Si bien varios sitios han vuelto a publicar
recientemente una decisión de la ONU del 13 de junio de 2019 ,
cabe recordar que unos meses antes de la pandemia, Antonio Guterres y Klaus
Schwab habían acordado acelerar la Agenda 2030 ,
completando en particular los vínculos entre la ONU y Davos, de los que ya era
artífice el canadiense Maurice Strong, padre espiritual de Schwab o Achim
Steiner.
La #Agenda2030 de las Naciones
Unidas reemplaza a la #Agenda21 y consta de 17
llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Más allá de los grandes
principios expuestos, este proyecto ecológico se basa en el Gran Reinicio de
Klaus Schwab y su Foro de Davos. En pocas palabras, este futuro donde
“no serás dueño de nada y serás feliz” consiste en una reducción drástica del
nivel de vida de las poblaciones y un dominio institucional sobre todas sus
condiciones de existencia. Basado en la " Gran Narrativa ",
el Gran Reinicio es un golpe global que tiene, detrás de los pretextos Covid y
Clima, dos razones no oficiales:
1.
el disfraz
del colapso de la deuda soberana por una toma autoritaria de la economía y la
imposición de una distopía totalitaria,
2.
el cumplimiento
de uno de los fundamentos del mesianismo ecológico a través del “control” social y demográfico a través de la
gobernanza de esta distopía.
La presencia de Davos en la ecología se remonta a
la Conferencia de Estocolmo de 1972. El influyente Maurice Strong permitió a
Klaus Schwab y su Foro apoyar sucesivas actividades y cumbres medioambientales:
PNUMA, Comisión Brundtland (desarrollo sostenible), Río, Cumbre Río+20… En
cuanto a Schwab, estuvo con Strong, uno de los cofundadores del
Consejo de la Tierra, una organización activa a favor de los principios de la
Carta de la Tierra -una declaración de principios ambientales globales- y su
aplicación práctica, la Agenda 21. Además, al día siguiente de la muerte de
Maurice Strong en noviembre de 2015, Klaus Schwab escribió:
“En todo lo que hizo, entendió profundamente la
misión del Foro Económico Mundial de mejorar el estado del mundo. Fue un
gran visionario, cuyo pensamiento siempre se adelantó a nuestro tiempo. Fue mi mentor desde la creación del Foro: un gran amigo; un
asesor indispensable; y, durante muchos años, miembro del directorio de
nuestra Fundación. Sin él, el Foro no habría alcanzado el papel que tiene
hoy”.
Maurice Strong,
entre la ONU y el mesianismo
Durante casi medio siglo, Maurice Strong fue una
figura central de la ecología y sus evoluciones sucesivas. Mimbro del Club de
Roma desde los años 1970, secretario general de la determinante Conferencia de
Estocolmo donde fue presentado el informe Meadows de ese mismo club, primer
director del Prorama de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUE), miembro
de la Comisión Brundtland, figura u organizador de cumbres ambientales
decenales… Su biografía completa parece imposible de trazar en tanto Strong ha
multiplicado responsabilidades y actividades económicas, institucionales y
sociales, así como los honores recibidos, desde mediados de la década de 1950
hasta su muerte. En 2002, fue especialmente recompensado por su papel en
las Naciones Unidas, en la que trabajó durante varias décadas, por su papel
clave en la promoción y el progreso del desarrollo sostenible.
Pero Strong
entendía la ecología, de la que Davos es heredera, sobre todo como un
mesianismo. Sobre la “Carta de la Tierra” dice:
“Pero, seamos muy claros, la acción de la ONU no
será el único objetivo. El verdadero propósito de la Carta de la Tierra es
que en realidad se vuelva como los Diez Mandamientos, como la Declaración
Universal de los Derechos Humanos.”
Esta Carta ha sido depositada en un Arca de la Esperanza ,
una iniciativa de esencia New Age. Strong fue en efecto un conductor de
esta corriente, episodio sobre el cual es discreto. Dueño de una gran
propiedad en Crestone, Colorado, fundó con su viuda Hanne la Manitou Foundation, apoyada por su amigo
Laurance Rockefeller y que agrupa a más de veinte centros New Age.
Combinadas, las actividades de Maurice Strong
dieron forma y apoyaron una agenda de la cual el Gran Reinicio constituye la culminación de un
maltusianismo apenas velado:
“Y los expertos han predicho que la reducción de la
población humana bien puede continuar hasta el punto de que los que sobrevivan
no superen los 1.610 millones de personas que poblaron la Tierra a principios
del siglo XX. Una
consecuencia, sí, de muerte y destrucción, pero en última instancia, un faro de
esperanza para el futuro de nuestra especie y su potencial de regeneración”.
Fuente:
https://davocratie.com/2022/05/25/maurice-strong-maitre-des-horloges-ecologistes/