Por LUIS
ALVAREZ PRIMO
Debí
interrumpir estas apostillas porque viajé a Rosario, Roldán, Villa General
Belgrano, Córdoba y San Miguel de Tucumán a dar charlas sobre “La obra de E.
Michael Jones en las guerras culturales de nuestro tiempo” y a presentar “Los
Peligros de la Belleza. El conflicto entre mímesis y concupiscencia en las
bellas artes”, su extraordinaria historia filosófico política de estética,
única en las letras de Hispanoamérica por la feliz elección del tema, la
acuidad de su tratamiento y su calidad gráfica, que he tenido el gusto y el
honor de traducir y editar en la Argentina. Fue muy grato recorrer a lo largo
de 2600 km. ciudades pujantes, pueblos de campaña y pequeñas villas, campos
extensos preparados para la siembra, paisajes montañosos de cumbres nevadas, caminos
sinuosos de curvas y contracurvas, nuevas suntuosas autopistas (en lamentable
contraste con las rutas a Tucumán, deterioradas a causa de una falta total de
mantenimiento. Quizá si el lujurioso ex gobernador judío José Alperovich
hubiera administrado mejor, otra sería la situación), desiertos de algarrobales
y salinas blancas. Pero lo más importante, naturalmente, fue encontrarme con
gente amiga y gente nueva con la cual se establecía de inmediato una cálida
comunidad de afecto en virtud del interés por la obra de E. Michael Jones y la
sabiduría que irradia para ayudarnos a descubrir el logos de la historia y de
la belleza de la creación, tal como se expresa en las Bellas Artes. Como en
otros tiempos de docencia universitaria, me dio mucho gusto hablar sobre
cuestiones fundamentales de filosofía política ante un grupo de jóvenes que se
preparan para ingresar a diversas fuerzas de seguridad.
Ciertamente,
seguí los acontecimientos que motivan estas notas, tomando apuntes para ofrecer
al regreso un análisis y sobre todo una síntesis que permita seguirlos e
interpretarlos, pues, tal como lo he expresado antes en varias ocasiones, es
una cuestión decisiva y determinante para el interés nacional de nuestra patria
tener una acertada política exterior.
Luego de la provocadora, ilegítima, ilegal y traicionera guerra de los 12 días desatada por Israel-Netanyahu y los EE.UU.-Trump contra Irán, hoy está claro que el objetivo del brutal ataque que causó la muerte a más de 1000 iraníes civiles (entre ellos 14 científicos y sus familias), más que destruir los establecimientos de enriquecimiento de uranio de Irán, fue provocar un cambio de régimen en Teherán y el asesinato del anciano líder religioso Alí Khamenei, tal como declaró sin escrúpulos el ministro de Defensa hebreo Israel Katz.