En 1917,
la Santísima Virgen vino a Fátima para denunciar las últimas etapas de una
revuelta que había comenzado quinientos años antes. Denunció un creciente
movimiento revolucionario que no tenía otro propósito que establecer una sociedad
opuesta a la organizada según la ley de Nuestro Señor Jesucristo, el Verbo
Encarnado, una sociedad en la que se había dado un decreto de muerte a su Santa
Iglesia Católica, madre y maestra de la Verdad.
Una de
las últimas etapas de la revuelta denunciada por ella fue precisamente el
materialismo ateo propugnado sobre todo por el comunismo. Esta ideología,
declarada enemiga de Dios, va en contra de todos los mandamientos de su ley,
aunque pueda disfrazarse para conseguir sus fines haciéndose pasar por
tolerante y filantrópica. Basta con mirar las naciones dominadas por ella:
Corea del Norte, China, Cuba, Nicaragua...
La
Iglesia ha condenado categóricamente el comunismo como algo intrínsecamente
malo. Nadie puede ser, bajo ninguna hipótesis, un verdadero católico y un
socialista o comunista.
La
expansión del comunismo y sus consecuencias, sin duda, contarían con las
fuerzas del Infierno, y, por ello, la Santísima Virgen nos advirtió en Fátima:
"Sólo Nuestra Señora del Rosario puede serviros", y servir significa
salvar.
Los
católicos de Brasil, debido a nuestros pecados e infidelidades, nos encontramos
una vez más amenazados en estas elecciones. El futuro de nuestros hijos, de
nuestras familias, la propia ley natural y, sobre todo, la salvación eterna de
nuestras almas puede estar amenazada de una manera muy especial.
La Virgen
había profetizado la Segunda Guerra diciendo "si no dejáis de ofender a
Dios, vendrá una guerra mucho peor". Por eso es hora de actuar: el
movimiento Rosario por Brasil pretende reunir al mayor número posible de
católicos, hasta las elecciones, todos los sábados, en las calles y plazas,
implorando, a través del rezo de los quince misterios del Rosario, la
intervención de la única que puede ayudarnos, la vencedora de todas las batallas
de Dios, implorando de ella la gracia de una conversión sincera, la nuestra y
la de todo el clero, y con ello la gracia de la derrota de la amenazante
ideología comunista.
Queremos
que Brasil recupere su lugar en el podio de las naciones como el país más
católico del mundo.
Que la
Virgen nos dé la gracia de ver, una vez más, el maravilloso espectáculo de su
victoria, como lo fue en Lepanto, en Viena, en Hiroshima, en Austria, en
Francia y en Brasil.
Ponte en
contacto: organiza tu Campaña del Rosario con nosotros, ¡salgamos a la calle
por millones con rosarios en las manos!
Alabado
sea el Santísimo Sacramento del Altar y la Virgen concebida sin pecado
original.
¡Salve
María!
https://rosariopelobrasil.com.br/