos visible que se pueda; comprometerse sabiamente y a un golpe seguro después de una cuidadosa preparación; no combatir sino en el terreno que uno ha elegido y no en aquel al cual el enemigo nos quiere atraer. Haría falta tener siempre en el espíritu el consejo del estratega chino Sun Tzu en su “Arte de la guerra”:

“La suprema táctica consiste en no presentar una forma que pueda ser definida claramente. En ese caso, usted escapará a las indiscreciones de los espías más perspicaces, y los espíritus más sagaces no podrán establecer un plan contra usted. (3)

Esta voluntad de oscuridad será igualmente un excelente ejercicio de humildad; esta virtud nos recordará siempre que nosotros no somos, delante de Dios, más que servidores inútiles. Que la omnipotencia de Dios es sola capaz de derrocar los planes del demonio y sus servidores, y que si Él quiere que nosotros combatamos, es en principio para nuestra propia santificación.

El combate que nosotros llevamos debe siempre tener a Dios como principio y como fin -¡Dios primer servido!- y no nuestra vanidad, nuestro orgullo primer servido, o nuestra voluntad de poder. La obra de Dios debe hacerse en principio en nuestras almas; ahora bien si estamos llenos de nosotros mismos, ¡no quedará lugar para Dios!

Y si nosotros somos tentados, a veces, de perder ánimo, acordémonos siempre de la promesa de Nuestro Señor Jesucristo en Paray-le-Monial en 1689 “Yo reinaré a pesar de mis enemigos” y del anuncio de la Santísima Virgen en Fátima en 1917 “Al fin mi corazón inmaculado triunfará”; esas promesas no han sido hechas en vano. A nosotros nos toca, apoyados sobre la Fe, animados por la Esperanza e inspirados por la Caridad, combatir para hacer avanzar su realización.

 

Notas:

(1)Se leerá, o releerá con provecho El alma de todo apostolado, de Dom Chautard, Jesucristo vida del alma de Dom Marmion e Historia de un alma de Santa Teresa del Niño Jesús.

(2)Revue Internationale fdes Sociétés Secrètes, tome XIX, année 1930, n° 37, 14 septembre 1930, p. 878.

(3)Sun Tzu, L’Art de la guerre, article VI, “Du plein et du vide”.

 


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  “ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”           Por FLAVIO MATEOS   El Padre Nicholas Gruner, tenaz apóstol hasta su muerte del mensaje ...