Por FLAVIO MATEOS
---El artículo del Padre dominico Louis-Marie que
hemos publicado en dos partes nos parece el más juicioso y esclarecedor de
cuantos hemos leído acerca del polémico tema llamado “Tercer secreto” de
Fátima, que, como sabemos, es en realidad la tercera parte de lo revelado el 13
de julio de 1917.
---Prácticamente todos los “fatimistas” e interesados
en el tema, han adoptado –con bastante precipitación- la tesis propalada
especialmente por el Hno. Michel de la Sainte Trinité en su monumental obra “Toute la verité sur Fatima”, acerca de
la falsificación o la omisión por parte de las autoridades vaticanas de ese
tercer secreto, cuando fue revelado, llegando a hablar algunos incluso de un
“cuarto secreto” (¡!). Nos incluimos entre los que han adoptado (mea culpa!)
esa opinión, basada sobre todo en conjeturas y sospechas pero no en hechos ciertos
y probados. Es por eso que hemos debido hacer necesarias rectificaciones a
nuestro libro “Fátima y Rusia”.
---Creemos, pues, que el secreto, hasta donde podemos
saber y mientras no haya prueba en contrario, ha sido revelado completo, pero,
como dice el autor que hemos citado, se lo reveló a fin de neutralizarlo, al
darle una interpretación falsa e incongruente y de ese modo dejar todo el
mensaje de Fátima bien enterrado en el pasado.
---Una observación sobre esto que dice el P.
Louis-Marie: “En cuanto a la instrucción
de Nuestra Señora: "A Francisco se lo puedes decir", no hay ninguna
razón de peso para relacionarla exclusivamente con la tercera parte del
secreto. Podría muy bien referirse a las palabras pronunciadas por Nuestra
Señora durante la segunda parte. Por tanto, el argumento es, una vez más,
irrelevante”.
En efecto, pero también podría relacionarse con el tercer secreto, puesto que si éste es una visión (texto revelado el 26/6/2000), y Francisco, como sabemos, podía ver pero no escuchar lo que decía la Virgen, entonces lo que podían decirle a Francisco era la explicación de esa visión del “tercer secreto” que podría haberles dado la Virgen. Recordemos, por ej., que cuando la Virgen les mostró el infierno a los pastorcitos (primera parte de lo revelado el 13 de julio), luego la Virgen se los explicó: “Habéis visto el infierno, adonde van las almas de los pobres pecadores…”. Además, cuando el 3 de enero de 1944 la Sma. Virgen se apareció a sor Lucía para pedirle que redactase el “tercer secreto”, le dijo que escribiese “lo que ellos te piden, pero no lo que te ha sido dado comprender de su significación”. Así, sor Lucía nunca habría escrito el significado de esa visión, pero sí se la podría haber contado a Francisco. Y en esa explicación podría estar el porqué de esos mártires y ese papa mártir: apostasía en la Iglesia, etc.
Acá se puede conjeturar por qué Nuestra Señora no le
habría pedido a sor Lucía que escribiese también la interpretación de esa
visión. ¿Quizás porque se esperaría que las autoridades de la Iglesia tendrían
así facilitada la tarea de revelar en 1960 ese “tercer secreto”? Pero, acá
aparece otra cuestión y es la de la fecha de su revelación, que debía ser en
1960. Lo abordamos en el siguiente punto.
---En el libro El
Secreto todavía ocultado, Christopher A. Ferrara escribe: “No hay, aparentemente, una explicación
racional que justifique el rechazo del Vaticano de revelar este texto de la
visión en 1960, ni tampoco el riguroso ocultamiento por cuarenta años seguidos.
Efectivamente, en su comentario del Secreto, publicado en El Mensaje, el propio
Cardenal Ratzinger, que en 1984 había afirmado que el Secreto era una “profecía
religiosa” referente a los “peligros amenazando la fe y la vida del cristiano y
por tanto la del mundo”, afirmaba ahora que en el Secreto “No se revela ningún
gran misterio; no se ha corrido el velo del futuro. Vemos a la Iglesia de los
mártires del siglo recién transcurrido…” Si así fuera, ¿por qué entonces el
Cardenal Ratzinger no lo dijo sencillamente en la época, en 1984? Como lo
declaró el Obispo portugués Januário Torgal: “Si el Vaticano sabía que el
contenido no era apocalíptico ¿por qué lo ha hecho público sólo ahora?”
Disentimos. Creemos
sencillamente que el “tercer secreto” no fue dado a conocer en 1960 en primer
lugar, porque Juan XXIII, y luego los otros papas, no querían hacer presente el
tema de Fátima, ya que de dar a conocer el tercer secreto deberían
indudablemente referirse también a las otras dos partes del secreto y a todo el
mensaje de Fátima, y ese papa –que venía a instalar el “optimismo” de la nueva
Iglesia- no quería tener nada que ver con los “profetas de desgracias”. En
segundo lugar, la visión del “tercer secreto” muestra una Iglesia perseguida y
un papa mártir junto a muchos otros mártires, y en 1960 la Iglesia estaba
entrando en una nueva etapa de amistad con el mundo, sin enemigos –se acababa
la condena y venía la política de la “misericordia”-, entonces esa visión era
muy políticamente incorrecta. En tercer lugar, la visión mostraba un ángel a
punto de enviar un castigo al mundo debido a sus pecados, pero, igual que
antes, llegaba la era de “peace and love”, entonces eso era muy inconveniente
para la política vaticana, que iba a instalar una nueva religión que negaba el
infierno. En cuanto a que en 1960 se entendería mejor el secreto, pues claro,
puesto que estaba ya en sus comienzos la década donde explotaría la apología
del pecado a nivel mundial en todas las esferas de la vida (no olvidemos que
ese año se lanzó la píldora anticonceptiva), junto con la guerra y la
persecución a los católicos, incluso ese año se estuvo cerca de una
confrontación mundial con la Unión Soviética. Por si fuera poco, ese año también
se adoptó públicamente desde el Vaticano la política pro-judía al recibir –ya
referimos esto en un artículo de nuestro blog- a Jules Isaac, promotor de la
nueva visión del judaísmo por parte de la Iglesia. Así que el horizonte de la
Iglesia mostraba, según el tercer secreto, persecución y martirio, y no una era
de sonrisas y flores, la llamada primavera conciliar. Por lo tanto, ¿para qué
revelarlo?
---Asimismo, en relación
al tercer secreto, la frase “En Portugal siempre se conservará el dogma de la
fe” sería el final de la segunda parte. Y el “etc.” que sigue contendría la
visión del “tercer secreto”.
---Así la visión del “tercer secreto” muestra las
consecuencias de no haber obedecido a lo pedido antes por Nuestra Señora:
difusión de la devoción al Corazón Inmaculado y consagración de Rusia. Esto
introdujo el “comunismo” (podemos llamarle también, la judeo-masonería) dentro
de la Iglesia, dando como resultado final la perdida de muchas almas, la persecución
a los católicos y, al final (en el futuro), un papa mártir. Como dice en nota
al pie el art. del P. Louis-Marie, tras recordar que el martirio de San Pedro
fue un día 13 de octubre: “…el 13 de mayo fue durante mucho tiempo la fiesta de
todos los mártires de la Iglesia romana (el Panteón romano les fue dedicado por
el Papa Bonifacio IV el 13 de mayo de 610). En un trabajo realizado antes de la
revelación del tercer secreto, el p. Gérard Mura vio en la elección por la
Virgen de estas fechas (13 de mayo, 13 de octubre) el anuncio del martirio de
un papa, antes de la renovación de la Iglesia. Para explicar el número 13, el
padre Mura se refirió también a la Mujer coronada de doce estrellas (los doce
apóstoles) en el Apocalipsis (cap. 12); el número 13 (12 + 1) podría
considerarse así como el símbolo de la unión de la Virgen con el papa y los
obispos”. Como sabemos que el martirio es “semilla de cristianos” y la victoria
de la Iglesia se da a través de ese camino, entonces cabe pensar, como se dice
en el art. del P. Louis-Marie –sostenido además por el sueño de Don Bosco- que
tras ese papa mártir habrá el papa que consagre a Rusia al Corazón Inmaculado
de María. Queda en el misterio, también en la visión del “tercer secreto”, lo
del espejo que refleja el paso de un papa, como si hubiese entonces “dos
papas”.
---Rechazada, además, la interpretación del “obispo
vestido de blanco” identificado como Juan Pablo II o Juan Pablo I, también
rechazamos la conjetura surgida hace poco (en Brasil) de que ese “obispo
vestido de blanco” sería nada más y nada menos que Monseñor Marcel Lefebvre. Se
afirma esto apoyándose en que en su época de misionero en África, Mons.
Lefebvre usaba sotana blanca, y en que murió “mártir” por las herejías de los
modernistas (flechas), y en que sube una montaña y el seminario de Écône está
en las montañas (aclaremos que esta conjetura no es de alguien que pertenece a
la FSSPX).
En fin, esto se puede objetar con facilidad, puesto
que en la visión del “tercer secreto” dice sor Lucía: “Y vimos en
una luz inmensa que es Dios: "Algo parecido a como la gente se ve en un espejo
cuando pasa", un obispo vestido de blanco, "tuvimos el presentimiento
de que era el Santo Padre". Si
Lucía dice "tuvimos el
presentimiento de que era el Santo Padre”, no significa que sospeche que no
es el Santo Padre (en ese caso habría dicho: “tuvimos el presentimiento de que no era el Santo Padre”). Simplemente lo
que ocurre es que en aquel entonces los niños de Fátima jamás habían visto al
Papa, ni siquiera tenían imágenes de él, sólo conocían la imagen de un obispo,
que vestía con sotana negra. Entonces tuvieron ese presentimiento, que les fue
confirmado seguramente por el Espíritu Santo, porque a continuación hablan
directamente y confirman sin dudar que es el Papa: “el Santo Padre atravesó una gran ciudad medio en ruinas”. De manera
tal que el protagonista de este “tercer secreto” es un papa, y Mons. Lefebvre
no era papa, por lo tanto no es Mons. Lefebvre. Por otra parte la profecía
concierne a toda la Iglesia a partir de su cabeza visible, el papa es objeto de
todo el mensaje: pedido de consagración de Rusia, y luego, ante esa demora, las
consecuencias, que tendrá que pagar un papa, del mismo modo que cuando el
Sagrado Corazón pidió a un rey de Francia la consagración, y otro rey tuvo que pagar
con su muerte violenta la negativa de aquel.
---Finalmente, adivinamos otro posible cuestionamiento: “Pero
entonces los que afirman que el tercer secreto está completo quieren decir que
el problema no es el Vaticano II sino el comunismo, entonces eso puede llevar a
no preocuparse más por la crisis de la Iglesia y aliarse a los modernistas para
combatir el comunismo”.
El P. Louis-Marie escribe: “La Virgen vino a Fátima para advertir contra el comunismo. Ella dio el
remedio, en la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón. También previó
que los Papas tardarían en utilizar este remedio, y anunció los castigos que
seguirían: guerra, persecuciones, sufrimiento del Santo Padre. Parece que
también quiso, sin insistir más, sugerir, con delicadeza de madre, que el mal
podría ser mucho peor y corromper la fe dentro de la propia Iglesia (en parte
por la subversión comunista). Esto es lo que da a entender la pequeña frase de
Portugal. No era necesario que dijera
más, ya que de hecho esa pequeña frase bastaba para dirigir las mentes de los
expertos hacia la actual crisis de fe. Luego puede hablar de otra cosa, en la
tercera parte, sin referirse explícitamente a la crisis de la Iglesia, pero
manteniéndola en un segundo plano. Esto puede ayudar a comprender mejor algunos
detalles de la segunda visión”.
Ampliemos de nuestra parte. La respuesta sería que el
gran problema que hay en la Iglesia –el asalto por parte de sus enemigos- ha
sido un gran castigo del Cielo, y si bien la Santa Sede estaba acechada hace
mucho tiempo, el asalto final vino como consecuencia de no haber obedecido a la
Virgen que pidió difundir la devoción al Corazón Inmaculado y la consagración
de Rusia. Por otra parte, en lo que entendemos por “comunismo” (que la Virgen
no menciona, pero no hace falta que lo haga), no se comprende sólo el marxismo
soviético, sino el marxismo de Wall Street, recordemos que ambas revoluciones
(violenta en Rusia en 1917 y financiera en EE.UU. en 1929) tenían detrás a los
mismos organizadores y financistas, los mismos que hoy pretenden llevarnos al
“Gran Reinicio” con su “Agenda 2030”. De hecho tengamos en cuenta que las
apariciones en Fátima fueron en 1917 y el pedido de consagración de Rusia en
1929. El cambio político mundial sobrevenido por ello iba a ser fatal para la
Iglesia que ya no habría de encontrar ningún apoyo político del cual
sostenerse. La infiltración hizo el resto.
---Así pues, la terrible visión del “tercer secreto” no
habría quedado en el pasado, sino que estaría aun por cumplirse. Y sin bien la
visión no termina en un “triunfo”, sabemos bien que lo habrá pues la Virgen
dijo en el mismo secreto, segunda parte: “Al fin mi Corazón Inmaculado
triunfará”.
¡Viva el Sagrado Corazón de Jesús y el Corazón Inmaculado
de María!