PERO,
¿DÓNDE ESTÁN LOS ROSARIOS?
ha aniquilado a nuestros
enemigos.”
Judith
XIII, 22
Por FLAVIO MATEOS
El texto de la Escritura
referido a Judith, vencedora de Holofernes, jefe del ejército asirio, es
aplicado por la Iglesia a la Sma. Virgen María, en la fiesta de sus siete
dolores. A continuación del texto citado, Ocías, príncipe del pueblo de Israel,
le dice: “Bendita eres del Señor, Dios
Altísimo, oh hija, sobre todas las mujeres de la tierra. Bendito sea el Señor,
creador del cielo y de la tierra, que ha dirigido tu mano para cortar la cabeza
del caudillo de nuestros enemigos” (Jud. XIII, 23-24). Nuevamente, tenemos
la figura de Nuestra Señora, a quien los cristianos siempre han recurrido…en
tiempos de la Cristiandad. Pero, como podemos observar en la fotografía, la
otrora Francia católica, fille aînée de
l'Église, ahora pretende ser liberada por el simple concurso de una mayoría
o una multitud de personas, que reclaman una liberación de no se sabe qué ni
cómo. Pero no carguemos las tintas en una multitud laicizada por una república
francesa masónica que ha educado sus mentes cuidadosamente desde hace más de un
siglo para ello, es decir, para extirparles el sentido religioso, la fe católica
y hasta toda sospecha de un orden sobrenatural. El gran problema una vez más ha
sido el Concilio Vaticano II más los errores en materia política de los papas
anteriores al concilio –sacando a San Pío X-, donde una secuencia de errores
garrafales –sin duda incitados por los quintacolumnistas de las logias-
llevaron a desmantelar o debilitar mediante “vacunas laicistas y republicanas”
a la hasta entonces fuerte y católica Francia, luchadora de los derechos de
Cristo Rey. Es claro también que las secuelas de la revolución, que había
inoculado su veneno en los seminarios, había creado el caldo de cultivo de todo
lo que haría eclosión en el siglo XX. De modo tal que hoy, en que más urgente y
desesperado se hace el recurso a la milagrosa intervención del Cielo, por
intercesión de la Santísima Virgen, que tanto ha hecho por su querida Francia
(probablemente sea el país donde mayores apariciones de la Virgen ha habido),
es cuando menos advierten los franceses dónde se esconden su único y último
recurso de sobrevivencia. Motivo de más para rezar por aquel país que tanto
necesita la Iglesia para volver a combatir contra los enemigos de la Sinagoga
de Satanás, que parecen haberse cebado tanto contra Francia como contra España,
la otra tierra donde la Iglesia tuvo su baluarte, y hoy cae irreconocible, por
manos de sus peores enemigos, vengativos sin piedad.
Creemos oportuno
entonces recordar estas palabras del papa San Pío X:
“Los
pecados no quedarán sin castigo, pero la hija de tantos méritos, de tantos
suspiros y lágrimas, no morirá jamás. (…)
Llegará
un día, y Nos esperamos que no esté muy lejano, en que Francia, como Saulo en
el camino de Damasco, será envuelta por una luz celeste y escuchará una voz que
le repetirá: “Hija mía, ¿por qué me persigues?” Y respondiendo: “¿Quién
eres, Señor?” la voz replicará: “Yo soy Jesús, a quien tú
persigues. Dura cosa es para ti cocear contra el aguijón, porque en tu
obstinación te arruinas a ti misma”. Y ella, temblorosa y atónita
dirá: “Señor, ¿qué quieres que haga?” Y Él dirá: “Levántate,
lávate de tus manchas que te han desfigurado, despierta en tu seno los
sentimientos adormecidos y el pacto de nuestra alianza, y ve, hija primogénita
de la Iglesia, nación predestinada, vaso de elección, ve a llevar mi nombre,
como en el pasado, a todos los pueblos y los reyes de la tierra” (Alocución
consistorial Vi ringazio, del 29 de noviembre de 1911).
Recemos por esto y sobre
todo por la conversión de Rusia, que es la nueva tierra que parece ser llamada,
como antes Francia o España, para cumplir un papel liminar en favor de la Santa
Iglesia Católica Apostólica Romana, y quizás sea esa luz que haga abrir los
ojos, en medio de las tinieblas de la persecución, a la tierra que vio nacer a
tantos santos, la tierra del Sagrado Corazón.
¡Viva el Sagrado Corazón
de Jesús y el Corazón Inmaculado de María!