Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

sábado, 11 de diciembre de 2021

"UNA FIRME Y VALEROSA RESISTENCIA"

 

“UNA FIRME Y VALEROSA RESISTENCIA”

 

 


  

Por FLAVIO MATEOS

 

El pasado 16 de noviembre S. E. Mons. Viganò ha hecho un llamamiento para construir una alianza internacional contra el mundialismo. Aplaudimos la buena voluntad del Arzobispo Viganò que no ceja en su empeño de luchar contra la Revolución que con su “dictadura sanitaria”, su “ideología de género” y su “política de cancelación” está arrasando con todo lo que resta de la civilización cristiana y la Iglesia Católica, aún más, con el orden natural creado por Dios. Ya quisiéramos que más obispos se unieran a sus iniciativas y su voz de alerta, cosa que por supuesto sería muy extraño dado el estado de apostasía en que se encuentra la jerarquía eclesiástica. Sin embargo, creemos que la única manera de oponerse y tener chances contra una revolución, es hacerlo de manera contrarrevolucionaria. No hay otra posibilidad. Y esto es lo que lamentablemente no encontramos en las palabras de Viganò. El breve texto del arzobispo introduce en su primera parte una descripción lúcida de lo que está ocurriendo desde finales del 2019 en todo el mundo, este trastorno revolucionario que nos sacude a todos:

“Desde hace ya dos años asistimos a un golpe de estado por el que una élite financiera e ideológica ha conseguido adueñarse de parte de los gobiernos del mundo y de instituciones públicas y privadas, los medios de prensa, el poder judicial, la política y los dirigentes religiosos. Todos ellos, sin distinción, se han vuelto esclavos de estos nuevos amos que garantizan poder, dinero y presencia social a sus cómplices.

Derechos fundamentales que hasta ayer se consideraban inviolables son pisoteados en nombre de una emergencia: hoy de índole sanitaria, mañana ecológica y pasado mañana internética.

Este golpe de estado mundial priva a los ciudadanos de toda posible defensa, dado que los poderes legislativo, ejecutivo y judicial son cómplices de la vulneración de la ley, la justicia y su misma razón de ser.

Es un golpe de estado mundial porque este ataque criminal a la ciudadanía se extiende, con raras excepciones, a todo el planeta.

Es una guerra mundial en la que los enemigos somos todos, incluso quienes no saben ni han entendido el alcance de lo que está sucediendo.

Una guerra que no se libra con armas, sino con reglas ilegítimas, políticas económicas erradas e intolerables restricciones de los derechos naturales.

Organizaciones supranacionales, financiadas en gran medida por los perpetradores del mencionado golpe, interfieren en el gobierno de las naciones y en la vida, relaciones sociales y salud de miles de millones de personas.

Es indudable que lo hacen por dinero, pero más todavía lo hacen para centralizar el poder con miras a instaurar una dictadura a nivel planetario.

Se trata del Gran Reinicio del Foro Económico Mundial, la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

El plan del Nuevo Orden Mundial, en el que una república universal esclaviza a todo el mundo y una Religión de la Humanidad reemplaza a la fe en Cristo”.


Destaquemos dos conceptos que nos parecen los más relevantes: 1)Es una guerra mundial y 2) El plan del Nuevo Orden Mundial, en el que una república universal esclaviza a todo el mundo y una Religión de la Humanidad reemplaza a la fe en Cristo. Esto último es el viejo plan de la Masonería o, para decirlo mejor, de la Sinagoga de Satanás que vehiculiza a las logias masónicas e implanta primero las democracias liberales que favorecen el arribo del comunismo, para llegar al final al reinado del Anticristo. Es indudable que los acontecimientos ocurridos en la Iglesia en los últimos años (renuncia de Benedicto XVI, elección de Francisco) han formado parte del aceleramiento de este plan diabólico en plena ejecución. Hace mucho tiempo que los conspiradores globalistas desean arribar al final de sus utópico y demencial proyecto (v.gr., 1919 parecía un año en que tenían todo a su favor para concretarlo), pero una y otra vez han encontrado obstáculos que lo han retrasado. Lo que muestra el aceleramiento de sus acciones es su desesperación, pues quien mueve sus hilos es el diablo, que sabe le queda poco tiempo. Ahora parecen querer llegar cuanto antes a su “Nuevo Orden Mundial”, y los medios tecnológicos en sus manos parecen favorecer sin dudas sus siniestros planes, cuya meta se han propuesto para el año 2030 (“Agenda 2030”).

Ahora bien, esos dos puntos que hemos destacado de Mons. Viganò ya habían sido anunciados como próximos a realizarse, y a la vez resueltos, en Fátima, cosa que, lamentablemente, Mons. Viganò olvida o no menciona. De hecho ya nadie lo menciona. Recordemos las palabras de la Virgen el 13 de julio de 1917 en Fátima:

“Visteis el infierno, a donde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacen lo que yo os diga, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra va a acabar. Pero, si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo de sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre.

Para impedirla vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora en los primeros sábados. Si atienden mis peticiones, Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas. Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz. En Portugal se conservará siempre el dogma de la Fe.”

Dios ha hablado con claridad en Fátima, sin embargo los hombres buscamos otro camino, y no el que Él nos ha señalado. Destaquemos estas palabras de la Madre de Dios: 1) Si hacen lo que yo os diga, se salvarán muchas almas y tendrán paz. 2) Si atienden mis peticiones, Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. 3) Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz.

Podrían decirse hoy, más que nunca, aquellas palabras que la Hermana Lucía le dijo al Padre Fuentes, el 26 de diciembre de 1957:

“Padre, la Santísima Virgen está muy triste porque nadie ha prestado ninguna atención a Su Mensaje, ni los buenos ni los malos. Los buenos continúan su camino, pero sin dar ninguna importancia a Su Mensaje. Los malos, no viendo realmente caer el castigo de Dios sobre ellos, continúan su vida de pecado sin atender siquiera el Mensaje. Pero créame, Padre, Dios castigará al mundo y eso será de una manera terrible. El castigo del Cielo es inminente.”

Es indudable que los que se oponen a la Tiranía mundial que se está forjando, deben intentar unirse, ayudarse, fortalecerse y combatir, para no dejarse avasallar, pero atención, no con la idea de que debido al gran número que podría reunirse, podría vencerse el poder de la Bestia, un poder que no le ha sido dado sino por nuestros innumerables pecados. “Si la ofensiva es mundial, la defensa también debe serlo”, dice Viganò, y es cierto. Pero hay que trascender el alcance meramente geográfico para entender que la ofensiva es cosmopolita y la respuesta debe ser católica. Es la ciudad del hombre vuelto dios, contra la Ciudad del Dios que se hizo Hombre. Es la estirpe de la serpiente contra los hijos de la Mujer, es el Génesis que se continúa y se prolonga hasta el Apocalipsis. Hay solo dos banderas debajo de las cuales alistarse y pelear. No hay más.

El siguiente párrafo del llamamiento: “Exhorto a los gobernantes y los dirigentes políticos y religiosos, los intelectuales y todos los hombres de buena voluntad, y los invito a asociarse en una alianza que promulgue un manifiesto antimundialista que rechace punto por punto los errores y desviaciones de la distopía del Nuevo Orden Mundial, a la vez que proponga alternativas concretas para un programa político basado en el bien común, los principios morales cristianos, los valores tradicionales, la defensa de la vida y la familia natural, la protección de la empresa y el trabajo, la promoción de la enseñanza y la investigación, y el respeto a la Creación”, parece poder obtener más bien otro manifiesto testimonial, antes que una efectiva contraofensiva contra el poder de las tinieblas que opera sobre los actuales dueños del poder mundial. La propuesta es bastante “idealista” (por decirlo respetuosamente) y las alternativas concretas ya están prácticamente enseñadas en la Doctrina social de la Iglesia, ¿qué más van a inventar o proponer? Por otra parte, todo “programa político” requiere los agentes capaces de llevarlo a cabo, y eso es precisamente lo que hoy nos falta. Castigo del Cielo a los hombres que no han querido perseverar en su militancia cristiana, hoy no tenemos líderes o caudillos, y no los tendremos mientras los hombres no sepan arrodillarse ante Dios y reconocer que Él es el Rey y ellos sus vasallos. ¿Es que acaso se pretende que algunos políticos conservadores, liberales y de “derecha” vayan a vencer a la Sinagoga de Satanás, al poder de la Bestia? Pretender esto es recaer en la ilusión a la que muchos sucumbieron cuando fueron las elecciones norteamericanas. ¿Otra vez van a cifrar sus esperanzas en Donald Trump? Desde luego, no negamos con esto que haya alrededor del mundo políticos sinceros y valientes que se enfrentan al actual estado de cosas, los hay y los aplaudimos, no son todos cómplices o corruptos, pero son una ínfima minoría sin posibilidades ni poder frente a la red global de logias y asociaciones –secretas o no- que conspiran y cuentan con el poder financiero, militar y de la prensa y los medios de entretenimiento, y que manejan los gobiernos, las organizaciones internacionales, la educación y los tribunales de justicia de acuerdo a su “agenda”.

Por otra parte, el único manifiesto antimundialista que teme –ciertamente le horroriza- la Sinagoga de Satanás y sus secuaces es la proclamación clara del Reinado social de Jesucristo. Es lo que enseñó el Sagrado Corazón de Jesús en Paray-le-Monial y el Corazón Inmaculado de María en Fátima. Ambas apariciones son netamente contrarrevolucionarias. A la Revolución sólo puede oponérsele la Contrarrevolución.

Luego Mons. Viganò parece un poco simplista al proponer o esperar una alianza de naciones: “La Alianza Antimundialista habrá de agrupar a las naciones que deseen librarse del yugo infernal de la tiranía y afirmar su soberanía, estableciendo acuerdos de mutua colaboración con las naciones y los pueblos que compartan sus principios y el anhelo común de libertad, justicia y bien”. Hay que decir que ya hay naciones que están sosteniendo su propia agenda y en cuanto pueden mantienen distancia y se oponen a la agenda globalista del Nuevo Orden Mundial, por caso Rusia y algunos países del Este europeo. Pero sucede que el enfrentamiento no puede ser sino sigiloso, cauteloso e indirecto. Los poderes de los que gobiernan en las sombras son tan grandes, que pueden hacer tambalear o quebrar a cualquier gobierno o país, por no decir que asesinar a cualquier gobernante o llevar al mundo a una tercera guerra mundial. La política internacional es infinitamente compleja. Rusia –mencionamos el país que se olvida que está en las antípodas de la agenda anglosajona-sionista y está llamado a cumplir un papel relevante en los próximos tiempos- no puede ir más allá en su resistencia, y por el momento mantiene su agenda geopolítica respecto del “Covid” (no impone las restricciones ni la vacuna, como se hace en prácticamente todo Occidente, y no ha aceptado las “vacunas” que están causando estragos en los países anglosajones), pero de oponerse abiertamente e intentar ponerse de espaldas al mundo entero, una serie de sanciones, embargos, ataques mediáticos y desestabilización interna –pues hay los quintacolumnistas que son los más peligrosos- crearían una situación inestable en aquel país, y de hecho ya a raíz de la “pandemia” han abierto una brecha en el muro del Kremlin. Una actitud de abierto enfrentamiento por parte de Rusia desencadenaría una serie de medidas contra este país que lo afectaría gravemente en sus actuales proyectos de fortalecimiento frente a un conflicto militar que se avizora en el horizonte. Cuando fue el conflicto de Crimea las sanciones económicas lanzadas contra Rusia hicieron que bajasen sus exportaciones en un 50%. La economía rusa no puede permitirse entrar en crisis o ser amenazada de una asfixia económica o tecnológica, ante el coloso chino o norteamericano que pisan fuerte en el horizonte de un conflicto mundial, y si bien los Estados Unidos están en franco declive, aún sigue siendo la mayor potencia económica junto con el gigante comunista asiático. Imaginemos un país donde el poder político esté menos afianzado que en Rusia, y entenderemos qué margen de acción pueden tener los gobernantes que no actúen con precaución. Las provocaciones que recibe Rusia en sus fronteras, que podrían llevar a una devastadora guerra mundial, serían mayores aún de formarse la referida “Alianza”. Por otra parte, ¿cuántos países pueden considerarse “soberanos”? ¿Cuántos no tienen gobernantes cobardes? Verdaderamente los gobernantes de las naciones, por el poder exterior y/o por su propia impotencia y/o traición, se encuentran tremendamente limitados en su accionar.

Por supuesto que pueden tomarse iniciativas como las que señala luego Viganò: “Deberá poner al descubierto los crímenes de la élite, identificar a los responsables, denunciarlos ante los tribunales internacionales y poner coto a su excesivo poder y su nefasta influencia. Asimismo, deberá impedir la actuación de los lobbies, ante todo combatiendo la corrupción de las autoridades y de quienes trabajan en el mundo de la información, así como inmovilizando el dinero destinado a desestabilizar el orden social”. Pero lo siguiente es muy general y puede ser interpretado de diversos modos: “En los países cuyos gobiernos sean siervos sumisos de la élite, habrán de crear movimientos de resistencia popular y comités de liberación nacional, con representantes de todos los sectores de la sociedad que propongan reformas radicales en la política inspiradas en el bien común y firmemente contrarias al proyecto neomaltusiano del plan mundialista”.

“Habrán de crear movimientos”, ¿quiénes? ¿Qué tipo de resistencia? ¿Cómo se llevarían a cabo esas reformas radicales? Téngase en cuenta además que la mayoría de las poblaciones de todos los países está narcotizada por la propaganda Covid de los mass media e inmunizada contra toda forma de pensamiento realista, tras largas décadas de democracia liberal anticristiana, que es la religión que casi todo el mundo ha adoptado y que nos traído hasta aquí. Una de las consecuencias de la actual “pandemia”, además, es la división y enfrentamiento en las sociedades y en las familias, una astuta y nueva “lucha de clases” comunista. Incluso muchos “antisistema” se prestan a este juego, cayendo en la sectaria mentalidad de repeler a cualquiera que haya recibido la vacuna. El falso enfrentamiento dialéctico propuesto por el enemigo, no conduce a nada. Ya lo dijimos más arriba: hay solo dos banderas.

No creemos en la inacción, por supuesto, creemos que tenemos el deber de combatir y de hacerlo con entusiasmo, pues sabemos además que estamos del lado de los vencedores. La propuesta de Viganò es estimulante, pero creemos que la misma debe tener su base sólida y ésta se encuentra únicamente en lo religioso. Simplemente porque todo esto ha venido por la apostasía de las naciones, que han dicho “No queremos que éste reine sobre nosotros” y por la apostasía de la Iglesia que en el Vaticano II ha destronado a Nuestro Señor, es porque hay que volver sobre nuestros pasos. “La primera medicina es conocer la enfermedad”. Nuestro Señor lo dijo: “Sin Mí no podéis nada”.

Sería fantástico que las naciones convocadas respondieran a esta convocatoria que dice: “Convoco a las naciones cristianas de Oriente y Occidente e invito a los jefes de estado y las fuerzas sanas de las instituciones, la economía, los sindicatos, las universidades, la sanidad, el sistema de salud y los medios de comunicación a aunarse en un proyecto común que desbarate los esquemas y deje de lado las hostilidades deseadas por los enemigos de la humanidad en nombre del divide et impera. Llamo a las naciones y a sus ciudadanos a aunar fuerzas bajo la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, único Rey y Salvador y Príncipe de la Paz. In hoc signo vinces”. Eso debería implicar, aunque no lo dice abiertamente, una opción decidida por Cristo Rey, y eso significa la guerra total, frontal y terrible contra los enemigos de Dios. Ahora bien, en esta guerra no puede prescindirse de la Iglesia, por el contrario ésta debe jugar un papel preponderante, cosa que por el momento no es posible, como todo el mundo comprende, ya que su jerarquía –especialmente el papa- se ha colocado del lado de los enemigos. Un blog tradicionalista francés dice que Mons. Viganò en este llamamiento “Invita a formar una alianza internacional antiglobalización para establecer un orden social católico”. Pues no, no es eso lo que ha dicho Viganò, en ningún momento ha hablado de un orden social católico. Menciona el cristianismo y a Nuestro Señor, pero no a los católicos y mucho menos a la Sma. Virgen María (a pesar de que su alocución en video lo muestra con un icono de la Madre de Dios a sus espaldas). ¿Acaso porque se dirige también a los protestantes y se prefiere “evitar lo que separa”? Como fuere, ¿es que Ella no tiene ningún papel en este combate? ¿No es la que aplasta la cabeza de la serpiente? ¿No ha sido el Santo Rosario lo que ha dado a la Iglesia las más resonantes victorias en los tiempos modernos? ¿Y acaso no vendrá la paz a raíz de la consagración de Rusia? Esta omisión nos parece grave.

Veamos lo que Ella mismo nos dijo en dos de sus apariciones del siglo XX:

Quiero que continuéis rezando el rosario todos los días, en honor de Nuestra Señora del Rosario para obtener la paz del mundo y el fin de la guerra, porque sólo Ella os puede ayudar”. (La Santísima Virgen María, en Fátima, 13 julio 1917).

"Reza mucho las oraciones del Rosario. Solo yo puedo todavía salvarles de las calamidades que se acercan. Aquellos que ponen su confianza en mí se salvarán. ("La Santísima Virgen María, en Akita, 13 de octubre de 1973).

Sus palabras no pueden ser más claras. Sólo en Ella reside nuestra esperanza.

De modo tal que la “Alianza antimundialista”, por más buenos que fueren los que la integren, no funcionará, y las siguientes palabras del destacado Arzobispo nos lo confirma:

“Fundemos esta alianza antimundialista, dotémosla de un programa claro y sencillo y libremos a la humanidad de un régimen totalitario que reúne en sí todos los horrores de las peores dictaduras de todos los tiempos”.

No, que se entienda que el hombre no va a liberar al hombre. Nosotros no vamos a librar a la humanidad de nada, ya hemos hecho demasiados desastres. No hay que decir “libremos”, hay que decir imploremos para que Ella, la Inmaculada, la Madre de Dios, Nuestra Señora del Rosario de Fátima, el Corazón Inmaculado de María, Ella que es el Auxilio de los cristianos, la Omnipotencia Suplicante, nos libre y haga que la Iglesia vuelva a relucir y a salvar almas en todo el mundo. Porque sólo en Ella, en nuestra Libertadora, y no en los hombres ni en una alianza de quienes fueren, por más bien intencionados que sean quienes la integren, sólo en Ella se encuentra la solución a esta guerra espantosa, dramática y final, de la cual la jerarquía de la Iglesia forma parte. Si la Iglesia no vuelve al orden, el mundo no puede volver al orden. Y es a través de la Santísima Virgen, que mediante el papa cumplirá su promesa, que podrá detenerse este infernal avance de las fuerzas del mal. El camino ya está trazado. Nosotros debemos seguirlo colaborando a través de la devoción al Corazón Inmaculado, la oración, el sacrificio y cumpliendo lo mejor que podamos nuestro deber de estado.

Hemos llegado a un punto donde humanamente ya no es posible vencer al enemigo. En verdad, jamás ha sido posible una solución humana, si no hay la Voluntad divina. Pues bien, la Virgen nos ha dicho cuáles eran los dos últimos recursos con que contábamos, y ya no habrá otros: la devoción al Corazón Inmaculado y el Santo Rosario. Eso es lo que nos atraerá la intervención misericordiosa de Dios a través de lo que ha prometido: la victoria del Corazón Inmaculado. Sólo así, todas las iniciativas de acción social, política o económica, serán provechosas para salir victoriosos en esta guerra total contra el poder de las tinieblas.

Pero la humilde María triunfará siempre sobre aquel orgulloso, y con victoria tan completa que llegará a aplastarle la cabeza, donde reside su orgullo. María descubrirá siempre su malicia de serpiente, manifestará sus tramas infernales, desvanecerá sus planes diabólicos y defenderá hasta el fin a sus servidores de aquellas garras mortíferas” (San Luis María Grignion de Montfort)

 

¡Viva el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María!

 

 

 

 

 

 

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