HIMNO A
JESUCRISTO REY
Oh Príncipe absoluto de los siglos,
Oh Jesucristo, Rey de las naciones:
Te confesamos árbitro Supremo
De las mentes y de los corazones.
La turbamulta impía vocifera:
"No queremos que reine Jesucristo";
Pero en cambio nosotros te aclamamos,
Y Rey del universo te decimos.
Oh Jesucristo, Príncipe pacífico:
Somete a los espíritus rebeldes,
Y haz que encuentren el rumbo los perdidos
Y que en un solo aprisco se congreguen.
Para eso pendes de una cruz sangrienta,
Y abres en ella tus divinos brazos;
Para eso muestras en tu pecho herido
Tu ardiente corazón atravesado.
Para eso estás oculto en los altares
Tras las imágenes del pan y el vino;
Para eso viertes de tu pecho abierto
Sangre de salvación para tus hijos.
Que con honores públicos te ensalcen
Los que tienen poder sobre la tierra;
Que el maestro y el juez te rindan culto,
Y que el arte y la ley no te desmientan.
Que las insignias de los reyes todos
Te sean para siempre dedicadas,
Y que estén sometidos a
tu cetro
Los ciudadanos todos de
la patria.
Glorificado seas, Jesucristo,
Que repartes los cetros de la tierra;
Y que contigo y con tu eterno Padre
Glorificado el Paracleto sea.
(Versión de Francisco Luis Bernardez)