Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

domingo, 3 de noviembre de 2024

SANTO PADRE PÍO Y EL TERCER SECRETO DE FÁTIMA: "SATANÁS GOBERNARÁ UNA IGLESIA FALSA"

 


Nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de las advertencias de Nuestra Señora de Fátima y del Tercer Secreto. El sacerdote alemán Padre Frank Unterhalt lo recuerda a los fieles en un reciente artículo sobre el Santo Padre Pío, su carisma y su visión del Tercer Secreto.

 

Maike Hickson

 

Lun Oct 7, 2024 - 4:41 pm EDT

(LifeSiteNews) –

El siguiente texto está escrito por el padre Frank Unterhalt, párroco de una parroquia de la archidiócesis de Paderborn, Alemania. Es el ponente de Communio Veritatis un grupo de sacerdotes de esa diócesis que han alzado continuamente su voz de oposición contra los cambios procedentes de Roma. LifeSite ha publicado varias intervenciones de este grupo bajo la dirección del P. Unterhalt.

Unterhalt, en una reciente intervención habla de la vida del Padre Pío, de su carisma y de la visión que tuvo del Tercer Secreto de Fátima. LifeSite se complace en publicar aquí, con el permiso de Unterhalt, una traducción de su nuevo texto.

Unterhalt recuerda a sus lectores que en 2017 José María Zavala publicó un libro sobre el Tercer Secreto de Fátima, en el que reveló que el propio Padre Pío, hacia 1960, había hablado una vez de él al exorcista jefe de Roma, el padre Gabriele Amorth. Para aquellos que todavía no conocen la conversación de Zavala con el Padre Amorth, consideremos aquí un pasaje clave antes de pasar al nuevo ensayo del propio Unterhalt:

"En efecto", afirma [Amorth], "un día el padre Pío me dijo muy apenado: '¿Sabes, Gabriele? Es Satanás quien se ha introducido en el seno de la Iglesia y dentro de muy poco tiempo llegará a gobernar una falsa iglesia.'" 

"¡Dios mío! ¡Una especie de Anticristo! ¿Cuándo te profetizó esto?". [pregunta Zavala]. 

"Debió de ser hacia 1960, pues entonces ya era sacerdote". 

"¿Por eso Juan XXIII tuvo tanto pánico a publicar el Tercer Secreto de Fátima, para que la gente no pensara que era el antipapa o lo que fuera...?". 

En los labios del padre Amorth se dibuja una ligera sonrisa de complicidad. 

"¿Le dijo el Padre Pío algo más sobre futuras catástrofes: terremotos, inundaciones, guerras, epidemias, hambre...? ¿Hizo alusión a las mismas plagas profetizadas en las Sagradas Escrituras?". [pregunta el Sr. Zavala] 

"Nada de eso le importaba, por aterradoras que resultaran, salvo la gran apostasía en el seno de la Iglesia. Esta era la cuestión que realmente le atormentaba y por la que rezó y ofreció gran parte de su sufrimiento, crucificado por amor." [dice el P. Amorth] 

"¿El Tercer Secreto de Fátima?"

"Exactamente.

Nunca insistiremos lo suficiente en la importancia del Tercer Secreto. Es evidente que la Consagración de Rusia no se ha hecho correctamente, ¿o de lo contrario estaríamos al borde de la Tercera Guerra Mundial? No vemos todavía ningún signo del Triunfo del Inmaculado Corazón de María, como anunció Nuestra Señora de Fátima. Mantengamos vivo el tema de las advertencias de Nuestra Señora de Fátima.

Vea aquí el texto completo del Padre Frank Unterhalt:

El mensaje y los acontecimientos de Fátima, descritos como una "explosión de lo sobrenatural".[1] se reflejaron claramente en la vida del Santo Padre Pío. De un modo muy especial, supo ser testigo de la verdadera fe católica y profeta de nuestro tiempo.

Como los pastorcitos, el estigmatizado sacerdote capuchino se caracterizaba por una heroica adoración a Dios en el sacramento del altar. En consecuencia, confesó: "¡Sería más fácil que la tierra existiera sin el sol que sin la Santa Misa!".[2] De este modo, se vio repetidamente arrastrado a este incomprensible misterio de amor con una emoción extática. La visualización del sacrificio de Cristo en la cruz se hizo transparente, por así decirlo, durante su celebración. "El drama del Gólgota surgió ante su mente. Se le permitió experimentar misteriosamente el sufrimiento del Señor y la muerte sacrificial del Cordero de Dios."[3] Su actitud reverente recordaba al Ángel de Fátima, que enseñó las dos famosas oraciones de adoración[4] y administraba la comunión oral de rodillas. El Padre Pío sintió también que el encuentro con el Señor Eucarístico era la fuente de toda su vida: "El corazón de Jesús y el mío... se fundieron en uno. Ya no eran dos corazones los que latían, sino uno solo. Mi corazón se había perdido como una gota de agua perdida en el mar".[5] El celoso sacerdote capuchino concedía gran importancia al hecho de que los fieles recibieran la Sagrada Comunión en estado de gracia para no ofender al Señor y comerse el juicio (cf. 1 Co 11,27).

La devoción sacerdotal del Padre Pío era la gloria del Altísimo y la salvación de las almas. "Así como Dios exhortó a los niños de Fátima a través de una visión del infierno a la expiación y al sacrificio, también ve a muchas personas en peligro de perderse eternamente. ... '¡Cómo no he de llorar al ver cómo la humanidad quiere precipitarse en el infierno a toda costa!'".[6] Como Jacinta de Fátima, el santo de Pietrelcina sabía que los pecados que llevan a la mayoría de las almas a la perdición eterna son los de la carne.[7]

Por eso, como verdadero pastor según el corazón de Dios, luchó resueltamente contra los males desastrosos de la impudicia y lanzó advertencias urgentes. "Estos pecados profanan las fuentes de la vida y son muy desagradables a Dios, como siempre ha enseñado la Iglesia. ... Finalmente, el Padre Pío libró una batalla aún más implacable contra otros males terribles, como la homosexualidad, la eutanasia activa y el aborto. Consideraba estos pecados como la abominación de la humanidad y la destrucción de todos los valores humanos y cristianos".[8]

La llamada de Fátima a rezar y sacrificarse mucho por la conversión de los pecadores quedó grabada en el corazón del capuchino del alma. Conocía el precio de la salvación: "¡Si supierais cuánto cuesta un alma! Las almas no se regalan, se compran. No sabéis lo que le cuestan a Cristo. Ahora tienes que pagarlas siempre con la misma moneda".[9] El Padre Pío confirmaba a menudo a las personas, después de su conversión, lo mucho que había sufrido por ellas.

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Su vida siempre estuvo dedicada a su oración favorita, el Rosario. Lo veía como la excelente "arma" espiritual con la que se puede conseguir todo, porque "la Santísima Virgen recomendaba calurosamente el Rosario en cada aparición".[10] Por ello, quiso legar esta cadena victoriosa a sus hijos espirituales.

Como siervo de la Divina Misericordia, el Padre Pío fue un apóstol del sacramento de la penitencia, confesando hasta 15 horas diarias. No toleraba la superficialidad, sino que exigía un arrepentimiento auténtico: "Exigía una acusación clara y honesta, una contrición sincera y resoluciones firmes. Sobre todo, tenías que reconocer y admitir tus pecados y tu propia maldad".[11] El destacado confesor se caracterizaba por su misericordia y determinación al mismo tiempo. Su don de visión del alma le permitía guiar a los fieles de un modo inimitable. Decía a un confesor: "¡Te conozco al dedillo, como te reconoces en el espejo! ... ¡Conozco todo a la luz de Dios!".[12]

El dotado guía espiritual a menudo sufría indeciblemente por la suciedad del pecado que llegaba al confesionario. "Sentía tal aborrecimiento por el pecado que hubiera preferido morir mil veces antes que dejar que esta inmundicia manchara su alma. ... Luchó con todas sus fuerzas para que el confesor comprendiera por fin quién era, cuya bondad y amor había ofendido".[13] El drama de la inmensa riada de lodo podía sacudirle hasta la médula: "Llora sobre el pecador que prefiere el pecado a su preciosa alma. Llora por la sangre de Dios que se derrama en vano por tantos desdichados".[14]

Como los niños pastores de Fátima, el Padre Pío sabía perfectamente quién es capaz de guiarnos con seguridad hacia nuestra meta eterna. Las famosas palabras de la Inmaculada resonaban en su alma: "¡Mi Corazón Inmaculado será vuestro refugio y el camino que os conducirá a Dios!". Conocía exactamente la posición prominente de la Santísima Virgen y Madre de Dios María en el plan de salvación, llamándola tiernamente su "Mammina" y describiéndola como la "incomparable obra maestra del Creador".[15] Con gran celo, proclamó las glorias de la Reina celestial, en particular su Inmaculada Concepción, su virginidad perpetua y la maternidad de Dios. En éxtasis, exclamó: "Sí, eres hermosa, si no fuera por la fe, la gente te llamaría diosa. Tus ojos son más brillantes que el sol".[16] Vivió y difundió la consagración al Corazón Inmaculado de María, tan solicitada en Fátima, como poderosa ancla de salvación y alabó a la Inmaculada como mediadora de todas las gracias: "Ella brilla como el lucero del alba sobre toda la creación. Todas las cosas se refieren a Ella, todas las gracias pasan a través de Ella. Sólo Ella es capaz de captar las corrientes de amor que brotan del corazón de Dios. Sólo Ella es digna de estar en comunión con ellos".[17]

La conexión especial del Padre Pío con el mensaje de Fátima también se reveló en 2017 en una dimensión enormemente esclarecedora: Se reveló que incluso conocía el Tercer Secreto: ya le había sido revelado cuatro años antes que a los niños pastores. Así lo atestigua el conocido periodista José María Zavala en su libro El secreto mejor guardado de Fátima, que publicó con motivo del centenario de las apariciones. En esta obra de investigación, el autor español se refiere a su extensa entrevista con Don Gabriele Amorth, hijo espiritual del Padre Pío. En ella, el célebre exorcista revela lo que el santo estigmatizado, golpeado hasta la médula y conmocionado, le confió sobre el Tercer Secreto: "Es Satanás quien ha entrado en el seno de la Iglesia, y dentro de poco gobernará una falsa Iglesia."[18]

Zavala interrogó más detalladamente a Don Gabriele Amorth al respecto y, como conclusión del diálogo, afirma lo siguiente: "Hubo dos temas recurrentes e interrelacionados: la gran apostasía en la Iglesia desde su cúspide -de acuerdo con el testimonio del cardenal Ciappi- y la introducción del diablo en la cabeza de la Iglesia por medio del 'Papa bajo el control de Satanás'."[19]

Zavala señala la clara correspondencia entre estas palabras y la declaración de Frère Michel de la Sainte Trinité, destacado experto en el Mensaje de Fátima y autor de la trilogía correspondiente. Afirmó:

Será el momento de la batalla decisiva entre la Virgen y el diablo. Un torrente de confusión diabólica se extenderá por todo el mundo. Satanás penetrará en los niveles más altos de la Iglesia. ... Cegará los espíritus y endurecerá los corazones de los pastores, porque Dios los habrá abandonado a su suerte como castigo por la desobediencia a las peticiones del Corazón Inmaculado de María.

Esta será la gran apostasía anunciada para los últimos días,... el 'Falso Profeta' que traiciona a la Iglesia en favor de la 'Bestia', según la profecía del Apocalipsis.[20]

El Falso Profeta que anda cojeando y el Anticristo que pronto aparecerá intentan todo para engañar y defraudar a la gente y llevarlos a la perdición eterna.

"He aquí la paciencia de los santos, que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús" (Ap. 14:12).

Al final, sin embargo, triunfará el Corazón Inmaculado de María, la Virgen de Fátima, la Reina del Rosario y vencedora en todas las batallas de Dios. 

Padre Frank Unterhalt


13 de julio de 2024
Aniversario de la Tercera Aparición en Fátima

Referencias

 

1 Paul Claudel, en: P. Charles Olmi, Meditaciones sobre las revelaciones de FátimaLe Puy 1945, Introducción.

2 P. Ferdinand Ritzel, Pater Pio. Su vida. Lieben und Leiden, Media Maria Verlag 2018, p. 182.

3 Ibídem, p. 181.

4 Dios mío, creo, adoro, espero y Te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no Te aman. Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, te suplico la conversión de los pobres pecadores.

5 P. J. Derobert, El Santo Pío de Pietrelcina en busca de DiosHauteville/Suiza 2011, p. 66.

6 P. Ferdinand Ritzel, p. 182.

7 Cf. Prof. Dr. L. Gonzaga da Fonseca, Maria spricht zur WeltFriburgo/Suiza 1973 (16ª edición), p. 177.

8 P. Stefano Maria Manelli, El santo Pío de PietrelcinaCastelpetroso 2002, p. 132.

9 Don Gabriele Amorth, Pater Pio. Historia de un santoStein am Rhein 2006 (2ª edición), p. 60.

10 P. Stefano Maria Manelli, p. 97.

11 Ibídem, p. 105.

12 P. J. Derobert, p. 717.

13 Ibídem, p. 715.

14 Maria Winowska, La historia sagrada del Padre PíoAugsburgo 1989 (25ª edición), p. 127.

15 Ibídem, p. 159.

16 P. Ferdinand Ritzel, p. 266.

17 Maria Winowska, p. 159.

18 José María Zavala, El secreto mejor guardado de Fátima, edición española, Editorial Planeta 2017, p. 231.

19 Ibídem, p. 267.

20 Ibídem, pp. 83-84.

 

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