El 25 de octubre, la Comunidad de Sant’Egidio
concluyó un nuevo encuentro de oración por la paz en el Coliseo, en
presencia del Papa y de representantes de muchos grupos religiosos. La
referencia a la reunión de 1986 en Asís fue explícita.
Este año ha vuelto a tener lugar «El grito de la
paz», la cita organizada por la Comunidad de Sant’Egidio desde hace treinta y
seis años. Es decir, desde el 27 de octubre de 1986, cuando Juan
Pablo II convocó a los representantes de las religiones del mundo a Asís para
rezar juntos, unidos, y pedirles que «sigan viviendo el espíritu de Asís».
El ecumenismo, uno de los frutos más venenosos del
Concilio, permite invitar a los miembros de todas las religiones a la oración,
revelando así la verdadera naturaleza del modernismo: ningún dogma expresaría
verdades externas al hombre, capaces de determinar nuestro comportamiento y el
orden correcto de las cosas. Por el contrario, toda religión se
asimilaría a un producto puro del espíritu humano.
Y como cualquier producto del espíritu humano, las
religiones también serán buenas en la medida en que proporcionen y se adapten
al bien de la sociedad humana. Es en este sentido que debemos leer
el discurso de Marco Impagliazzo, presidente de la poderosa Comunidad de
Sant’Egidio, quien explicó que desde los tiempos de Juan Pablo II, las
religiones se han acercado mucho más que las naciones, y que atribuyó
la caída del Muro de Berlín a la oración interreligiosa.
Concluyó con palabras que no dejan dudas sobre la
visión indiferentista y modernista: «si las religiones escuchan el grito de paz
y unen su oración, su capacidad creativa, incluso esta guerra mundial en
pedazos puede ser detenida».
Todo procedió de acuerdo con el patrón establecido
desde 1986: durante el día, representantes de las religiones rezaron en varios
lugares de la ciudad, y luego a las 5 p.m. todos se reunieron en el Coliseo. El
Papa se sentó junto a representantes de varias herejías y cismas, así como
representantes del judaísmo, el islam, muchas religiones paganas, etc., sin
ninguna diferencia de rango y en una confusión total entre la verdad y el
error.
Las reuniones ecuménicas son verdaderamente la
liturgia más lograda de la llamada Iglesia conciliar, o tal vez de la nueva
religión civil mundial.
https://fsspx.news/fr/news-events/news/la-priere-interreligieuse-pour-la-paix-au-colisee-77637
FUENTE: http://catapulta.com.ar/?p=13763