Nunca
se insistirá lo suficiente en la importancia de las advertencias de Nuestra
Señora de Fátima y del Tercer Secreto. El sacerdote alemán Padre Frank
Unterhalt lo recuerda a los fieles en un reciente artículo sobre el Santo Padre
Pío, su carisma y su visión del Tercer Secreto.
Lun Oct 7, 2024 - 4:41 pm EDT
(LifeSiteNews) –
El siguiente texto
está escrito por el padre Frank Unterhalt, párroco de una parroquia de la
archidiócesis de Paderborn, Alemania. Es el ponente de Communio Veritatis un
grupo de sacerdotes de esa diócesis que han alzado continuamente su voz de
oposición contra los cambios procedentes de Roma. LifeSite ha publicado varias
intervenciones de este grupo bajo la dirección del P. Unterhalt.
Unterhalt, en una
reciente intervención
habla de la vida del Padre Pío, de su carisma y de la visión que tuvo del
Tercer Secreto de Fátima. LifeSite se complace en publicar aquí, con el permiso
de Unterhalt, una traducción de su nuevo texto.
Unterhalt recuerda a
sus lectores que en 2017 José María Zavala publicó un libro sobre el
Tercer Secreto de Fátima, en el que reveló que el propio Padre Pío, hacia 1960,
había hablado una vez de él al exorcista jefe de Roma, el padre Gabriele
Amorth. Para aquellos que todavía no conocen la conversación de Zavala con el
Padre Amorth, consideremos aquí un pasaje clave antes de pasar al nuevo ensayo
del propio Unterhalt:
"En
efecto", afirma [Amorth], "un día el padre Pío me dijo muy apenado:
'¿Sabes, Gabriele? Es Satanás quien se ha introducido en el seno de la
Iglesia y dentro de muy poco tiempo llegará a gobernar una falsa iglesia.'"
"¡Dios
mío! ¡Una especie de Anticristo! ¿Cuándo te profetizó esto?". [pregunta
Zavala].
"Debió
de ser hacia 1960, pues entonces ya era sacerdote".
"¿Por
eso Juan XXIII tuvo tanto pánico a publicar el Tercer Secreto de Fátima, para
que la gente no pensara que era el antipapa o lo que fuera...?".
En
los labios del padre Amorth se dibuja una ligera sonrisa de complicidad.
"¿Le
dijo el Padre Pío algo más sobre futuras catástrofes: terremotos, inundaciones,
guerras, epidemias, hambre...? ¿Hizo alusión a las mismas plagas
profetizadas en las Sagradas Escrituras?". [pregunta el Sr. Zavala]
"Nada
de eso le importaba, por aterradoras que resultaran, salvo la gran apostasía en
el seno de la Iglesia. Esta era la cuestión que realmente le atormentaba y por
la que rezó y ofreció gran parte de su sufrimiento, crucificado por amor."
[dice el P. Amorth]
"¿El
Tercer Secreto de Fátima?"
"Exactamente."
Nunca insistiremos lo
suficiente en la importancia del Tercer Secreto. Es evidente que la
Consagración de Rusia no se ha hecho correctamente, ¿o de lo contrario
estaríamos al borde de la Tercera Guerra Mundial? No vemos todavía ningún signo
del Triunfo del Inmaculado Corazón de María, como anunció Nuestra Señora de
Fátima. Mantengamos vivo el tema de las advertencias de Nuestra Señora de
Fátima.
Vea
aquí el texto completo del Padre Frank Unterhalt:
El mensaje y los
acontecimientos de Fátima, descritos como una "explosión de lo
sobrenatural".[1] se reflejaron claramente en la vida del Santo
Padre Pío. De un modo muy especial, supo ser testigo de la verdadera fe
católica y profeta de nuestro tiempo.
Como los pastorcitos, el estigmatizado sacerdote capuchino se caracterizaba por una heroica adoración a Dios en el sacramento del altar. En consecuencia, confesó: "¡Sería más fácil que la tierra existiera sin el sol que sin la Santa Misa!".[2] De este modo, se vio repetidamente arrastrado a este incomprensible misterio de amor con una emoción extática. La visualización del sacrificio de Cristo en la cruz se hizo transparente, por así decirlo, durante su celebración. "El drama del Gólgota surgió ante su mente. Se le permitió experimentar misteriosamente el sufrimiento del Señor y la muerte sacrificial del Cordero de Dios."[3] Su actitud reverente recordaba al Ángel de Fátima, que enseñó las dos famosas oraciones de adoración[4] y administraba la comunión oral de rodillas. El Padre Pío sintió también que el encuentro con el Señor Eucarístico era la fuente de toda su vida: "El corazón de Jesús y el mío... se fundieron en uno. Ya no eran dos corazones los que latían, sino uno solo. Mi corazón se había perdido como una gota de agua perdida en el mar".[5] El celoso sacerdote capuchino concedía gran importancia al hecho de que los fieles recibieran la Sagrada Comunión en estado de gracia para no ofender al Señor y comerse el juicio (cf. 1 Co 11,27).
La devoción
sacerdotal del Padre Pío era la gloria del Altísimo y la salvación de las
almas. "Así como Dios exhortó a los niños de Fátima a través de una visión
del infierno a la expiación y al sacrificio, también ve a muchas personas en
peligro de perderse eternamente. ... '¡Cómo no he de llorar al ver cómo la
humanidad quiere precipitarse en el infierno a toda costa!'".[6] Como Jacinta de Fátima, el santo de Pietrelcina
sabía que los pecados que llevan a la mayoría de las almas a la perdición
eterna son los de la carne.[7]
Por eso, como
verdadero pastor según el corazón de Dios, luchó resueltamente contra los males
desastrosos de la impudicia y lanzó advertencias urgentes. "Estos pecados
profanan las fuentes de la vida y son muy desagradables a Dios, como siempre ha
enseñado la Iglesia. ... Finalmente, el Padre Pío libró una batalla aún más
implacable contra otros males terribles, como la homosexualidad, la eutanasia
activa y el aborto. Consideraba estos pecados como la abominación de la
humanidad y la destrucción de todos los valores humanos y cristianos".[8]
La llamada de Fátima
a rezar y sacrificarse mucho por la conversión de los pecadores quedó grabada
en el corazón del capuchino del alma. Conocía el precio de la salvación:
"¡Si supierais cuánto cuesta un alma! Las almas no se regalan, se compran.
No sabéis lo que le cuestan a Cristo. Ahora tienes que pagarlas siempre con la
misma moneda".[9] El Padre Pío confirmaba a menudo a las
personas, después de su conversión, lo mucho que había sufrido por ellas.
Su vida siempre
estuvo dedicada a su oración favorita, el Rosario. Lo veía como la excelente
"arma" espiritual con la que se puede conseguir todo, porque "la
Santísima Virgen recomendaba calurosamente el Rosario en cada aparición".[10] Por ello, quiso legar esta cadena victoriosa
a sus hijos espirituales.
Como siervo de la
Divina Misericordia, el Padre Pío fue un apóstol del sacramento de la
penitencia, confesando hasta 15 horas diarias. No toleraba la superficialidad,
sino que exigía un arrepentimiento auténtico: "Exigía una acusación clara
y honesta, una contrición sincera y resoluciones firmes. Sobre todo, tenías que
reconocer y admitir tus pecados y tu propia maldad".[11] El destacado confesor se caracterizaba por su
misericordia y determinación al mismo tiempo. Su don de visión del alma le
permitía guiar a los fieles de un modo inimitable. Decía a un confesor:
"¡Te conozco al dedillo, como te reconoces en el espejo! ... ¡Conozco todo
a la luz de Dios!".[12]
El dotado guía
espiritual a menudo sufría indeciblemente por la suciedad del pecado que
llegaba al confesionario. "Sentía tal aborrecimiento por el pecado
que hubiera preferido morir mil veces antes que dejar que esta inmundicia manchara
su alma. ... Luchó con todas sus fuerzas para que el confesor comprendiera por
fin quién era, cuya bondad y amor había ofendido".[13] El drama de la inmensa riada de lodo podía
sacudirle hasta la médula: "Llora sobre el pecador que prefiere el pecado
a su preciosa alma. Llora por la sangre de Dios que se derrama en vano por
tantos desdichados".[14]
Como los niños
pastores de Fátima, el Padre Pío sabía perfectamente quién es capaz de guiarnos
con seguridad hacia nuestra meta eterna. Las famosas palabras de la Inmaculada
resonaban en su alma: "¡Mi Corazón Inmaculado será vuestro refugio y el
camino que os conducirá a Dios!". Conocía exactamente la posición
prominente de la Santísima Virgen y Madre de Dios María en el plan de
salvación, llamándola tiernamente su "Mammina" y describiéndola como
la "incomparable obra maestra del Creador".[15] Con gran celo, proclamó las glorias de la
Reina celestial, en particular su Inmaculada Concepción, su virginidad perpetua
y la maternidad de Dios. En éxtasis, exclamó: "Sí, eres hermosa, si no
fuera por la fe, la gente te llamaría diosa. Tus ojos son más brillantes que el
sol".[16] Vivió y difundió la consagración al Corazón
Inmaculado de María, tan solicitada en Fátima, como poderosa ancla de salvación
y alabó a la Inmaculada como mediadora de todas las gracias: "Ella brilla
como el lucero del alba sobre toda la creación. Todas las cosas se refieren a
Ella, todas las gracias pasan a través de Ella. Sólo Ella es capaz de captar
las corrientes de amor que brotan del corazón de Dios. Sólo Ella es digna de
estar en comunión con ellos".[17]
La conexión especial
del Padre Pío con el mensaje de Fátima también se reveló en 2017 en una
dimensión enormemente esclarecedora: Se reveló que incluso conocía el Tercer
Secreto: ya le había sido revelado cuatro años antes que a los niños pastores.
Así lo atestigua el conocido periodista José María Zavala en su libro El
secreto mejor guardado de Fátima, que publicó con motivo del
centenario de las apariciones. En esta obra de investigación, el autor español
se refiere a su extensa entrevista con Don Gabriele Amorth, hijo espiritual del
Padre Pío. En ella, el célebre exorcista revela lo que el santo estigmatizado,
golpeado hasta la médula y conmocionado, le confió sobre el Tercer Secreto:
"Es Satanás quien ha entrado en el seno de la Iglesia, y dentro de poco
gobernará una falsa Iglesia."[18]
Zavala interrogó más
detalladamente a Don Gabriele Amorth al respecto y, como conclusión del
diálogo, afirma lo siguiente: "Hubo dos temas recurrentes e
interrelacionados: la gran apostasía en la Iglesia desde su cúspide -de acuerdo
con el testimonio del cardenal Ciappi- y la introducción del diablo en la
cabeza de la Iglesia por medio del 'Papa bajo el control de Satanás'."[19]
Zavala señala la
clara correspondencia entre estas palabras y la declaración de Frère Michel de
la Sainte Trinité, destacado experto en el Mensaje de Fátima y autor de la
trilogía correspondiente. Afirmó:
Será el momento de la
batalla decisiva entre la Virgen y el diablo. Un torrente de confusión
diabólica se extenderá por todo el mundo. Satanás penetrará en los niveles más
altos de la Iglesia. ... Cegará los espíritus y endurecerá los corazones de los
pastores, porque Dios los habrá abandonado a su suerte como castigo por la
desobediencia a las peticiones del Corazón Inmaculado de María.
Esta será la gran
apostasía anunciada para los últimos días,... el 'Falso Profeta' que traiciona
a la Iglesia en favor de la 'Bestia', según la profecía del Apocalipsis.[20]
El Falso Profeta que
anda cojeando y el Anticristo que pronto aparecerá intentan todo para engañar y
defraudar a la gente y llevarlos a la perdición eterna.
"He aquí la
paciencia de los santos, que guardan los mandamientos de Dios y la fe de
Jesús" (Ap. 14:12).
Al final, sin
embargo, triunfará el Corazón Inmaculado de María, la Virgen de Fátima, la
Reina del Rosario y vencedora en todas las batallas de Dios.
Padre Frank Unterhalt
13 de julio de 2024
Aniversario de la Tercera Aparición en Fátima
Referencias
↑1 Paul Claudel, en: P. Charles Olmi,
Meditaciones sobre las revelaciones de FátimaLe Puy 1945, Introducción.
↑2 P. Ferdinand Ritzel, Pater Pio. Su
vida. Lieben und Leiden, Media Maria Verlag 2018, p. 182.
↑3 Ibídem, p. 181.
↑4 Dios mío, creo, adoro, espero y Te
amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no Te aman. Santísima
Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente y os ofrezco el
preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos
los sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias con que Él mismo es ofendido. Por los infinitos méritos de su
Sacratísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, te suplico la conversión
de los pobres pecadores.
↑5 P. J. Derobert, El Santo Pío de
Pietrelcina en busca de DiosHauteville/Suiza 2011, p. 66.
↑6 P. Ferdinand Ritzel, p. 182.
↑7 Cf. Prof. Dr. L. Gonzaga da Fonseca,
Maria spricht zur WeltFriburgo/Suiza 1973 (16ª edición), p. 177.
↑8 P. Stefano Maria Manelli, El santo
Pío de PietrelcinaCastelpetroso 2002, p. 132.
↑9 Don Gabriele Amorth, Pater Pio.
Historia de un santoStein am Rhein 2006 (2ª edición), p. 60.
↑10 P. Stefano Maria Manelli, p. 97.
↑11 Ibídem, p. 105.
↑12 P. J. Derobert, p. 717.
↑13 Ibídem, p. 715.
↑14 Maria Winowska, La historia sagrada
del Padre PíoAugsburgo 1989 (25ª edición), p. 127.
↑15 Ibídem, p. 159.
↑16 P. Ferdinand Ritzel, p. 266.
↑17 Maria Winowska, p. 159.
↑18 José María Zavala, El secreto mejor
guardado de Fátima, edición española, Editorial Planeta 2017, p. 231.
↑19 Ibídem, p. 267.
↑20 Ibídem, pp. 83-84.