LA REINA ESTER SALVÓ DEL
EXTERMINIO AL PUEBLO JUDÍO, LA VIRGEN MARÍA SALVARÁ A SU PUEBLO DEL NUEVO
EXTERMINIO
Santa Teresa
del Niño Jesús, Ms. C, 25.
Por FLAVIO MATEOS
“Mira a la estrella, invoca a María”, nos
dice San Bernardo en su preciosa y poética invocación: “¡Oh tú que te sientes lejos de la tierra firme, arrastrado por las
olas de este mundo, en medio de las borrascas y de las tempestades, si no
quieres zozobrar, no quites los ojos de la luz de esta estrella, invoca a
María!”.
Y puesto que nos
encontramos todos en esa zozobra, en medio de la peor tempestad que se pueda
recordar, donde la nave de la Iglesia parece a punto de hundirse o ser devorada
por la gran bestia marina, mientras el mundo orgulloso y prepotente parece que va
a aplastarnos, ¿qué mejor y más necesario que invocar a la Estrella que es
María? Veamos entonces este signo que el Cielo nos ha querido dar y no lo
pasemos por alto: la estrella que tiene en su manto Nuestra Señora del Rosario
de Fátima. En cada aparición ostentaba esta estrella y podemos verla en su bella
imagen en el santuario de Fátima. ¿Cuál es su significado?
Conforme al
libro Fatima: The Signs and Secrets,
por Marianna Bartold, de 2014, la estrella nos remite al Libro de Ester y éste
es como un resumen del oficio singular de la Sma. Virgen en la historia de la
salvación. La reina Ester fue una gran figura o tipo de nuestra Reina la Virgen
María. “Entre
las muchas mujeres que son tipos de figuras de la Virgen, Ester es la más importante por tres razones:
intercedió por su pueblo; su Estrella aparece en el vestido de Nuestra
Señora; y el número "13" es fundamental para su historia”.
Todas las apariciones de Fátima,
excepto la de Agosto donde los niños estaban secuestrados por las autoridades
locales, se produjeron en días 13. Ya en el Antiguo
Testamento, el número 13 había cobrado protagonismo histórico. El día 13 de
Adar es fundamental en la historia de Ester. Como se sabe, la Tradición
católica ve en Ester una figura de la Santísima Virgen María, ya que Ester
intercedió para salvar a su pueblo, mientras la Virgen es la intercesora, auxilium christianorum, para la
salvación del pueblo cristiano. Se dice de Ester “Ester fue llevada al rey Asuero, a la
casa real,… El
rey amó a Ester más que a todas las mujeres, y ella halló gracia y favor ante
él más que todas las jóvenes. Puso la diadema real sobre su cabeza y la hizo
reina en lugar de Vasti”
(Est. 2, 16-17). Habiendo
sido elevada a Reina por el rey Asuero (Jerjes), pues la anterior reina había
desobedecido al rey (Vasti, figura de Eva), Ester intercedió por su pueblo
cuando el primer ministro Amán (figura del Anticristo) lanzó un edicto,
aprobado por el rey, para exterminar a todos los judíos. Ante esta situación
desesperada, Ester mandó a Mardoqueo (había adoptado a Ester como hija,
Mardoqueo era una destacada figura del pueblo judío) hacer ayunos y oración
para impetrar la misericordia de Dios. Así fortalecida y confiada, Ester
descubrió al rey su origen judío y obtuvo su gracia, y éste decidió salvar a su
pueblo. Por el contrario, fue colgado Amán del mismo patíbulo que se había
preparado para Mardoqueo. Éste
fue colocado luego en el lugar de Amán, quedando como segundo del reino, algo
así como un vicario del Rey, por lo que también puede considerarse su relación
con el vicario de Cristo y la importancia que el Sumo Pontífice romano tiene en
esta historia: no puede prescindirse de él. En Ester 2,20 se dice además: “Ester cumplía las órdenes de Mardoqueo como
cuando estaba bajo su tutela”, lo cual nos hace pensar en que la Sma.
Virgen cumplirá las órdenes del Vicario de Cristo, en cuanto éste haga la
consagración de Rusia como fue pedida. Por otra parte, puede considerarse a
Amán, queriendo derrocar al monarca, como figura también de un mal vicario de
Cristo que conspira contra Cristo Rey, hasta que por intercesión de la Sma.
Virgen es derrotado.
Luego de su
salvación el pueblo judío fue
autorizado a vengarse de sus enemigos el mismo día en que según el edicto de
Amán, debía ser aniquilado en el reino de los persas. Ese día fue el 13 de
Adar, décimo segundo mes del año, que corresponde a nuestro febrero-marzo. De
tal manera que el 13 de febrero fue el día de la liberación del pueblo judío y
la venganza contra sus enemigos.
Ahora bien, la autora del libro que
citamos ha hecho una correlación muy interesante, entre esta fecha del 13 de
febrero (13 de Adar), con el 13 de febrero de 2005, fecha de la muerte de Sor María Lucía
de Jesús y del Corazón Inmaculado, es decir, la Hna. Lucía de Fátima (que en portugués se dice
Lúcia). Es posible que esa misma fecha Dios nos haya querido dar un mensaje de
esperanza en nuestra liberación, y que la estrella que ostenta Ntra. Sra. de
Fátima en su túnica corresponda simbólicamente a su misión sublime que remite a
esa figura de la suya que fue la de Ester, ya que además este nombre significa
“estrella”. Recordemos que a la Sma. Virgen se la invoca también como “Stella
matutina”, estrella de la mañana. La Hna. Lucía falleció justo en vísperas del
primer Domingo de Cuaresma, el tiempo litúrgico dedicado a la oración y la
penitencia. Como dijimos antes, Ester mandó a Mardoqueo se hiciesen ayunos y
oraciones para obtener la salvación de su pueblo. La Virgen ha mandado lo
mismo. Pero, como indicó la Hna. Lucía, ya no debía esperarse que este llamado
nos llegase a través de los Obispos y autoridades de la Iglesia, así que ella
misma se hizo eco del mensaje de la Virgen, y el día y tiempo de su
fallecimiento parecieran remarcarlo para que no se nos olvide.
Podemos sin dudas ver un lazo entre el
libro de Ester y lo que está ocurriendo hoy en el mundo: se ha lanzado un plan
de exterminio por parte de Satanás y sus agentes de la Contra-Iglesia, los globalistas
utópicos que pretenden reducir la población mundial eliminando a una gran parte
de ella, por muy diversos medios, manipular al resto que quede con sus
sofisticados medios tecnológicos, y acabar de una buena vez con la religión
católica y más aún, con toda noción de lo sobrenatural y vestigio del orden
natural creado por Dios. Los acontecimientos se suceden vertiginosamente y la
urgencia que tienen los enemigos de Dios los está llevando a apresurar sus
medidas criminales en todo el mundo. En esta situación donde todos los medios
humanos están contra nosotros, donde como el pueblo judío de aquel entonces,
estamos amenazados y sin recursos, sin armas, sin caudillos, en definitiva, perdidos, sólo María, la Madre
de la Misericordia, la Medianera de todas las gracias, puede interceder por
nosotros para salvarnos, porque Ella es la Omnipotencia Suplicante cabe Dios. Como
dice San Bernardo: “Sólo se abstenga de
alabarla el que, al llamarla en las tribulaciones, no fue escuchado”. Y
Santo Tomás: “Es por tanto necesario que
quien desee alcanzar gracia de Dios se acerque con devotísimo corazón a esta
mediadora, porque siendo reina de misericordia y no teniendo absolutamente
parte alguna en el reino de la justicia, nada podrá negar al que le pide”(Salut.
Angel. Exp. II).
No hay otra vía y el tiempo se va
acabando. De allí la importancia de entender esto y poner por obra una Cruzada
mundial de Rosarios al Corazón Inmaculado para que Dios al fin intervenga,
antes de que sea demasiado tarde. Oración y penitencia deben hacer propicio
nuestro deseo ante quien es el Auxilio de los Cristianos y cuyo oficio es la
Misericordia. “Por tanto, invoca Tú al
Señor, y habla por nosotros al rey, para librarnos de la muerte.” (Est.
15,3).
¡Madre,
sálvanos!
¡Viva
el Sagrado Corazón de Jesús y el Corazón Inmaculado de María!