RUSIA SE CONVERTIRÁ
Por FRÈRE FRANCOIS DE
MARIE DES ANGES
“En 1946, cuando John Haffert le preguntaba si la
conversión de Rusia seguiría ciertamente a la consagración de esta nación, la
Hermana Lucía respondía: “Sí, es lo que Nuestra Señora ha prometido. Eso
ocurrirá”.
Al Padre McGlynn, que quería saber si la promesa de la
conversión de Rusia era absoluta o condicional, ella afirmó: “Al fin, en el texto del Secreto,
significa que ella es absoluta”.
Si la vidente ha repetido a menudo la profecía de
Nuestro Señor, esto es, que el Papa consagrará Rusia, “pero será tarde”, ella
declaraba sin embargo que “la consagración de Rusia, como el triunfo final del
Corazón Inmaculado de María que le seguirá, son absolutamente ciertos y se
realizarán a pesar de todos los obstáculos”. La conversión de Rusia que de ahí
resultará será un milagro inaudito, digno del poder de quien, en 1917, había
provocado la sacudida, caída y giro en vueltas del sol. (…)
En 1976, el Padre Alonso precisaba: “Lucía siempre
pensó que la conversión de Rusia no se entiende solamente como un retorno de
los pueblos de Rusia a la religión cristiana-ortodoxa, rechazando el ateísmo
marxista de los Soviets, sino que ella se refiere simplemente y plenamente a su
conversión total e integral por un retorno a la única y verdadera Iglesia, católica
romana.”
Esta nación será salvada de su cisma por la Mediación
todopoderosa de Nuestra Señora, al pedido de todos los obispos católicos obedeciendo
a su jefe, el Papa de Roma al que los Rusos pretendidamente “ortodoxos” rehúsan
reconocer la primacía de jurisdicción universal propia del sucesor de Pedro.
Cuando la Inmaculada Madre de Dios difunda sobre Rusia gracias super abundantes
de conversión, ella devendrá una gran nación católica en sus jefes y en sus
instituciones.
El milagro prometido no es sin precedentes históricos.
Muchas veces, en la historia de la Iglesia, por la Mediación de la Virgen
María, Dios ha intervenido de manera parecida, “con la mano fuerte y el brazo
extendido”, realizando prodigios sorprendentes. Las gracias obtenidas después
de la consagración de Francia a Nuestra Señora por el rey Luis XIII en 1638, o
después de la consagración de la parroquia de Ars a “María Inmaculada” por su
santo cura el 1° de mayo de 1836, dan una idea de lo que será la fecundidad
sobrenatural de la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María.
Tenemos también un ejemplo histórico elocuente, que
debe tener un alcance profético, en la consagración al “Santísimo e Inmaculado
Corazón de María” de la parroquia Nuestra Señora de las Victorias en 1836. Una
lluvia de gracias extraordinarias, provocando su conversión casi súbita, ha
manifestado públicamente la eficacia de esta consagración. Lo que la Virgen
María cumplió en las almas de una parroquia, ella ha prometido realizarlo por
Rusia en respuesta a la humilde docilidad del Papa. Finalmente, no habría que
olvidar el triple milagro realizado por Nuestra Señora en Portugal en respuesta
al acto de consagración cumplido por todos los obispos del país el 13 de mayo de
1931.
Sin embargo, el milagro de la conversión de Rusia
sobrepasará todo lo que podemos imaginar, Será visible a los ojos de todos que
ha sido obtenido por intercesión de Nuestra Señora.
En febrero de 1946, en el transcurso de una entrevista
con la hermana Lucía, el Padre Jonge recuerda “las tres tesis” de San Luis
María Grignion de Montfort: El reino de Cristo vendrá, por el reino de María,
después de la difusión de la verdadera
devoción en el mundo. Pero la hermana Lucía agrega inmediatamente: “…y
después de la conversión de Rusia”.
Es en efecto el milagro impresionante de la conversión
de esta nación, de su retorno a la verdadera fe, católica y romana, después de
tantos siglos de separación, que manifestará el poder de la Mediación de la
Reina del Cielo y de la tierra. En todo el universo, los hombres serán
impresionados, estupefactos, maravillados al punto de abrasar la devoción
reparadora y de cantar con un fervor conquistador, un vivo ardor y una inmensa
alegría, las glorias y los méritos del Corazón Inmaculado de María.
Esos eventos maravillosos que esperamos han sido
anunciados por P. Maximiliano Kolbe que no ha sabido nada, según parece, de las
revelaciones de Fátima. La convergencia entre las profecías del santo y aquella
de Nuestra Señora no pueden ser más sorprendentes.
En Roma, en febrero de 1937, el Padre Kolbe pronuncia
una conferencia para conmemorar el vigésimo aniversario de la fundación de la
Misión de la Inmaculada. Declaró: “Yo no
creo que esté lejos, ni que se trate simplemente de un sueño, ese grandioso día
donde la estatua de la Inmaculada será ubicada, por sus victoriosos misioneros,
en el centro mismo de Moscú”.
Una segunda versión de esta profecía acuerda
perfectamente con las visiones del secreto. El padre Quirico Pignalberi, uno de
los siete fundadores de la Milicia de la Inmaculada, testimonia: “El Padre
Maximiliano vino a verme al convento de Piglio los días 7, 8 y 9 de febrero de 1937. Hablamos los dos en mi
habitación. Él me informa de dificultades que su obra encontraba en Polonia y en
Japón. Sin embargo, me dice que muchos obstáculos habían sido superados. Me
dice igualmente que en el centro de Moscú se colocaría la estatua de la Inmaculada,
pero que aparentemente la prueba de sangre sería necesaria”.
El tercer Secreto no anuncia otra cosa.
Más aún, en 1931, el Padre Kolbe escribía: “Pienso que
se verá el emblema de la Inmaculada como flotar hasta el Kremlin y brillar a
partir de allí; en una palabra, ella será verdaderamente la Reina de cada
corazón e introducirá en cada corazón, el amor divino, el Corazón de Jesús.
Así, se cumplirá lo que la bienaventurada Catalina Labouré, a quien la
Inmaculada reveló la Medalla Milagrosa, había previsto: es decir que la
Inmaculada devendrá “la Reina del mundo entero” y “de cada uno en particular.”
Fatima
Salut du monde. Frère Francois de
Marie des Anges, La Contre-Réforme Catholique, Saint-Parres-Les-Vaudes, France,
pág.s 373 a 375.