Por MONSEÑOR MARCEL LEFEBVRE
“Pienso
que ustedes están de acuerdo conmigo, que el gran medio de salvar la Iglesia y
de salvar las almas es la oración, y la oración especialmente a la Virgen María
y el santo Rosario en particular.
Yo estuve en Chile, en el mes de agosto
último. Me encontré con una familia chilena. Les pregunté: “¿Pero cómo han
hecho para desembarazarse de Allende? ¿Cómo han hecho para desembarazarse del
comunismo? ¿Es verdaderamente el golpe militar que los ha liberado?” Ellos me
dijeron: “Monseñor, no, lo que hizo huir a los comunistas, fue el Rosario.
Decidimos, en todas las familias cristianas, hacer cadenas de oración y tomamos
el Rosario: rezamos…y sentimos bien la protección de la santísima Virgen que ha
expulsado el comunismo de nuestro país.”
Es lo que ya me habían dicho los
obispos brasileños a propósito de Brasil: “¿Qué ha expulsado el comunismo de
Brasil? Son los cristianos, hombres y mujeres, salidos a las calles, con el rosario
en la mano, rezando públicamente, en alta voz, el rosario. Los comunistas se
fueron.”
Y bien, mis queridos amigos, es eso lo que nosotros debemos hacer para
expulsar los enemigos del exterior y los enemigos del interior. ¡Tomemos
nuestro rosario y confiémonos a la Santísima Virgen María!”
Conferencia en Angers, Francia, el 23
de noviembre de 1980.