Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

martes, 10 de diciembre de 2024

DESASTRE EN SIRIA

 



Por LUIS ALVAREZ PRIMO

Bella Vista, 9 de diciembre de 2024

 

Lo sorpresivo y abrupto del acontecimiento nos exige ocuparnos, aunque sea brevemente, de la caída del gobierno del presidente sirio alauí, Bashar al Assad, y de la desaparición de la República Árabe Siria. Es un muy complejo escenario en una región con una historia milenaria, invadida y ocupada en la antigüedad por varios imperios (sumerios, mitannios, asirios, babilonios, egipcios, hititas, cananeos, fenicios, arameos, amorreos, persas, griegos y romanos). Constituida como estado independiente por primera vez en 1945, a partir de 1963 fue gobernada por el partido Baaz, dirigido por la familia Assad hasta el 8 de diciembre de 2024, día de la caída de Damasco, su capital.

Después de 13 años de resistir sanciones estadounidenses que estrangulaban la economía siria, con grave sufrimiento y penurias para la población civil, y tras el acoso bélico de diversos grupos terroristas armados y financiados por los Estados Unidos, Turquía e Israel, en trece días cayó el gobierno de Bashar al Assad y se disolvió el estado sirio, para sorpresa y perplejidad de la opinión pública mundial, ya que, miradas las cosas a la distancia, no parecía posible un desenlace tan inmediato, abrupto y escabroso. Una fuerza heterogénea de 15.000 terroristas (así calificados no hace mucho por quienes, luego de un cambio de nombre, ahora pasaron a llamarlos fuerzas democráticas de la oposición) no podía imponerse a las Fuerzas Armadas de Siria.  Rusia e Irán, aliados de Bashar al Assad, no lo permitirían… a menos que… cosa muy difícil de suponer, las Fuerzas Armadas de Siria decidieran no librar batalla en el terreno. Que fue lo que inverosímilmente ocurrió. Rusia, Irán, Hezbollah e Iraq estaban dispuestos a apoyar al gobierno de al Assad, pero no a librar una batalla en el terreno, lo cual correspondía en primer lugar y principalmente a las propias Fuerzas Armadas de Siria. Los factores que incidieron en esa parálisis o negativa a resistir y hacer frente a las fuerzas invasoras irán saliendo a la luz: ¿corrupción, sobornos, desmoralización, malas políticas militares, mala paga, copamiento sionista/otanista del espacio informativo, guerra mediática y cultural?  Bashar al Assad, médico oculista educado en Londres casado con una distinguida mujer sunita, también educada en Londres, afectada desde hace unos años por un cáncer que reincidió severamente, ¿pensó en su familia y abandonó siria en una situación que juzgó desesperada? Dicen que, Hamlet sirio, Bashar al Assad manifestaba indecisión y contradicciones sobre el curso a seguir. Al parecer, según trascendió, Putin le habría reprochado su negativa a hablar con la serpiente Erdogan. En fin, Estados Unidos, apropiador serial de la riqueza ajena, ya estará llevándose el petróleo sirio, tal como lo hizo en Libia e Iraq, mientras Erdogan, “el gran señor” otomano, mareado con el opio de la hipocresía y la traición, disfruta el éxito (provisorio) de su guerra sucia contra al Assad, y el genocida sionista Netanyahu se frota las manos, aliviado por la nueva situación. Pero los pronósticos para el pueblo sirio, no obstante las declamaciones democráticas de los falsos derecho-humanistas de la OTAN, no son nada auspiciosos; por el contrario, se presume que sobrevendrá en Siria un período de caos e inestabilidad y mayores padecimientos, con más desplazados hacia Europa y países aledaños. Según algunos conocedores, lo más probable es que se desate una guerra entre los propios grupos terroristas. En definitiva, lo que acaba de suceder en Siria es una batalla en el contexto de una guerra. Y una batalla perdida no significa una guerra perdida.

Rusia no picó el anzuelo yanqui que la invitaba a sobre extenderse en Siria en un conflicto que no comportaba un desafío existencial para la Federación de Rusia, tal como sí sucede en Ucrania.  “Extending Russia” (Que Rusia se sobre extienda)  ( file:///C:/Users/casa1/Downloads/RAND_RR3063.pdf)  es el título de un documento de la Rand Corporation del año 2019 en el cual se describe con detalle la estrategia de la CIA para promover un “cambio de régimen” en Rusia, tal como lo ha impulsado en Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, Rumania, Medio Oriente y Georgia, con las conocidas operaciones que financian y organizan “revoluciones de color” y primaveras “democráticas”, con cambios de gobierno para instalar títeres a su servicio con los dineros de la National Endowment for Democracy a través de los institutos de financiamiento político en el exterior de los partidos republicano y demócrata. O bien, con el financiamiento y entrenamiento militar insurgente de grupos terroristas como Al Kaeda, ISIS, y ahora el HTS en Siria.

En este contexto es bueno recordar que Rusia ya tiene mucho terreno ganado al decadente colectivo occidental judeo-masónico en el orden internacional y geopolítico con los BRICS +, así como en el orden militar y armamentístico con sus nuevos misiles hipersónicos. Hace unos días, en respuesta a la movilización de tropas de la OTAN en Polonia y Lituania, Putin firmó un acuerdo con el presidente Lukashenko para instalar misiles hipersónicos Oreshnik en Bielorrusia a mediados del 2025.

Si Europa quiere salvarse, debería recordar que la Catedral de Notre Dame se construyó cuando la cristiandad se esforzaba por instaurar todo el orden temporal en Cristo, el Logos encarnado, y todo lo hacía para dar mayor gloria a Dios.

UN LIBRO PARA ESTE TIEMPO

  “Fátima y Rusia”, por Flavio Mateos. Disponible en todo el mundo a través de Amazon y Mercado Libre.   Tomo I - 438 páginas ·     ...