SOBRE NUESTROS LIBROS
¿Por qué Ediciones Reacción?
Ser reaccionario no significa para nosotros “volver al
pasado”.
Tampoco se trata de “volver al principio”, porque esa
es una expresión que suele ser utilizada por los gnósticos, muy confusamente,
desde luego.
Nuestra reacción es católica y se resume en la imagen
de nuestro logo. Gómez Dávila lo decía de este modo: “La reacción comienza con la expulsión del demonio”. Y, por ende,
“el catolicismo es el antro de la reacción”. Desde una cueva (un antro) comenzó
a hacerse pública nuestra Redención. Allí hemos vuelto, para anunciar que esta
historia no ha terminado aún.
Se trata de una necesaria reacción contra quienes
quieren usurpar los derechos de Dios, contra los que quieren combatirlo,
negarlo, tergiversarlo, excluirlo de su Creación.
En definitiva, no queremos volver al pasado, no
queremos volver al principio: ¡queremos volver a Dios! Y, por eso, que el mundo
sea de Cristo Rey.
Por eso hablamos de Tradición, pero de Tradición
católica.
Debemos reaccionar porque el mal existe y está
desatado en el mundo. En el amplísimo terreno de la cultura, aparecen
reacciones falsas, confusas y/o inoperantes. Contra eso, también reaccionamos.
Los medios de difusión actuales parecen no dejar
resquicio, rincón o comarca adonde pueda llegarse. Eso ha ido en ganancia de
los partisanos del mundo, que colaboran con los partidarios del Dragón. Contra ellos,
contra los enemigos de la verdad, debemos reaccionar.
Se trata de liberales de toda especie y discurso, se
trata de modernistas, de gnósticos, de esoteristas, de falsos tradicionalistas,
se trata de derechistas e izquierdistas, de herejes y cismáticos, de demócratas
y leninistas, de progresistas, de conspiranoicos y de tragacionistas y, por
supuesto, de los periodistas.
No podemos mucho, pero podemos algo, y ese algo,
debemos hacerlo.
Prestar atención a la realidad, discernir con competencia
la verdad, y decidir con prudencia el actuar, no parecen virtudes que abunden,
pero sin ellas no podemos reaccionar.
Esa sola es nuestra invitación al lector, en esta
noche donde adivinamos las estrellas, allí afuera. Las estrellas que son doce y
coronan a la Mujer que aplasta la serpiente, en una imagen de la poesía que nos
alegra, porque el coraje y la fidelidad son la belleza de quien ha entregado su
vida.
A Ella va dirigida nuestra mirada y nuestro corazón. A
Ella, a María, LA REACCIONARIA.
Flavio Mateos