PIEDAD,
AMOR, ACCIÓN DE GRACIAS Y REPARACIÓN AL CORAZÓN DE MARÍA
“Habiendo Dios querido que, en la realización de la
redención humana, la Santísima Virgen María estuviese inseparablemente unida
con Cristo, tanto que nuestra salvación es fruto de la caridad de Jesucristo y
de sus padecimientos asociados íntimamente al amor y a los dolores de su Madre,
es cosa enteramente razonable que el pueblo cristiano, que ha recibido de Jesús
la vida divina por medio de María, después de los debidos homenajes al
Sacratísimo Corazón de Jesús, demuestre también al Corazón amantísimo de la
Madre celestial los correspondientes sentimientos de piedad, amor, acción de
gracias y reparación”
Pío XII, encíclica Haurietis
aquas, 15 de mayo de 1956