Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

martes, 25 de marzo de 2025

MONSEÑOR MARCEL LEFEBVRE: NUEVO ANIVERSARIO DE SU PARTIDA - 25 DE MARZO 1991-2025

 



---“El liberalismo es el error más grave y nocivo de los tiempos modernos”.

 

---“El liberalismo tiene su política, la política de la democracia, la política del número y es el número el que va a mandar, el pueblo que aparentemente gobierna, para así mejor avasallarlo, para mejor dominarlo y desposeerlo por medio de un estado omnipotente, un estado totalitario, un socialismo totalitario que va contra el derecho de propiedad, que poco a poco arruina el derecho de propiedad, que hace trabajar a los ciudadanos para el Estado casi una tercera parte del año. Y así, ya tenemos a los ciudadanos prácticamente esclavos del estado totalitario; ésta es la política del liberalismo, a la que llaman libertad”.

 

---“El liberalismo tiene su enseñanza y quiere que su enseñanza sea atea, laica y universal para todo el mundo. Enseñanza única”.

 

---“El liberalismo tiene su economía, dirigida por las finanzas internacionales. Según apliquen los países la moral liberal, la economía liberal, la enseñanza liberal, las leyes liberales, así intervienen las finanzas al lado del gobierno para sostenerlo, aunque tenga enormes deudas”.

 

---“La influencia de la masonería sobre el Vaticano se manifestó igualmente en el momento del concilio. Ya saben que el cardenal Bea fue a visitar a la secta de los B’nai B’rith al comienzo del concilio para preguntarles si tenían que expresar un deseo acerca del Concilio Vaticano II. Los masones dijeron que sí, que pedían que el Vaticano reconociese la libertad religiosa. El cardenal Bea dijo: está bien, se les complacerá y prometió que habría el reconocimiento de la libertad religiosa. Después, el cardenal Bea fue condecorado por esta secta de masones con la medalla de la libertad religiosa. Igualmente el cardenal Willebrand se dirigió también al Consejo Ecuménico de las Iglesias, en Ginebra, para preguntar qué es lo que deseaban del CVII. Los masones de este consejo, pues está dirigido por masones, dijeron: pedimos la libertad religiosa. Y la libertad religiosa se obtuvo”.

 

---“El ecumenismo es el final del espíritu misionero de la Iglesia, y esto es excesivamente grave y contrario a la misión de la Iglesia. La Iglesia es esencialmente misionera. Euntes. Id, enseñad, euntes, ite docete. Evidentemente el cambio es radical, espantoso, y no es extraño que ya no haya vocaciones misioneras. No es extraño que ya no haya vocaciones sacerdotales”.

 

---“Con el liberalismo religioso, no hay más mártires ni misioneros, sino liquidadores de la religión, reunidos alrededor de la pipa de una paz puramente verbal. Lejos de nosotros ese liberalismo sepulturero de la Iglesia católica. Siguiendo a Nuestro Señor llevemos el estandarte de la Cruz, único signo y única fuente de salvación”. 

 

---“Muchos de los que nos han abandonado para unirse a Roma (conciliar) no comprendieron justamente lo que es el liberalismo y cómo las autoridades romanas, desde el Concilio Vaticano II, están infestadas de estos errores. Si lo hubieran comprendido, hubieran huido, la hubieran evitado, se hubieran quedado con nosotros. Pero ellos no quieren creer en estos errores ¡Es grave! Porque al acercarse a estas autoridades, uno se contamina forzosamente.

Estas autoridades están imbuidas (…) de los principios del liberalismo: necesariamente, ellas actúan de conformidad con su manera de pensar. Por consiguiente, cuando ellas comienzan a tener relaciones con nosotros, ellas imponen estas ideas, puesto que son las autoridades. Son las autoridades, nosotros somos los inferiores, entonces ellas nos impondrán sus ideas. Mientras ellas no se deshagan de estos errores, del liberalismo y del modernismo, no habrá medio de entenderse con ellas”.

 

---“Apostar por un acuerdo con el papa es una ilusión. El papa nos concederá en el plano disciplinario y litúrgico todo lo que nosotros queramos, pero con la condición de admitir sus ideas modernistas sobre la libertad religiosa y el ecumenismo, es decir de nuestra fe católica. Ninguna esperanza hay que ver de ese lado. ¡Roma está ocupada por el modernismo y el liberalismo!

Cualesquiera sean los privilegios canónicos que ellos puedan dar, su aceptación significa para ellos comunión con la Santa Sede, con el papa y con el Concilio, por lo tanto una aceptación implícita de todo ese modernismo que nosotros combatimos siguiendo a San Pío X y a todos los papas anteriores al Concilio. Ellos quieren neutralizar la Tradición, que ella no sea más un obstáculo para sus empresas ecumenistas y para la Revolución en la Iglesia”

No tengáis punto de contacto con aquel que está encargado de destruir la Tradición”.

 

---“Los modernistas romanos son bandidos, revolucionarios bajo pieles de ovejas. Ellos no tienen ningún espíritu sobrenatural. Es sobre esto que nosotros debemos llevar nuestro esfuerzo: reaprender a vivir de la fe como los apóstoles, los mártires, los Padres de la Iglesia y Santo Tomás de Aquino, que ha logrado el tour de force de servirse de todas las ciencias para la reina de las ciencias; la teología que se obra en el Cielo por la gracia del Espíritu Santo. La Suma es el gran catecismo de Santo Tomás de Aquino y el de la Iglesia más aún que el de Trento. Yo intento explicar esto a los seminaristas para que ellos tengan la preocupación de vivir del mejor catecismo que existe y que se les enseña. Es muy importante que en nuestros seminarios guardemos una línea segura y aprobada por la Iglesia, aquella de Santo Tomás, que nos debe dar principios de pastoral que den a los fieles la verdadera espiritualidad alejándolos del jansenismo y del carismatismo. La moral que se limita a los mandamientos es descartable. La moral de la gracia, de las virtudes, de los dones del Espíritu Santo, que no olvida los mandamientos, esa que preconiza Santo Tomás es más conforme al espíritu de Nuestro Señor, del Evangelio, y aún más urgente para las almas fervientes. Es el tiempo de volver la fe católica entusiasmante, generosa, misionera, como lo fue para los primeros cristianos”.

 

---“Desearía concluir haciendo referencia a esta frase: Potius mori quam foedari. Antes morir que traicionar, en mi país ésta es la divisa de Bretaña Potius mori quam foedariPreferimos morir antes que traicionar nuestra vocación, que traicionar a Nuestro Señor Jesucristo. Queremos ser fieles a nuestras promesas bautismales y renunciar a Satanás y entregarnos a Jesucristo para siempre. Esto es lo que quería decirles y todo ello sin rencor para con los que no comparten nuestros pensamientos, nuestras ideas. Y aún diría más, no tengo ideas personales… Yo tengo solamente las ideas de la Iglesia. Yo digo siempre a mis seminaristas: No digáis “yo soy discípulo de Monseñor Lefebvre”. ¡No, no, no! Soy discípulo de la Iglesia, de veinte siglos de Iglesia. El periodista que me interrogaba hace poco me decía: “Pero Monseñor, usted está solo, está aislado, ¿cómo puede tener la pretensión de poseer la verdad?” Yo no estoy solo, tengo veinte siglos de Iglesia conmigo. No he hecho más que continuar lo que la Iglesia ha hecho. No es Monseñor Lefebvre, sino una voz episcopal, soy el eco de miles, de millones y de millones de obispos, de fieles de todos los siglos de la Iglesia pasada, justamente para continuar la Iglesia. Son ellos los que abandonan la fe de la Iglesia, son ellos los que traicionan a la Iglesia, los que abandonan la verdadera fe. Es evidente.

Voy a terminar como en mi libro sobre los católicos perplejos que va a aparecer pronto en español: Desearía que al fin de mi vida, cuando yo también sea juzgado por Nuestro Señor Jesucristo por todo cuanto he hecho, que Nuestro Señor no me diga: “has empleado tu sacerdocio y tu episcopado en destruir la Iglesia, sino por el contrario, que pueda tener la satisfacción de oírle decir que he pasado mi vida construyendo la Iglesia en lugar de destruirla.  Muchas gracias”.

 

 


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