“Jesús
quiere instaurar en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. A quien
abrace esta devoción, le prometo la salvación. Estas almas serán queridas
por Dios como flores puestas por Mí para adornar su trono”.
Nuestra
Señora del Rosario de Fátima
El
13 de junio de 1917.