“No es imposible que en los batallones
clericales al servicio del hombre
todavía
se infiltren algunos quintacolumnistas de Dios”.
Nicolás
Gómez Dávila
“Durante la misa en San
Pedro, me senté justo detrás del cardenal Ernest Simoni. Tiene 97 años, es
albanés, fue torturado, encarcelado para realizar trabajos forzados y condenado
a muerte. Al final de la misa, fue al ambón y recitó la larga oración a San
Miguel como un exorcismo. Específicamente... un exorcismo.
Lo único que habría podido hacerlo mejor
habría sido: a) que se hubiera hecho antes de la misa y b) que lo hubiera hecho
cada sacerdote presente”.
https://wdtprs.com/2025/10/in-san-pietro-card-simoni-went-straight-at-the-devil/
Según
parece el cardenal albanés Simoni Troshani, de propia iniciativa, se levantó y
rezó el exorcismo de San Miguel Arcángel, c0mpuesto por León XIII en 1890, al
final de la misa del cardenal Burke, una misa que, por ser cantada, no incluía al final las oraciones leoninas, y
por lo tanto la oración a San Miguel Arcángel, tan temida por los demonios y
por los modernistas, que con satisfacción al inventar el Novus Ordo, extirparon
además esa oración.
Era el 25
de octubre, aniversario de la Revolución comunista en Rusia.
Este viejísimo
cardenal -97 años- sobrevivió en la cárcel comunista rezando la misa en latín.
No sabemos por qué Francisco lo hizo cardenal, pero ahí está el hecho: el tiro
le salió por la culata al ya fallecido papa demoledor, pues si alguna vez fue
entronizado el demonio allí en el Vaticano, el día de la asunción de Pablo VI
(según contó P. Malachi Martin), importa y mucho recurrir a San Miguel, en este
tiempo de apostasía en la Iglesia, ocupada por sus enemigos.
El hecho
tiene este aditamento simbólico: el escudo de este cardenal contiene la frase “Al
fin mi Corazón Inmaculado triunfará”, más la estrella de Esther que lleva la
Virgen de Fátima en su manto.
Dios le
pague al anciano cardenal su acción santa, y acelere el triunfo del Corazón Inmaculado.

