Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

viernes, 6 de junio de 2025

LA GUERRA DE LA OTAN CONTRA RUSIA EN UCRANIA Y OTROS ESCENARIOS DE LA GEOPOLÍTICA MUNDIAL - 03/06/2025

 



Por LUIS ALVAREZ PRIMO

 

      Las delegaciones rusa y ucraniana se reunieron el lunes 2 de junio 2025 en Estambul para realizar una segunda ronda de negociaciones que duró poco más que una hora. Se intercambiaron memorándums de condiciones para la paz. Rusia exigiendo lo ya conocido: la neutralidad de Ucrania, la desmilitarización y desnazificación del régimen de Zelensky, el reconocimiento de las 4 regiones de raigambre rusa recuperadas, el respeto a la identidad cultural de la población rusa en Ucrania y la realización de elecciones que legitimen a un nuevo gobierno en Ucrania. La delegación de Ucrania presentó una lista de 22 puntos, delirantes en tanto que niegan la realidad de su derrota, el primero de todos, por ejemplo, un cese del fuego durante treinta días, que servirían a la OTAN para rearmar a las Fuerzas Armadas de Ucrania, hoy ya al borde del colapso. Rusia ofreció la repatriación de 6.000 cadáveres congelados de soldados ucranianos y un cese del fuego de dos o tres días para recoger y entregar a Zelensky cientos de soldados ucranianos muertos, en estado de descomposición en el campo de batalla, para que tengan digna sepultura por parte de sus deudos en Ucrania. También, nuevamente, se intercambiarían prisioneros y heridos (muchos ucranianos a cambio de unos pocos rusos).

    La distinción y elegancia de los diplomáticos rusos liderados por el asesor del Kremlin, Vladimir Medinski, mostraba un inocultable contraste con los ucranianos, algunos vestidos de fajina militar o una camisola negra en el caso de Rustem Umérov, de origen tártaro o, más bien, presumiblemente jázaro, a juzgar por su prominente nariz aguileña.

 A poco de terminar la reunión en Estambul se conoció el sofisticado ataque militar ucraniano con cientos de drones en el interior profundo de Rusia: sólo tuvo éxito en Murmansk y en Irkutsk, dos de las cuatro bases de aviones estratégicos (es decir, con capacidad para transportar cargas nucleares) atacadas. El golpe militar de marras, preparado aparentemente durante más de un año con los agentes de la OTAN (MI6/CIA), destruyó 10 aviones Tupolev. No cuarenta como declararon los ucranianos en su afán de asestar un golpe propagandístico que les permita conseguir nuevos fondos y pertrechos militares de los belicistas estadounidenses y de la Unión Europea. Trump, aunque disimuladamente, dio a entender que estuvo al tanto del operativo, tal como Biden en su momento, quien, no pudiendo con su incontinencia verbal, anticipó el ataque al gasoducto North Stream II.  Trump, el pacificador con aspiraciones al premio Nobel de la Paz, para desilusión de muchos, ha sido cooptado por los belicistas de la calaña del criminal senador Lindsey Graham, quienes buscan continuar la guerra con Rusia sacrificando “hasta el último ucraniano”. Así, el coronel MacGregor ha dicho que, a esta altura de su gestión de gobierno, Donald J. Trump se ha vuelto “irrelevante”. Los diplomáticos rusos, y el mismo Putin parece que quisieran rescatarlo para un proceso de negociación y entendimiento. No obstante, el ejército de la Federación de Rusia acelera su avance de estación seca hacia la importante ciudad de Sumy, siguiendo su implacable estrategia de guerra de desgaste (attrition war).

    El gobierno de Putin, prolijo y puntilloso, actuando siempre conforme a derecho, nunca ataca objetivos civiles ucranianos, lo cual marca otro serio contraste con las fuerzas militares del cocainómano Zelensky y sus compinches de la OTAN, quienes no cejan en sus ataques terroristas a objetivos civiles rusos: por ejemplo, a pocas horas de comenzar la negociación en Estambul, dinamitaron un puente en Bryansk, lo que provocó el descarrilamiento de un convoy ferroviario, causando 7 muertos y 113 heridos civiles.

     Según la nueva doctrina nuclear rusa, el ataque de la OTAN a las bases estratégicas rusas, habilita al gobierno ruso a una respuesta nuclear, pero Rusia no entrará en ese juego, aunque, en efecto, replicará duramente y avanzará en la consecución de sus objetivos. Mientras tanto, la OTAN y Zelensky en su desesperación continúan con sus ataques terroristas: hoy infructuosamente, por tercera vez, contra el puente de Crimea.

    El colectivo occidental angloestadounidense en particular, y el europeo en general, está dominado por la hybris, la desmesura, la sinrazón, el frenesí del dinero, del poder y del placer. La decadencia cultural y social de sus incultas clases dirigentes occidentales, infectadas por el virus secularizante del liberalismo judeomasónico, les ha comido el cerebro y el corazón. Ya nada saben ni quieren saber sobre la belleza del logos de la ley moral. Todo en ellos es hipocresía, vulgaridad, y violencia totalitaria. Contrariamente, Rusia renace y se manifiesta como un faro: de la mano de Vladimir Putin, el estadista más importante de nuestro tiempo, muestra un contraste que devuelve la esperanza cristiana. No será la “civitas caelestis” pero pareciera aspirar a serlo: el respeto por el orden natural y sobrenatural se puede apreciar aún en los actos protocolares más sencillos. Hace unos días la viuda de Shinzo Abe, el distinguido primer ministro japonés asesinado vilmente hace unos años, fue recibida con una calidez y, me atrevería a decir, con una caridad pocas veces vista. Akie, típica mujer japonesa educada, aunque visiblemente emocionada, pudo contener sus lágrimas. El automóvil del presidente Putin estuvo al servicio de la visitante para llevarla entre otros lugares al Teatro Bolshoi.

  

“ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”

  “ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”           Por FLAVIO MATEOS   El Padre Nicholas Gruner, tenaz apóstol hasta su muerte del mensaje ...