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sábado, 22 de marzo de 2025

VERITAS FILIA TEMPORIS - LAS MENTIRAS DEL COVID

 



Por FERNANDO DEL PINO CALVO-SOTELO

 

18 de marzo de 2025

 

La verdad es hija del tiempo. Cinco años después del comienzo del covid, el relato oficial se desmorona. El abrumador peso de la evidencia científica y la publicación de informes oficiales revisionistas que desmontan el relato político-mediático hegemónico desde 2020 ha provocado que algunos medios españoles hayan entonado un meritorio, aunque insuficiente mea culpa. Uno de ellos reconoce que «lo que eran fake news de algunos de aquellos etiquetados como negacionistas ahora está alineado con los hechos probados», y propone que, en adelante, «deberíamos escuchar otras voces, aunque no concuerden con la narrativa del Estado, de los medios, de los verificadores de información (…) ni con nuestra más arraigada ideología» (elocuente, esto último, ¿no?) [1].

En otros países ha ocurrido algo similar. Recientemente, uno de los periodistas del New York Times titulaba así su artículo: “Nos engañaron de mala manera”[2]. Otro arrepentido del británico The Times reconocía que ya no cree «que los confinamientos salvaran una sola vida, y de hecho posiblemente causaron la muerte de muchas personas». Tras pedir que la próxima vez «conservemos nuestro espíritu crítico y no menospreciemos como parias a aquellos que discrepan del relato oficialmente aprobado», termina con una reflexión: «Debemos recordar que cuanto mayor sea el consenso, más dudas debemos tener sobre el mismo»[3]. Amén.

En realidad, eran los políticos, la UE, los medios de comunicación, los payasos fact-checkers y parte del estamento médico, es decir, el contubernio político-mediático-farmacéutico, los negacionistas que propagaban bulos sin cesar.

El origen del Covid: un escape de laboratorio

El primer bulo del establishment fue el supuesto origen zoonótico del covid con aquel inventado pangolín que aún sobrevive en el bosque escapando de sus perseguidores, como Rambo. El sentido común nos hacía preguntarnos hace ya dos años cuál era la probabilidad a priori de que, de todos los lugares habitados del planeta, el virus emergiera precisamente en una ciudad donde existían laboratorios que estaban trabajando precisamente con ese tipo de coronavirus.

Hoy ninguna fuente seria cuestiona que la pandemia fue con toda probabilidad causada por un escape de un laboratorio biológico en Wuhan que las autoridades chinas y los EEUU ocultaron con la ayuda de la corrupta OMS mientras China exportaba el virus al resto del mundo. El interés de EEUU era doble: los científicos y las instituciones norteamericanas que habían financiado la investigación del coronavirus en Wuhan querían borrar sus huellas, y el Deep State quería debilitar la posibilidad de reelección de Trump, que defendía la teoría del escape biológico.

La verdad ―que fue censurada― era conocida o al menos sospechada desde 2020, pero fue ocultada al gran público. Los servicios de inteligencia alemanes otorgaron desde un principio una probabilidad de hasta el 95% de que el virus proviniera del laboratorio chino, pero la ex canciller Merkel decidió mantener el informe en secreto[4]. Del mismo modo, el exdirector del Mi6 presentó al gobierno británico un informe clasificado en el que declaraba que «no existe ninguna duda razonable de que el covid-19 ha sido diseñado en el Instituto de Virología de Wuhan», pero el establishment lo enterró[5].

Las controladísimas revistas médicas contribuyeron a tal ocultación, con una excepción. En 2021 el British Medical Journal publicó que «la supresión de la teoría de la fuga de laboratorio no se basa en ninguna evaluación clara de la ciencia», y que se había producido «a pesar de que no existen pruebas de la explicación alternativa, esto es, de la propagación natural de los animales a los seres humanos». El BMJ terminaba criticando que no se investigara el «verosímil» escape de laboratorio como origen del covid[6].

En 2022 el Senado norteamericano publicó un profuso informe científico llegando a las mismas conclusiones, que fueron corroboradas meses después por el director del FBI cuando reconoció que «muy probablemente» el origen del covid era artificial[7]. Finalmente, en noviembre de 2024 el Congreso de EEUU llegó a la misma conclusión con un relevante informe que cuestionó casi todas las medidas tomadas para combatir la pandemia[8].

A pesar de ello, algunos «expertos» continúan congelados en la versión oficial y asustan con la posibilidad de que recurra una epidemia de parecidas proporciones. Si ocurriera, sería la primera pandemia natural importante desde hace un siglo, pues el covid, repito, no fue una epidemia de origen natural, sino un accidente biológico causado por un escape de laboratorio. En otras palabras, el covid fue el Chernóbil de las armas biológicas.

¿Cuál es entonces la solución para que no se repita? No es, desde luego, empoderar a la OMS para crear una dictadura sanitaria, como pretende el globalismo, ni dar más poder a los gobiernos, ni más dinero a la corrupta industria farmacéutica, sino algo muy sencillo: prohibir la investigación de armas biológicas en todo el mundo y, en particular, la tecnología de ganancia de función que manipula genéticamente virus del mundo animal para aumentar su peligrosidad y que contagien a humanos, como hicieron con el covid[9].

Caraduras recalcitrantes

A pesar de todo, en España algunos de los responsables del mayor escándalo de salud pública de la Historia han aprovechado el quinto aniversario del comienzo de la pandemia para felicitarse a sí mismos con total desfachatez, lo cual denota la impunidad con la que han actuado (y delinquido): cinco años después, nadie ha sido despedido ni multado y nadie ha sido procesado (salvo los políticos comisionistas de las mascarillas). Naturalmente, nadie ha pisado la cárcel.

Este desfile conmemorativo de políticos caraduras y médicos pomposos que abusan de la autoridad de la bata blanca intenta blanquear un fraude de proporciones gigantescas. Como decía Peter C. Gøtzsche, profesor emérito de Medicina en Dinamarca y cofundador de Cochrane (en su día máxima referencia de evidencia médica), «el sector de la Sanidad es mucho más corrupto de lo que la gente piensa, y el dinero de la industria farmacéutica va a todas partes, a políticos, revistas médicas, periódicos, etc.»[10].

Ese etcétera es muy amplio, pues los viscosos tentáculos de las grandes empresas farmacéuticas alcanzan a miembros de Colegios Médicos en todo el mundo[11], a muchos médicos, directa o indirectamente[12], y a las agencias del medicamento, con sus puertas giratorias. Por ejemplo, Pfizer acaba de contratar a uno de los principales responsables de la FDA durante la pandemia[13].

El guion de la pandemia

La pandemia siguió un guion. En primer lugar, se aterrorizó a la población con la complicidad de los medios, que lanzaron una campaña de terror y culpabilización perfectamente diseñada para domesticar a la población. Para dicha campaña se contrató a agencias de publicidad especializadas[14] que lograron crear una verdadera histeria colectiva con el objeto de facilitar la aceptación de medidas arbitrarias, liberticidas, absurdas y completamente acientíficas. Los confinamientos, las distancias de seguridad, la limitación de comensales, el gel hidroalcohólico o las inútiles mascarillas no sirvieron para nada, salvo para beneficiar a unos pocos. Sí sirvieron, en cambio, para enfermar mentalmente a una parte de la ciudadanía.

Los ilegales y sádicos confinamientos fueron epidemiológicamente inútiles y perjudicaron nuestra salud mental y nuestro sistema inmunológico precisamente cuando más lo necesitábamos[15]. Por otro lado, las inútiles mascarillas[16], especialmente crueles con los niños en los colegios[17], no se impusieron para controlar el virus. Las mascarillas se impusieron para controlar a la población, y lo lograron.

Asimismo, para poder aprobar el uso de emergencia de las «vacunas», se torpedeó o silenció todo tratamiento prometedor cuya existencia habría impedido, por razones regulatorias, tan suculento negocio. Fue el caso, por ejemplo, de la vitamina D utilizada de forma preventiva[18] o en pacientes ya ingresados[19], la ivermectina[20], o la hidroxicloroquina, eficaz en tratamiento temprano[21], en combinación con azitromicina[22]. Aunque reducía la mortalidad del covid, fue retirada del mercado[23].

Finalmente, tras negar contra toda evidencia la superior inmunidad natural de quienes ya habían pasado la enfermedad[24], se puso en marcha un programa de vacunación indiscriminada con vacunas y terapias genéticas que no cumplían ninguno de los tres requisitos exigidos para una vacuna (necesidad, eficacia y seguridad), pero sí cumplían el único requisito que importaba: el beneficio.

El escándalo de las «vacunas»

Las vacunas y terapias genéticas ARNm eran innecesarias para la inmensa mayoría de la población para la que el covid era una enfermedad leve[25], dato que se conocía desde 2020 pero que los medios ocultaron pertinazmente. Para los niños el covid era más leve que la gripe[26], a pesar de lo cual se les incluyó escandalosamente en el programa de vacunación.

Las vacunas también fueron ineficaces, pues no evitaban ni la transmisión ni la muerte. Un estudio realizado en Japón (uno entre varios[27]) afirma incluso que las vacunas covid tuvieron eficacia negativa, es decir, que los vacunados se contagiaban más que los no vacunados[28]. Además, la probabilidad de contagiarse aumentaba con cada dosis adicional, como había concluido un macro estudio de la Cleveland Clinic[29].

Nos dijeron que las vacunas protegían contra el contagio y la transmisión para justificar la persecución y apartheid de los no vacunados y el infame pasaporte covid. Era mentira, y, cuando fue patente que no impedían ni el contagio ni la transmisión, recularon cambiando el relato y afirmando que al menos sí protegían contra la gravedad y la muerte. También era falso: en marzo de 2022 el 84% de los muertos por covid en España estaba perfectamente vacunado, según datos del propio Ministerio de Sanidad[30]. Un estudio reciente confirma que «los datos estadísticos muestran que la mortalidad de los vacunados fue un 14,5 % superior a la de los no vacunados», por lo que la idea de que las vacunas covid salvaron vidas «contradice los datos estadísticos»[31].

Las vacunas también fueron inseguras, pues seguimos pagando sus efectos secundarios adversos, sobre todo isquémicos y cardiovasculares[32]: ictus, trombosis y trombocitopenia, embolia pulmonar, miocarditis, pericarditis, fibrilación atrial; pero también desórdenes menstruales, efectos oculares, dermatológicos, autoinmunes y neurológicos, como trombosis del seno venoso cerebral, parálisis facial de Bell, mielitis transversa aguda o cáncer[33]. La escandalosa verdad es que con toda probabilidad las vacunas y terapias genéticas ARNm han provocado la muerte de muchas personas: autopsias realizadas sugieren una relación de causalidad[34].

Hoy, especialistas en Reino Unido[35] o autoridades sanitarias de algunos países[36] llaman a la suspensión de las vacunas ARNm contra el covid mientras el British Medical Journal exige investigar el exceso de mortalidad «sin precedentes» registrado en todo el mundo en 2021 y 2022 tras la difusión de dichas vacunas[37].

Los médicos nos fallaron

De forma imprudente y contra lo que defendía la evidencia científica, la inmensa mayoría de los médicos en España recomendaron a sus pacientes vacunarse aunque no pertenecieran a la población de riesgo o hubieran pasado la enfermedad. Eso sí, lo hicieron verbalmente, sin consentimiento informado, ni receta, ni firma.

La realidad es que, ante la enorme presión social y gremial y el mimetismo que plaga la profesión, muchos eligieron el camino cómodo escudándose en «los protocolos» del orwelliano Ministerio de Sanidad. ¿Cuántos han asumido alguna responsabilidad? ¿Y los Colegios Médicos, que persiguieron y amenazaron a los pocos médicos valientes que se negaron a aceptar el trágala?

Parece lógico, por tanto, que la credibilidad del gremio haya caído estrepitosamente: en EEUU la confianza en médicos y hospitales se ha derrumbado, pasando del 72% en 2020 al 40% en 2024[38]. También se ha producido una lógica disminución de la confianza de la población en las vacunas[39].

Un homenaje a los valientes

Tres cosas recuerdo con gran agradecimiento en este lustro de arduo combate contra la histeria colectiva y los negacionistas del contubernio político-mediático, que se negaban pertinazmente a ver lo que mostraban los datos estadísticos y la evidencia científica.

En primer lugar, la respuesta de mis amables lectores, que mantuvieron la cordura en medio de la locura colectiva demostrando una capacidad de resistencia, una firmeza y un valor poco comunes para defender su independencia de opinión y su salud física y mental (y la de los suyos).

En segundo lugar, el aliento de unos pocos médicos y expertos en inmunología que, en privado, me dieron un apoyo importantísimo para mí, fijándose en el mensaje y no en el mensajero, es decir, en la seriedad de mis fuentes y el rigor de mi análisis. Aunque la literatura médica sea uno de mis hobbies desde hace 20 años, pasaron por alto mi falta de credenciales, lo que tiene doble mérito (por tratarse de España y por tratarse de la profesión médica).

Pero, sobre todo, recuerdo con admiración el coraje de los pocos médicos que se opusieron públicamente a La Gran Mentira y pagaron un precio por ello. A fin de cuentas, yo sólo sufrí la censura de un artículo, lo que además resultó ser providencial. En efecto, mi decisión de no publicar más en un periódico que retiraba manu militari artículos maquetados sin explicación alguna me llevó a desarrollar este blog, en el que, para mi sorpresa, el artículo censurado tuvo cerca de 400.000 lecturas. Como dice el refrán, «dando gracias por agravios negocian los hombres sabios».

Esos médicos valientes, sin embargo, pagaron un elevado precio personal y profesional por defender la verdad y ser fieles a su juramento hipocrático: fueron injustamente estigmatizados, amenazados, perseguidos y condenados al ostracismo por los medios, por los opacos y siniestros Colegios de Médicos y por algunos de sus propios colegas. A ellos quiero rendir especial homenaje con este artículo.

Veritas filia temporis.

[1] La investigación que cambia la pandemia | Cataluña
[2] Opinion | We Were Badly Misled About Covid – The New York Times
[3] Next time perhaps we shouldn’t shout down the pandemic pariahs
[4] Angela Merkel ‘covered up German intel report blaming China for Covid’
[5] Labour minister ‘rubbished’ spy chief’s secret dossier on Wuhan lab leak theory during pandemic despite Boris demanding probe… to ‘avoid offending China’ | Daily Mail Online
[6] Covid 19: We need a full open independent investigation into its origins | The BMJ
[7] FBI director says China trying to thwart Covid origin probe
[8] 12.04.2024-SSCP-FINAL-REPORT.pdf
[9] Gain-of-function and origin of Covid19 – PMC
[10] Cochrane Founder Peter Gøtzsche: Healthcare is Much More Corrupt Than People Think – The Daily Sceptic
[11] Medical royal colleges receive millions from drug and medical devices companies | The BMJ
[12] Casi 92.000 médicos españoles reciben ‘detalles’ de las farmacéuticas: uno solo se llevó 146.397 euros – Infobae
[13] Pfizer names former FDA director as chief medical officer | Reuters
[14] The Most Devastating Report So Far Brownstone Institute
[15] Frontiers | Impact of COVID-19, lockdowns and vaccination on immune responses in a HIV cohort in the Netherlands
[16] Intervenciones físicas para interrumpir o reducir la propagación de los virus respiratorios – Jefferson, T – 2023 | Cochrane Library
[17] Child mask mandates for COVID-19: a systematic review | Archives of Disease in Childhood
[18] Real world evidence of calcifediol or vitamin D prescription and mortality rate of COVID-19 in a retrospective cohort of hospitalized Andalusian patients | Scientific Reports
[19] “Effect of calcifediol treatment and best available therapy versus best available therapy on intensive care unit admission and mortality among patients hospitalized for COVID-19: A pilot randomized clinical study” – PMC
[20] Ivermectin reduces COVID-19 risk: real-time meta analysis of 105 studies (ivmmeta)
[21] Hydroxychloroquine is effective, and consistently so when provided early, for COVID-19: a systematic review – ScienceDirect
[22] Outcomes after early treatment with hydroxychloroquine and azithromycin: An analysis of a database of 30,423 COVID-19 patients – ScienceDirect
[23] Efficacy and safety of in-hospital treatment of Covid-19 infection with low-dose hydroxychloroquine and azithromycin in hospitalized patients: A retrospective controlled cohort study – ScienceDirect
[24] Past SARS-CoV-2 infection protection against re-infection: a systematic review and meta-analysis – The Lancet
[25] Age-stratified infection fatality rate of COVID-19 in the non-elderly informed from pre-vaccination national seroprevalence studies | medRxiv
[26] Great Barrington Declaration
[27] RACGP – July 2024 correspondence
[28] Behavioral and Health Outcomes of mRNA COVID-19 Vaccination: A Case-Control Study in Japanese Small and Medium-Sized Enterprises | Cureus
[29] Effectiveness of the 2023-2024 Formulation of the Coronavirus Disease 2019 mRNA Vaccine against the JN.1 Variant | medRxiv
[30] ¿Salvaron vidas las vacunas covid? – Fernando del Pino Calvo-Sotelo
[31] The discrepancy between the number of saved lives with COVID-19 vaccination and statistics of Our World Data
[32] El tabú – Fernando del Pino Calvo-Sotelo
[33] Innate immune suppression by SARS-CoV-2 mRNA vaccinations: The role of G-quadruplexes, exosomes, and MicroRNAs – ScienceDirect
[34] (PDF) A Systematic Review Of Autopsy Findings In Deaths After COVID-19 Vaccination
[35] Thousands of doctors sign petition to suspend COVID mRNA vaccines – an open letter to the GMC – Dr Aseem Malhotra
[36] Alberta’s ‘contrarian’ COVID-19 review task force releases final report | Calgary Herald
[37] Excess mortality across countries in the Western World since the COVID-19 pandemic: ‘Our World in Data’ estimates of January 2020 to December 2022 | BMJ Public Health
[38] Trust in Doctors and Hospitals Plummets Brownstone Institute
[39] Rise of vaccine distrust – why more of us are questioning jabs

https://www.fpcs.es/veritas-filia-temporis/

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