Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

domingo, 11 de junio de 2023

FRANCISCO Y LOS GNÓSTICOS

 


Por FLAVIO MATEOS

 

Una interesante noticia ha circulado recientemente por algunos medios: el papa Francisco en una conferencia sobre “La estética global de la imaginación católica”, mencionó a los que serían sus tres escritores favoritos. Alguna prensa titula así: “El papa Francisco nombró a sus tres escritores favoritos: un ruso, un francés y un italiano” (https://www.infobae.com/leamos/2023/05/29/el-papa-francisco-nombro-a-sus-tres-escritores-favoritos-un-ruso-un-frances-y-un-italiano/)

 ¿Quiénes son esos tres escritores?

Dante Alighieri, León Bloy y Fiódor Dostoievski.

¿Qué tienen en común los tres escritores? Los tres están fuertemente influenciados por el Gnosticismo.

Sobre Dante Alighieri hay incontables estudios eruditos, de hecho su estudio específico se denomina "Dantología". Sin embargo, son menos difundidos los estudios acerca de lo por nosotros señalado. La fuente fundamental de su pensamiento ha permanecido recubierta por el hermetismo de su complejo simbolismo. Pero hay investigadores que lo esclarecen bien. Para empezar señalamos como insustituible el excelente informe de Etienne Couvert en su libro “Visages et masques de la Gnose”, Éditions de Chiré, 2011, Capítulo II, llamado “La vérité sur Dante. Dante et la Gnose”, aparecido primeramente en la revista “Lecture et Tradition N° 358, Diciembre 2006. Basado en estudios pormenorizados de Miguel Asin-Palacios (que descubre el origen musulmán del pensamiento del Dante), de André Bellessort, de Louis Gillet, de Alain Pascal, de Etienne Gilson y de B. Nardi entre otros, explica que “La Divina Comedia” es una paráfrasis de muchas obras árabes. El pensamiento de Alighieri es neo-platónico, pero expuesto en un lenguaje escolástico. Dante expresa un anticlericalismo exacerbado y la cólera de Dante contra los papas, los sacerdotes y los monjes son expresados con fórmulas idénticas a las de los Fraticelli, herejes que profieren palabras que más tarde habrá de repetir Lutero. Llega a introducir en el Paraíso a personajes como Joaquín de Fiore y Siger de Brabant. Si bien el primero no condenado por la Iglesia, Santo Tomás y San Buenaventura lo consideraban un falso profeta, en tanto que el segundo fue excomulgado. Que el Dante haya sido objeto de una encíclica papal laudatoria (In praeclara Summorum, de Benedicto XV) no significa que el sumo pontífice estuviese acertado, sino que no había accedido a los estudios esclarecedores que luego se realizarían, además que manifiesta el complejo entramado de ideas detrás de la superficie en el eximio poeta florentino, que hacen que no resulte fácil conocer su verdadero pensamiento. El tema del Gnosticismo exige un conocimiento de los temas y maneras propias de introducir sus ideas, vehiculizadas sobre todo mediante la literatura y el cine. Es por eso que se hace necesario recurrir a los entendidos en la materia (un Jean Vaquié, un Etienne Couvert, un Alain Pascal, un Paolo Tauffer, entre otros).

León Bloy participa también de la confusión respecto de su aparentemente ortodoxia católica en un amplio público que parece haberse interiorizado poco con su obra. Pero también, afortunadamente, y sobre todo en su país de origen, se le han dedicado estudios pormenorizados para desenmascararlo. En nuestro libro “Castellani y Lefebvre” (Ediciones Reacción, 2022), págs. 84 a 113, damos cuenta de un escritor originalmente revulsivo, cáustico, agudo pero a la vez blasfemo, a veces obsceno e influido por el Gnosticismo. Remitimos allí a los estudios realizados por Raymond Barbeau, Louis Jugnet, Antoine de Motreff, Christian Lagrave, entre otros (en Brasil se publicó un artículo de C. Nougué hace unos años atrás). Si bien Bloy no fue condenado por el Santo Oficio, que juzgó su obra, claramente como detallamos en el libro de acuerdo a los informes conocidos, debió ser condenado, y se lo perdonó sobre todo porque ya por entonces los liberales lograron imponerse sobre los antiliberales y porque, como dijo el informe sobre el dominico Lehu: “no minimiza la impiedad contenida en la obra de Bloy y reconoce su profunda impregnación; por un lado comparte la tesis de un Bloy demente, por otro juzga que el asco que despierta una obra tan extravagante ahuyentará a la mayor parte del público antes de que se hunda en el olvido”. 

Respecto de Dostoievsky, también resultará útil sumergirse en la obra de E. Couvert “La Gnose universelle”, Éditions de Chiré, 1993, págs. 147 a 175, dentro del capítulo llamado “Gnose et pensée russe”, donde se estudia la influencia gnóstica en los más famosos y talentosos escritores y filósofos rusos: Khomiakov Soloviev, Berdiaev, Florensky, que han reactualizado en el mundo moderno el Gnostcismo de Orígenes y de Clemente de Alejandría. En cuanto a Dostoievsky, y también respecto de Tolstoi, se califica la suya de “una literatura panteísta”. El primero muy influido por Swedenborg, y el segundo por Rousseau y Schopenhauer. Ideas gnósticas que sin dudas influyeron en la pudrición intelectual que contribuyó a la Revolución comunista.

Así pues, el papa Francisco destaca a tres escritores talentosos pero que están lejos de ubicarse en la sana ortodoxia católica, los dos primeros con el agravante de ser católicos furiosamente anticlericales. No debería sorprendernos y, particularmente, pensamos que Bergoglio sabe bien a quiénes menciona, pues no es ningún ingenuo.

A la ingenuidad parecen jugar los medios católicos que dejan pasar estas noticias sin el menor comentario o interés, y sin jamás hacer ninguna mención al gnosticismo, a la masonería y el panteísmo que como el humo de Satanás ha invadido tenebrosamente el Vaticano.


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