“En la devastación y ruina general que padece la
Iglesia, si se omiten los falsos “misterios luminosos”, el Rosario es lo único
que queda enteramente en pie. Por eso el santo Rosario es más importante ahora
que nunca en la historia. Si es verdad que no todos los días pueden ustedes
tener la Misa, también es verdad que todos los días pueden ustedes rezar el
Rosario. Y es necesario que graben en sus almas esta verdad: ustedes, que no
pueden comulgar todos los días, rezando el Rosario cada día pueden recibir las
mismas gracias que los que pueden comulgar a diario y mayores, pues Dios da más
a quien le ama más, y demuestra mayor amor a Dios el que sufre ser expulsado y
privado de la Misa y de los demás Sacramentos, que el que prefiere conservar
sus seguridades, ventajas y comodidades personales antes que verse despojado y
crucificado por mantenerse enteramente fiel a la Verdad. Sí, mis estimados
fieles: más gracias da Dios a un alma fervorosa y combativa en una sola
comunión espiritual o en un Rosario, que las que da en cien comuniones
sacramentales a un alma tibia, vacilante y llena de apegos y de miedos”.
R. P. Trincado, SAJM – Sermón en
México, junio de 2014.