Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

sábado, 12 de agosto de 2023

ROBERTO ESTÉVEZ: UN CRUZADO EN MALVINAS

 



NOTA AGENDA FÁTIMA: El siguiente artículo fue publicado originalmente en tres partes. Por razones prácticas lo publicamos en un solo artículo.

 

Por JORGE MARTÍN FLORES*

 

"Dichoso aquél que muere por su casa y su tierra.
Pero sin haber hecho dolo ni fuerza injusta, Dichoso aquél que compra su tálamo de tierra, Que compra con su sangre la cama eterna y justa.
Dichoso aquel que muere por la cosa solemne, Aunque sea más chica que un granito de anís.
Dichoso aquel que muere para que siga indemne La vida de un niñito, la gloria de un país.
Dichoso aquel que muere por la Cosa Perenne, Por un Santo Sepulcro, Dulcinea, Beatriz, O por un sol en campo de color cielo y Lis."

(Charles Péguy - P. Leonardo Castellani)

 

El 28 de mayo de 1982 tenía lugar el combate de Darwin-Pradera del Ganso, primer combate terrestre en la defensa armada de nuestra soberanía nacional en las Islas Malvinas contra las tropas del Reino Unido y la OTAN. Allí, la 1° Sección “Bote” de la Compañía “C” del Regimiento de Infantería 25 se batió heroicamente contra 2 Compañías del 2° Batallón de Paracaidistas Británicos (PARA 2) y ofrecía 12 héroes a la Patria.

¿Qué dijeron los británicos sobre este combate? Afirmó el Comunicado oficial del Ministerio de Defensa británico (30-5-1982): “Cuando los paracaidistas avanzaron hacia el sur, encontraron una fuerte y creciente posición defensiva, bien protegida y dispuesta en profundidad. (…) Nuestras fuerzas fueron blanco del fuego particularmente violento de dos ametralladoras y el ataque podría haber claudicado. (…) Ésta es probablemente una de las acciones más brillantes y valientes libradas por un Batallón desde la Segunda Guerra Mundial”.

Los periodistas Hastings y Jenkins en su libro “La batalla por las Malvinas” escribieron: “(…) Al romper el día, el balance de la batalla se inclinó bruscamente en contra de los ingleses. Estaban atrapados en terreno abierto, con el único refugio completamente al flanco, y un enemigo preparado para el combate al frente (…) Los informes sobre una guarnición desmoralizada y desganada parecían sin fundamento. Tantas mentiras que se nos dijeron acerca de que no querían pelear, y están peleando como leones. (…) En Prado del Ganso los argentinos demostraron que si los soldados poseían una virtud, ésa era la tenacidad en defender posiciones preparadas (…) resultaban un hueso muy difícil de roer.”

Y el mayor John Crossland (jefe de la Cía. "B" inglesa) dijo: "Si en esta primera batalla nos enfrentamos a esto, espero que la guerra termine pronto, sino...".

Como se ve, este combate les dio a los británicos una lección tremenda: Jamás volverían a atacar de día ni subestimarían a los soldados argentinos. Esto no era un paseo. “No Picnic”, así llamó a su libro Julian Thompson, jefe de la 3ª Brigada de Paracaidistas: “¿De dónde salieron estos leones argentinos de 19 años que combatieron en Darwin Pradera del Ganso, sosteniendo la bandera en su lugar y dispuestos a dar la vida por ella? ¿Quién los formó, inspiró y guio a desafiar la misma muerte con ese coraje, convicción y entrega?”.

La respuesta: Un teniente argentino de 25 años, Comando, señor de sí mismo, auténtico modelo de liderazgo que moría combatiendo al lado de sus hombres, dándoles el ejemplo y sirviéndolos hasta dar la última gota de sangre por Dios y por la Patria. ¿Su nombre? Roberto Néstor Estévez. Un cruzado en Malvinas.
 

NO SE DA LO QUE NO SE TIENE


Estévez (Toto para sus familiares y amigos) nació en Posadas, Misiones el 24 de febrero de 1957. Séptimo hijo de una familia tradicional conformada por nueve hermanos. Era un chico simpático, amiguero y familiero. Amante de la buena música y de los buenos libros. Inteligente y determinado en todo lo que emprendía. Defensor de las causas justas, especialmente aquellas que el mundo consideraba “perdidas”. Católico formado y práctico. Patriota apasionado.

Desde niño soñaba con ser soldado. Dibujaba mapas, diseñaba vehículos y armas, planificaba estrategias y desplegaba tácticas con soldaditos de plomo pensando en cumplir su misión en el mundo: recuperar -ni más ni menos- ¡que las Islas Malvinas! Incluso inventó una historieta que lo tenía como protagonista, vestido de gaucho y dirigiendo los ejércitos para recuperar nuestras tierras australes. La tituló “Rob Dick”.

Como podemos ver, una “causa perdida” para el mundo era motivo de la predilección y desvelos de este niño misionero que soñaba despierto con restaurar en ellas nuestra soberanía...


NO SE AMA LO QUE NO SE CONOCE


En 1975 ingresó al Colegio Militar de la Nación integrándose a la segunda compañía de infantería, venciendo día a día sus debilidades y limitaciones físicas.

En 1978 alcanzó el grado de sargento cadete encargado de la sala de armas de la compañía. Y el 12 de octubre fue ascendido a subteniente, recibiendo su primer y único destino: el Regimiento 25 de Infantería en Colonia Sarmiento, provincia de Chubut.

Su tenacidad, determinación, constancia y convicciones llevaron a qué hacia fines de 1980, fuese elegido como el mejor oficial de la unidad, recibiendo el honor de ser el abanderado. Para esa época, realizaba los siguientes análisis de la realidad a la luz de una verdadera concepción metafísica de la vida y teológica de la historia, escribiéndole a su novia Marta Beatriz López“Las sociedades que cambiaron la herencia cristiana, occidental y greco-latina por el universalismo, ateo, materialista y tecnocrático cientificista va a desaparecer y trágicamente y me alegro de ello. Lo que sí, roguemos a Dios para que nuestra Nación no se aliste tras ellos (…). Esa realidad solo puede ser revertida por una actitud de definida oposición y de toma de conciencia de que la única organización justa y definitiva, es en El Orden Natural y para el Bien Común. -Y en esto no se puede ni se debe transar o admitir- Hacia ese actual orden de cosas aberrantes y subversivo dedico toda mi rebeldía y mi rechazo, desde el fondo de mi ser”-

Y desde allí encontraba el sentido profundo de su vocación militar. Para Estévez “Milicia es la vida del hombre sobre la tierra” (Job 7, 11). Era pacífico, pero no pacifista. Como decían los antiguos romanos: “Si quieres la paz, prepárate para la guerra”, afirmando: Si algún día llega a hacerse carne en el espíritu de los hombres argentinos la pasión guerrera, allí, sí va a haber paz en esta tierra (…) No tenemos que desear la paz de los vencidos sino una paz digna, de gente con honor”.

  

El teniente Roberto Estévez (derecha) junto al soldado Carlos Grazziani.

 

Este joven oficial Roberto Néstor Estévez, un cruzado en Malvinas, fortaleció sus convicciones y su misión nutriéndose sistemáticamente con lecturas de autores del nacionalismo católico argentino y especialmente con la llegada providencial al Regimiento 25 de su nuevo Jefe el Coronel Mohamed Alí Seineldin, padre de los comandos argentinos y bajo cuyas alas se cobijó. Pues fue quien imprimió en el 25 el lema de “¡Dios y Patria o muerte!” encontrando Estévez el camino allanado para realizar su sueño de ser Comando consagrándose a este lema de vida y sacrificio: “Estoy convencido de que mi mayor especialización como combatiente, acompañará una mayor elevación espiritual, porque en la Argentina, el soldado del Ejército no es una persona instruida para matar sino que es, y con mucho orgullo lo digo, ´caballero cristiano de vocación guerrera´”.

El curso lo inició en 1981 en Córdoba. Confirmándole a su amada: “Yo soy débil, blando, descontrolado, pero porque invoco la protección del Padre, Él me hace capaz de resistir, de superar de mantenerme sereno, de resolver, de enfrentar. Por eso, es que estoy absolutamente convencido: esto es por sobre todo una acción de raíz y fundamento en la Fe (...) Yo puedo, porque Dios quiere (...) Más que nunca le pido a Dios que me ilumine, que me guíe, que me dé lucidez, que no me permita desfallecer, que me permita ser siempre el primero para los esfuerzos y sacrificios y el último para beneficios y comodidades, y que me haga que yo siempre esté a la altura de lo que mi deber y las misiones me exijan” .

Con entrega total y firmeza espiritual, arremetió sin claudicar la difícil prueba del pasillo de fuego. Y resistió hasta sus últimas consecuencias físicas y psíquicas ante la prueba del campo de prisionero. Allí sufrió dos paros cardio-respiratorios… Sin embargo, fue reanimado y enviado al Hospital. Y aunque usted no lo crea… tras recuperarse: ¡El joven subteniente regresó a terminar el curso ante el asombro de todo el mundo! Y lo hizo, coronando su misión con una dificilísima prueba de alpinismo en la cual llegó a la cima del Monte Tronador.

Ya Comando, regresó al 25 y a fines de 1981 ascendió a teniente pidiendo permanecer un año más en su unidad. Allí, el teniente Estévez recibía a los soldados conscriptos que se incorporaban a la unidad para realizar el servicio militar. Y mirando uno a uno, fue seleccionando del resto a un grupo especial de jóvenes que condujo bajo su tutela y ejemplo, brindándoles un intensivo cursillo de comandos. Su deseo explícito era convertirlos en “una jauría de perros salvajes” y se les permitió usar la boina verde distintiva de las fuerzas especiales. Conformó una compacta unidad que sería la Sección AOR (Aspirantes a Oficiales de Reserva) y que en Malvinas generó el estupor del enemigo que pensaba estar combatiendo ante un regimiento entero.

Si el código del caballero cristiano en la Cristiandad se sintetizaba en el lema: “Siempre adelante, nunca retroceder”, Roberto Estévez pudo embellecerlo con la consigna de San Pablo, que imprimió en su sección: “Si Dios con nosotros ¡quién contra nosotros!”. Diciéndole a su novia: “No hay de qué ni por qué tener miedo respecto a la posibilidad de entrar en ´alerta roja en la guerra´. Si la Madre de Dios nos protege; si cada soldado reza el rosario que cuelga de su cuello; y si junto con la celeste y blanca va a encabezar nuestras columnas una cruz; si atados al cañón de cada uno de nuestros fusiles hay un sagrado escapulario; si todos los que tienen el honor de haber nacido en esta tierra toman conciencia que nacieron para ser Hidalgo y vive, piensa, habla y actúa y muere como tal; si asumimos el compromiso de ser descendientes de la estirpe de las Hazañas Increíbles tal cual son nuestros héroes y procedemos en consecuencia; si tenemos que todos y cada uno que debemos vivir y morir con Fe, con Esperanza y con Caridad, no hay por qué temer: está escrito que vayamos a triunfar sobre los ingratos a quienes el Padre de la Patria y sus cóndores dio libertad. Vos misma has transcripto en tu carta esa frase de San Pio X, que no deja lugar a dudas: un ejército que reza vence, un Ejército es la Nación en armas, una Nación que reza vence. Si la Patria abraza fervientemente la Verdad de Dios, nada se impondrá a nosotros. La frase que me diste infunde fuerza, aplasta las dudas, alegra el alma y fortalece el cuerpo. No podía ser más oportuna. La voy a enseñar a mis tropas”.

  

La carta póstuma que escribió para su padre un 27 de marzo de 1982.

 

No se defiende lo que no se ama. “El verdadero soldado no lucha porque odia lo que tiene delante, sino porque ama lo que tiene detrás”, dijo una vez Chesterton. Así junto a la Cía. C del RI 25, Roberto Estévez, un cruzado de Malvinas, fue parte de la “Operación Rosario”, operación conjunta con la Armada Argentina que recuperó las Islas Malvinas el 2 de abril de 1982 para nuestra soberanía nacional con total profesionalismo y sin causar bajas inglesas. Y fue destinado con su Compañía C a la zona de Darwin y desde allí estuvo presto para la defensa de la bandera en operaciones contra la Task Force.

Le decía a su hermana María de las Mercedes del Rosario: “A pesar de las alertas y Alarmas (…), tratamos de mantenernos dentro de un ritmo metódico de vida; Educación Física, aseo, limpieza de sectores y desde mañana, repaso de temas de instrucción. Con las últimas luces rezamos nuestro rosario, el arma N1 desde siempre (las de fuego y las blancas vienen después), para lo cual muchos de mis soldados lo deben sacar del cañón de la FAL en donde los tienen atados.”

MODELO DE CONDUCCION

Estévez fue para sus soldados modelo de conducción a partir del ejemplo personal de un padre de familias, de un hermano mayor. A modo de ejemplo, le dice a su hermana: “Como te dije estamos bien, pero yo quiero que mis soldados estén mejor, así que por ello te voy a manguear algunas cosas; aquí van: una lata de cemento de contacto (pegan cuero y goma), una bobina de hilo encerado para cueros; 2 o 3 agujas de zapatero, (para hacer nuestro propio mantenimiento a los borceguíes y no tener que esperar turno de taller) y unas latas de ese unto para cueros (montaduras, toldos, etc.).Vos con esto ya estás eximida de aportar al Fondo Patriótico. Desde el frente y con gesto patriarcal, te eximo ¿sabés? Un beso de, -Y firma- Roberto. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Patria! Venceremos” (Carta a su hermana María de las Mercedes del Rosario Estévez; 25 de mayo de 1982).

Estévez concibió la Gesta del Atlántico Sur en su dimensión teológica, afirmando que: “la guerra es entre el Bien vs el Mal” Y ante ello: “Todas las noches antes de dormir las Secciones se reúnen y rezamos el Rosario y la oración del Soldado. (...) El sábado pasado -25 de mayo- hemos hecho la formación para tomar el solemne juramento de Fidelidad a la Bandera y la imposición del Santo Rosario en el asta de nuestra Bandera Nacional de Guerra.”

Y definiéndola con el carácter de cruzada afirmaba: “Dios que sabe lo que hace, ha colocado en el camino de la Argentina esta situación: enfrentar el compromiso de dar un paso más hacia la realización de nuestro Ser como Nación y así cumplir con los objetivos de la Patria, la heredad histórica. Esto es nuestra empresa, nuestra cruzada, tras la que está reunido el pueblo entero que no va a darse el lujo de dudar ni un cuarto de segundo en convertirse en la Nación en armas, como en la Campaña Libertadora y en tantas otras gloriosas oportunidades.”

Compartiendo con su hermana María de las Mercedes del Rosario que la justicia de la Causa Malvinas era manifiesta pues: “1) La gente retorna con pasión a la Fe Católica, la única. 2) Hispanoamérica se une ante la agresión (se cae la máscara de la farsa liberal argentina europeizante). 3) Se respira un aire de unidad nacional ante la causa común. 4) Tal vez llegó la hora de prenderle fuego a 132 años de claudicaciones históricas y hacer imperar la Argentina Eterna, Católica, Hispanoamericana, Unida para el Bien Común y tras un destino de grandeza. [...]. Un beso de, Roberto. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Patria! Venceremos”.

NO SE AGRADECE LO QUE NO SE VALORA

Como dijimos al principio, el teniente Estévez ofreció su vida heroicamente en Darwin-Pradera del Ganso. Con determinación e hidalguía. Impartiendo órdenes. Reglando el fuego de artillería. Sin retroceder un tranco de pollo. Fue herido primero en la pierna derecha y luego en el brazo izquierdo. Y descuidando sus propias llagas fue recorriendo cada posición donde combatían sus soldados imitando su ejemplo. Usando su fusil como bastón y como escudo su rosario al cuello. Alentando el combate, corrigiendo los yerros, levitando entre la turba malvinera y el inclemente fuego. Consumándose en un solo amor crucificado y verdadero. Preocupándose por las necesidades de cada uno de sus guerreros. Vio en un pozo de zorro a su AOR Rodríguez herido, chorreando sangre de la cabeza al cuello. Y lo protegió como un padre lo haría con su hijo, colocándole un casco de un soldado del 12 que creyó muerto. “Este casco lo protegerá más que una boina” le dijo sonriendo. Y se asomó por el pozo para seguir combatiendo con su brazo sano y su corazón al viento.

Un francotirador certero le disparó en su pómulo derecho. Y cayó en los brazos del soldado a quién segundos antes protegió con su ejemplo. Sus labios agonizantes balbucearon unas palabras que se las llevó el viento para traerlas al presente y ser voz que clama en el desierto. Murió con la satisfacción del deber cumplido. Con la paz del que recibía su trofeo en el Cielo. Y con la convicción de que su sección no abandonaría el puesto, pues seguiría peleando, como efectivamente lo hicieron. Ante la sorpresa del mundo. Ante el escándalo de los soberbios.

Su legado es coherencia de buena vida y buena muerte. Así lo afirma en su carta póstuma escrita para su padre un 27 de marzo de 1982 para que resuene en cada rincón de su amada Patria: "Querido Pipo: Cuando recibas esta carta yo, ya estaré rindiendo mis acciones a Dios Nuestro Señor. El, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en el cumplimiento de la misión. Pero fíjate vos ¡qué misión! ¿No es cierto? ¿Te acordás cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todo destinado a recuperar las Islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra Soberanía? Dios, que es un Padre Generoso, ha querido que éste, tu hijo, totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a Nuestra Patria. Lo único que a todos quiero pedirles es, 1º) Que restauren una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo; 2º) Que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea la apertura a la tristeza, y muy importante, 3º) Que recen por mí. Pipo, hay cosas que, en un día cualquiera, no se dicen entre hombres pero que hoy debo decírtelas: Gracias por tenerte como modelo de bien nacido, gracias por creer en el honor; gracias por tener tu apellido, gracias por ser católico, argentino e hijo de sangre española, gracias por ser soldado, gracias a Dios por ser como soy y que es el fruto de ese hogar donde vos sos el pilar. Hasta el reencuentro, si Dios lo permite. Un fuerte abrazo. Dios y Patria ¡O Muerte! Roberto.”

ESTAMOS EN DEUDA

Estamos en deuda con nuestros 649 héroes, con nuestros Veteranos de Guerra de Malvinas, con nuestros Familiares de Caídos en Malvinas. La Patria necesita que volvamos a Malvinas. La Patria necesita redescubrirse a sí misma y recuperarse bajo el espejo de Malvinas. Necesita cobijarse bajo la sombra de sus héroes. ¿Y por qué no lo intentamos a partir del modelo normativo y ejemplar llamado Roberto Néstor Estévez? ¿Por qué no hacer carne aquí y ahora su amor hacia Dios, la Patria y la Familia? ¿Por qué no teñir de su ejemplo cada gesto de amor cotidiano que podamos realizar? ¿Por qué no animarnos a ir contra la corriente y vivir una vida con sentido trascendente? Que Toto interceda por nosotros para que seamos dignos de nuestros muertos y tengamos la humildad de conocer, amar y defender la Patria heredada, aunque esta respire solamente sostenida por un hilo. Un hilo que se llama Malvinas. ¡No estamos solos! Pues como dijo Toto: “Hay un compromiso de quienes somos soldados: Hacia los que fueron, los que hicieron la Patria y los que caen en estas islas, hacia los que son todos ustedes que hacen y rezan con los ojos y el alma puestos en este lugar y hacia los que serán: generaciones que griten el orgullo de ser nuestros hijos porque hicimos pedazos el entreguismo y la farsa del encandilamiento por el hemisferio Norte. Mientras viva uno de la Cía “C” del 25 Por acá no pasarán”

 

 

* Profesor de historia. Vicepresidente de la Asociación Civil Movimiento Jóvenes por Malvinas. Colaborador de la Asociación Civil Malvinas: Educación y Valores. Integrante de la Asociación Civil Docentes por Malvinas Julio Rubén Cao. Integrante del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas de Lomas de Zamora.

 

Fuente:

https://www.laprensa.com.ar/532829-Roberto-Estevez-Un-cruzado-en-MalvinasPrimera-parte.note.aspx

 

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