Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

sábado, 30 de agosto de 2025

¿EL PROCESO SINODAL PREPARA LA INSTAURACIÓN DEL REINO DEL ANTICRISTO?

 


Por FRANCESCA DE VILLASMUNDO

Bajo León XIV, tanto como bajo Francisco, la iglesia sinodal avanza a grandes pasos. En la Amazonía, tanto como en otros lugares, ha nacido un Proceso sinodal amazónico que, cinco años después, «representa un nuevo contexto de sinodalidad» para la Iglesia latinoamericana. Y un nuevo paso hacia la disolución de la autoridad del Pontífice romano y de los obispos. ¿Para preparar la instauración del reino del Anticristo?

El “Proceso sinodal amazónico” en marcha

El pasado 19 de agosto, el sitio oficial de la Santa Sede, Vatican News, publicaba un artículo ensalzando el “Proceso sinodal amazónico”, nacido hace 5 años, bajo el reinado de Francisco, y destinado a «crear una red panamazónica de comunicación eclesial que unifique los diferentes medios utilizados por las Iglesias particulares y los demás organismos eclesiales», llamada la CEAMA, Conferencia Eclesial de la Amazonía. Este nuevo organismo comprende siete Conferencias episcopales de los países amazónicos, organizaciones regionales tales como Cáritas, la CLAR y el REPAM, representantes de los pueblos indígenas y expertos nombrados por la presidencia de la organización y por el Papa. Vatican News señala que esta «dimensión “eclesial y sinodal” encarna el deseo de los obispos latinoamericanos expresado en Aparecida, cuando afirmaron que “los laicos deben participar en el discernimiento, la toma de decisiones, la planificación y la implementación” de la vida y de la misión de toda la Iglesia».

Más allá del lenguaje abstruso tan caro a nuestra posmodernidad, ¿qué significa esto? Este nuevo organismo, este «proceso sinodal amazónico», «representa un nuevo contexto de sinodalidad que la Iglesia latinoamericana ofrece a la Iglesia entera», explicó el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, durante su discurso inaugural de la primera asamblea de los obispos de la CEAMA (Conferencia Eclesial de la Amazonía) en Bogotá, Colombia.

El cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, subrayó la continuidad entre la sinodalidad y el Concilio Vaticano II


El cardenal-prefecto continuó su análisis del proceso subrayando la continuidad entre la sinodalidad y el Concilio Vaticano II, la primera derivando en toda lógica del segundo: es un «“germen” que testimonia una “recepción latinoamericana brillante y creativa del Concilio Vaticano II, de los Sínodos sobre la Amazonía (2019) y sobre la sinodalidad (2023-2024)», que, «acogiendo la diversidad y valorando la complementariedad», nos invita a «crear una dinámica de comunicación adaptada a una Iglesia sinodal».

ECLESIOLOGÍA COMPARADA

 

ECLESIOLOGÍA COMPARADA

 


Por FR. PIERRE-MARIE O.P.

En Le Sel de la terre N° 1, verano 1992.

 

Desde San Agustín, el tema de las dos Ciudades, para designar la Iglesia y la Contra-Iglesia, es bien conocido por los cristianos. Este tema está desarrollado en particular por el Papa León XIII al comienzo de su encíclica Humanum Genus sobre los francmasones:

“... el género humano... se ha dividido en dos campos enemigos, los cuales no cesan de combatir, uno por la verdad y por la virtud, el otro por todo lo que es contrario a la virtud y a la verdad. El primero es el reino de Dios sobre la tierra, a saber, la verdadera Iglesia de Jesucristo... El segundo es el reino de Satanás.”

Pero, desde el Concilio Vaticano II, se desarrolla una “nueva eclesiología”, que no es otra cosa que el plan de una nueva Iglesia.

Vamos a comparar entre sí los principales rasgos de esas tres Iglesias: la Iglesia católica, la Iglesia conciliar y la Contra-Iglesia.

 

1. LA IGLESIA CATÓLICA

 

La doctrina de la Iglesia sobre sí misma no ha cambiado desde hace 20 siglos; se encuentra un buen resumen en el esquema preparatorio al Concilio Vaticano I [1]. Vamos a servirnos de este esquema para recordar la doctrina tradicional de la Iglesia sobre sí misma. Hemos resumido esta enseñanza en forma de cuadro, de manera de tener una visión sintética.

 

1. La naturaleza de la Iglesia.

 

En sus dos primeros capítulos, el esquema recuerda lo que es la Iglesia:

Ella es, ante todo, el Cuerpo místico de Cristo. Cristo es cabeza de un organismo espiritual, del cual uno se hace miembro por el bautismo. Los miembros están unidos a la cabeza por las virtudes teologales. Finalmente, el Espíritu Santo es el alma de este Cuerpo místico. Toda esta doctrina fue retomada y magníficamente desarrollada por Pío XII en su encíclica Mystici Corporis.

Pero la Iglesia es también una sociedad, fundada e instituida por Jesucristo.
“Porque la naturaleza de la Ley del Evangelio no es que los verdaderos adoradores adoren cada uno separadamente al Padre en espíritu y en verdad, sin ningún vínculo social, sino que nuestro Redentor quiso que su religión estuviera tan íntimamente unida a la sociedad que instituía, que quedara completamente mezclada y, por así decirlo, asumida en ella, y que no hubiera ninguna religión de Cristo fuera de ella
” [2].

 

CONTRA CHARLATANERÍAS

 

Benedicto XVI Judaizante

 


por DON CURZIO NITOGLIA


Primera parte

INTRODUCCIÓN

La época actual es la de las charlatanerías. Una de ellas consiste en presentar a Benedicto XVI como el campeón de la ortodoxia católica. Para hacer esto se insiste en ignorar lo que ha escrito el mismo Joseph Ratzinger desde los años cincuenta hasta 2023 y, en cambio, se buscan artículos escritos por algunos ensayistas sobre Ratzinger.

Normalmente los escritos de Ratzinger nos hacen entender de manera mucho más fundamentada la naturaleza de su pensamiento que todos los ensayos que se han escrito sobre Joseph Ratzinger.

En una serie de artículos me basaré, como siempre he hecho hasta ahora, en los escritos de Ratzinger para demostrar, negro sobre blanco, su heterodoxia.

 “JUDÍOS Y CRISTIANOS” (2019)

Recientemente, han surgido discusiones sobre el modernismo del papa Bergoglio y el presunto apego a la Tradición apostólica de Benedicto XVI.

En realidad, si se estudia el tema, se evidencia que Ratzinger – incluso poco tiempo antes de dejar este mundo – mantuvo sus posiciones modernistas.

Para no aburrir al lector, me detengo en un aspecto de su teología modernizante y en ruptura con la Tradición: el de las relaciones entre Cristianismo y Judaísmo post/bíblico.

El libro Judíos y Cristianos (Cinisello Balsamo, San Paolo, 2019) redactado por el “papa emérito” BENEDICTO XVI junto con el rabino jefe de Viena ARIE FOLGER, que es perniciosamente judaizante pero de manera oculta, de modo que pueda dañar más, como “la serpiente que se esconde entre la hierba”, es más peligrosa que aquella bien visible en medio de un camino.

A partir del contenido doctrinal de este libro, se evidencia claramente:

  1. Que en el origen de la teología del Concilio Vaticano II está la doctrina judaizante de la Declaración Nostra aetate del 28 de octubre de 1965, la cual cabalísticamente abre el camino al antropocentrismo que impregna la doctrina de los 16 documentos conciliares;
  2. Que el Concilio pastoral, la Declaración conciliar Nostra aetate y la enseñanza postconciliar, desde Pablo VI (1963-1978) hasta Francisco (2013-2025), están en ruptura o en oposición de contradicción con la doctrina católica bimilenaria (desde Jesús hasta Pío XII), revelada por Dios, definida por el Magisterio dogmático y constante de la Iglesia, sostenida por la Tradición apostólico/patrística y por la enseñanza de los Doctores escolásticos desde Santo Tomás de Aquino hasta la primera mitad del siglo XX.

Por lo tanto, es más que oportuno estudiar y refutar los principios expuestos en el volumen citado.

NOTAS SOBRE LA GUERRA DE LA OTAN CONTRA RUSIA EN UCRANIA Y OTROS ESCENARIOS DE LA GEOPOLÍTICA MUNDIAL - 25 DE AGOSTO DE 2025

 


VLADIMIR PUTIN: "GOLPEAREMOS EN EL MOMENTO ELEGIDO. NO ANTES."



TRANSCRIPCIÓN DE LA PREGUNTA Y RESPUESTA DE PUTIN:

PERIODISTA RUSO: Gracias, señor presidente, por darme la palabra. Mi pregunta es directa. ¿Por qué, a pesar de las numerosas provocaciones de Occidente, ya se trate de sanciones económicas, de discursos hostiles o de actos militares indirectos, Rusia no responde de manera más firme, más frontal? Aun cuando dispone de todos los medios para imponer el respeto e incluso obligar a Occidente a revisar su posición, ¿es una estrategia, una contención o algo más?

VLADIMIR PUTIN: Gracias por esta pregunta. Es legítima y pienso que resuena en muchas personas en Rusia y más allá. Lo que usted plantea aquí es en realidad la cuestión de la elección entre la fuerza inmediata y la estrategia a largo plazo, entre el instinto de reacción y el dominio de sí mismo.

Vea usted, Rusia no es un país joven. No es una potencia nacida de un golpe de fuerza o de un accidente de la historia. Es la heredera de mil años de civilización, de pruebas, de victorias y de renacimiento. Hemos visto nacer y derrumbarse imperios. Hemos sobrevivido a invasiones, a revoluciones, a guerras mundiales, a bloqueos, a intentos de cerco y siempre seguimos aquí. Eso no es fruto de una postura agresiva. Es fruto de nuestra capacidad de observar, de analizar, de esperar y de actuar en el momento justo.

Sí, disponemos de los medios necesarios —sean militares, económicos, energéticos o tecnológicos— para responder de manera frontal a cualquier intento de provocación o de presión. Sí, hemos modernizado nuestras fuerzas armadas. Sí, hemos reforzado nuestra soberanía económica. Y sí, hemos forjado alianzas sólidas con naciones que respetan el derecho internacional y los principios de la multipolaridad.

Pero precisamente porque tenemos estos medios, no necesitamos exhibirlos en todo momento como una amenaza. En la historia, los mayores errores los han cometido aquellos que confundieron poder con impulsividad.

Responder a cada provocación con una reacción inmediata es entrar en una espiral de conflicto que no aprovecha a nadie, salvo quizá a aquellos que viven del desorden. Y Rusia, lo digo firmemente, no se dejará arrastrar a esa espiral. Tenemos otras ambiciones, otras responsabilidades. Amamos el mundo.

Esto puede sorprender, viniendo de la boca de un presidente que ciertos medios occidentales describen como frío, estratégico, incluso autoritario. Pero lo repito: amamos el mundo, amamos la paz. Respetamos a los pueblos, sus tradiciones, sus derechos a elegir su camino. No creemos en la uniformidad impuesta por una sola potencia o un solo modelo cultural. El orden internacional no debe ser el del más fuerte, sino el del más justo.

Miren lo que ocurre bajo el pretexto de la democracia. Algunos Estados buscan imponer sus intereses, derrocar gobiernos, instrumentalizar conflictos regionales, desencadenar guerras comerciales o monetarias. Y cuando un país como Rusia dice simplemente: “No, no entraremos en esa lógica”, entonces se lo sanciona, se lo aísla, se lo demoniza. Pero no cederemos, porque nuestra fuerza está en nuestra calma, en nuestra memoria histórica y en nuestra visión del futuro.

Quiero dirigirme aquí no solo a los dirigentes políticos, sino a los pueblos mismos: rusos, europeos, americanos, africanos, asiáticos. Rusia no es su enemiga. Rusia es una gran nación que quiere cooperar, que quiere intercambiar, que quiere dialogar en pie de igualdad. Pero Rusia nunca se someterá a un dictado, jamás.

Y para volver a su pregunta: ¿por qué no respondemos directamente, más firmemente, a las provocaciones? Porque sabemos que el tiempo juega a favor de aquellos que construyen, no de aquellos que destruyen. Porque las alianzas de circunstancia, fundadas en el miedo o el chantaje, siempre terminan por disolverse, mientras que las asociaciones fundadas en el respeto mutuo duran generaciones.

Somos pacientes, pero eso no significa que seamos pasivos. Nos preparamos, consolidamos nuestras posiciones, desarrollamos nuestras infraestructuras, invertimos en la ciencia, la educación, la cultura, la defensa. Y si llega la hora, si nuestros intereses fundamentales son amenazados de manera directa e irreversible, entonces nuestra respuesta estará a la altura. Será clara, estratégica, legítima e incontestable.

Pero hasta esa hora, continuaremos tendiendo la mano a aquellos que quieren construir un mundo multipolar, equilibrado, respetuoso de los pueblos y de las naciones. Continuaremos amando a nuestros aliados, apoyando a aquellos que resisten a la arrogancia, prestando oído a las voces ahogadas por el ruido de los poderosos. Porque, en el fondo, esa es la grandeza: no destruirlo todo para probar que uno es fuerte, sino construir, proteger e inspirar sin jamás renunciar a lo que somos.

Rusia está tranquila, es fuerte y está lista.


DISCURSO PROFÉTICO DE VÁZQUEZ DE MELLA

 


Mi creencia es tan firme sobre la esterilidad de las contiendas parlamentarias y la proximidad de las terribles contiendas sociales, que, si no la hubiera arraigado en mí el estudio de la impiedad moderna en todas sus formas, me la impondría la extraña ceguera de los que no ven la marcha vertiginosa de la revolución y todavía creen por no fijar la vista empañada más que en un punto y no compararlo con lo que lo rodea, para notar las diferencias de posición en la perpetuidad de un presente que hace tiempo se desliza, por un plano inclinado, hacia el abismo.

En las crisis supremas suelen los humildes ver con más lucidez que los hábiles. Yo tengo el presentimiento de que la hora de una catástrofe social, preparada por tres siglos de herejías y uno de ateísmo, está próxima, y que se va a dividir de nuevo la historia con una edad que termina y con otra que comienza.

Y temo que el día en que se apague una lucecilla que arde en la colina del Vaticano, lanzando melancólicos resplandores sobre la iniquidad de un mundo ingrato; el día en que −cumplida la misión providencial de haber llevado hasta el último límite la misericordia Divina para preparar el camino de la justicia− la luz se apague, puede ser que un viento de muerte sacuda la pesada atmósfera que gravita sobre las almas, y que, en el momento en que una turba insensata, acaudillada por los apóstoles de la impiedad, escale los muros del templo para arrancar de la techumbre social la Cruz de Cristo, que es y será siempre el pararrayos espiritual contra todas las tempestades de la vida, puede ser que una nube sombría y tormentosa invada los horizontes y los ilumine súbitamente con la centella que rasgue sus entrañas, para que veamos avanzar sobre el suelo, calcinado por la revolución, de esta Europa apóstata y cobarde, una ola negra, muy negra, coronada de espumas ensangrentadas, que arrastre, entre sus aguas impuras, astillas de tronos y fragmentos de altares, y que dé comienzo a una noche funeral que se cierna sobre la tierra y parezca interrumpir la historia.

 

Juan Vázquez de Mella, 29 de julio de 1902 en Santiago de Compostela.

 

https://www.carlismogalicia.com/2015/05/discurso-profetico-de-vazquez-de-mella.html

 

LA OTRA CAMPANA N°14 - FIN DEL “RÉGIMEN REPUBLICANO” Y DE LA “FICCIÓN DEMOCRÁTICA” - 1RA PARTE

 

sábado, 16 de agosto de 2025

"EXPLICACIÓN DE LA SANTA MISA: MARÍA AL PIE DE LA CRUZ"

 

DOMINUS JESUS O LA “ORTODOXIA” DE LA IGLESIA CONCILIAR

 



A propósito de los festejos de algunos por el 25 aniversario de esta desdichada declaración.

 

Editorial de Le Sel de la terre N° 35, Invierno 2000-2001

 

Dominus Jesus y los elementos de Iglesia

 

En la declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe Dominus Jesus, del 6 de agosto de 2000, leemos lo siguiente:

Por la expresión subsistit in, el Concilio Vaticano II quiso proclamar dos afirmaciones doctrinales: por una parte, que a pesar de las divisiones entre cristianos, la Iglesia de Cristo continúa existiendo en plenitud en la sola Iglesia católica; por otra parte, «que numerosos elementos de santificación y de verdad subsisten fuera de sus estructuras [1]», es decir, en las Iglesias y comunidades eclesiales que no están todavía en plena comunión con la Iglesia católica (56).

El texto hace referencia a una nota (56) que es la siguiente:

Contraria al significado auténtico del texto conciliar es, pues, la interpretación que saca de la fórmula subsistit in la tesis de que la única Iglesia de Cristo podría también subsistir en Iglesias y comunidades eclesiales no católicas. «El Concilio había, por el contrario, escogido la palabra subsistit precisamente para poner de relieve que existe una sola “subsistencia” de la verdadera Iglesia, mientras que, fuera de su conjunto visible, existen solamente elementa ecclesiae que – siendo elementos de la misma Iglesia – tienden y conducen hacia la Iglesia católica.» (A propósito del libro Iglesia: carisma y poder, del padre Leonardo Boff. Notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe: AAS 77 [1985] 756-762.)

Estos textos no constituyen una enseñanza nueva. Es incluso el nudo de la herejía conciliar sobre el ecumenismo [2].

Existen ciertamente en las comunidades cristianas separadas de la Iglesia católica vestigios de la Iglesia católica: por ejemplo, los protestantes han conservado la Sagrada Escritura (a menudo más o menos alterada), los cismáticos orientales (falsamente llamados «ortodoxos») han conservado los sacramentos, etc.

La primera operación de la «nueva teología» consistió en cambiar el vocabulario. Se intercambió la palabra «vestigios» tradicionalmente utilizada para designar estas realidades, pero considerada demasiado negativa porque hace pensar en «ruinas», por la expresión «elementos de la Iglesia [3]».

Este cambio de vocabulario no es inocente. La palabra «vestigio» expresaba una verdad importante, a saber, que la realidad robada a la Iglesia católica por la comunidad cristiana deja de ser una realidad viva, se convierte en una «ruina».
Es verdad que la Sagrada Escritura, leída en el sentido que conoce la Iglesia católica, es santificante; es verdad que los sacramentos recibidos en comunión con la Iglesia católica nos justifican, pero ya no es lo mismo cuando estas realidades están incluidas en una falsa religión.

Por ejemplo, un bautismo recibido de un ministro protestante, suponiendo que sea válido, es de por sí un signo de que se acepta la herejía protestante. La participación activa en cualquier ceremonia religiosa de una comunidad herética o cismática es de por sí una marca de pertenencia a la herejía y al cisma: «La asistencia activa en las acciones litúrgicas comporta de por sí una cierta profesión de fe [4].»

RESEÑA DE JOHANNES DÖRMANN, COMENTARIO A LA DECLARACIÓN DOMINUS JESUS

 


Por Fr. PIERRE-MARIE DE KERGORLAY O.P.

Le Sel de la terre N° 41, verano de 2002.

 

+ Dominus Jesus o cómo unir a Cristo y Belial

 

El profesor Johannes Dörmann, de quien ya hemos reseñado varias obras en Le Sel de la terre, hizo un comentario a la declaración Dominus Jesus publicado en el mensual católico alemán Theologisches Katholische Monatsschrift de noviembre-diciembre de 2000 [1].

Habiendo algunos pensado que esta declaración era el inicio de un retorno de Roma a la Tradición [2], nos parece útil dar aquí un resumen de dicho comentario.

La declaración Dominus Jesus aparece como un golpe de freno (muy en la lógica modernista [3]) contra ciertos errores que son consecuencia de la política ecuménica de la Iglesia conciliar. Sin embargo, la declaración guarda completo silencio sobre el papel de Roma en esta política (especialmente a través de los encuentros interreligiosos de Asís y otros lugares).

Después de recordar en su introducción las verdades centrales de la fe católica, Dominus Jesus continúa con una página de «sabor» modernista, de la cual damos aquí el pasaje principal:

Considerando de manera abierta y positiva [4] los valores de los que dan testimonio estas tradiciones y que ofrecen a la humanidad, la Declaración conciliar sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas afirma: «La Iglesia católica no rechaza nada de lo que hay de verdadero y santo en estas religiones. Considera con sincero respeto estas maneras de obrar y de vivir, estas reglas y estas doctrinas que, aunque difieren en muchos puntos de lo que ella misma mantiene y propone, sin embargo aportan con frecuencia un rayo de la Verdad que ilumina a todos los hombres [5]». Continuando en la misma dirección, la tarea eclesial de anunciar a Jesucristo, «camino, verdad y vida» (cf. Jn 14, 6), sigue tomando hoy la vía del diálogo interreligioso, que ciertamente no reemplaza la missio ad gentes, sino que más bien la acompaña, a causa de este «misterio de unidad» del que «se sigue que todos aquellos y aquellas que son salvados participan, aunque de manera diversa, del mismo misterio de salvación en Jesucristo por su Espíritu [6]». Este diálogo, que forma parte de la misión evangelizadora de la Iglesia [7], comporta una actitud de comprensión y una relación de conocimiento recíproco y de enriquecimiento mutuo, en la obediencia a la verdad y el respeto de la libertad [8].

Así, la declaración nos explica que de ahora en adelante el diálogo interreligioso (doctrina conciliar) deberá acompañar a la misión (doctrina católica). Y todo el resto del texto estará en este tono: se explicará la doctrina católica (más o menos), y luego se añadirá un párrafo para decir que esta doctrina debe completarse con la nueva doctrina (conciliar). No se toma en cuenta el hecho de que una está inspirada por Cristo y la otra por Belial.

Y para justificar este monstruoso acoplamiento, se invoca el «misterio de unidad» gracias al cual todos los que son salvados (y el resto de la declaración puede hacer pensar que se trata de todos los hombres sin excepción) están asociados al misterio de salvación, es decir, que incluso los que están fuera de la Iglesia pueden salvarse.

LAS “SEMILLAS DEL VERBO”

 


 Editorial Le Sel de la terre N° 38, Otoño 2001.

 

Las “semillas del Verbo”

 

En su primera encíclica, Redemptor hominis, el papa Juan Pablo II se expresaba así:

Con razón, los Padres de la Iglesia veían en las diversas religiones como otros tantos reflejos de una única verdad, como “semillas del Verbo” [1] que testimonian que la aspiración más profunda del espíritu humano está orientada, a pesar de la diversidad de caminos, hacia una dirección única, expresándose en la búsqueda de Dios y, al mismo tiempo, por medio de la tensión hacia Dios, en la búsqueda de la dimensión total de la humanidad, es decir, del sentido pleno de la vida humana [2].

Esta frase es un intento de justificar el diálogo interreligioso: unas “semillas del Verbo” estarían contenidas en las diversas religiones, y las convertirían en “reflejos de una única verdad”.

El papa pretende apoyarse en los Padres de la Iglesia. Y, en nota, se refiere a san Justino y a Clemente de Alejandría.

En realidad, Clemente no es un Padre de la Iglesia en sentido estricto. Para serlo, se requiere, entre otras cosas, la ortodoxia de la doctrina y la santidad de vida [3]. Ahora bien, nos dice el padre Cayré:

[La obra de Clemente] no está, sin embargo, exenta de todo reproche: a) su mística era un poco idealista; en los últimos Stromatas, hizo a veces descripciones hiperbólicas del estado de los perfectos (ausencia de pasiones, contemplación perpetua); insistió más de la cuenta sobre el sacerdocio (metafórico) del gnóstico; b) en su ascesis misma, que es verdaderamente cristiana por el lugar que en ella ocupa Cristo como revelador y como maestro, descuida quizá un poco el papel del sufrimiento y de la oración (esta última es señalada sobre todo al final, en el gnóstico), mientras exalta en exceso el de la filosofía; c) por último, practica cierto esoterismo, tomando algunas doctrinas de tradiciones secretas, más bien que de los órganos oficiales de la fe [4].

Además, la Iglesia romana ha rehusado inscribirlo (como santo) en su martirologio:

Por consejo de Baronio, Clemente no fue admitido en el martirologio romano revisado por Clemente VIII, y Benedicto XIV mantuvo esta decisión, sin zanjar absolutamente la cuestión de doctrina y de virtud, […] por razones de oportunidad, que son las siguientes: su vida demasiado poco conocida, ninguna huella de culto público rendido en la Iglesia, doctrina por lo menos dudosa y sospechada por diversos historiadores o teólogos [5].

Pero hay algo más grave: cuando se van a verificar los textos de san Justino y de Clemente, se ve que no dicen en absoluto lo mismo que el papa.

San Justino no habla de las “diversas religiones”, sino que habla de los filósofos y de los poetas. Y esa “semilla” que está difundida por todas partes es la de la razón, no la de una revelación sobrenatural.

San Justino distingue incluso muy claramente el “germen” plantado en todo hombre (la razón), de la participación en el Verbo que se da por la gracia. Citemos su segunda Apología, a la que se refiere Juan Pablo II:

13, 2: Cristiano, reconozco que lo soy. […] No que la doctrina de Platón sea ajena a la de Cristo, pero no le es absolutamente idéntica, como tampoco la de los otros, estoicos, o poetas y prosistas. 3. Pues cada uno de ellos ha visto, parcialmente, de lo que ha recibido del Verbo divino difundido [spermatikou, literalmente: difundido como una semilla] en el mundo, aquello que le es afín, y de ello ha hablado bien; pero aquellos que se han contradicho a sí mismos en puntos más importantes muestran con evidencia que no poseen la ciencia infalible y el conocimiento irrefutable. 4. Lo que todos ellos han enseñado de bueno nos pertenece, pues, a nosotros, los cristianos, porque, después de Dios, adoramos y amamos al Verbo nacido del Dios inengendrado e inefable, ya que incluso se hizo hombre por nosotros, a fin de venir a participar en nuestras miserias para curarnos de ellas. 5. De hecho, todos los escritores podían, de manera indistinta, ver la realidad gracias al germen del Verbo que ha sido plantado en ellos. 6. Pero una cosa es un germen (sperma) y una semejanza dados a los hombres en proporción a sus facultades, y otra cosa es el objeto mismo cuya participación e imitación les es concedida en proporción a la gracia de la que es fuente [6].

En cuanto a Clemente de Alejandría, él habla también no de las “diversas religiones”, sino de los filósofos (y aún así, no de cualquier filósofo, sino solamente de Platón y Aristóteles) y de los poetas que han tenido “algunas teorías justas”. Da como ejemplo a Arato, poeta griego citado por san Pablo en su discurso en el Areópago (Hch 17, 22-28). “De donde resulta claramente que, utilizando ejemplos poéticos tomados de los Fenómenos de Arato [7], [san Pablo] aprueba lo que los griegos han dicho de bueno [8].”

Este intento de Juan Pablo II de querer apoyar su “extraña teología” en “los Padres de la Iglesia” es, por tanto, vano. Los Padres de la Iglesia siempre han considerado, junto con el Espíritu Santo, que los dioses de los paganos eran demonios [9]. Nunca han dicho que las religiones paganas eran “reflejos de una única verdad”. Para ellos, esas religiones eran simplemente falsas, y había que apartarse de ellas para hacerse cristiano.

Si en el mundo pagano había algunas “piedras de espera” de la verdadera religión, era debido al “milagro griego”, es decir, al trabajo de esos filósofos que, con la ayuda de la razón natural, habían logrado reencontrar una parte de las verdades que el hombre puede saber sobre Dios sin la revelación [10].

DOCE RAZONES POR LAS QUE NO ES PREFERIBLE EL NOVUS ORDO

 



Réplica al P. Longenecker

 

 

Por PETER KWASNIEWSKI

08/01/2019

 

El P. Longenecker es autor de varios libros excelentes. Hace años me gustó mucho y me resultó muy provechoso su libro sobre San Benito y Santa Teresita del Niño Jesús, y el estudio que publicó hace poco sobre la veracidad histórica de los Reyes Magos es muy interesante.

Pero parece que en lo que se refiere a liturgia no da la talla. Cada una de las afirmaciones que expresa en su artículo Twelve Things I Like About the Novus Ordo Mass (doce cosas que me gustan de la Misa Novus Ordo) puede refutarse y ha sido refutada en los abundantes trabajos publicados sobre el tema, de los que no parece tener ni idea. En realidad, el artículo denota un conocimiento mínimo de la historia, proceso y contenido de la reforma litúrgica (que, por ejemplo, está bien documentado en esta biografía de Anibale Bugnini) y de la riqueza que, en contraste, posee la liturgia tradicional.

Examinemos una por una las doce afirmaciones del P. Longenecker, que hemos destacado en negrita:

1. Es accesible. Cuando la liturgia está en la lengua vernácula la entiende mejor el pueblo. ¿Qué puede haber de malo en ello?

Es característico del racionalismo que informa el movimiento litúrgico (basado en sus precursores de la Ilustración) dar prioridad a que se entiendan las palabras por encima de un entendimiento más sintético y cabal del misterio de la Fe, que convoca a todos los sentidos y apela tanto al corazón como al intelecto. El empleo del latín, además de ser ni más ni menos lo que ha tenido la Iglesia durante más de 1500 años, genera un ambiente sobrenatural y sagrado que invita a la meditación y la adoración.

No sólo eso. Aspirar a que se entendiera más fácilmente llevó a los reformadores a bajar el nivel y simplificar buena parte del contenido de la Misa para que no fuera tan difícil. ¿Cuál es el elevado precio que hemos tenido que pagar por la perogrullesca accesibilidad  del Novus Ordo? La superficialidad y el aburrimiento. Está tan alcance que no se puede agarrar, como diría P.G. Wodehouse. Por eso hay un nuevo género de libros de autoayuda para no aburrirse en Misa y existen movimientos juveniles para animar el Novus Ordo. Esto contrasta con la Misa Tradicional en latín, que es elevada y sublime, y proporciona al feligrés desafíos a la altura de su dignidad racional y destino sobrenatural, y le descubren todo un panorama de descubrimientos en las oraciones y gestos de siempre.

Por último, nadie que sepa leer es incapaz de usar un misal diario en el que puede encontrar la traducción de todas las antífonas, oraciones y lecturas; eso sí, sin ningún intento oficial de traducir los intraducibles textos latinos antiguos, evitando así las interminables polémicas sobre qué estilo y registro de la lengua vernácula conviene emplear en la liturgia. Las oraciones principales de la Misa son fijas y se repiten semana tras semana, por lo que no es difícil seguirlas, como se puede observar en los niños de ambos sexos que asisten a la Misa tradicional en latín.

2. Es flexible. Debemos honrar el latín como lengua de la Iglesia, y es bastante fácil integrar un poco de latín, o mucho, en la Misa Novus Ordo. Es igualmente flexible en lo musical. No hace falta que cualquiera salga y se ponga a cantar, ni tocar rock ligero. Aprendan canto gregoriano y polifonía. Se adapta bien.

La idea de que la liturgia es cuestión de gustos y se puede escoger entre diversas opciones es ajena al desarrollo histórico de la liturgia cristiana en Oriente y en Occidente, el cual ha tendido siempre a un carácter más definido, coherente y estable de los textos, cantos y ceremonias litúrgicos. La liturgia es una representación ritual en el que los actores pierden su individualidad y se convierten en personajes aptos para los misterios representados. No se debe ver al sacerdote como alguien que preside y da color a la escena, sino como el guardián de un tesoro que ha recibido y presenta humildemente a los fieles. A éstos, a su vez, les resulta más fácil rezar cuando la liturgia es fija y pueden participar siempre de la misma rutina sagrada. Esta cualidad intrínseca de la buena liturgia brilla intencionalmente por su ausencia en el Novus Ordo.

NOTAS SOBRE LA GUERRA DE LA OTAN CONTRA RUSIA EN UCRANIA Y OTROS ESCENARIOS DE LA GEOPOLÍTICA MUNDIAL – 14 DE AGOSTO DE 2025

 


Por LUIS ALVAREZ PRIMO

 

Luego de un involuntario interregno retomo estas notas.

“Moto in fine velocior” (el movimiento se acelera al final), este dicho latino de raigambre aristotélica, remite por extensión, al hecho de que los acontecimientos se suceden más rápido al final de un proceso histórico. 

El comienzo más próximo del inicuo proceso de desestabilización política promovido por los EE.UU. y los 32 países de la OTAN en Ucrania, podríamos ubicarlo en las jornadas del llamado Euromaidan, la ola de manifestaciones contra el gobierno ucraniano de Viktor Yanukovich en noviembre del 2013, cuando este se negó a firmar un acuerdo de unión entre Ucrania y la Unión Europea- Euroatom (la Comunidad de energía atómica europea). Tras una guerra civil que costó la vida a miles de rusos en la región ucraniana del Donbás, el conflicto desembocó, luego de infructuosos esfuerzos rusos por alcanzar una solución diplomática, en la Operación Militar Especial lanzada por Vladimir Putin el 24 de febrero de 2022 ante lo que consideraba una amenaza existencial para la Federación de Rusia.

La trágica guerra en Ucrania, que ha durado ya más de tres años, parece estar llegando a su fin—sea por la victoria militar o un acuerdo diplomático-político realista. Quienes la promovieron – los judíos neoconservadores de los EE.UU. y los globalistas de la OTAN-- han sido derrotados en todos los frentes: militar, político, económico y diplomático, por la estrategia de desgaste que les impuso y sostuvo admirablemente la Federación de Rusia y su líder Vladimir Putin. La hegemonía global del decadente y corrompido imperio judeo-masónico anglo estadounidense ha cedido a una nueva realidad geopolítica y cultural en ascenso: el multipolarismo anticolonialista fundado en la cooperación internacional, el respeto, la búsqueda de la paz y el desarrollo, representado por los BRICS+ que lideran Rusia, China, India y Brasil.

La reunión entre Putin y Trump en Anchorage, Alaska, mañana viernes 15 de agosto, fiesta de la Asunción de María, a las 11.30, inaugura una real perspectiva hacia la paz en Ucrania, en la medida en que predomine la sensatez y el realismo por parte de Trump y el gobierno que representa.  El desafío y la misión que Putin ha asumido, propio de un extraordinario estadista como él, es delicado y no carente de riesgos. Que Dios y la Virgen lo protejan y lo bendigan.

El genocidio del pueblo palestino en Gaza por parte del criminal y sanguinario gobierno sionista de Benjamín Netanyahu, acabada expresión del espíritu revolucionario judío, continúa desaforado y enceguecido en su afán de ocupar Gaza y exterminar a los palestinos, para  luego continuar su expansión en Medio Oriente atacando a Irán nuevamente, con el apoyo del hipócrita gobierno estadounidense de Donald Trump, cuya base electoral se erosiona día a día a medida que los norteamericanos abren los ojos sobre su situación de oneroso y humillante vasallaje ante el sionismo judío.

LA PRIORIDAD EN LAS BATALLAS

 


Por RAFAEL GAMBRA

 

Tanto la vida de los hombres como la de los pueblos experimentan a veces momentos de plenitud y de victoria en los que parece que todo les es concedido, y a veces también grandes derrotas y retrocesos históricos que los reducen a sus mínimas posiciones y les obligan a recomenzar desde cero su vida.

Pensemos entre los primeros, y referido a nuestra patria, aquel año estelar de 1492 en que nuestros mayores alcanzan definitiva victoria sobre el infiel en la vega de Granada, y en que, como de propina, reciben con el gran descubrimiento las llaves de todo un mundo nuevo. Entre los segundos —los retrocesos catastróficos— recordemos aquel aciago 711 en que se consumó en una sola batalla "la pérdida general de la España". La aristocracia visigótica que en el año 710 se consideraba definitivamente asentada en una gran nación dotada ya de unidad religiosa, se ve de pronto fugitiva en las montañas asturianas para iniciar, con pequeñas escaramuzas, una reconquista que duraría casi ocho siglos.

Otro tanto acontece en la vida de los individuos. Hombres que, por ejemplo, han sido capaces de escalar las más altas montañas se ven de pronto incapaces de remontar la escalera de su casa. Unos y otros sin embargo —individuos y pueblos— han de reaccionar y afrontar su suerte histórica por precaria que sea la situación a que se han visto reducidos. Con la diferencia de que en el individuo la lucha contra la caducidad es, en un cierto plazo, causa perdida, al paso que los pueblos y civilizaciones pueden conocer renacimientos y nuevos días de esplendor.

CUANDO 6.000 SACERDOTES ESPAÑOLES SE NEGARON A CELEBRAR LA NUEVA MISA

 


El siguiente artículo apareció en el n.º 140 de la revista Itinéraires[1], en febrero de 1970, pocas semanas después de que la celebración de la nueva misa se hiciera obligatoria, el 1.º de diciembre de 1969. El título del artículo, el prólogo y la conclusión son de la redacción de Itinéraires. Las notas al pie son de La Porte Latine.

 

Prólogo

 

La Asociación Sacerdotal Española de San Antonio María Claret cuenta con 6. 000 sacerdotes y religiosos.

Ha dado al mundo católico un ejemplo de fidelidad sacerdotal y de intrepidez en el deber al dar a conocer a la Santa Sede la imposibilidad moral, intelectual y espiritual en la que se encuentran sus miembros para celebrar el santo sacrificio según el nuevo Ordo Missae.

Estamos autorizados por su presidente, el abad José Bachs, y su secretario, el abad José Mariné, a reproducir las dos cartas que, el 11 de diciembre, enviaron a Pablo VI y a Mons. Bugnini[2].

 

Carta a Pablo VI

 

Santísimo Padre,

Con profundo dolor le adjuntamos fotocopia de la carta que nuestra Asociación acaba de dirigir al Secretario de la Sagrada Congregación para el Culto Divino, y que deseamos llevar personalmente al conocimiento de Vuestra Santidad.

La cuestión del nuevo Ordo comienza a ser una cuestión de conciencia de la máxima gravedad para millones de católicos, sacerdotes y laicos. No hablaremos de las razones doctrinales católicas; no sabríamos exponerlas mejor que el documento Breve Examen Crítico del Novus Ordo Missae[3], que Vuestra Santidad ha recibido recientemente acompañado de una carta firmada por los cardenales Ottaviani y Bacci, y que sería necesario refutar punto por punto según la doctrina del Concilio de Trento, si se quisiera probar la ortodoxia del Novus Ordo.

No hablaremos de ello, pero sí hablaremos de las razones protestantes. El Sr. Max Thurian afirma en La Croix del 30 de mayo de 1969 que con el nuevo Ordo «comunidades no católicas podrán celebrar la Santa Cena con las mismas oraciones que la Iglesia católica. Teológicamente, es posible». Si, pues, esta celebración por parte de un protestante es teológicamente posible, es que el nuevo Ordo ya no expresa ningún dogma con el cual los protestantes estén en desacuerdo. Ahora bien, el primero de estos dogmas es el de la Presencia Real, esencia y centro de la Misa de San Pío V. ¿Podría un pastor protestante celebrar el nuevo Ordo, si debiera hacer la consagración con la intención con la que lo hace la Iglesia católica? Lex orandi, lex credendi[4]: la liturgia es la expresión más alta de nuestra fe. ¿A dónde iremos si, en el mejor de los casos, la Misa silencia las verdades católicas?

“ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”

  “ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”           Por FLAVIO MATEOS   El Padre Nicholas Gruner, tenaz apóstol hasta su muerte del mensaje ...