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miércoles, 26 de enero de 2022

EL SENTIDO COMÚN DE PUTIN

 

EL SENTIDO COMÚN DE PUTIN

Comentarios Eleison#758

22 de enero de 2022


 

 

Por MONS. RICHARD WILLIAMSON

Los comunistas estaban locos ayer. Guerreando contra Dios, hoy están igual de trastornados.

El sentido común se está volviendo tan raro hoy en día que, venga de donde venga, debe ser bienvenido. Algunas personas piensan que el presidente Vladimir Putin de Rusia es simplemente un peón de aquel poder mundial que actualmente está utilizando a Covid para llegar a una dictadura anti-humana sobre el mundo entero. Eso puede ser cierto en parte, en la medida en que ese mismo poder ya tiene tal control sobre los asuntos mundiales que Putin difícilmente podría haberse convertido en líder mundial sin su consentimiento. Por otro lado, otras personas piensan que es el único verdadero estadista en la escena mundial actual, debido a su buen sentido de los verdaderos intereses de todo el mundo, y no sólo de Rusia. En cualquier caso, es capaz de hablar con sentido común como pocos políticos de hoy en día. Véase, por ejemplo, este resumen de parte de su discurso del pasado 21 de octubre en la reunión anual del Club de Debates Valdai en Sochi (Rusia), que reunió a cerca de 300 participantes del mundo académico, la política y los medios de comunicación. Enlace en inglés: Putin´s speech at the plenary session of the 18th Valdai Club – Global Review (global-review.info)

Algunos occidentales creen que la eliminación agresiva de páginas enteras de su propia historia, la “discriminación inversa” contra la mayoría en beneficio de una minoría particular, y la exigencia de renunciar a las nociones tradicionales de madre, padre, familia e incluso género, son hitos en el camino hacia la renovación social.

Los defensores del llamado “progreso social” creen que están introduciendo a la humanidad en algún tipo de conciencia nueva y mejor. Sin embargo, sus recetas no son nuevas en absoluto. Rusia ya ha pasado por ello. Después de la revolución de 1917, los Bolcheviques, apoyándose en los dogmas de Marx y Engels, también dijeron que cambiarían los modos y costumbres existentes, incluso la noción misma de la moral humana y los fundamentos de una sociedad sana. La destrucción de los valores ancestrales, de la religión y de las relaciones entre las personas, hasta el rechazo total de la familia, con la denuncia de los parientes más cercanos al Estado, fue proclamada entonces como un progreso, y fue ampliamente apoyada en todo el mundo, como ahora.

La lucha por la igualdad y contra la discriminación en los países occidentales se ha convertido en un dogmatismo agresivo que roza el absurdo. Las obras de los grandes autores del pasado, como Shakespeare, ya no se enseñan en las escuelas o universidades. Los clásicos son declarados atrasados e ignorantes de la importancia del género o la raza. En Hollywood se distribuyen memorandos sobre cuántos personajes de qué color o género deben aparecer en una película. Esto es incluso peor que el departamento de Agitprop del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética.

Los fanáticos de estos nuevos enfoques llegan incluso a querer abolir estos conceptos por completo. Cualquiera que se atreva a mencionar que los hombres y las mujeres existen realmente, lo cual es un hecho biológico, es amedrentado con una horrenda “Newspeak”, negando el hecho. Esto no es nada nuevo; en los años 20, los llamados “In-cultureros” soviéticos también inventaron un Newspeak, creyendo que estaban creando una nueva conciencia y cambiando los valores de esa manera. Hicieron tal desastre que todavía da escalofríos.

Hoy en día es monstruoso que se enseñe a los niños desde pequeños que un niño puede convertirse fácilmente en una niña y viceversa. Esto raya en un crimen contra la humanidad, y se hace en nombre y bajo la bandera del progreso. El coste de estos experimentos sociales mal concebidos es a veces incalculable. Tales acciones pueden destruir no sólo los fundamentos materiales, sino también los espirituales de la existencia humana, dejando tras de sí una ruina moral en la que durante mucho tiempo no se puede construir nada para reemplazarla.

Kyrie eleison

 

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