LA
NEGATIVA BRITÁNICA PARA EL INGRESO DE LA VIRGEN DE LUJÁN
Por JORGE MARTIN FLORES
15.12.2024
La Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas partió el pasado miércoles 4 de
diciembre desde el aeropuerto de Ezeiza hacia nuestras Islas a visitar a
nuestros héroes. Al mismo tiempo, llevaron consigo la imagen de la Santísima
Virgen de Luján, que había acompañado las jornadas heroicas de nuestros
guerreros en 1982, para entronizarla en el Cementerio de Darwin, al lado de
nuestros caídos en combate.
Las
autoridades de respectivos gobiernos estaban notificadas y habían aprobado la
gestión. Sin embargo, antes
de partir del aeropuerto de Ezeiza, se recibió una orden de las autoridades
británicas impidiendo el paso de la Virgen, porque entronizarla sería
considerado un acto de reafirmación de nuestra soberanía, palabra prohibida en
cualquiera tipo de diálogo y negociación con el Reino Unido de Gran Bretaña e
Irlanda del Norte, por los acuerdos de Madrid y Londres de 1989 y 1990, y
reemplazada por un paraguas que nada resuelve, dejando abierto el conflicto
como una herida que continúa sangrando, pues la hermanita perdida continua en
manos de los viles usurpadores y por lo tanto la Patria sigue incompleta
corporal y espiritualmente.
CUESTION
TEOLOGICA
Estamos
completamente convencidos, y lo hemos manifestado en varias ocasiones, que cómo
enseña detrás de cada acto político anida una cuestión teológica, siguiendo el
apotegma de Juan Donoso Cortes. Por eso, no le demos tanta vuelta
al asunto: Los ingleses además de piratas y ladrones, son herejes y como tales,
odian y le temen a la Verdadera Reina de las Islas Malvinas: la Santísima
Virgen María, a quien fueron consagradas y bajo cuyo manto se ha cobijado
nuestra legítima gesta de restauración.
Ya lo
dijo un historiador británico Nick Van Der Bijl, en su obra “Nueve
batallas por Malvinas” (prologada ni más ni menos que por el Veterano de Guerra
de Malvinas británico, Brigadier Julian Thomson, quien se desempeñó
en 1982 como jefe de los paracaidistas británicos y tras la guerra escribió un
libro titulado "No Picnic", destacando las dificultades
con que se enfrentaron los británicos, ponderando el coraje y la bravura de
nuestros combatientes y sentenciando que ésto no fue un picnic).
Dice Van
Der Bijl que el pueblo argentino en armas durante el conflicto del Atlántico
Sur de 1982, luchó "para proteger -no sólo sus fronteras- sino
también su forma de vida cultural, espiritual, política y nacional, el corazón
y el alma de la Nación”. (Van Der Bijl, Nick. Nueve batallas por Malvinas,
Buenos Aires, editado por Alejandro José Amandolara Bourdette, 2016. p. 65).
Eso es lo que está en juego. Ni más ni menos que el ser nacional. El problema
de fondo, es espiritual, metafísicoteológico.
PROPUESTA
En
tiempos de entrega, de enfriamiento la caridad y de apostasía flagrante, este
humilde laico propone algo que tal vez sea políticamente incorrecto, pero como
decían los santos apóstoles: "Es deber obedecer a Dios y no a los
hombres". En primer lugar, por amor y respeto a la dignidad de nuestra
Señora la Santísima Virgen, pues ante tal ofensa hecha a la Madre de Dios
(especialmente en tiempos de Adviento y en el mes de María), y porque al
ofender a la Madre se ofende al Hijo, es decir, a Nuestro Señor Jesucristo. En
segundo lugar, por respeto y amor a la memoria y legado de nuestros caídos en
la Gesta del Atlántico Sur. Y en tercer lugar, por amor y respeto al labor
incondicional de sus familias.
Por ello,
propongo un acto de reparación al respecto, volviendo a
repetir cada uno desde el templo de sus corazones, hogares o iglesias, la
oración de consagración realizada por el padre Roque Manuel Puyelli, un 11 de
abril de 1982; al mismo tiempo que ponemos bajo los pies de la Santísima
Virgen, la renovación de nuestra misión y apostolado de malvinizar cada rincón
de la Patria.
ACTO DE
REPARACIÓN
“Omnipotente
Señor de las batallas que con tu poder y providencia eres el Rey de Reyes de
los cielos, la tierra y el mar: porque nos ordenaste honrar al padre y a la
madre en el cobijo de la Patria terrena. Porque nos enseñaste a dar a Dios lo
que es de Dios y al César lo que es del César. Porque nos aseguraste que no
estar contigo es estar contra Ti. Porque nos aconsejaste buscar primero el
reino de Dios y su justicia. Porque caíste en la tierra como semilla para morir
y dar con ello abundante fruto. Porque nos diste una Patria Grande que va desde
la Quiaca a la Antártida y desde la Cordillera al Atlántico, donde nuestras son
las islas que hoy huellan con orgullo nuestros pies de argentinos bien nacidos.
Y porque nuestras madres nos parieron varones y valientes, por eso estamos
aquí, porque no amamos tanto la vida que temamos a la muerte y porque si
morimos en tu gracia resucitaremos contigo para la vida eterna.
Es por
eso que (...) nos consagramos al Corazón Inmaculado de tu Madre la Virgen María
bajo la advocación de Virgen del Rosario, en cuyo nombre fuera designado este
operativo y en recordación de la otra gesta heroica de Liniers y la victoriosa
batalla de Lepanto.
Reina y
Madre de la nación argentina: De hoy en más depositamos en
tus manos nuestros cuerpos y nuestras almas nuestra juventud y nuestra garra
criolla, nuestra vida y nuestra muerte, para que dispongas de ellas lo que
mejor convenga. Te consagramos también desde hoy estas Islas Malvinas
argentinas pidiéndote que alejes para siempre todo signo de pecado, de error y
de herejía aquí existente. Queremos que –como en el continente – seas honrada
con la devoción que más te agrada: el Santo Rosario, porque solamente así
mostraremos al mundo que somos una nación invencible.
Finalmente,
a partir de este momento te reconocemos como Comandante en Jefe Espiritual de
nuestros hombres en tierra, mar y aire, y desde lo profundo de nuestro corazón
de argentinos damos respuesta a la voz que nos dice: A la virgen del
rosario ¡¡Subordinación y Valor!! ¡¡Para servir a Dios y la Patria!!”