Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

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martes, 10 de diciembre de 2024

RUSIA BAJO ATAQUE EN MÚLTIPLES FRENTES: ESTRATEGIAS, TENSIONES Y EL JUEGO GEOPOLÍTICO GLOBAL

 


Por MARCELO RAMÍREZ

En medio de la intensificación de los conflictos globales, Rusia se encuentra bajo una presión multifacética que desafía tanto su posición estratégica como su capacidad de respuesta militar. Mientras el Kremlin sigue aumentando la intensidad de sus operaciones en Ucrania, estrenando incluso nuevos misiles como el “Oreshnik”, los frentes de conflicto se expanden a escenarios inesperados, como Georgia y Siria. Estas áreas, que históricamente han sido sensibles para los intereses rusos, se han convertido en puntos focales de una estrategia occidental más amplia, diseñada para dividir la atención y los recursos de Moscú.

Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, se asumía que el enfrentamiento principal permanecería dentro de sus fronteras. Sin embargo, el reciente resurgimiento de conflictos en Georgia y Siria muestra cómo Occidente ha reactivado focos estratégicos para generar una presión adicional sobre Rusia. Estos movimientos no son espontáneos, sino parte de un plan coordinado que busca desgastar a Moscú tanto militar como políticamente, mientras se consolidan los intereses occidentales en la región.

La situación en Georgia ilustra cómo las revoluciones de color siguen siendo una herramienta clave en la estrategia occidental. Liderada por Salomé Zurabishvili, presidenta de Georgia, la crisis actual expone los complejos nexos entre las élites políticas locales y los intereses extranjeros. Zurabishvili, nacida en París y con una trayectoria diplomática ligada estrechamente a Francia y la OTAN, representa un caso emblemático de cómo Occidente coloca a figuras alineadas con sus intereses en posiciones de poder.

Zurabishvili, quien asumió la presidencia tras un polémico proceso electoral y un cambio exprés de ciudadanía, es un claro ejemplo de cómo las dinámicas internacionales moldean la política interna de países estratégicos. Su carrera incluye roles destacados como embajadora de Francia en Georgia y ministra de Relaciones Exteriores de ese mismo país, un cargo al que accedió apenas días después de renunciar a su ciudadanía francesa. Este inusual trayecto político es solo uno de los aspectos que alimentan las tensiones actuales en Georgia.

La crisis se desató tras la aprobación de una ley que exige a las ONG que reciben más del 20% de su financiamiento desde el extranjero registrarse como organizaciones extranjeras. Esta medida, que busca aumentar la transparencia, fue presentada por los medios occidentales como una amenaza a la democracia. Sin embargo, la realidad es que refleja un intento de Georgia por reducir la influencia de actores externos en su política interna. Protestas masivas estallaron en respuesta a esta ley, con el apoyo explícito de sectores opositores, ONGs financiadas por Occidente y la propia presidenta Zurabishvili.

El modelo de revolución de color implementado en Georgia no es nuevo. Utiliza estudiantes universitarios, secundarios, ONGs y partidos de oposición para generar caos social y político. Esta estrategia, que busca deslegitimar al gobierno actual, recuerda los eventos que llevaron al Euromaidán en Ucrania en 2014. En ambos casos, se promete a la población una entrada rápida a la Unión Europea como incentivo, una promesa que rara vez se cumple pero que sirve para alimentar las expectativas de cambio.

viernes, 15 de noviembre de 2024

TRUMP: EL RETORNO DE UN CICLO QUE PUEDE MARCAR EL FIN DE UNA ERA

 


Por MARCELO RAMÍREZ

Las recientes palabras de Peskov, vocero del Kremlin, no dejan espacio para interpretaciones rebuscadas. Cuando dice que “es prácticamente imposible que las relaciones entre Estados Unidos y Rusia empeoren”, está señalando que el vínculo ya tocó fondo. En el contexto de las elecciones norteamericanas, la indiferencia de Rusia hacia el resultado habla de una profunda crisis diplomática. ¿Por qué? Porque Estados Unidos, con su hostilidad sostenida, hace rato que dejó de ser un interlocutor fiable.

Trump, en este tablero, no es precisamente una figura de esperanza para Rusia, pero sí representa un cambio de tono. Sus promesas de acabar con la guerra en Ucrania, si es que se cumplen, ofrecen a Rusia una oportunidad de al menos moderar el conflicto. Claro que las promesas en campaña y la realidad en el Salón Oval rara vez coinciden; el propio Peskov se encargó de remarcarlo. La historia estadounidense está plagada de presidentes cuyas ideas se diluyen en la niebla del poder.

No solo Rusia se mantiene escéptica. Las políticas de Trump hacia los llamados valores “woke” anticipan un cambio radical en la postura estadounidense. Esta cruzada contra la cultura de la corrección política es, a todas luces, un golpe a la agenda globalista, alimentada por organismos internacionales y sostenida a fuerza de subsidios. Si Estados Unidos decide retirar su apoyo financiero a estas políticas, muchos países seguirán su ejemplo. Lo que queda claro es que la “cultura woke”, como herramienta política, tiene los días contados. El desgaste ya se ve en eventos como la reciente marcha del orgullo en Buenos Aires, donde la baja participación y el rechazo social son un síntoma del hastío colectivo.

Los planes de Trump para la economía son otro golpe al globalismo. La era de los impuestos sobre el carbono y las energías “verdes” podría entrar en una recesión tan profunda como la que él mismo promete para las políticas de movilidad eléctrica. La vuelta al proteccionismo estadounidense significa un cambio estructural: Trump, con su enfoque aislacionista, busca fortalecer la industria interna a expensas del comercio global. Este modelo choca de frente con el sueño del “libre mercado” que tanto pregona el globalismo y también con la visión que en Argentina algunos insisten en idealizar.

En la Unión Europea, la cosa está lejos de ser optimista. Mientras Estados Unidos se repliega, Europa, último refugio del globalismo, queda expuesta a sus contradicciones. Los países que hasta ahora apostaban al paraguas protector de Estados Unidos, como Polonia y los bálticos, ahora deberán replantearse hasta dónde están dispuestos a seguir sosteniendo un conflicto con Rusia sin el respaldo estadounidense. Esta posible ruptura del consenso europeo abre la puerta a un fortalecimiento de los movimientos nacionalistas y antiglobalistas, que ven en Trump un aliado indirecto en su cruzada por recuperar la soberanía perdida.

Medio Oriente, en tanto, enfrenta su propia encrucijada. La relación de Estados Unidos con Israel es cada vez más ambigua. Trump, pro-israelí en su discurso, tiene, sin embargo, una cuenta pendiente con Netanyahu. La historia reciente ha demostrado que el sionismo, aunque coincide a veces con el globalismo, también tiene su propia agenda. Trump, consciente de esto, no duda en mantener un equilibrio difícil con Irán y otros países de la región. La consolidación de Irán como potencia y su acercamiento con Arabia Saudita bajo la mediación china crean un escenario inédito en la región, que ni siquiera el aliado histórico de Israel puede ignorar.

Todo esto tiene un trasfondo más amplio: la desconfianza de Rusia hacia las intenciones reales de Estados Unidos. Moscú aprendió hace décadas que cualquier acercamiento con Washington puede ser un arma de doble filo. La caída de la Unión Soviética fue el resultado de una jugada maestra en la que Estados Unidos utilizó a China para debilitar a Rusia. Hoy, Rusia y China juegan en equipo, pero el temor a una repetición de esa estrategia sigue latente. Trump, con su discurso aislacionista, puede ofrecer una tregua, pero el tiempo dirá si realmente Estados Unidos está dispuesto a aceptar un mundo multipolar o si esta es solo una pausa en su estrategia de dominación global.

China, como era de esperar, observa con cautela. La relación comercial con Estados Unidos sigue siendo vital, pero Beijing no confía en un retorno a los “buenos tiempos” de cooperación sin reservas. Trump, de llegar al poder, no dudará en presionar a China en temas como el comercio y la tecnología, pero esta vez, en un mundo cada vez más alineado con el bloque BRICS, el gigante asiático tiene la capacidad de resistir. Rusia, consciente de que necesita mantener a China como aliado, jugará en este tablero de poder con equilibrio, evitando cualquier confrontación que pueda ser interpretada como un signo de debilidad.

Lo que está claro es que el mundo del globalismo está en franco retroceso. Si bien la “Agenda 2030” sigue en pie en algunos sectores, su impulso ha perdido fuerza. Los organismos internacionales, como la ONU y sus agencias, fueron herramientas para imponer un modelo global, pero el cambio de era que representa la figura de Trump implica redefinir estas estructuras. Los nuevos actores que emergen en el escenario global exigen mayor soberanía y menos intervención externa, y el propio sistema liberal-democrático, que se creyó eterno, comienza a tambalear.

Para concluir, el retorno de Trump marca, si se quiere, el fin de una época. No porque él sea el salvador, sino porque simboliza el desgaste de un modelo que no supo sostenerse. Las protestas sociales, las políticas de identidad y la corrección política, que se convirtieron en estandartes del globalismo, han dejado de ser suficientes para mantener el control. Trump es, en el fondo, el reflejo de un sistema que se resiste a morir. Lo que está en juego no es solo el futuro de Estados Unidos, sino el equilibrio de un mundo que parece haber alcanzado su límite. El péndulo de la historia se mueve, y con él, se desploman las certezas de quienes creyeron que la globalización era un camino sin retorno.

Fuente:                       

https://noticiasholisticas.com.ar/trump-el-retorno-de-un-ciclo-que-puede-marcar-el-fin-de-una-era-por-marcelo-ramirez/

domingo, 27 de octubre de 2024

TENSIONES GEOPOLÍTICAS: ¿ESTAMOS AL BORDE DE UNA GUERRA MUNDIAL?

 




Por MARCELO RAMÍREZ

23 de octubre de 2024

KontraInfo

 

Las recientes declaraciones de Donald Trump, advirtiendo sobre la posibilidad de un conflicto global inminente, reflejan un escenario internacional donde la escalada bélica parece inevitable. La alarma sobre una posible guerra mundial no es simplemente parte de la retórica electoral de Estados Unidos; es el resultado de una serie de tensiones y movimientos estratégicos que podrían desencadenar un conflicto en cualquier momento.

En los próximos meses, los ojos estarán puestos en las elecciones presidenciales de 2024, un punto de inflexión para la política exterior norteamericana. Con Trump señalando que la actual administración podría llevar al mundo a una guerra, el escenario electoral se complica aún más. Estamos hablando de un período donde cualquier cambio en la Casa Blanca puede hacer que la situación global se tense aún más, especialmente si consideramos la influencia de Estados Unidos en los principales conflictos actuales.

Si analizamos la alianza entre Irán y Rusia en este contexto, vemos cómo ambos países están estrechando lazos estratégicos que aumentan la tensión internacional. No se trata solo de la cooperación en el ámbito espacial, donde Rusia se encargará de poner en órbita satélites iraníes con capacidades de teledetección. Es difícil creer que en medio de esta crisis global, esos satélites solo tengan un uso civil, cuando claramente su potencial militar es evidente. La capacidad de monitorear a Israel y sus aliados occidentales convierte a estos satélites en herramientas clave en el tablero de juego geopolítico.

La colaboración entre Moscú y Teherán no solo refuerza sus vínculos, sino que también envía un mensaje directo a Occidente: las potencias emergentes están organizándose en áreas sensibles, como el desarrollo tecnológico y militar, mientras Estados Unidos y sus aliados enfrentan sus propios dilemas internos. Si nos enfocamos en la situación de Israel, podemos ver las consecuencias directas de estos movimientos.

El conflicto en Medio Oriente no solamente ha debilitado a Israel militarmente, sino que también ha afectado gravemente su economía. El puerto de Eilat, esencial para el comercio israelí, lleva paralizado desde 2022, lo que ha sumido a su infraestructura en una crisis de difícil solución. La destrucción reciente de un radar de alerta temprana en Tel Aviv, valuado en 500 millones de dólares, es un claro ejemplo de las vulnerabilidades de Israel ante ataques iraníes. La pérdida de este radar no solo es costosa en términos económicos, sino que también afecta profundamente la capacidad defensiva de Israel, dejando al país en una posición cada vez más precaria.

Este debilitamiento económico y militar de Israel nos lleva a plantear un escenario aún más alarmante: la posibilidad de que Israel recurra al uso de armas nucleares en su próximo enfrentamiento con Irán. Algunos expertos ya advierten que esta opción está sobre la mesa. Si Irán decide responder con fuerza a un nuevo ataque israelí, podríamos estar ante un punto sin retorno, donde la utilización de armas nucleares desencadenaría una crisis de proporciones globales.

Es aquí donde Estados Unidos juega un rol crucial. Las advertencias de Biden a Irán, señalando que cualquier intento de atentado contra Trump sería considerado un acto de guerra, no hacen más que añadir tensión a un contexto ya delicado. Esta dinámica, sin embargo, no se limita al Medio Oriente; si volvemos la mirada hacia Europa del Este, vemos cómo las tensiones también están escalando peligrosamente.

La retórica belicosa proveniente de Polonia y los países bálticos, quienes han llegado a amenazar con un ataque preventivo a San Petersburgo, solo agrava la situación. Estas declaraciones, lejos de disuadir a Rusia, garantizan una respuesta devastadora. Rusia, con su capacidad militar y nuclear, no dudaría en actuar de manera contundente ante un ataque a uno de sus centros estratégicos. Este tipo de amenazas nos muestra cómo, poco a poco, las tensiones en Europa del Este también están al borde de descontrolarse, sumando más incertidumbre al panorama global.

En este punto, la pregunta clave es si el mundo está preparado para lo que parece inevitable. Las tensiones entre potencias, las alianzas estratégicas y la posibilidad de que se utilicen armas nucleares nos colocan en un escenario similar al de la Guerra Fría, aunque más complejo y peligroso. Rusia, por su parte, juega al desgaste, consciente de que un conflicto prolongado beneficia su estrategia, mientras que Occidente, con Estados Unidos y la OTAN a la cabeza, busca una victoria rápida y decisiva, sin medir las consecuencias a largo plazo.

A medida que avanzamos en este escenario global cada vez más volátil, el juego de poder entre estas grandes potencias no parece dar tregua. Los próximos meses serán decisivos, no solo para Estados Unidos y sus aliados, sino para todo el mundo, que observa con preocupación cómo las tensiones se acumulan, llevando a la humanidad al borde de un conflicto de escala mundial.

 

https://noticiasholisticas.com.ar/tensiones-geopoliticas-estamos-al-borde-de-una-guerra-mundial-por-marcelo-ramirez/

 

viernes, 17 de febrero de 2023

RUSIA SE HA PREPARADO DURANTE AÑOS PARA ESTA CONFRONTACIÓN QUE OCCIDENTE SUBESTIMÓ

 



Por MARCELO RAMÍREZ

 

¿Una época de cambios o un cambio de época? Seguramente esta es la principal cuestión que Occidente olvida preguntarse y ser sincero en la respuesta. Ya no son especulaciones: el sostener que Rusia se ha levantado contra el orden cuasi hegemónico anglosajón de los últimos siglos. Las acciones que ha venido tomando pueden ser irracionales o no, dependiendo desde dónde hagamos nuestro análisis. Rusia ha sido un país complejo para el Occidente dominado por los anglosajones, una nación con riquezas inmensas, poco poblado en función de su extensión y con gran resiliencia a las invasiones extranjeras.

Seguramente fruto de estas características, así como un clima riguroso en gran parte de su territorio, le han dado características marcadamente propias, una identidad muy fuerte que a veces coincide con la occidental, pero otras difiere y mucho. Sus características euroasiáticas, las invasiones mongolas y su tierra habitada por pueblos de distintas nacionalidades ha dado como resultado unos rasgos particulares que podemos definir como el “ser ruso”, algo que en el Oeste no se comprende demasiado bien.

jueves, 13 de octubre de 2022

CON UNA GUERRA NUCLEAR EN PUERTA, EL CONO SUR AMERICANO TAL VEZ SEA LA ÚNICA REGIÓN APTA PARA LA VIDA

 



Por MARCELO RAMÍREZ

 

Con el invierno aproximándose, empiezan a llegar noticias dramáticas desde el Viejo Continente. Polonia autoriza a sus ciudadanos a quemar basura en sus casas para calefaccionarse, mientras el ministro de economía alemán, Robert Habeck, advierte la deslealtad de los EE. UU. que aprovechan la situación de escasez de gas ruso, escasez que los propios estadounidenses han creado, para vender su gas en pequeñas y carísimas condiciones.

La inviabilidad de la economía europea queda cada vez más expuesta, Rusia está estrangulando a la UE privándola de su cuota de energía barata, base de su industria competitiva.

En definitiva, la UE se desmorona, sus gobiernos tambalean y la necesidad de un golpe de timón se vuelve acuciante. Bruselas debe optar por desandar el camino andado con Rusia para imponerse militarmente a Moscú.

Las explosiones de los gasoductos definitivamente han cerrado la primera opción eliminando la tentación de ceder, solo queda como salida la fuga hacia delante.

El enfrentamiento toma entonces toda su dimensión y la prensa azuza la guerra nuclear, lo que es acompañado por una serie de advertencias sobre cómo Rusia va a utilizar armas nucleares tácticas en Ucrania.

El escenario, entonces, es montado con un objetivo que es el de una profecía autocumplida, Rusia intenta no escalar la guerra, pero también tiene líneas rojas a respetar que hacen no solo a su seguridad sino a la tolerancia popular interna.

viernes, 7 de octubre de 2022

AL MUNDO ATLANTISTA ANGLOSAJÓN LE QUEDAN YA POCAS CARTAS PARA TORCER LA HISTORIA

 



Por MARCELO RAMÍREZ

 

Finalmente, ha llegado una fecha límite para la resolución de la crisis. Rusia ha optado por responder duramente a la negativa ucraniana de emprender negociaciones junto a la creciente presión occidental con el envío de armas más sofisticadas y de mayor alcance, algo que además acompaña con un importante desplazamiento de tropas de la OTAN camufladas como mercenarios o voluntarios.

El gobierno que preside Vladímir Putin ha decidido organizar rápidamente un plebiscito en 4 oblast sobre la voluntad de unirse a Rusia. Previamente, Kherson y Zaporizhye han hecho pública su voluntad de independencia de Ucrania para situarse en un mismo estatus que Lugansk y Donetsk.

Los 4 oblast, en consecuencia, han dado un paso fundamental en el plebiscito donde la población se inclinó por solicitar su anexión a la Federación Rusa. 

Esta situación ha actuado como un acelerante del conflicto. Si Rusia suma esos territorios, es muy difícil que Occidente pueda seguir con la retórica de estar derrotando a los rusos y el costo económico que está atravesando la UE, especialmente, con una inflación creciente y un proceso de desindustrialización que amenaza con ser definitiva, se muestra infructuoso.

No es posible hablar de pagar costos “por la libertad y la democracia” si Rusia consigue estabilizar su economía, proyectar una nueva reforma financiera global en forma paralela a la actual hegemonizada por el mundo anglosajón. La derrota militar de Rusia, como ha dicho Josep Borrell antes de sus actuales vacilaciones, es imperiosa para mantener el estatus del mundo anglosajón como rector universal.

Si bien es previsible que la anexión de los oblast a la Federación de Rusia solo serán reconocidos por países cercanos a Moscú, el hecho del impacto sobre la psiquis de los europeos y de los estadounidenses será fuerte.

jueves, 28 de julio de 2022

UNA GUERRA NUCLEAR ENTRE EEUU Y RUSIA NO ES IMPROBABLE

 

UNA GUERRA NUCLEAR ENTRE EEUU Y RUSIA NO ES IMPROBABLE, SEGÚN EL EXPERTO ALEXANDER TIMOJIN

 


Por MARCELO RAMÍREZ

 

La situación de tensión entre los EE. UU. (OTAN) y Rusia crece día a día, Moscú económicamente se encuentra en una posición bastante más cómoda que Europa y en el plano militar se afianza en Ucrania, mientras Washington viene de un revés importante en Siria que trastocó los planes para la región y en Afganistán.

Con la presión rusa sobre mercados fundamentales como el gas, el petróleo y alimentos, sumados a distintas materias primas claves para la economía, las señales de escalada en la guerra cobran cada vez más fuerzas.

Un enfrentamiento directo entre ambas potencias nucleares ha sido descartado por décadas, la MAD (Mutual Assured Destruction) o destrucción mutua asegurada, predice que no podrá haber un enfrentamiento directo porque este escalaría hasta los niveles de una guerra nuclear planetaria que significaría la destrucción no solo de los combatientes, sino del planeta entero.

Para analizar esta situación y saber si aún es así, vamos a comentar un trabajo del año 2020 de Alexander Timojin, un experto en asuntos estratégicos militares ruso. Es relevante aclarar previamente que lo que sigue es la opinión de este experto y está sujeta a debate. Sin embargo, es muy importante para evaluar cuan posible es una guerra nuclear y cuáles son las consecuencias reales que le traería al planeta.

Es necesario también dejar en claro que esto no es un llamado a una guerra nuclear, sino exactamente lo contrario. Mostrar las razones por las cuales un enfrentamiento de este tipo es altamente posible y así es evaluado por los expertos militares en esta área, dejando de lado interpretaciones periodísticas o de meros opinadores que no conocen en profundidad de qué hablan y se basan solo en un sentido común instalado desde hace décadas.

Las opiniones de los profesionales pueden ser diametralmente opuestas a lo que se establece por el consenso de los medios y de las sociedades. Estas opiniones no están basadas en sentimentalismos ni ideas sobre lo positivo o negativo ni sobre las consecuencias morales, son simplemente opiniones basadas en datos concretos de la realidad que pueden ser antipáticos o herir personalidades sensibles, pero eso no quita que no sean ciertos y no deban ser contemplados.

La idea inicial sobre la que trabaja Timojin es que las bombas nucleares, aún las mayores, no son más que bombas muy poderosas, pero bombas al fin. Por ello, analizar el impacto de las mismas requiere tener en cuenta muchos factores que no pueden ser reducidos a una expresión sentimental de horror. 

Inicialmente, se puede considerar que un conflicto militar directo entre Rusia y EE. UU. derivaría casi sin dudas en una conflagración nuclear de una rápida escalada. Hay distintos modelos descriptivos y algunos que apuestan a una guerra limitada en función de una escalada para desescalar, una doctrina soviética que aún se contempla en Rusia.

martes, 24 de mayo de 2022

PUTIN SABE QUE JUEGA A TODO O NADA: EN ESTAS CIRCUNSTANCIAS LA GUERRA NUCLEAR ES POSIBLE

 


PUTIN SABE QUE JUEGA A TODO O NADA: EN ESTAS CIRCUNSTANCIAS LA GUERRA NUCLEAR ES POSIBLE

  


Por MARCELO RAMÍREZ

 

Uno de los grandes problemas de que adolece el análisis de la política internacional es la ausencia del componente militar que se reduce, en el mejor de los casos, a contabilizar el poder de las naciones en función del presupuesto, de cuánto dinero invierten en su aparato militar.

Por ello encontramos rankings absurdos donde Arabia Saudí es comparable a Rusia porque su inversión es similar o que EEUU es más poderoso que los 10 países que le siguen en presupuesto, simplemente porque su presupuesto es mayor que la del resto sumado.

Por supuesto que esto carece de la más elemental lógica pues no analiza cuestiones básicas como es el costo de fabricación local, de salarios, ubicación geográfica, capacidad industrial, calidad tecnológica y un etc. interminable de objeciones.

Este no es el único inconveniente, la voluntad parece ser determinante, si alguien habla de una hipótesis de conflicto simplemente es leído como un personaje belicoso, las naciones deciden su suerte de acuerdo al derecho internacional y no mucho más. Hemos llegado a ver cómo personajes importantes en la Argentina, por ejemplo, se negaban a discutir el tema de la indefensión en que se encuentra el país porque es moralmente más importante un hospital que un tanque o porque no hay hipótesis de conflicto, aun cuando parte del territorio está ocupado por el Reino Unido.

Para algunos sectores la visión internacional es infantil y estratificada, pues no comprenden que la dinámica propia de la situación hace que cambie el poder relativo de las naciones. Entonces, concluyen, no hay necesidad de incorporar el análisis militar en los hechos geopolíticos simplemente porque no tienen relevancia y sólo despiertan interés en los fascistas. La única lucha que vale la pena incorporar es contra el machismo, aseguran.

Dos bandos entonces, lo que señalan esto y los economistas que solo aceptan que el mundo funciona en sintonía con el dinero, nadie hace una guerra si pierde plata. Bueno, el hecho de que durante décadas el Reino Unido desoiga los llamados a discutir la soberanía ante los pedidos de una Argentina desarmada y que solo confía en el derecho internacional exclusivamente, se suman a aquellos que no tienen hoy explicación ante el suicidio económico de la UE, allí se ve claramente como la política sitúa sus intereses por encima de los negocios.

Aclarada la necesidad de comprender la naturaleza de los conflictos militares y su peso específico en la geopolítica mundial, podemos aceptar que el análisis militar debe ser tenido en cuenta, no  es necesario ser un especialista en sistemas de armas, pero sí lo es conocer lo suficiente para reconocer el verdadero potencial de combate de un ejército y qué posibles estrategias son las que le sirve a un país u otro.

La actual guerra no declarada entre Rusia y la OTAN se produce en diversos planos que constituyen la guerra real y que exceden lo meramente militar, por lo que tampoco hay dudas que la guerra entre estos contendientes ha comenzado en el plano mediático, informativo, económico, financiero, cultural, ideológico, psicológico y muchos otros, pero aún es incipiente en el meramente cinético, es decir, en el choque armado directo.

sábado, 5 de marzo de 2022

PUTIN HA DECIDIDO ENCABEZAR LA SUBLEVACIÓN CONTRA EL ORDEN HEGEMONIZADO DESDE HACE SIGLOS POR EL MUNDO ANGLOSAJÓN

 

Putin ha decidido encabezar la sublevación contra el orden hegemonizado desde hace siglos por el mundo anglosajón

 


Por MARCELO RAMÍREZ

 

 Llegó el día tan esperado y tan temido, la Federación de Rusia decidió que ya era suficiente los 8 años de ataques sobre los civiles del Donbass, agravada por la acumulación de fuerzas militares ucranianas que además amenazaba con tomar Crimea.

La frutilla del postre fue la intensificación de los ataques sobre el Donbass en los últimos días y las declaraciones del presidente Zelensky que decían que su país esperaba obtener armas nucleares, algo que en occidente se tomó como algo menor, pero no así en Rusia donde el Ministro de Defensa Serguei Shoigú manifestó que Ucrania tiene la capacidad de real de obtenerlas rápidamente por su pasado en la URSS y además cuenta con misiles lanzadores aptos para ese trabajo.

A 96 horas del conflicto es complejo hacer pronósticos o descripciones de lo que está pasando, sin embargo, hay algunos puntos que empiezan a quedar claros.

La guerra informativa y la acción psicológica alcanzan niveles surrealistas. Se suceden sin pausas imágenes de equipos militares y soldados muertos o rendidos que se presentan inversamente a lo sucedido, plagado de falsedades en las interpretaciones o extraídos de otras época y lugares.

Rusia ha avanzado con equipamiento liviano a efectos de minimizar las bajas civiles, pese a ello ha conseguido llegar a Kiev y a otras ciudades ucranianas, las cuales han sido cercadas en su mayoría.

Esta política decidida por Putin ha sido cuestionada en su país por personas que creen que produce bajas innecesarias. Moscú ha desplegado apenas de la fuerza militar que había concentrado en las fronteras y recién ahora empezamos a ver los primeros equipos pesados desplazarse dentro de Ucrania.

La fuerza naval y aérea de Ucrania ha sido destruida, hay más de mil instalaciones militares demolidas, entre ellas las bases aéreas. Depósitos de armas, sistemas antiaéreos y de defensa contra misiles han sido eliminados en su mayoría. El control marítimo y aéreo ruso es total y eso significa que si la guerra continúa solo habrá más víctimas, pero el resultado final será la victoria rusa.

Occidente ha respondido como se esperaba, luego de incentivar a Ucrania en su política belicosa ha dicho que no iba a comprometer tropas y recurre a un envío de armas bastante complicado. Si Rusia tiene el control total de los cielos es virtualmente imposible poder hacer llegar más que a cuentagotas armas livianas y Rusia ya advirtió que destruirá todo envío de armas.

Rusia cuando comenzó la invasión advirtió a cualquier potencia extranjera que se viera tentada a intervenir sufriría represalias nunca vista en la historia. Esto se vio reforzado con la puesta en alerta de máxima seguridad a las tropas estratégicas, que son aquellas que utilizan las armas nucleares.

“ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”

  “ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”           Por FLAVIO MATEOS   El Padre Nicholas Gruner, tenaz apóstol hasta su muerte del mensaje ...