Rusia y Ucrania
Por
JUAN MANUEL DE PRADA
Fuente:https://www.abc.es/opinion/abci-juan-manuel-prada-rusia-y-ucrania-202201232245_noticia.html
La
amputación de Ucrania es para Rusia tan dolorosa como lo sería la amputación de
Cataluña para España
Cuando
los medios de cretinización de masas se refieren a Ucrania suelen soslayar un
detalle sin importancia. Todo el levante ucraniano hasta Kiev no sólo forma
parte de Rusia, sino que es la cuna histórica de Rusia. Coincidiendo con el
desmantelamiento de la Unión Soviética, gobernantes ineptos como Yeltsin o
títeres de intereses extranjeros como Gorbachov permitieron que su patria fuese
desmembrada y puesta en almoneda; de este modo se proclamó la independencia de
Ucrania, donde junto a territorios de poniente anexionados por los soviéticos
se contaban regiones fundadas por rusos, allá en la noche de los tiempos, y
después ganadas con gran derramamiento de sangre al invasor turco. La
amputación de Ucrania es para Rusia tan dolorosa como lo sería la amputación de
Cataluña para España; y mucho más doloroso aún es que Rusia tenga que aceptar
que en tierras que han sido su cuna histórica la OTAN instale bases militares y
coloque misiles apuntando hacia Moscú.
Para
calcular la humillación que Rusia está sufriendo haríamos bien en imaginar que
mañana Cataluña, aprovechando nuestro colapso económico, se declara
independiente con el apoyo de potencias extranjeras, que además de imponer un
gobierno títere se dedican a colocar misiles en la frontera, apuntando contra
territorio español. Rusia sufre esta humillación pacientemente; pero se atreve
a advertir que la incorporación de Ucrania a la OTAN tendría «graves
consecuencias». ¿Alguien en su sano juicio puede censurar que Rusia reclame
garantías mínimas para su seguridad? Si Estados Unidos tiene 'derecho' a
colocar misiles nucleares en la frontera de Rusia que podrían volatilizar Moscú
en un santiamén, ¿acaso no podría Rusia en justa correspondencia colocar otros
tantos en Cuba o Venezuela? Que, por cierto, no son territorio fronterizo con
Estados Unidos, ni tampoco su cuna histórica. Mención aparte merece el penoso
lacayismo del doctor Sánchez, tan pelele y lameculos de Estados Unidos como
otrora Aznar. El doctor Sánchez ha tolerado las actitudes más hostiles de Marruecos
(desde la apropiación de aguas territoriales hasta el envío masivo de
población) sin recibir ayuda alguna de la OTAN; ahora, sin embargo, manda una
fragata a la zona de conflicto, al más puro estilo cipayo. ¿Cuántas
manifestaciones estaría encabezando el doctor Sánchez si esta fragata la
hubiese enviado un gobierno presidido por Aznar o Rajoy? Y como Estados Unidos
ni siquiera le deja poner los pies encima de la mesa, el pobre pelele ordena a
sus publicistas áulicos que lo graben haciendo el ridi y el hortera por
teléfono, como un Gila vestido por Emidio Tucci.
Tenía
razón Solshenitsyn cuando escribió: «No hay esperanza en Occidente; es más,
nunca debemos contar con él. El exceso de bienestar y una atmósfera
contaminante de sinvergonzonería le han atrofiado la voluntad y el juicio». De
ahí que convenga recordar siempre la profecía del monje Filoteo: «Bizancio es
la segunda Roma; la tercera será Moscú. Cuando ésta caiga, no habrá más».