1) EXHIBICIONISMO
CHOCANTE
Como torpe
demagogo que es, Bergoglio no puede dejar de mostrarse públicamente cada vez
que se le brinda la ocasión, por más escándalo que provoque, asunto que le importa
un pito, habida cuenta de su conciencia laxa.
Así se explica que
reciba en audiencia a depravados sexuales, abortistas y cuanto resentido
zurdi-progresista merodee por Santa Marta. Es el reciente caso
de la monja Jeannine Gramick-acompañada de sus secuaces de New Ways Ministry- y
de Whoopi Golberg, ambas abiertas defensoras del vicio nefando (la última
también lo es del aborto).
2) LENGUAJE
SIBILINO
Ante una pregunta
sobre el desarrollo del Sínodo, Bergoglio contestó, evocó: “Desde los inicios
del Concilio Vaticano II, Juan XXIII tuvo una percepción muy clara: la Iglesia
tenía que cambiar. Pablo VI coincidió y continuó, al igual que los Papas que
los sucedieron. No se trata solamente de cambiar de moda, se trata
de un cambio de crecimiento y en favor de la dignidad de las personas. Y ahí
está la progresión teológica, de la teología moral y todas las ciencias
eclesiásticas, incluso la interpretación de las escrituras, que han ido
progresando de acuerdo al sentir de la Iglesia. Siempre en armonía”.
Hablando en
criollo, esa “progresión” no conduce más que a la supresión del dogma y de la
enseñanza moral de la Iglesia.
FUENTE:
https://catapulta.com.ar/?p=2782