Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

miércoles, 8 de marzo de 2023

MAS DE DOSTOIEVSKI

 


Por MONS. WILLIAMSON

DCCCXIII #813

11 de febrero de 2023


La Consagración de Rusia no puede esperar.

Por lastima, Nuestro Señor ha dicho: “será tarde”.

 

En su última novela, Los hermanos Karamazov (1879), el célebre novelista ruso Fedor Dostoievski (1821–1881) puso en boca de un monje ruso, el padre Zossima, otras profundas reflexiones sobre el  el fracaso del Occidente liberal y la posible importancia futura para el mundo del Oriente cristiano, del monacato ruso en particular. El tiempo lo dirá, pero así como América y Rusia se preparan para el estallido de la Tercera Guerra Mundial, así también la consagración de Rusia, como la pidió Nuestra Señora de Fátima, adquiere cada vez más importancia, al paso que la línea de pensamiento del padre Zossima reviste un creciente interés. He aquí un extracto, libremente adaptado y abreviado de la novela, Libro VI, Capítulo 3, Sección (e):

De estos mansos monjes, que anhelan la oración solitaria, vendrá tal vez la salvación de Rusia una vez más! … en su soledad, ellos conservan la imagen de Cristo bella e inmaculada, en la pureza de la verdad de Dios, desde los tiempos de los Padres de la antigüedad, los Apóstoles y los mártires. Y cuando llegue el momento la mostrarán a los credos tambaleantes del mundo. Este es un gran pensamiento. Esa estrella saldrá de Oriente.

… Mirad a las “élites” mundanas, y a todos los que se erigen por encima del pueblo de Dios. ¿No se ha distorsionado la imagen de Dios y Su verdad? Pueden tener ciencia; pero en la ciencia no hay nada más que lo que es objeto de los sentidos. El mundo espiritual, la parte superior del ser humano, se rechaza por completo, descartada con aires triunfales, incluso con odio.
El mundo ha proclamado el reino de la libertad, sobre todo últimamente, pero ¿qué vemos en esta libertad suya? ¡Nada más que esclavitud y autodestrucción!

Pues el mundo dice: “Tenéis deseos, entonces satisfacedlos, pues tenéis los mismos derechos que los más ricos y poderosos. No tengáis miedo de satisfacerlos, e incluso multiplicad vuestros deseos”. En eso ven su “libertad”. Sin embargo, ¿qué se deduce de este derecho a multiplicar los deseos? Que el mundo está cada vez más unido, cada vez más como una comunidad global, a medida que se superan las distancias y los pensamientos vuelan por el aire? No confíes en tal libertad, porque distorsiona la naturaleza dada por Dios a los hombres, fomentando en las clases altas y medias muchos deseos y hábitos insensatos y ridículos. Los hombres viven en una permanente envidia mutua, ávidos del lujo y la ostentación, que llegan a ser vistos como una necesidad tal, que incluso se suicidan si no pueden satisfacer tan insensatos deseos. En cuanto a los pobres, son propensos a ahogar su necesidad insatisfecha y su envidia en la embriaguez, pero pronto beberán sangre, porque los están llevando a las guerras mundiales. Yo os pregunto, ¿son libres esos hombres?

Objeción: ¡lucharán por la humanidad! Respuesta: no podrán resistir mucho tiempo. En lugar de ganar libertad se han hundido en la esclavitud, y en vez de servir a la causa del amor fraternal y a la unión de la humanidad han caído, por el contrario, en la disensión y el aislamiento . . . . . De ahí que el servicio a la humanidad, el amor fraterno y la solidaridad humana, aparecen cada vez más vacíos. ¿Cómo puede un hombre librarse del hábito de satisfacer los innumerables deseos que él mismo se ha creado? Aislado como está por su “libertad”, ¿qué preocupación tendrá por el resto de la humanidad? Esos hombres pueden poseer más “cosas”, tener una mayor masa de objetos, pero la alegría ha desaparecido de sus vidas.

El camino monástico es muy diferente. Pero ellos se burlan de la obediencia, del ayuno y la oración, aunque sólo a través de estos se encuentra el camino hacia la verdadera libertad. Suprimo mis deseos superfluos y innecesarios, castigo mi voluntad propia con obediencia, y con la ayuda de Dios alcanzo la libertad espiritual y la alegría… La salvación de Rusia viene del pueblo. Y el monje ruso siempre ha estado del lado del pueblo… El pueblo enfrentará al ateo y lo vencerá, y Rusia será una y Ortodoxa. Cuida del campesino y guarda su corazón. Educarlo en silencio es vuestro deber como monjes, pues el campesino tiene a Dios en su corazón.

Kyrie eleison


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