P. FLAVIO MATEOS
Vale la pena prestarse al ejercicio de recordar ciertos hechos concretos, que nos hacen mensurar la gravedad del daño llevado a cabo por Francisco, en relación a las apariciones y mensajes de Fátima.
Para empezar, consagró su pontificado a Ntra. Sra. de Fátima,
lo que parecería muy auspicioso, sin embargo, el texto mediante el cual lo
hizo, dejó a las claras que no se trataba de “instaurare omnia in Cristo”, ni de procurar la gloria de Ntra. Sra.
o de cumplir lo pedido por Ella, sino de seguir el camino de desfiguración =
renovación de la Iglesia, emprendido por el concilio Vaticano II. Veamos la
crónica de este hecho (las negritas son nuestras):
Pontificado del Papa Francisco consagrado a
Nuestra Señora de Fátima
Lisboa, Portugal,
14 de mayo de 2013 / 11:01 am
Por petición
personal del Santo Padre, el cardenal José Policarpo, Patriarca de Lisboa,
consagró el pontificado del Papa Francisco a Nuestra Señora de Fátima en el día
de su festividad.
Dirigiéndose a
Nuestra Señora de Fátima durante la ceremonia, el Cardenal Policarpo dijo:
"Concédele (al Papa Francisco) el don del discernimiento para saber identificar los caminos de renovación para
la Iglesia, concédele el coraje de no vacilar en seguir los caminos
sugeridos por el Espíritu Santo, protégelo en las horas difíciles del
sufrimiento, para que pueda superar, en la caridad, las pruebas que le traerá la renovación de la Iglesia".
En declaraciones a
CNA, el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, dijo que "como
sabemos, el 13 de mayo se realiza en Fátima una celebración importante durante
la cual es normal que el pontificado sea confiado a Nuestra Señora de
Fátima".
La consagración
tuvo lugar en el santuario portugués dedicado a Nuestra Señora, con miles de
fieles presentes.
El Cardenal
Policarpo recordó que los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI visitaron Fátima
y expresó su deseo de que el Papa Francisco también lo haga.
«Desde aquí, en
este altar del mundo, podrá bendecir a la humanidad, para hacer sentir al mundo
de hoy que Dios ama a todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo, que la
Iglesia los ama y que Tú, Madre del Redentor, los conduces con ternura por los
caminos de la salvación», afirmó el cardenal.
El camino de renovación de la Iglesia conduce a un
"redescubrimiento de la actualidad" del mensaje de Fátima y de la
necesidad de "dialogar con Dios", explicó.
"La humanidad
contemporánea necesita sentirse amada por Dios y por la Iglesia -dijo el
cardenal Policarpo-. Si la humanidad se siente amada, superará la tentación de
la violencia, del materialismo, del alejamiento de Dios, de la pérdida de
orientación, y podrá avanzar hacia un mundo nuevo en el que prevalezca el
amor".
Durante la misa,
el obispo Antonio Marto de Leiria-Fátima leyó un mensaje del Papa Francisco a
la Nunciatura Apostólica en Portugal.
"El Santo
Padre se mostró satisfecho por la iniciativa y manifestó su profundo
agradecimiento por haber satisfecho su deseo unido en la oración a todos los
peregrinos de Fátima, a quienes imparte de corazón la bendición
apostólica", afirma el mensaje.
Como
parte de su “renovación de la Iglesia”, que Francisco le atribuye a la
inspiración del “Espíritu”, el 13 de octubre de 2016, aniversario de la última
aparición de Ntra. Sra. en Fátima, llevó y honró dentro del Vaticano la estatua
del heresiarca Martín Lutero, uno de los mayores enemigos de la Iglesia –y de
la Virgen- de todos los tiempos.
No podía
quedarse allí el pontífice porteño, y tuvo además la osadía “renovadora” de
llevar dentro del Vaticano también el fetiche idolátrico llamado “Pachamama”.
Una provocación en consonancia con la agenda panteísta y sincrética que
puntualmente lleva adelante como obediente agente de las logias.
De María
sabemos que en cuanta ocasión tuvo se despachó con palabras si no tal vez
directamente denigratorias, sí que la rebajaron, a apenas una “hermana” que nos
muestra el camino (¿hacia dónde?). La Corredención de María es para él “una
tontería”.
El 13 de mayo
de 2022 hizo la tan solicitada consagración de Rusia, pero no en la forma
requerida, pues no fue en exclusivo de Rusia, en demanda de su conversión, ni
promovió la devoción al Corazón Inmaculado de María. Apenas fue un acto
político demagógico, cuyo resultado fue un año después recibir en el Vaticano
la visita del títere judío-ucraniano Zelenski, que trató a Francisco con
descortesía y le regaló una infamante imagen “religiosa”. Lejos de venir la
conversión de Rusia y el prometido tiempo de paz de Ntra. Sra, nos ha llevado
al borde de la guerra mundial, pues desde entonces la situación no dejó de empeorar.
Para no
hablar de que en sus mensajes de Fátima Ntra. Sra. insistió una y otra vez en
el rezo del santo Rosario, en hacer penitencia y en la devoción a su Corazón
Inmaculado. Bergoglio nos trae en cambio el “hacer penitencia por los pecados
ecológicos”, el reunirse con la familia Rothschild para promover la satánica
Agenda 2030, y la bendición de las parejas adúlteras y sodomitas. Su "renovación" consistió en "Amoris laetitia", "Traditiones custodes", "Fratelli tutti", "Fiducia suplicans" y la iglesia sinodal, o sea una falsificación de la religión católica en la promoción de la "fraternidad universal" masónica.
De más está decir que si esos son los resultados de consagrar su pontificado a Ntra. Sra. de Fátima, es porque realmente pretendió servirse de ello para fines totalmente ajenos y opuestos a los que Dios quiere para su Iglesia. Con lo que aumenta su grave responsabilidad en la demolición que llevó a cabo en estos once años, porque de Dios nadie se burla, y de su Madre, ¡mucho menos! Es Ella quien aplasta la cabeza de la serpiente...
Así pues,
Francisco consagró su pontificado a destruir la Iglesia, y su símbolo no es ni
puede ser Ntra. Sra. de Fátima, sino la Pachamama, ese horrendo idolillo, símbolo
no sólo de la idolatría pagana, sino de la neo religión conciliar. Por sus frutos
se conoce el árbol.