Por DON CURZIO NITOGLIA
Preámbulo
Hasta Pío
XII (1958)
ANTES DEL
VATICANO II, la distinción y oposición entre el cristianismo y el judaísmo
talmúdico o postbíblico era pacífica, como la que existe entre un círculo y un
cuadrado. De hecho, el cristianismo cree en la divinidad de Jesús mientras que
el judaísmo postbíblico la niega y la considera una blasfemia herética.
La
revolución teológica judaizante
Desgraciadamente,
la distinción no sólo se desvaneció lentamente (con JUAN XXIII, † 1963) sino
que fue anulada con Nostra Aetate
(1965) y el magisterio de JUAN PABLO II (1978-2005) y BENEDICTO XVI (2005 -
2013).
Así, de
la distinción se pasó a la confusión y homologación doctrinal y teológica de
contrarios (Cristo y la negación de Cristo).
Revolución
teológica judaizante práctica
Sin
embargo, quedaba por dar un paso más. Las declaraciones del rabinato y del alto
clero a este respecto son de una gravedad sin precedentes, pero son reales y
hay que tomar nota de ellas. Una vez concluida la nivelación doctrinal, tenía
que llegar la nivelación práctica: sobre todo política (1948, el Estado de
Israel / 1993, su reconocimiento por el Vaticano) y económico-financiera (la
crisis del dólar y del euro).
El nuevo
orden mundial.
Desde
2001 hasta 2011 hemos asistido al levantamiento constante y progresivo (casi
disimulado y no alardeado explícitamente) de la 'Torre de Babel' del 'Nuevo
Orden Mundial' con una 'República Universal' (EEUU/Israel) y un 'Templo
Universal» (Asís I-III, 1986-2001).
De la
doctrina de «Nostra Aetate» a la acción conjunta judeo-cristiana.
Precisamente
en los últimos tiempos se habla abierta y explícitamente de una segunda fase de
acción conjunta judeo-cristiana (ya no sólo de conversaciones), que debe
preludiar un Nuevo Orden Económico/Político Mundial, todo ello a la luz de la Shoah y de Nostra Aetate, que son tan correlativos como padre e hijo.
Ofrezco al lector las siguientes
consideraciones con la esperanza de que los cristianos abran los ojos y no
caigan víctimas de la globalización religiosa y económico/política, que es la
peor tiranía, disfrazada de «democracia», imaginable.
El
siguiente párrafo es un comentario sobre esta segunda fase, para mostrar cómo
desde la Shoah y Nostra Aetate hemos llegado ahora a la fase final de la realización
económica/financiera del Nuevo Orden Mundial deseado por los rabinos y clérigos
neomodernistas.
2011 LA
SEGUNDA FASE GLOBALISTA DEL GIRO JUDEO/CRISTIANO:
LA CULMINACIÓN DE LA GLOBALIZACIÓN:
PAPA
WOYTJLA
JUAN
PABLO II -en su Discurso al Cuerpo Diplomático del 24 de febrero de 1980- había
comenzado a sentar explícitamente las bases para la construcción del Nuevo
Orden Mundial al decir:
«La justicia y el desarrollo van de la mano de la paz. Son partes esenciales de un Nuevo Orden Mundial aún por construir. Son un camino que conduce a un futuro de felicidad y dignidad humana».
PAPA
RATZINGER
BENEDICTO
XVI, en su Carta Encíclica Caritas in
veritate nº 67 (7. VII. 2009), comenzó a poner en práctica el designio
público de su predecesor. En efecto, escribió: «Para la gobernanza de la economía mundial, para restablecer las
economías afectadas por la crisis, [...] es urgente la presencia de una verdadera Autoridad política mundial».
El 13 de
diciembre de 2011, la Agencia Sir informó que el rabino jefe de las
«Congregaciones Hebreas Unidas» de la Commonwealth JONATHAN SAKS, en la noche
anterior (12 de diciembre), fue recibido en privado por BENEDICTO XVI y luego
en público en la Universidad Gregoriana esbozó el plan concreto para una nueva
forma de asociación entre cristianos y judíos para «una ética económica basada
en las raíces judeo-cristianas».
En
resumen, señaló que el primer avance judeo-cristiano tuvo lugar durante el
Concilio Vaticano II y el primer postconcilio, pero sólo fue un avance
teológico, ahora se trata de realizar un nuevo y definitivo avance práctico,
político/financiero, similar al que los «líderes políticos de Europa han puesto
en marcha para intentar salvar el euro».
De las
relaciones teológicas a las político-financieras.
El rabino
afirmó que tras el Concilio Vaticano II había llegado el momento de «iniciar un
nuevo capítulo en las relaciones judeo-cristianas». De las relaciones
teológicas «cara a cara» hay que pasar a las relaciones políticas/financieras
prácticas «codo con codo».
Judíos y
cristianos como «minoría creativa» del Nuevo Orden Mundial.
Esperaba,
refiriéndose a Benedicto XVI, que judíos y cristianos pudieran ser «juntos» una
«minoría creativa» de un Nuevo Orden Mundial contra las fuerzas radical y
agresivamente secularizadoras.
Como
podemos ver («contra el hecho no valen argumentos») nos encontramos en medio de
la segunda etapa o el comienzo de la realización del globalismo. ¿Adónde nos
llevará esta segunda etapa? Sólo Dios lo sabe con certeza. Sin embargo, se
puede recurrir a algunos autores que han estudiado y previsto el problema.
De la Shoah al mundialismo realizado.
Prólogo
Es
necesario señalar la gravedad ya «terminal» de la situación que vivimos desde
hace aproximadamente una década («revueltas» árabes, crisis del dólar y del
euro combinadas, enfrentamiento EEUU/Israel y Rusia/China/Irán en la región de
Siria, Palestina, Líbano y Ucrania).
La
situación puede calificarse de apocalíptica por lo que han dicho recientemente
-como citaré a continuación- tanto autoridades rabínicas como eclesiásticas (1).
El
'comienzo' de la globalización: el primer punto de inflexión «teológico»
judeocristiano en 1965.
La
globalización religiosa o el “Templo Universal”.
Como
hemos visto, antes del Vaticano II la distinción y oposición entre el
cristianismo (que cree en la divinidad de Jesús y en la Santísima Trinidad) y
el judaísmo talmúdico o postbíblico (que niega la divinidad de Cristo y la
Trinidad) era pacífica. Igual que era pacífico que un hombre fuera un hombre y
una mujer fuera una mujer pero, ya no...
Sólo por
referirnos a los Documentos Pontificios más recientes, en el Acto de
Consagración al Sagrado Corazón de Jesús escrito por LEÓN XIII (1900) y hecho,
por orden de PIO XI, recitar obligatoriamente en la Fiesta de Cristo Rey (1925)
por los sacerdotes leemos:
«Sé Rey de todos los que aún están envueltos
en las tinieblas de la idolatría o del islamismo [...]. Mira con ojos de
misericordia a los hijos de ese pueblo que -un día- fue el amado: que la Sangre
ya invocada sobre ellos descienda también sobre ellos [...].
Esta
oración se leyó en la Iglesia universal hasta 1962.
Por otra
parte, PIO XI en su encíclica Mit
brennender Sorge del 14 de marzo de 1937 escribió: «El Verbo tomaría carne
de un pueblo que luego le confundiría en la cruz».
Esta era
la doctrina común de la Iglesia, contenida en las fuentes de la Revelación
(Tradición y Escritura), enseñada constantemente por el Magisterio Pontificio.
Desgraciadamente,
la distinción no sólo se desvaneció gradualmente (con JUAN XXIII, 1958 - 1963),
sino que fue anulada con Nostra Aetate
de PABLO VI (28 de octubre de 1965) y el magisterio de JUAN PABLO II (1978 -
2005) y BENEDICTO XVI (2005 - 2013). Así, de la distinción se pasó a la
confusión y homologación doctrinal y teológica de contrarios (Cristo y
anticristo).
Sin
embargo, quedaba por dar un paso más. Una vez realizada la nivelación
doctrinal, había que llegar a la nivelación práctica: especialmente política
(Estado de Israel, 1948-1993), económico-financiera (crisis del dólar y del
euro).
Desde
2001 hasta 2011/24, hemos asistido al levantamiento constante y progresivo
(casi disimulado y no alardeado explícitamente) de la «Torre de Babel» del
«Nuevo Orden Mundial» con una «República Universal» (EEUU/Israel) y un «Templo
Universal» (Asís I-III, 1986-2001/24).
Desde
hace poco se habla abierta y explícitamente de una segunda fase de acción
judeo-cristiana (ya no de conversaciones), que debe preludiar un Nuevo Orden
Económico/Político Mundial, todo ello a la luz de la Shoah y de Nostra Aetate,
que son tan correlativos como padre e hijo.
El 26 de
enero de 2011 en Avvenire, (diario de
la «Conferencia Episcopal Italiana»), apareció un artículo de la profesora
israelita ANNA FOA titulado: «En la
posguerra, el verdadero viraje de la teología», en el que leemos:
«No cabe duda de que el cambio en las
relaciones entre la Iglesia y el judaísmo, que se produjo con el Concilio
Vaticano II y la declaración Nostra Aetate, tuvo sus raíces en el trauma de la
Shoah. [...]. Nostra aetate fue un giro radical, [...] que abrió el camino a una
verdadera revalorización teológica de la relación con el judaísmo, destinada a
profundizarse [...], introduciendo la idea, como dijo Juan Pablo II durante su
visita a la sinagoga en 1986, de que la religión judía no era «extrínseca»
sino, en cierto sentido, «intrínseca» a la religión cristiana. La toma de
conciencia provocada por el exterminio de seis millones de judíos había
alterado así profundamente no sólo las relaciones entre judíos y cristianos,
sino los propios fundamentos teológicos en los que se basaban esas relaciones»
(p. 26).
También
en el mismo periódico, el mismo día y en la misma página, un artículo del
antiguo prior de la Comunidad de Bose ENZO BIANCHI, «En torno al Concilio la convergencia de las confesiones» explica
que
«el viraje histórico al que hemos asistido en
los últimos cincuenta años, viraje al que ciertamente no ha sido ajena la
tragedia del 'mal absoluto'» es tan epocal que “ningún cristiano puede ya
invocar la ignorancia como excusa: cada uno es y será personalmente responsable
de confirmar o contradecir este viraje”.
Además,
Bianchi continúa escribiendo que «Juan
Pablo II [...], el 17 de noviembre de 1980 en Maguncia pronunció una fórmula
sin precedentes, de hecho contradictoria con diecinueve siglos de exégesis y
teología cristianas, en la que los judíos son definidos como “el pueblo de Dios
de la Antigua Alianza que nunca ha sido revocada”. [...]. Se nota la novedad y
la audacia respecto a todo el magisterio eclesiástico anterior. [...]. La
teología del reemplazo queda así abandonada para siempre'.
La hermenéutica de la ruptura encuentra así
espacio en las páginas del diario del episcopado italiano, cuyo Primado es el
Papa, que sin embargo apoya, pero no demuestra (2), la hermenéutica de la
continuidad.
NOTAS:
1 - R. H.
BENSON, Señor del mundo, Milán, Jaca
Book, 2008, p. 12: «Estamos casi perdidos y nos dirigimos hacia una catástrofe
para la que debemos estar preparados [...] hasta que vuelva el Señor».
2 - B.
GHERARDINI, Concilio Ecuménico Vaticano II. Un
discorso da fare, Frigento (AV), 2009.