Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

sábado, 16 de agosto de 2025

"EXPLICACIÓN DE LA SANTA MISA: MARÍA AL PIE DE LA CRUZ"

 

DOMINUS JESUS O LA “ORTODOXIA” DE LA IGLESIA CONCILIAR

 



A propósito de los festejos de algunos por el 25 aniversario de esta desdichada declaración.

 

Editorial de Le Sel de la terre N° 35, Invierno 2000-2001

 

Dominus Jesus y los elementos de Iglesia

 

En la declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe Dominus Jesus, del 6 de agosto de 2000, leemos lo siguiente:

Por la expresión subsistit in, el Concilio Vaticano II quiso proclamar dos afirmaciones doctrinales: por una parte, que a pesar de las divisiones entre cristianos, la Iglesia de Cristo continúa existiendo en plenitud en la sola Iglesia católica; por otra parte, «que numerosos elementos de santificación y de verdad subsisten fuera de sus estructuras [1]», es decir, en las Iglesias y comunidades eclesiales que no están todavía en plena comunión con la Iglesia católica (56).

El texto hace referencia a una nota (56) que es la siguiente:

Contraria al significado auténtico del texto conciliar es, pues, la interpretación que saca de la fórmula subsistit in la tesis de que la única Iglesia de Cristo podría también subsistir en Iglesias y comunidades eclesiales no católicas. «El Concilio había, por el contrario, escogido la palabra subsistit precisamente para poner de relieve que existe una sola “subsistencia” de la verdadera Iglesia, mientras que, fuera de su conjunto visible, existen solamente elementa ecclesiae que – siendo elementos de la misma Iglesia – tienden y conducen hacia la Iglesia católica.» (A propósito del libro Iglesia: carisma y poder, del padre Leonardo Boff. Notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe: AAS 77 [1985] 756-762.)

Estos textos no constituyen una enseñanza nueva. Es incluso el nudo de la herejía conciliar sobre el ecumenismo [2].

Existen ciertamente en las comunidades cristianas separadas de la Iglesia católica vestigios de la Iglesia católica: por ejemplo, los protestantes han conservado la Sagrada Escritura (a menudo más o menos alterada), los cismáticos orientales (falsamente llamados «ortodoxos») han conservado los sacramentos, etc.

La primera operación de la «nueva teología» consistió en cambiar el vocabulario. Se intercambió la palabra «vestigios» tradicionalmente utilizada para designar estas realidades, pero considerada demasiado negativa porque hace pensar en «ruinas», por la expresión «elementos de la Iglesia [3]».

Este cambio de vocabulario no es inocente. La palabra «vestigio» expresaba una verdad importante, a saber, que la realidad robada a la Iglesia católica por la comunidad cristiana deja de ser una realidad viva, se convierte en una «ruina».
Es verdad que la Sagrada Escritura, leída en el sentido que conoce la Iglesia católica, es santificante; es verdad que los sacramentos recibidos en comunión con la Iglesia católica nos justifican, pero ya no es lo mismo cuando estas realidades están incluidas en una falsa religión.

Por ejemplo, un bautismo recibido de un ministro protestante, suponiendo que sea válido, es de por sí un signo de que se acepta la herejía protestante. La participación activa en cualquier ceremonia religiosa de una comunidad herética o cismática es de por sí una marca de pertenencia a la herejía y al cisma: «La asistencia activa en las acciones litúrgicas comporta de por sí una cierta profesión de fe [4].»

RESEÑA DE JOHANNES DÖRMANN, COMENTARIO A LA DECLARACIÓN DOMINUS JESUS

 


Por Fr. PIERRE-MARIE DE KERGORLAY O.P.

Le Sel de la terre N° 41, verano de 2002.

 

+ Dominus Jesus o cómo unir a Cristo y Belial

 

El profesor Johannes Dörmann, de quien ya hemos reseñado varias obras en Le Sel de la terre, hizo un comentario a la declaración Dominus Jesus publicado en el mensual católico alemán Theologisches Katholische Monatsschrift de noviembre-diciembre de 2000 [1].

Habiendo algunos pensado que esta declaración era el inicio de un retorno de Roma a la Tradición [2], nos parece útil dar aquí un resumen de dicho comentario.

La declaración Dominus Jesus aparece como un golpe de freno (muy en la lógica modernista [3]) contra ciertos errores que son consecuencia de la política ecuménica de la Iglesia conciliar. Sin embargo, la declaración guarda completo silencio sobre el papel de Roma en esta política (especialmente a través de los encuentros interreligiosos de Asís y otros lugares).

Después de recordar en su introducción las verdades centrales de la fe católica, Dominus Jesus continúa con una página de «sabor» modernista, de la cual damos aquí el pasaje principal:

Considerando de manera abierta y positiva [4] los valores de los que dan testimonio estas tradiciones y que ofrecen a la humanidad, la Declaración conciliar sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas afirma: «La Iglesia católica no rechaza nada de lo que hay de verdadero y santo en estas religiones. Considera con sincero respeto estas maneras de obrar y de vivir, estas reglas y estas doctrinas que, aunque difieren en muchos puntos de lo que ella misma mantiene y propone, sin embargo aportan con frecuencia un rayo de la Verdad que ilumina a todos los hombres [5]». Continuando en la misma dirección, la tarea eclesial de anunciar a Jesucristo, «camino, verdad y vida» (cf. Jn 14, 6), sigue tomando hoy la vía del diálogo interreligioso, que ciertamente no reemplaza la missio ad gentes, sino que más bien la acompaña, a causa de este «misterio de unidad» del que «se sigue que todos aquellos y aquellas que son salvados participan, aunque de manera diversa, del mismo misterio de salvación en Jesucristo por su Espíritu [6]». Este diálogo, que forma parte de la misión evangelizadora de la Iglesia [7], comporta una actitud de comprensión y una relación de conocimiento recíproco y de enriquecimiento mutuo, en la obediencia a la verdad y el respeto de la libertad [8].

Así, la declaración nos explica que de ahora en adelante el diálogo interreligioso (doctrina conciliar) deberá acompañar a la misión (doctrina católica). Y todo el resto del texto estará en este tono: se explicará la doctrina católica (más o menos), y luego se añadirá un párrafo para decir que esta doctrina debe completarse con la nueva doctrina (conciliar). No se toma en cuenta el hecho de que una está inspirada por Cristo y la otra por Belial.

Y para justificar este monstruoso acoplamiento, se invoca el «misterio de unidad» gracias al cual todos los que son salvados (y el resto de la declaración puede hacer pensar que se trata de todos los hombres sin excepción) están asociados al misterio de salvación, es decir, que incluso los que están fuera de la Iglesia pueden salvarse.

LAS “SEMILLAS DEL VERBO”

 


 Editorial Le Sel de la terre N° 38, Otoño 2001.

 

Las “semillas del Verbo”

 

En su primera encíclica, Redemptor hominis, el papa Juan Pablo II se expresaba así:

Con razón, los Padres de la Iglesia veían en las diversas religiones como otros tantos reflejos de una única verdad, como “semillas del Verbo” [1] que testimonian que la aspiración más profunda del espíritu humano está orientada, a pesar de la diversidad de caminos, hacia una dirección única, expresándose en la búsqueda de Dios y, al mismo tiempo, por medio de la tensión hacia Dios, en la búsqueda de la dimensión total de la humanidad, es decir, del sentido pleno de la vida humana [2].

Esta frase es un intento de justificar el diálogo interreligioso: unas “semillas del Verbo” estarían contenidas en las diversas religiones, y las convertirían en “reflejos de una única verdad”.

El papa pretende apoyarse en los Padres de la Iglesia. Y, en nota, se refiere a san Justino y a Clemente de Alejandría.

En realidad, Clemente no es un Padre de la Iglesia en sentido estricto. Para serlo, se requiere, entre otras cosas, la ortodoxia de la doctrina y la santidad de vida [3]. Ahora bien, nos dice el padre Cayré:

[La obra de Clemente] no está, sin embargo, exenta de todo reproche: a) su mística era un poco idealista; en los últimos Stromatas, hizo a veces descripciones hiperbólicas del estado de los perfectos (ausencia de pasiones, contemplación perpetua); insistió más de la cuenta sobre el sacerdocio (metafórico) del gnóstico; b) en su ascesis misma, que es verdaderamente cristiana por el lugar que en ella ocupa Cristo como revelador y como maestro, descuida quizá un poco el papel del sufrimiento y de la oración (esta última es señalada sobre todo al final, en el gnóstico), mientras exalta en exceso el de la filosofía; c) por último, practica cierto esoterismo, tomando algunas doctrinas de tradiciones secretas, más bien que de los órganos oficiales de la fe [4].

Además, la Iglesia romana ha rehusado inscribirlo (como santo) en su martirologio:

Por consejo de Baronio, Clemente no fue admitido en el martirologio romano revisado por Clemente VIII, y Benedicto XIV mantuvo esta decisión, sin zanjar absolutamente la cuestión de doctrina y de virtud, […] por razones de oportunidad, que son las siguientes: su vida demasiado poco conocida, ninguna huella de culto público rendido en la Iglesia, doctrina por lo menos dudosa y sospechada por diversos historiadores o teólogos [5].

Pero hay algo más grave: cuando se van a verificar los textos de san Justino y de Clemente, se ve que no dicen en absoluto lo mismo que el papa.

San Justino no habla de las “diversas religiones”, sino que habla de los filósofos y de los poetas. Y esa “semilla” que está difundida por todas partes es la de la razón, no la de una revelación sobrenatural.

San Justino distingue incluso muy claramente el “germen” plantado en todo hombre (la razón), de la participación en el Verbo que se da por la gracia. Citemos su segunda Apología, a la que se refiere Juan Pablo II:

13, 2: Cristiano, reconozco que lo soy. […] No que la doctrina de Platón sea ajena a la de Cristo, pero no le es absolutamente idéntica, como tampoco la de los otros, estoicos, o poetas y prosistas. 3. Pues cada uno de ellos ha visto, parcialmente, de lo que ha recibido del Verbo divino difundido [spermatikou, literalmente: difundido como una semilla] en el mundo, aquello que le es afín, y de ello ha hablado bien; pero aquellos que se han contradicho a sí mismos en puntos más importantes muestran con evidencia que no poseen la ciencia infalible y el conocimiento irrefutable. 4. Lo que todos ellos han enseñado de bueno nos pertenece, pues, a nosotros, los cristianos, porque, después de Dios, adoramos y amamos al Verbo nacido del Dios inengendrado e inefable, ya que incluso se hizo hombre por nosotros, a fin de venir a participar en nuestras miserias para curarnos de ellas. 5. De hecho, todos los escritores podían, de manera indistinta, ver la realidad gracias al germen del Verbo que ha sido plantado en ellos. 6. Pero una cosa es un germen (sperma) y una semejanza dados a los hombres en proporción a sus facultades, y otra cosa es el objeto mismo cuya participación e imitación les es concedida en proporción a la gracia de la que es fuente [6].

En cuanto a Clemente de Alejandría, él habla también no de las “diversas religiones”, sino de los filósofos (y aún así, no de cualquier filósofo, sino solamente de Platón y Aristóteles) y de los poetas que han tenido “algunas teorías justas”. Da como ejemplo a Arato, poeta griego citado por san Pablo en su discurso en el Areópago (Hch 17, 22-28). “De donde resulta claramente que, utilizando ejemplos poéticos tomados de los Fenómenos de Arato [7], [san Pablo] aprueba lo que los griegos han dicho de bueno [8].”

Este intento de Juan Pablo II de querer apoyar su “extraña teología” en “los Padres de la Iglesia” es, por tanto, vano. Los Padres de la Iglesia siempre han considerado, junto con el Espíritu Santo, que los dioses de los paganos eran demonios [9]. Nunca han dicho que las religiones paganas eran “reflejos de una única verdad”. Para ellos, esas religiones eran simplemente falsas, y había que apartarse de ellas para hacerse cristiano.

Si en el mundo pagano había algunas “piedras de espera” de la verdadera religión, era debido al “milagro griego”, es decir, al trabajo de esos filósofos que, con la ayuda de la razón natural, habían logrado reencontrar una parte de las verdades que el hombre puede saber sobre Dios sin la revelación [10].

DOCE RAZONES POR LAS QUE NO ES PREFERIBLE EL NOVUS ORDO

 



Réplica al P. Longenecker

 

 

Por PETER KWASNIEWSKI

08/01/2019

 

El P. Longenecker es autor de varios libros excelentes. Hace años me gustó mucho y me resultó muy provechoso su libro sobre San Benito y Santa Teresita del Niño Jesús, y el estudio que publicó hace poco sobre la veracidad histórica de los Reyes Magos es muy interesante.

Pero parece que en lo que se refiere a liturgia no da la talla. Cada una de las afirmaciones que expresa en su artículo Twelve Things I Like About the Novus Ordo Mass (doce cosas que me gustan de la Misa Novus Ordo) puede refutarse y ha sido refutada en los abundantes trabajos publicados sobre el tema, de los que no parece tener ni idea. En realidad, el artículo denota un conocimiento mínimo de la historia, proceso y contenido de la reforma litúrgica (que, por ejemplo, está bien documentado en esta biografía de Anibale Bugnini) y de la riqueza que, en contraste, posee la liturgia tradicional.

Examinemos una por una las doce afirmaciones del P. Longenecker, que hemos destacado en negrita:

1. Es accesible. Cuando la liturgia está en la lengua vernácula la entiende mejor el pueblo. ¿Qué puede haber de malo en ello?

Es característico del racionalismo que informa el movimiento litúrgico (basado en sus precursores de la Ilustración) dar prioridad a que se entiendan las palabras por encima de un entendimiento más sintético y cabal del misterio de la Fe, que convoca a todos los sentidos y apela tanto al corazón como al intelecto. El empleo del latín, además de ser ni más ni menos lo que ha tenido la Iglesia durante más de 1500 años, genera un ambiente sobrenatural y sagrado que invita a la meditación y la adoración.

No sólo eso. Aspirar a que se entendiera más fácilmente llevó a los reformadores a bajar el nivel y simplificar buena parte del contenido de la Misa para que no fuera tan difícil. ¿Cuál es el elevado precio que hemos tenido que pagar por la perogrullesca accesibilidad  del Novus Ordo? La superficialidad y el aburrimiento. Está tan alcance que no se puede agarrar, como diría P.G. Wodehouse. Por eso hay un nuevo género de libros de autoayuda para no aburrirse en Misa y existen movimientos juveniles para animar el Novus Ordo. Esto contrasta con la Misa Tradicional en latín, que es elevada y sublime, y proporciona al feligrés desafíos a la altura de su dignidad racional y destino sobrenatural, y le descubren todo un panorama de descubrimientos en las oraciones y gestos de siempre.

Por último, nadie que sepa leer es incapaz de usar un misal diario en el que puede encontrar la traducción de todas las antífonas, oraciones y lecturas; eso sí, sin ningún intento oficial de traducir los intraducibles textos latinos antiguos, evitando así las interminables polémicas sobre qué estilo y registro de la lengua vernácula conviene emplear en la liturgia. Las oraciones principales de la Misa son fijas y se repiten semana tras semana, por lo que no es difícil seguirlas, como se puede observar en los niños de ambos sexos que asisten a la Misa tradicional en latín.

2. Es flexible. Debemos honrar el latín como lengua de la Iglesia, y es bastante fácil integrar un poco de latín, o mucho, en la Misa Novus Ordo. Es igualmente flexible en lo musical. No hace falta que cualquiera salga y se ponga a cantar, ni tocar rock ligero. Aprendan canto gregoriano y polifonía. Se adapta bien.

La idea de que la liturgia es cuestión de gustos y se puede escoger entre diversas opciones es ajena al desarrollo histórico de la liturgia cristiana en Oriente y en Occidente, el cual ha tendido siempre a un carácter más definido, coherente y estable de los textos, cantos y ceremonias litúrgicos. La liturgia es una representación ritual en el que los actores pierden su individualidad y se convierten en personajes aptos para los misterios representados. No se debe ver al sacerdote como alguien que preside y da color a la escena, sino como el guardián de un tesoro que ha recibido y presenta humildemente a los fieles. A éstos, a su vez, les resulta más fácil rezar cuando la liturgia es fija y pueden participar siempre de la misma rutina sagrada. Esta cualidad intrínseca de la buena liturgia brilla intencionalmente por su ausencia en el Novus Ordo.

NOTAS SOBRE LA GUERRA DE LA OTAN CONTRA RUSIA EN UCRANIA Y OTROS ESCENARIOS DE LA GEOPOLÍTICA MUNDIAL – 14 DE AGOSTO DE 2025

 


Por LUIS ALVAREZ PRIMO

 

Luego de un involuntario interregno retomo estas notas.

“Moto in fine velocior” (el movimiento se acelera al final), este dicho latino de raigambre aristotélica, remite por extensión, al hecho de que los acontecimientos se suceden más rápido al final de un proceso histórico. 

El comienzo más próximo del inicuo proceso de desestabilización política promovido por los EE.UU. y los 32 países de la OTAN en Ucrania, podríamos ubicarlo en las jornadas del llamado Euromaidan, la ola de manifestaciones contra el gobierno ucraniano de Viktor Yanukovich en noviembre del 2013, cuando este se negó a firmar un acuerdo de unión entre Ucrania y la Unión Europea- Euroatom (la Comunidad de energía atómica europea). Tras una guerra civil que costó la vida a miles de rusos en la región ucraniana del Donbás, el conflicto desembocó, luego de infructuosos esfuerzos rusos por alcanzar una solución diplomática, en la Operación Militar Especial lanzada por Vladimir Putin el 24 de febrero de 2022 ante lo que consideraba una amenaza existencial para la Federación de Rusia.

La trágica guerra en Ucrania, que ha durado ya más de tres años, parece estar llegando a su fin—sea por la victoria militar o un acuerdo diplomático-político realista. Quienes la promovieron – los judíos neoconservadores de los EE.UU. y los globalistas de la OTAN-- han sido derrotados en todos los frentes: militar, político, económico y diplomático, por la estrategia de desgaste que les impuso y sostuvo admirablemente la Federación de Rusia y su líder Vladimir Putin. La hegemonía global del decadente y corrompido imperio judeo-masónico anglo estadounidense ha cedido a una nueva realidad geopolítica y cultural en ascenso: el multipolarismo anticolonialista fundado en la cooperación internacional, el respeto, la búsqueda de la paz y el desarrollo, representado por los BRICS+ que lideran Rusia, China, India y Brasil.

La reunión entre Putin y Trump en Anchorage, Alaska, mañana viernes 15 de agosto, fiesta de la Asunción de María, a las 11.30, inaugura una real perspectiva hacia la paz en Ucrania, en la medida en que predomine la sensatez y el realismo por parte de Trump y el gobierno que representa.  El desafío y la misión que Putin ha asumido, propio de un extraordinario estadista como él, es delicado y no carente de riesgos. Que Dios y la Virgen lo protejan y lo bendigan.

El genocidio del pueblo palestino en Gaza por parte del criminal y sanguinario gobierno sionista de Benjamín Netanyahu, acabada expresión del espíritu revolucionario judío, continúa desaforado y enceguecido en su afán de ocupar Gaza y exterminar a los palestinos, para  luego continuar su expansión en Medio Oriente atacando a Irán nuevamente, con el apoyo del hipócrita gobierno estadounidense de Donald Trump, cuya base electoral se erosiona día a día a medida que los norteamericanos abren los ojos sobre su situación de oneroso y humillante vasallaje ante el sionismo judío.

LA PRIORIDAD EN LAS BATALLAS

 


Por RAFAEL GAMBRA

 

Tanto la vida de los hombres como la de los pueblos experimentan a veces momentos de plenitud y de victoria en los que parece que todo les es concedido, y a veces también grandes derrotas y retrocesos históricos que los reducen a sus mínimas posiciones y les obligan a recomenzar desde cero su vida.

Pensemos entre los primeros, y referido a nuestra patria, aquel año estelar de 1492 en que nuestros mayores alcanzan definitiva victoria sobre el infiel en la vega de Granada, y en que, como de propina, reciben con el gran descubrimiento las llaves de todo un mundo nuevo. Entre los segundos —los retrocesos catastróficos— recordemos aquel aciago 711 en que se consumó en una sola batalla "la pérdida general de la España". La aristocracia visigótica que en el año 710 se consideraba definitivamente asentada en una gran nación dotada ya de unidad religiosa, se ve de pronto fugitiva en las montañas asturianas para iniciar, con pequeñas escaramuzas, una reconquista que duraría casi ocho siglos.

Otro tanto acontece en la vida de los individuos. Hombres que, por ejemplo, han sido capaces de escalar las más altas montañas se ven de pronto incapaces de remontar la escalera de su casa. Unos y otros sin embargo —individuos y pueblos— han de reaccionar y afrontar su suerte histórica por precaria que sea la situación a que se han visto reducidos. Con la diferencia de que en el individuo la lucha contra la caducidad es, en un cierto plazo, causa perdida, al paso que los pueblos y civilizaciones pueden conocer renacimientos y nuevos días de esplendor.

CUANDO 6.000 SACERDOTES ESPAÑOLES SE NEGARON A CELEBRAR LA NUEVA MISA

 


El siguiente artículo apareció en el n.º 140 de la revista Itinéraires[1], en febrero de 1970, pocas semanas después de que la celebración de la nueva misa se hiciera obligatoria, el 1.º de diciembre de 1969. El título del artículo, el prólogo y la conclusión son de la redacción de Itinéraires. Las notas al pie son de La Porte Latine.

 

Prólogo

 

La Asociación Sacerdotal Española de San Antonio María Claret cuenta con 6. 000 sacerdotes y religiosos.

Ha dado al mundo católico un ejemplo de fidelidad sacerdotal y de intrepidez en el deber al dar a conocer a la Santa Sede la imposibilidad moral, intelectual y espiritual en la que se encuentran sus miembros para celebrar el santo sacrificio según el nuevo Ordo Missae.

Estamos autorizados por su presidente, el abad José Bachs, y su secretario, el abad José Mariné, a reproducir las dos cartas que, el 11 de diciembre, enviaron a Pablo VI y a Mons. Bugnini[2].

 

Carta a Pablo VI

 

Santísimo Padre,

Con profundo dolor le adjuntamos fotocopia de la carta que nuestra Asociación acaba de dirigir al Secretario de la Sagrada Congregación para el Culto Divino, y que deseamos llevar personalmente al conocimiento de Vuestra Santidad.

La cuestión del nuevo Ordo comienza a ser una cuestión de conciencia de la máxima gravedad para millones de católicos, sacerdotes y laicos. No hablaremos de las razones doctrinales católicas; no sabríamos exponerlas mejor que el documento Breve Examen Crítico del Novus Ordo Missae[3], que Vuestra Santidad ha recibido recientemente acompañado de una carta firmada por los cardenales Ottaviani y Bacci, y que sería necesario refutar punto por punto según la doctrina del Concilio de Trento, si se quisiera probar la ortodoxia del Novus Ordo.

No hablaremos de ello, pero sí hablaremos de las razones protestantes. El Sr. Max Thurian afirma en La Croix del 30 de mayo de 1969 que con el nuevo Ordo «comunidades no católicas podrán celebrar la Santa Cena con las mismas oraciones que la Iglesia católica. Teológicamente, es posible». Si, pues, esta celebración por parte de un protestante es teológicamente posible, es que el nuevo Ordo ya no expresa ningún dogma con el cual los protestantes estén en desacuerdo. Ahora bien, el primero de estos dogmas es el de la Presencia Real, esencia y centro de la Misa de San Pío V. ¿Podría un pastor protestante celebrar el nuevo Ordo, si debiera hacer la consagración con la intención con la que lo hace la Iglesia católica? Lex orandi, lex credendi[4]: la liturgia es la expresión más alta de nuestra fe. ¿A dónde iremos si, en el mejor de los casos, la Misa silencia las verdades católicas?

NOTAS SOBRE LA GUERRA DE LA OTAN CONTRA RUSIA EN UCRANIA Y OTROS ESCENARIOS DE LA GEOPOLÍTICA MUNDIAL – 31 DE JULIO DE 2025

 


Por LUIS ALVAREZ PRIMO

 

Parte I

La historia sigue su curso más allá de la voluntad caprichosa de los hombres que eligen desconocer que es Dios quien la ordena en su desarrollo, sirviéndose de sus decisiones particulares. 

Vivimos un momento histórico en que pareciéramos estar necesitados más que nunca de la filosofía de la historia y, todavía más, de la teología de la historia. E. Michael Jones, el genial polímata estadounidense, nos regaló en el 2020 un libro fascinante que vino a dar respuesta a esa necesidad: “La Epifanía del Logos. Historia de la realidad última”. Tuve el gusto y el honor de traducirlo y la primera edición está prácticamente agotada. El libro se divide en dos partes: I. Historia del logos y II. El logos de la historia. Todos tenemos necesidad de ver y comprender qué está pasando en el mundo y hacia dónde se encaminan los acontecimientos en desarrollo.

En estas notas he tratado de registrar los hechos de la geopolítica mundial e interpretarlos, situándolos en primer lugar, en el contexto de los dos grandes campos de la gran historia agustiniana: las dos ciudades que dos amores hicieron: el amor propio hasta el desprecio de Dios, la Ciudad Terrena o Civitas diaboli; y el amor de Dios hasta el olvido de sí, la Ciudad Celeste.

La Federación de Rusia, bajo el lúcido liderazgo de Vladimir Vladimirovich Putin continúa implacable su avance militar en Ucrania mientras Zelensky y la OTAN se niegan a reconocer la realidad de su derrota e imponen más muertes y destrucción al pueblo ucraniano. Siguiendo su acertada estrategia de desgaste (attrition war) Putin no sólo ha causado una catastrófica derrota al régimen de Zelenski sino, más importante aún, a la propia OTAN y a los Estados Unidos, quienes, llevados por su hybris imperialista, provocaron la terrible tragedia de esta guerra.

La ofensiva rusa continúa demoledora y sistemáticamente. El desarrollo de la tecnología militar rusa es tan admirable y sin comparación como el heroísmo patriótico de sus soldados. Los patrones del degenerado régimen de Kiev están desesperados ante el desastre político-militar y el vaciamiento de sus propios recursos militares y financieros, pero no ceden porque, más tarde o más temprano, tendrán que afrontar las consecuencias de esta guerra.

Trump, el extorsionador, ha humillado a la Unión Europea nuevamente en la cabeza de Úrsula von der Leyen, la presidenta de la Comisión de la UE, al imponerle abusivas tarifas arancelarias directas e indirectas a través de sanciones secundarias que impiden a Europa comprar gas y petróleo ruso y la obligan a carísimas importaciones de los Estados Unidos. 

Trump es una figura patética que se descompone a cada hora que pasa. Da manotazos tuiteros desde la oficina Oval disparando medidas arbitrarias y contradictorias que carecen de toda eficacia, resultan contraproducentes para los intereses de EE.UU. y lo convierten en el hazmerreír de China, Rusia e India.

Donald J. Trump traicionó al movimiento MAGA (Make America Great Again) incumpliendo todas sus promesas electorales (“en 24 horas pondré fin a la guerra en Ucrania”, se ufanaba grandilocuente). Su discurso y sus políticas, aberrantemente infundadas, le han hecho perder credibilidad. Trump optó por ceder al “Deep State” (los oligarcas judíos que lo financiaron, el complejo militar industrial, la CIA, el MI6, y el Mossad) en lugar de apoyarse en el pueblo estadounidense y buscar la paz.

El llamado “Deep State” lo aprieta y lo sostiene porque lo usa. Por momentos parece una figura desahuciada. Pero se recompone. El desgaste de su persona y de su capital político en seis meses tienen pocos antecedentes que lo igualen. Hasta los propios rusos tratan de insuflarle aire y apuntalarlo a fin de lograr un eventual acuerdo.

DE PROXIMA APARICIÓN: “GRAL. JOSE DE SAN MARTIN, ARQUETIPO DE LA HISPANIDAD”, POR ANTONIO CAPONNETTO

 





LA POLÍTICA DE SAN MARTÍN

 


ROQUE RAÚL ARAGÓN: La Política de San Martín. Universidad Nacional de Entre Ríos, Córdoba, 1982.

Por OCTAVIO A. SEQUEIROS

 

La presentación es descorazonante: papel satinado, publicación oficial por haber ganado un premio del Comando en Jefe del Ejército. Con semejantes antecedentes era previsi­ble una apología desvergonzada de San Martín, y sólo empecé a leerlo por respeto a otras obras del autor.

Valía la pena. En el prólogo Aragón encara la relación -inmutable desde Adán al anticristo-, entre militarismo y política: ni habrá ni hubo ningún gran político que no aproveche al máximo la fuerza militar, ni gran militar sin designios políticos. San Martin no era precisamente un civilista republicano sino un militar completo, es decir político y ambicioso del poder, de todo el poder: «La política, por eso mismo, no es un agregado a su ejecutoria del que se pudiera prescindir. Política es todo lo que hizo con la espada y la palabra» (p. 12).

El primer capítulo nos enfrenta con una pregunta clave: ¿por qué vino San Martín? No por la tierra y una patria chica (esa Argentina del virreinato o de Corrientes), que desconocía; ni por ideología liberal, puesto que era monárquico recalcitrante, ni por ser agente inglés como pretendía Alberdi deseando ponerle su camiseta, la de “uno de los grandes abogados del capital británico”, ni por masón, pues la Logia Lautaro “fue una sociedad secreta con signos de reconocimiento masónicos y sin ningún tipo de iniciación”: sus propósitos fueron estrictamente políticos. San Martín profesó un catolicismo escandaloso en público y en privado, y no hay motivos para sospecharlo esquizofrénico. Aun aceptando, por hipótesis, que hubiese contraído un compromiso masónico ocasional, éste “no gravitó sobre su conducta”, ergo no vino por convicciones o mandatos masónico.

Vino, nos dice Aragón, para salvar lo que podía de un imperio en descalabro; vino pues como patriota imperial que observando la decadencia del todo, por el que había luchado en Bailén, intentaba salvar la parte: «San Martín llego a ser un héroe de América por amor a España o, como se dice hoy, a la hispanidad» (p. 12). «Aquí no tenía parientes ni amigos ni bienes materiales. Su patria era, indivisamente, el Imperio Español y en la península estaba cuanto da nobleza a su vida: las tumbas de sus abue­los; su educación familiar: escolar y militar; su carrera, sus campañas, la sangre que derramó, el renombre que supo ganarse» (p. 16). «Toda su carrera dependió de ese pun­to decisivo (la decisión del regreso), para el que hay que buscar una interpretación coherente aunque no pueda ser concluyente. Se trata de comprender a San Martín, no de inventarlo» (p. 15).

“ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”

  “ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”           Por FLAVIO MATEOS   El Padre Nicholas Gruner, tenaz apóstol hasta su muerte del mensaje ...