Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

sábado, 28 de octubre de 2023

“LAUDATE DEUM”: UNA CITA EXTRAÑA

 

Donna Haraway

 

Ya hemos destacado anteriormente la teología panteísta de Laudate Deum (en continuidad con Laudato si’), así como la dogmatización de la causa antropogénica del cambio climático. Este artículo busca resaltar brevemente la cita de una autora extremadamente particular, en la nota a pie de página 41, que arroja una sombra adicional sobre las fuentes de la nueva "ecoteología".

El número 66 de la exhortación dice: "Dios nos ha unido a todas sus criaturas. Sin embargo, el paradigma tecnocrático nos puede aislar del mundo que nos rodea, y nos engaña haciéndonos olvidar que todo el mundo es una 'zona de contacto'". La oscuridad del texto, que remite al panteísmo según el cual "todo está conectado"[1], se ve agravada por la nota a pie de página que remite a un libro de Donna J. Haraway: Cuando las especies se encuentran.

¿Quién es Donna J. Haraway?

Pocas personas conocen a Donna J. Haraway, que saltó a la fama especialmente en los años 1990. La escritora y filósofa es considerada la líder de una escuela de pensamiento que se ha autodenominado "ciberfeminista", "ecofeminista" o incluso "feminismo poshumano" o "post-generismo".

El sello distintivo de su trabajo –un ataque mordaz al antropocentrismo– es extender la teoría de género a las cuestiones tecnológicas (como la modificación del cuerpo humano) y, más allá, al reino animal. Es zoóloga y filósofa, egresada de la Universidad Yale, donde recibió un homenaje. Cabe mencionar que creció con una madre católica y fue educada por religiosas en Colorado.

También cabe mencionar que recibió una beca Fulbright –según algunos, un sistema de cooptación de personas prometedoras de todo el mundo para contribuir al progreso de la agenda del establishment angloamericano– para viajar a París y estudiar filosofía de la evolución en la Fundación Teilhard de Chardin.

El ciberfeminismo

La popularidad de la pensadora estadounidense comenzó en 1985, cuando publicó en la Socialist Review su Manifiesto para Cyborgs: ciencia, tecnología y feminismo socialista en la década de 1980, que más tarde se convirtió simplemente en el Manifiesto Cyborg (publicado en Francia en 2002).

Este es un ensayo considerado un hito del nuevo feminismo, que en última instancia niega la identidad de las mujeres y se opone al viejo feminismo. Haraway aboga por superar los dualismos sociales y biológicos: critica la estructura binaria de la cultura occidental que ha generado divisiones entre categorías como masculino/femenino y natural/artificial.

Estos dualismos, afirma Haraway, "han sido todos sistemáticos en las lógicas y prácticas de dominación de las mujeres, las personas de color, la naturaleza, los trabajadores, los animales… todos constituidos como otros". Se introduce entonces el concepto de cyborg como una síntesis liberadora, una entidad que representa una fusión de lo orgánico y lo tecnológico, trascendiendo las distinciones tradicionales de género y naturaleza.

El cyborg desafía la idea de una naturaleza humana inmutable, a medida que cada vez más personas utilizan la tecnología para ampliar sus capacidades: prótesis, bypass, aparatos auditivos e incluso dentaduras postizas pueden indicar que el hombre-máquina ya es una realidad. El concepto de cyborg representa un rechazo a las fronteras rígidas, particularmente aquellas que separan lo "humano" de lo "animal" y lo "humano" de lo "máquina".

"El cyborg no sueña con una comunidad según el modelo de la familia orgánica, esta vez sin el proyecto edípico. El cyborg no reconocería el Jardín del Edén; no está hecho de barro y no puede soñar con volver al polvo", explica el Manifiesto de Haraway.

Antiespecismo y odio contra la natalidad

En sus dos libros de la década de 1990, Primate Visions: Gender, Race, and Nature in the World of Modern Science (1990, sin traducir) Simianas, Cyborgs, and Women. The Reinvention of Nature (1991), Haraway retoma la metáfora del cyborg para explicar cómo las contradicciones fundamentales de la teoría y la identidad feministas deben unirse, en lugar de resolverse, de una manera similar a la fusión de la máquina y el organismo en los cyborgs.

En este texto, Haraway critica el capitalismo revelando cómo los hombres han explotado el "trabajo reproductivo" de las mujeres para que no logren la igualdad total en el mercado laboral. Por lo tanto, dar a luz a un hijo representa una gran amenaza para la vida de una mujer profesional.

La filósofa insistió en este punto en un texto más reciente titulado Making kin, resultado de un grupo de trabajo con otras cinco feministas. La esencia del argumento es que no debemos tener hijos –un acto contaminante que genera otros problemas– sino reorganizarnos en un sentido "familiar" a las personas que ya existen.

Algo entre la retribalización de la sociedad y el intento de crear sustitutos de la familia, como es el caso de quienes, en lugar de hijos, tienen perros y gatos o incluso objetos. Este tema de los "compañeros animales" más allá de las diferencias entre especies se repite en el mismo libro citado por el Papa.

Cthulhuceno

La culminación del pensamiento de Haraway se encuentra en el libro Cthulhuceno de 2016. Para los no iniciados, Cthulhu es la monstruosa deidad con tentáculos de las historias de terror de H.P. Lovecraft, que espera en el abismo para regresar a la tierra a exterminar al hombre. Para Haraway, es necesario atravesar esa fase (el Cthulhuceno) para salvarnos del desastre del Antropoceno (es decir, literalmente, "la era del hombre"), marcado por la superpoblación.

"¿Qué pasará cuando la humanidad, habiendo alterado irremediablemente el equilibrio del planeta Tierra, deje de ser el centro del mundo? Y en plena crisis ecológica, ¿qué relaciones se pueden restablecer no solo entre los individuos humanos, sino también entre todas las especies que habitan el planeta?"

La respuesta, según Haraway, es implementar un pensamiento "expansivo" en este planeta infectado, un cambio de paradigma en el que, como se explicó anteriormente, en lugar de engendrar hijos, se crean "vínculos de parentesco" a través de "decisiones íntimas y personales destinadas a crear vidas florecientes y generosas sin traer niños al mundo".

Llegados a este punto cabe preguntarse seriamente cómo un autor así puede ser considerado un punto de referencia para la exhortación apostólica. De hecho, es una de los tres únicos autores citados, excluyendo al Papa Francisco (o los diversos sínodos que se hacen eco de sus pensamientos), Pablo VI y las Naciones Unidas.

Parece obvio que tal "magisterio" ya no tiene ningún vínculo con la Tradición y persigue un objetivo totalmente ajeno al cristianismo, llevando el modernismo a sus consecuencias más verdaderas y profundas: la asunción total del pensamiento dominante en el mundo, incluso el más abiertamente anticristiano.

 

[1] Instrumentum laboris del Sínodo para la Amazonía, n. 25: "La vida de las comunidades amazónicas que aún no han sido influenciadas por la civilización occidental se refleja en las creencias y rituales sobre la acción de los espíritus, de la divinidad –llamada de tantas maneras– con y en la tierra, con y en relación con la naturaleza". Esta cosmovisión se encuentra en el "mantra" (sic) de Francisco: "todo está vinculado". Si esta no es la expresión de un tipo de panteísmo modernista, o incluso directamente pagano, ¿cómo podemos llamarlo?

Fuentes: Laudate Deum/Haraway – FSSPX.Actualités
Imagen: Rusten Hogness, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons

 

https://fsspx.news/es/news-events/news/%E2%80%9Claudate-deum%E2%80%9D-una-cita-extra%C3%B1a-86479

 

Más sobre esa vieja demente:

https://almanegralibreria.com/2021/04/09/club-de-lectura-feminista-seguir-con-el-problema-generar-parentesco-en-el-chthuluceno-de-donna-j-haraway/

 


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