“En el estado en que se
encuentra el mundo, lo que Nuestro Señor desea, son almas que, unidas a Él, se
sacrifiquen y oren. Ahora, más que nunca, Él tiene necesidad de almas que se
den sin reserva. ¡Y qué pequeño es ese número!”
Carta
de la Hna. Lucía al Padre GonÇalvès,
18
de agosto de 1940.