Por LUIS ALVAREZ PRIMO
24 de noviembre de 2024
Desde
Maquiavelo a Marx pasando por Hegel, Nietzsche, Pareto y Sorel el concepto de
ideología se vincula a la idea de ocultamiento o enmascaramiento de la realidad,
sea a través de mitos, justificaciones y teorías o doctrinas no- científicas; o
bien, en términos de Marx, [ideología] comporta una “falsa conciencia”, un
enmascaramiento de intereses, y se opone a conocimiento verdadero o a ciencia
real y positiva. En términos de E. Michael Jones en su obra “La Epifanía del
Logos”, ideología comporta una “categoría de la mente” en oposición a “una
categoría de la realidad”, y, por tanto, la incapacidad para ver el Logos, el
sentido de la realidad última, con todas las graves consecuencias que ello
implica.
Los
ideólogos de la guerra de los Estados Unidos y la OTAN contra Rusia en Ucrania
“nunca quisieron entender ni ver que la incorporación de Ucrania a la OTAN
comportaba una amenaza existencial a la seguridad de la Federación de Rusia”
(John Measheimer). Rusia a través de su
presidente, Vladimir Putin advirtió infinitas veces al colectivo occidental que
había (y hay) una línea roja que no podían ni debían pasar so pena de provocar
una guerra. La soberbia y la arrogancia de los representantes del ruin y
ruinoso imperialismo judeo-masónico anglo-estadounidense, cebados por la
codicia y la impunidad de las guerras
criminales y genocidas que emprendieron en las últimas décadas -- entre
otras, contra estados menores como Iraq, Siria y Libia-- los encegueció frente
a Rusia y, con tanto cinismo como cobardía e ignorancia de la historia y de la
cultura rusa, decidieron seguir adelante para librar una guerra “hasta el
último ucraniano” ( ya han muerto más de 500.000 jóvenes ucranianos) luego
de promover un golpe de estado e
instalar en Kiev el régimen títere del comediante judío Volodimir Zelenski. En
el establishment estadounidense, controlado por el lobby de Israel, hay varios
psicópatas belicistas, pero ninguno los representa mejor que el senador Lindsey
Graham, quien recientemente ha vociferado nuevas amenazas contra Rusia con el
único afán de escalar el conflicto. Él y los de su laya son incapaces de ver
que su guerra en Ucrania está perdida y que no tienen otra alternativa que
avenirse a aceptar las condiciones de Rusia. Aparentemente, quieren vender cara
su derrota. Así, el inicuo, desvergonzado, corrupto y senil Joe Biden autorizó
hace unos días a Zelenski a atacar Rusia con misiles de mediano alcance ATACMS
y Storm Shadow (ingleses), los cuales sólo pueden ser operados por oficiales de
la OTAN, lo que supone un involucramiento “directo” de EE.UU. y sus vasallos
europeos en la guerra contra Rusia. Consumado el ataque otanista con 6 de los
mencionados misiles llegó la sorpresa: Rusia respondió con un misil balístico
de alcance intermedio hipersónico con vehículo de reentrada múltiple y carga de
munición convencional (aunque podría transportar carga nuclear) llamado
Oreshnik (avellana en ruso), utilizado por primera vez en el contexto de una
guerra, y con un despeño perfecto. El
Oreshnik viaja a 12.250 km/hora, es imperceptible al ojo humano e imposible de
interceptar para la OTAN. El margen de desviación de su objetivo es de un metro.
Los 25.000 m2 de la fábrica de municiones y misiles en Dnipro, Ucrania, tanto
sus instalaciones de superficie como las subterráneas desparecieron sin dejar
rastro. El Oreshnik puede llegar desde Rusia a Londres y París en 19 minutos, a
Bélgica en 14, a Berlín en 11 y a Polonia en 8 minutos. Tiene un alcance de
5000 kms, puede transportar una carga nuclear de 150 kilotones y cada misil
contiene de 3 a 6 ojivas con guía individualizada. Así las cosas, los
dirigentes del colectivo occidental quedaron atónicos. No obstante lo cual
Ucrania lanzó nuevamente drones y misiles que fueron interceptados por Rusia.
Según el politólogo John Mearsheimer, Rusia estudia una nueva respuesta, pero
no debería sobre reaccionar, ya que Ucrania tiene solo una pequeña cantidad de
misiles balísticos de alcance intermedio (le quedan 44) con escasa capacidad de
daño frente al desarrollo tecnológico ruso. Por otra parte, la superioridad del
complejo militar de Rusia es abismal: Rusia produce en tres meses lo que todos
los miembros de la OTAN incluidos los EE.UU. pueden hacer en un año, y el
profesionalismo y compromiso moral de las fuerzas armadas rusas no tiene
parangón. La OTAN y los EE.UU. bajo la Administración Biden siguen jugando con
fuego. Putin con la prudencia política que lo caracteriza resiste las presiones
de quienes proponen una reacción más contundente, al tiempo que afianza su
estrecha alianza con China, Corea del Norte e Irán. Quizá los Houties estén a
la espera de nuevos misiles de los arsenales de Rusia e Irán. Trump ha
manifestado su disposición a terminar la guerra en Ucrania. Pero todavía faltan
dos meses para que asuma, lo cual, dado el escalamiento del conflicto que
impulsa Biden, parece mucho tiempo. Rusia, no obstante, sigue su propio curso
de acción. Y lidera el surgimiento de una mayoría global que se suma a los
BRICS para forjar un orden internacional basado en el respeto a la soberanía de
las naciones y la colaboración para el desarrollo, la prosperidad y la paz, tal
como quedó demostrado en la exitosísima reunión mantenida en la bella ciudad rusa
de Kasan en octubre pasado.
En Israel
mientras tanto, el criminal de guerra y genocida primer ministro Benjamín
Netanyahu ha recibido su orden de arresto emitida por la Corte Penal
Internacional, lo que ha suscitado ridículas amenazas de Lindsey Graham contra
quienes la acaten. Los devastadores bombardeos sionistas en Gaza y en el Líbano
continúan al tiempo que Hezbollah y Hamás resisten en condiciones que
despiertan la admiración de la inmensa mayoría de los pueblos que se
solidarizan con el pueblo palestino y repudian al estado paria judío de Israel.
La
Argentina bajo la presidencia del monigote de la Jabad Lubavitch, el ideólogo
diletante del anarco-capitalismo Javier Milei también tiene un gobierno que hoy
pocos en el mundo toman en serio. Hace unos días un amigo me preguntó
preocupado: Luis, ¿qué se está cocinando, porque han venido Boris Johnson,
Macrón y Meloni a entrevistarse con Milei?
Arriesgué la siguiente respuesta: el payaso criminal Boris Johnson andaba
de gira para promocionar su libro y cobrar emolumentos, Macron y Meloni estaban
cerca, en Brasil, y vinieron a hacer un paseo, comer un bife de chorizo y sacarse una foto con el dócil lacayo del
Fondo Monetario Internacional que ocupa el sillón de Rivadavia en la Rosada.