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viernes, 2 de diciembre de 2022

1 DE DICIEMBRE: MUERTE DEL ZAR ALEJANDRO I, CONVERTIDO AL CATOLICISMO

 

HACE DOSCIENTOS AÑOS EL ZAR DE RUSIA PROHIBÍA LA MASONERÍA Y ANTES DE MORIR SE CONVERTÍA AL CATOLICISMO

  


El zar Alejandro I, que en principio (según fuentes masónicas, no del todo confiables) había pertenecido a la masonería –gran parte de la nobleza y la monarquía de Europa estaban fuertemente influenciados por sus ideas- luego terminó prohibiendo a la secta en 1822. Hijo de Pablo I y Sofía de Wurtemberg-Montbéliard (María Feodorovna), así como nieto de Catalina II, había nacido en San Petersburgo el 23 de diciembre de 1777, murió en Taganrog el 1 de diciembre de 1825.

Tras la gran victoria sobre Napoleón en 1812, este zar, crecido en un ambiente impregnado de ideas iluministas y teosóficas, da un giro y se vuelve religioso y hasta místico. “Es entonces cuando se apodera de él una convicción: que el fundamento de Europa es y no puede ser sino el cristianismo. Esta nueva visión se plasmó en el gran proyecto de su vida: la Santa Alianza. En este acuerdo de los Príncipes cristianos para enfrentar la subversión creciente, se encuentran las siguientes palabras: “Jesucristo, nuestro Señor y nuestro Salvador, Verbo eterno, Esplendor del Padre, Tesoro de amor…” Estamos a años luz del espíritu librepensador y volteriano de Pedro y Catalina. Siempre según de Maistre, sabemos que “el redactor…es nada menos que el emperador de Rusia” (Padre Alfredo Sáenz, Rusia y su misión en la historia). Así también le escribe al Papa ofreciendo su protección a los súbditos católicos de su imperio (unos años después, nuestro gran Restaurador de las leyes, Don Juan Manuel de Rosas, propiciaba la creación de una “Liga de Naciones Cristianas” del tipo de la Santa Alianza, presidida por el Papa. Cfr. Federico Ibarguren, Nuestra tradición histórica, Ediciones Dictio, 1978).  En su debilidad, Alejandro no había podido evitar las presiones para llegar al decreto de expulsión de los jesuitas de Rusia, el 13 de marzo de 1820. Pero más tarde se decidió y prohibió la Masonería. Tras su muerte, el destino de su cadáver ha quedado en el misterio y dado lugar a leyendas. Posiblemente haya sufrido una venganza masónica.

Pero lo más interesante es lo que ha contado la Beata Ana María Taigi (1769-1837), mujer milagrosa y visionaria como pocas, a quien Dios le ha revelado hechos íntimos de la gran historia de su tiempo –llegando a ser como un contrapeso del mismo emperador Napoleón Bonaparte-. Según la santa, el zar Alejandro I había enviado a Roma al Gral. Michaud para tratar con el papa León XII acerca de su conversión y de la vuelta de Rusia al catolicismo, y antes de morir habría abjurado secretamente del cisma y se habría convertido al catolicismo (Cfr. La beata Ana María Taigi. Madre de familia, por Albert Bessieres, S.J., Ediciones Desclee de Brouwer, Buenos Aires, 1942, págs. 184, 185). La Beata, a la que Dios le concedió ver los acontecimientos mundiales, lo afirmó así: “El emperador ha muerto católico. Su alma se halla en el purgatorio; se ha salvado por haber tenido misericordia con el prójimo, por haber protegido al papa y a la Iglesia”. El cuerpo incorrupto de la beata descansa en la iglesia de San Crisógono, en Roma.

Aquí puede leerse su apasionante biografía:

https://es.scribd.com/document/259267866/Bessieres-Albert-La-Beata-Ana-Maria-Taigi-madre-de-familia-pdf

Pregunta final: si hubo ya un zar opuesto a la masonería y que llegó a convertirse al catolicismo, ¿no podría acaso haber un presidente, Vladimir Putin, que también lo haga?

Creo que dadas las apremiantes circunstancias actuales conviene no dejar de rezar por ello.

 

jueves, 9 de junio de 2022

LA CONVERSIÓN DEL ZAR

 

LA CONVERSIÓN DEL ZAR

 

El cuerpo incorrupto de la Beata Ana María Taigi. Hoy 9 de junio es el aniversario de su tránsito y su fiesta.


“Un ministro de Baviera visita a Anita para solicitar sus consejos. Ella comienza por referirle su vida, sus faltas, y luego "aborda la cuestión política y hace una exposición de la situación europea que aumenta el asombro del diplomático. Describe claramente los asuntos de las diversas cortes, las tramas urdidas, Enastadas por la Providencia, las intrigas secretas y el resultado final completamente contrario al fin perseguido. Después de una hora de conversación el embajador concluye:

- Ella tiene el mundo entero ante los ojos como yo tengo mi tabaquera en la mano. Lo sabe todo, en tanto que nosotros, viejos diplomáticos, no sabemos ni siquiera lo que sucede en la corte en que estamos acreditados.

En 1825, según declara Monseñor Contralto, obispo de Aqui, el general Michaud, ayuda de campo y amigo de Alejandro I, emperador de Rusia, encontrándose en Roma es informado por un vago rumor de la muerte del Zar. Corre a la embajada rusa. Allí le dicen que el rumor carece de fundamento y ha sido lanzado por los liberales. A pesar de todo, el general va a casa de Ana, quien le responde:

- El zar ha muerto. La embajada recibirá mañana la noticia. Y luego le consuela añadiendo: El Emperador ha muerto católico. Su alma se halla en el purgatorio; se ha salvado por haber tenido misericordia con el prójimo, por haber protegido al Papa y a la Iglesia.

El general Michaud, si hemos de creer lo que dice un artículo de la Civiltà (4 de noviembre de 1876) había sido enviado precisamente a Roma para tratar con León XII de la conversión de Alejandro I y de la vuelta de Rusia al catolicismo. El general pudo asistir en San Petersburgo a los funerales de su amigo y supo, según se afirma, que el emperador, poco tiempo antes de su muerte, había abjurado secretamente el cisma. Informó de ello al emperador Nicolás con la esperanza de inducirle a seguir ese ejemplo.”

 

Albert Bessiéres, s. i. La beata Ana María Taigi madre de familia, traducción de luis echiávarri con prólogo del r. p. pierre charles, s. i. Buenos Aires, 28 de marzo de 1942.

 

NOTA: Circula una leyenda en torno a la muerte de este zar:Alejandro falleció oficialmente el 1 de diciembre de 1825 en Taganrog; su tumba se halla en San Petersburgo. La muerte del zar siempre estuvo cubierta de sospechas. Presuntamente murió durante un viaje a Crimea, y circuló la leyenda de que había fingido la muerte para retirarse a hacer vida de ermitaño (bajo el nombre de Fiódor Kuzmich). Su tumba, abierta en 1926, fue encontrada vacía”.

Fue velado con el ataúd cerrado, lo que alimentó mil y una conjeturas.


Alejandro I.



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