Por FLAVIO
MATEOS
En el
año 2015 Monseñor Williamson lanzó
un llamado de alerta (fuente: http://nonpossumus-vcr.blogspot.com/2015/05/apremiante-llamado-de-mons-williamson.html) que
hoy más que nunca tiene vigencia y, con lo que está ocurriendo en el mundo a
partir de inicios de 2020, ha cobrado nuevo vigor, por lo que se hace necesario
repetir sus URGENTES palabras. Estas son:
La Iglesia y el mundo están en
una situación de peligro sin precedentes. Esto es porque la humanidad ha dado
su espalda a Dios. La humanidad sin Dios ha perdido su camino y la maldad está
tomando el control día tras día, minuto a minuto. Muchos de nosotros lo
sabemos.
Desde la eternidad Dios
Todopoderoso ha previsto esta situación. Como San Luis Grignion de Montfort lo
predijo en el siglo 18, el fin de los tiempos vendría en el cual Dios querrá
que Su Madre tenga un papel especial en la salvación de la humanidad.
Efectivamente, entre sus muchas intervenciones en los tiempos modernos, Fátima
se destaca. Tal como lo prometió en Fátima, Nuestra Señora regresó en los años 1920
para dar a través de Sor Lucía y a través de la Iglesia Católica la solución
simple de Dios para los abrumadores problemas modernos: El Papa debe consagrar
Rusia junto con los obispos del mundo al Inmaculado Corazón de María. Y Nuestra
Señora dejó en claro que de esta consagración, Dios hacía depender la solución
del problema masivo de la Iglesia y del mundo. De esto se desprende que si Dios
permitiera que cualquier otra solución funcionara, Él estaría haciendo mentir a
Su Madre. Obviamente esto está absolutamente descartado. La consagración de
Rusia debe ser hecha; el Demonio no debe tomar el control completo de la
Iglesia y el mundo.
La realización de la
Consagración depende del Papa y los Obispos. Desde los años ‘20 ellos se han
negado a realizar esta Consagración porque prefirieron la política humana a la
solución Divina. ¿Hay algo que los sacerdotes y laicos puedan hacer? Hay dos
cosas. La primera es rezar, especialmente la oración que Nuestra Señora ha
estado pidiendo casi en todas las ocasiones donde Ella ha intervenido, y esta
es el Santo Rosario. Quince Misterios diarios son para muchos adultos mucho más
fácil de lo que piensan, y son tres veces más efectivos que cinco Misterios
diarios.
La segunda cosa que los
sacerdotes y laicos pueden hacer es cumplir los pedidos de Nuestra Señora de
confesarse, comulgar, rezar un Rosario de cinco Misterios y quince minutos de
meditación cada primer sábado del mes. Si tan solo suficientes católicos
hicieran lo que Nuestra Señora pidió, Ella podría obtener de su Hijo la gracia
necesaria para que el Papa y los Obispos realicen la Consagración de Rusia.
Hasta que se haga esta
Consagración tal como Dios la pidió a través de Su Madre, la ola creciente de
maldad no puede ser detenida. Que Dios bendiga a todas las almas que rezarán,
aunque sea poco pero constante e insistentemente, para que se lleve a cabo la
Consagración de Rusia. Ésta se realizará, Nuestro Señor lo dijo en 1931, pero
será tarde. ¡Por la devoción de las almas católicas, que suceda lo más pronto
posible!
¡Viva
el Sagrado Corazón de Jesús y el Corazón Inmaculado de María!