“Visteis el infierno, a
donde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas, DIOS QUIERE
ESTABLECER EN EL MUNDO LA DEVOCIÓN A MI INMACULADO CORAZÓN. Si hacen lo que yo
os diga, se salvarán muchas almas y tendrán paz”.
La Santísima Virgen, en
Fátima, 13 de julio de 1917