Por MONS.
WILLIAMSON
21 de
diciembre de 2024 EC No. CMX (910)
Dios es sumamente generoso.
Si me pierdo su dicha me volveré loco.
La
reelección a principios del mes pasado de Donald Trump como Presidente de los
Estados Unidos de América para los próximos cuatro años puede verse desde un punto
de vista religioso o político. Si Dios no existiera, entonces el punto de vista
religioso tendría poco o ningún interés, y esa elección podría tomarse como una
prueba alentadora de que el pueblo estadounidense no ha perdido todo su sentido
común, porque esa elección mostró que el pueblo se levantaba contra la locura
de extrema izquierda de los últimos cuatro años de gobierno bajo el Presidente
Biden y los demócratas. Por otro lado, si Dios existe, entonces esa elección no
es tan alentadora, porque tantas elecciones democráticas en los tiempos
modernos muestran que los conservadores de derecha conservan relativamente
poco, mientras que los revolucionarios están todo el tiempo ganando terreno a
la izquierda. Estas elecciones no han sido una excepción.
Por
ejemplo, el valiente editor católico de la revista y sitio web Remnant en Estados Unidos, Michael Matt,
comparó el Manifiesto Republicano de Trump de 2016, cuando fue elegido
presidente por primera vez, con el Manifiesto para su segunda elección exitosa
en 2024. En 2016 se posicionó en contra del aborto, mencionado a menudo. En
2024 apenas se menciona el concepto provida, ya que había hecho saber que ya no
estaba en contra del aborto. En 2016, el manifiesto mencionaba a Dios 16 veces.
En 2024 se menciona a Dios dos veces. Y de cara a la elección de 2024, dio
varias indicaciones extra de su deferencia hacia esos anticristianos que
gobiernan EEUU, hasta el punto de que uno se pregunta si no confían en poder
controlarle durante los próximos cuatro años. En 2016 pudieron temer que Trump
encabezara una reacción popular contra ellos, pero difícilmente en 2024. En
2016 era un hombre con valores decentes de familia, país y Dios. ¿Sigue siendo
el hombre que era en 2016? ¿O se ha deslizado hacia la izquierda, como gran
parte de sus compatriotas?
Por
supuesto que este deslizamiento a la izquierda, a pesar de algunas apariencias
de derecha como en estas elecciones de 2024, no es sólo en Estados Unidos, es
en todos los países del Occidente post-cristiano. ¿Por qué? Porque la religión
subyace a la política como Dios, la Causa Primera, subyace al ser y a la acción
de todas las causas secundarias. Cuando los hombres echan a Dios de sus vidas,
por supuesto pierden todo sentido de la importancia de la religión, y para
alcanzar la buena vida confían sólo en sí mismos, y crean religiones sustitutas
a partir de una variedad de alternativas a Dios, especialmente a partir de la
política. Desde Enrique VIII, los ingleses han adorado a su gobierno en lugar
de a Dios, con resultados desastrosos para Inglaterra y para la salvación
eterna de las almas inglesas en su Juicio ante Dios.
Pero Él
no deja de existir, ni deja de hacer todo lo que puede, salvo quitar a los
hombres su libre albedrío, para salvar sus almas. Por eso pueden votar
democráticamente para librarse de Él y de Sus Diez Mandamientos, pero como
resultado sus vidas serán cada vez más insoportables, como castigo de Su
ausencia por rechazar Su presencia (parafraseando al Cardenal Pie). Por
supuesto que los hombres son conscientes de que sus vidas sin Dios son cada vez
más asesinas -la comida que no nutre, las escuelas que no enseñan, los médicos
que ya no curan, los hospitales que matan a pacientes de todas las edades, los
políticos que traicionan- la lista es interminable, pero ¿acaso sueña la masa
de la gente con volver a Dios, o a Nuestro Señor Jesucristo? Estos constituyen
la única solución que se excluye de antemano. No se puede hablar de ellos ni en
una conversación educada ni en política.
He aquí
cómo y por qué tenemos los políticos y la política que tenemos. La política no
es una religión sustitutiva. Son meramente el arreglo de la sociedad humana
entre hombres y hombres. La religión es mucho más profunda y elevada que la
política, en lo que se refiere al arreglo de la salvación eterna, entre los
hombres y Dios, en particular los Diez Mandamientos, en particular el primero: Yo soy el Señor tu Dios, soy Yo quien diseñó
tu naturaleza humana para que vayas al Cielo, y si cooperas, eso es un regalo
tan supremo para toda la eternidad, y te rodeo en tu vida en la tierra con
tantas criaturas para ayudarte a ir al Cielo, que no es más que justo que Yo
exija de ti amor y obediencia a cambio. Pero soy un Dios celoso, y por tu
propio bien no tendrás otros dioses delante de Mí. Haz caso de lo que te digo,
no prestes atención a los mentirosos que Me contradicen, obedece Mis Mandamientos,
y entonces una dicha que ni remotamente puedes imaginar será tuya, sin
interrupción, por los siglos de los siglos. Haced caso a Mi Madre, que nunca os
mentirá, y Ella os mostrará el camino seguro a Mi Cielo, a través de Mi Iglesia
Católica.
Kyrie
eleison.