Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

martes, 28 de octubre de 2025

GRAVÍSIMO: LEÓN XIV, COMO VERDADERO ANTICRISTO, SIGUE PROVOCANDO LA IRA DE DIOS, ESTA VEZ BURLÁNDOSE DE LOS MÁRTIRES

 


El papa modernista neo-destructor de la Iglesia León XIV-Prevost, no tuvo peor idea que reunir a los líderes de las falsas religiones en el Coliseo romano, allí donde los primeros mártires cristianos dieron su vida para no tener que arrojar incienso a las falsas religiones paganas, dando así testimonio de que sólo Cristo es el Salvador. ¡Así les paga este papa apóstata, llevando allí a “rezar” (¿a Dios y a los demonios?) a los representantes del nuevo panteón romano! ¡Eso es simplemente pisotear la sangre de los testigos de Cristo!

Los papas conciliares-sinodales no han dejado cada vez más de provocar a Dios, pero llegará un límite a toda esta apostasía y burla contra la Religión católica.

Prevost ya ha pasado varias líneas rojas. Y el clero, cómplice o cobarde, no reacciona. Se acerca el gran castigo.

 

La crónica del encuentro “por la paz”:

 

León XIV: "Todas las religiones son madres. Todos los Creyentes son Hermanos"

 

Esta tarde, el Papa León XIV participó en un encuentro interreligioso organizado por la Comunidad de Sant'Egido en el Coliseo.


Al principio, Andrea Riccardi subrayó que "el Espíritu de Asís sigue soplando".


Estuvieron presentes representantes de varias religiones, incluidas las sectas cristianas, así como representantes del judaísmo, el islam, el budismo, el hinduismo y otras confesiones. Juntos, encendieron pequeñas velas.


León XIV pronunció un discurso elogiando las falsas religiones y espiritualidades. Sus puntos clave fueron


- Hemos rezado por la paz según nuestras diversas tradiciones religiosas.


- Este es nuestro testimonio: ofrecer los inmensos tesoros de las antiguas espiritualidades a la humanidad contemporánea.


- El 27 de octubre de 1986, San Juan Pablo II invitó a los líderes religiosos de todo el mundo a Asís para rezar por la paz. Este acontecimiento histórico marcó un punto de inflexión en las relaciones interreligiosas.


- Aceptamos el reto de Asís y la conciencia de nuestra tarea y responsabilidad compartidas en favor de la paz.


- Para la Iglesia católica, la oración en el "espíritu de Asís" se basa en los sólidos cimientos establecidos en la Declaración Nostra Aetate del Concilio Vaticano II.

- Juntos reafirmamos nuestro compromiso con el diálogo y la fraternidad.


- Todos los creyentes son hermanos y hermanas. Y las religiones, como "madres", deben animar a los pueblos a tratarse como familia, no como enemigos.


- Debemos asegurarnos de que este periodo de la historia, marcado por la guerra y la arrogancia del poder, llegue pronto a su fin. ¡Basta ya! Este es el grito de los pobres y el grito de la tierra. ¡Basta ya!

 

NOTA DEL BLOG: ¡Basta ya de modernistas, liberales, judíos y sodomitas en la Iglesia! Ese es nuestro grito. Ese es el grito de los católicos. ¡Basta ya de la iglesia conciliar, de la iglesia sinodal, y de todas las reformas salidas del maldito Concilio Vaticano II! Kyrie Eleison.


lunes, 27 de octubre de 2025

FÁTIMA Y LA GRAN APOSTASÍA

 


“La gran apostasía en la Iglesia comienza desde arriba”.

 

¿Qué es el Tercer Secreto de Fátima?

El Tercer Secreto completo no ha sido revelado por el Vaticano, pero incluso muchas almas que no practican su fe intuyen que es mucho más que simplemente el atentado contra el Papa Juan Pablo II o un relato latente de futuras ballestas en una colina del Vaticano.

En efecto, ningún católico está obligado a creer en el mensaje de la Santísima Virgen María a los tres niños de Aljustrel, pero es la reacción a ese mensaje por parte de altos prelados de la Iglesia lo que revela varios aspectos vitales de la actual Crisis de Fe en la Iglesia.

La conclusión que se extrae de su reacción no depende de que el mensaje de Fátima sea legítimo: todo lo que importa en este análisis es que los eclesiásticos en cuestión creen en él.

Y sin embargo, si evaluamos honestamente la manera en que estos líderes han actuado a la luz del mensaje de Fátima, podemos ver algo absolutamente asombroso: sus acciones pintan el mismo cuadro de apostasía que aparentemente está contenido en el Tercer Secreto completo de Fátima, el cual continúan ocultando.

Advertencias desoídas sobre la Gran Apostasía

Varios clérigos que afirmaron conocer el contenido del Tercer Secreto completo de Fátima han indicado que éste habla de una gran apostasía:

“En el Tercer Secreto se predice, entre otras cosas, que la gran apostasía en la Iglesia comienza desde arriba.”

(Cardenal Luigi Ciappi, citado en The Secret Still Hidden de Christopher Ferrara, p. 43)

“Estoy preocupado por los mensajes de la Santísima Virgen a la pequeña Lucía de Fátima. Esta insistencia de María sobre los peligros que amenazan a la Iglesia es una advertencia divina contra el suicidio de alterar la fe, en su liturgia, su teología y su alma... Oigo a mi alrededor a innovadores que desean desmantelar la Capilla Sagrada, destruir la llama universal de la Iglesia, rechazar sus ornamentos y hacerle sentir remordimiento por su pasado histórico.”

(Cardenal Eugenio Pacelli, el futuro Pío XII, The Secret Still Hidden, p. 31)

“[El Tercer Secreto] no tiene nada que ver con Gorbachov. La Santísima Virgen nos alertaba contra la apostasía en la Iglesia.”

(Cardenal Silvio Oddi, The Secret Still Hidden, p. 42)

FIESTA DE CRISTO REY

 


Por P. FLAVIO MATEOS, SAJM

 

“Pilato entró, pues, de nuevo en el pretorio, llamó a Jesús y le preguntó: “¿Eres Tú el Rey de los judíos?” Jesús respondió: “¿Lo dices tú por ti mismo, o te lo han dicho otros de Mí?” Pilato repuso: “¿Acaso soy judío yo? Es tu nación y los pontífices quienes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?” Replicó Jesús: “Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores combatirían a fin de que Yo no fuese entregado a los judíos. Mas ahora mi reino no es de aquí”.  Díjole, pues, Pilato: “¿Conque Tú eres rey?” Contestó Jesús: “Tú lo dices: Yo soy rey. Yo para esto nací y para esto vine al mundo, a fin de dar testimonio a la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.”

Jn. 18, 33-37

 

“Cristo triunfador despliega sus banderas gloriosas: venid, ¡oh, pueblos!,

 a suplicarle y aclamad al rey de los reyes.”

(Himno de Laudes)

 

“Rey de reyes y Señor de señores”.

(Apocalipsis XIX, 16).

 

  

Amados hermanos:

 

1.-LOS PAPAS Y LA REALEZA DE CRISTO

 

Este año se conmemora el centenario de la institución de la grandiosa fiesta de Cristo Rey, por el papa Pío XI, a través de su encíclica Quas primas, exactamente el 11 de diciembre de 1925. Este hecho tiene una importancia capital en la Iglesia, y por eso se ha llamado a este documento la Carta magna de la política cristiana. Se cumple el aniversario en un momento terriblemente oscuro para la Iglesia, donde todo parece indicar que estamos en el fin de los tiempos y que dos posibilidades se ciernen sobre el horizonte: o la aparición del Anticristo, o el triunfo del Corazón Inmaculado de María, y por tanto de Cristo Rey. Es un momento de crucial importancia, y por eso conviene tener presente esa doctrina.

Vayamos a este importante documento del papa Pío XI. Explica allí el Vicario de Cristo el motivo principal de la fiesta: “Esta fiesta enseñará a las naciones que el deber de adorar públicamente y obedecer a Jesucristo, no solo obliga a los particulares, sino también a los magistrados y gobernantes (…) Es, además, maravillosa la fuerza y la virtud que de la meditación de estas cosas podrán sacar los fieles para modelar su espíritu según las verdaderas normas de la vida cristiana”. Dicho de otro modo: “Por decreto inmutable de su Padre (Dixit Dominus), Jesús, el Hombre-Dios, es constituido Rey omnipotente y eterno, Pontífice y el Juez supremo. Siendo Rey en el orden natural y sobrenatural, tiene derecho, no solamente a que nosotros aceptemos exteriormente su voluntad, sino a que sometamos a su gracia nuestros sentidos, nuestras facultades y todo nuestro ser. Su gracia debe ser el principio sobrenatural de todos nuestros actos interiores y exteriores. Pontífice eterno, sacerdote y víctima al mismo tiempo, es nuestro único mediador de justicia y el que nos reconcilia con su eterno Padre” (A. Gubianas, O.S.B.). Ahora bien, “Cristo vive y reina en el hombre cuando éste obedece dócilmente a las inspiraciones de la gracia, y vive y reina en el pueblo cuando el orden político responde fielmente a las indicaciones de los poderes eclesiásticos” (P. Calderón), de allí la importancia de volver a recordar al mundo la verdadera doctrina cristiana: el poder temporal debe estar sometido al poder espiritual, que ostenta el Vicario de Cristo en la tierra, es decir el papa. Doctrina que los papas salidos del último concilio han descartado, pero que el católico fiel debe recordar siempre. Y por eso mismo rezar para que Dios nos vuelva a dar un papa fiel y católico, no ecumenista ni traidor a la doctrina católica.

Hasta la aparición de esta encíclica, el último papa que había recordado a los reyes de la tierra explícitamente esta doctrina fue Bonifacio VIII, que por ese mismo motivo fue afrentado por el rey francés Felipe el Hermoso. A partir de entonces, tras la muerte de aquel gran papa, el 11 de octubre de 1303, en el siglo XIV comenzó la disminución de la fe y el poder secular se fue separando cada vez más, sino directa y ostensiblemente, sí en sus acciones, del poder de la Iglesia. (Digamos entre paréntesis: el Vaticano II fue inaugurado la misma fecha de la muerte de Bonifacio VIII, como un signo de reprobación a aquel papa y su doctrina, puesto que el Concilio iba a enseñar lo contrario). Entonces, “en la medida en que disminuye la fe, el poder eclesiástico pierde dominio sobre el cuerpo social y son cada vez más débiles los remedios que puede aplicar y cada vez más violentos los ataques que debe sufrir” (P. Calderón). Ya a partir de entonces los papas, amenazados por la cruel venganza del poder civil, dejaron de repetir explícitamente la doctrina acerca de la subordinación del poder civil al eclesiástico. Pasaron varios siglos, y ya entrado el siglo XIX, Pío IX, el papa antiliberal que nació un día 13 de mayo, se enfrentó a los poderes revolucionarios y masónicos ya consolidados, publicando la encíclica Quanta Cura y el Syllabus que condenaban los principales errores modernos: el naturalismo, el racionalismo, el socialismo y el liberalismo, despertando así la furia de los gobernantes contra él. Entonces éste convocó al Concilio Vaticano I, que reuniría sus fuerzas para exponer de manera positiva la doctrina de la Iglesia sobre todos esos errores. Aunque allí no se llegó a plantear explícitamente la doctrina de Cristo Rey. Será el papa León XIII quien llevará adelante la tarea de oponer a todos los errores modernos la exposición positiva y apologética de la doctrina política y social católica. Aunque el papa hablaba de establecer una mutua concordia o unión ordenada, entre la Iglesia y los Estados modernos, evitando debido al contexto de entonces, la palabra “subordinación”, que es más directa para denominar la situación del poder civil respecto del poder eclesial. La suya es una defensa de la existencia y libertad de la Iglesia, pero no una doctrina de la realeza de Cristo (Cf. P. Calderón, El Reino de Dios en el Concilio Vaticano II).

LA MISA DEL CARDENAL BURKE EN SAN PEDRO, UNA AMABLE CONCESIÓN DE LA IGLESIA SINODAL

 


Por FRANCESCA DE VILLASMUNDO

 

«Roma domina el arte de la contradicción: bendice a los creyentes tradicionales mientras desmantela la fe que los formó. Este espectáculo disimula la represión. El humo del incienso puede elevarse de nuevo desde San Pedro, pero el humo que invade la Iglesia sigue siendo el de la confusión.»

 

Después de tres años de prohibición, el papa León XIV permitió al cardenal Burke celebrar la misa tradicional en la basílica de San Pedro, el sábado 25 de octubre de 2025. Al mismo tiempo, León XIV presidía el Jubileo de los equipos sinodales y de los organismos participativos, durante el cual negó que la Iglesia posea la Verdad.

Es interesante observar que estos dos acontecimientos —el Jubileo de los equipos sinodales y de los órganos participativos, y la peregrinación Summorum Pontificum— ocurrieron al mismo tiempo en Roma. Durante la peregrinación, el cardenal estadounidense Burke pudo celebrar, con la autorización de León XIV, la misa tradicional dentro de la Basílica de San Pedro, tras los tres años de prohibición bergogliana.

Esta misa fue percibida en los ambientes conservadores como una victoria para el movimiento Summorum Pontificum y como una apertura por parte del nuevo Pontífice. Si bien no se puede negar esa apertura, existe sin embargo otra lectura que va más allá de la apariencia inmediata: León XIV utiliza el mecanismo habitual de los modernistas —dos pasos adelante, uno atrás—, lo que permite que la Revolución, en este caso la Revolución modernista conciliar, continúe su marcha progresista, conforme a la famosa doctrina hegeliana de la tesis–antítesis–síntesis.

Chris Jackson, periodista católico estadounidense y antiguo redactor de The Remnant, analiza esta autorización en un artículo interesante, algo irónico, calificándola como “una amable concesión de la iglesia sinodal que sigue su propio camino”:

“Un espectáculo a la vez glorioso y vacío: el cardenal Raymond Burke, flanqueado por portadores de antorchas, en procesión con cientos de fieles desde la basílica de San Celso y San Julián hasta San Pedro. El incienso se eleva bajo las nubes de bronce del Bernini mientras el cardenal celebra la misa pontifical según el rito antiguo en el altar de la Cátedra: por primera vez en dos años, la peregrinación Summorum Pontificum está autorizada dentro de la basílica.

La multitud aplaude. Las cámaras graban. Casi al mismo tiempo, León XIV preside el “Jubileo de los equipos sinodales y de los organismos participativos”, predicando que nadie “posee toda la verdad” y que la Iglesia debe “caminar juntos”.”

 “La yuxtaposición es perfecta: en un altar, la antigua fe expresada en latín y en el silencio; en otro, la nueva religión del diálogo proclamada en prosa bajo los aplausos.”

DIOS ESCRIBE DERECHO, EN LÍNEAS TORCIDAS

 


No es imposible que en los batallones clericales al servicio del hombre

todavía se infiltren algunos quintacolumnistas de Dios”.

Nicolás Gómez Dávila

 

“Durante la misa en San Pedro, me senté justo detrás del cardenal Ernest Simoni. Tiene 97 años, es albanés, fue torturado, encarcelado para realizar trabajos forzados y condenado a muerte. Al final de la misa, fue al ambón y recitó la larga oración a San Miguel como un exorcismo. Específicamente... un exorcismo.

Lo único que habría podido hacerlo mejor habría sido: a) que se hubiera hecho antes de la misa y b) que lo hubiera hecho cada sacerdote presente”.

https://wdtprs.com/2025/10/in-san-pietro-card-simoni-went-straight-at-the-devil/

 

Según parece el cardenal albanés Simoni Troshani, de propia iniciativa, se levantó y rezó el exorcismo de San Miguel Arcángel, c0mpuesto por León XIII en 1890, al final de la misa  del cardenal Burke, una misa que, por ser cantada, no incluía al final las oraciones leoninas, y por lo tanto la oración a San Miguel Arcángel, tan temida por los demonios y por los modernistas, que con satisfacción al inventar el Novus Ordo, extirparon además esa oración.

Era el 25 de octubre, aniversario de la Revolución comunista en Rusia.

Este viejísimo cardenal -97 años- sobrevivió en la cárcel comunista rezando la misa en latín. No sabemos por qué Francisco lo hizo cardenal, pero ahí está el hecho: el tiro le salió por la culata al ya fallecido papa demoledor, pues si alguna vez fue entronizado el demonio allí en el Vaticano, el día de la asunción de Pablo VI (según contó P. Malachi Martin), importa y mucho recurrir a San Miguel, en este tiempo de apostasía en la Iglesia, ocupada por sus enemigos.

El hecho tiene este aditamento simbólico: el escudo de este cardenal contiene la frase “Al fin mi Corazón Inmaculado triunfará”, más la estrella de Esther que lleva la Virgen de Fátima en su manto.

Dios le pague al anciano cardenal su acción santa, y acelere el triunfo del Corazón Inmaculado.




NO HAY PARAÍSO PARA LOS COBARDES – LA VICTORIA DE LA SANTA LIGA EN LEPANTO, POR MONS. CARLO MARIA VIGANÒ, ARZOBISPO

 


«Lepanto 1571: la Europa cristiana aplasta a los turcos;
2025: la Europa laicista hace la guerra a la Rusia cristiana»

Salve, Reina, rosa espinosa, rosa de amor, Madre del Señor.
Haz que no muera, y que no muera pecador, que no peque mortalmente y que no muera malamente.

[Oración del marinero, recitada por toda la flota veneciana antes de partir a combatir en las aguas de Patras.]

Queridos amigos:

Permítanme agradecer a los organizadores de este evento y dirigir mi saludo a todos los participantes. Es un placer para mí poder unirme a ustedes para celebrar el aniversario de la Victoria de Lepanto, participando en la novena edición de este Coloquio, que tiene como tema este año el paradigma de una Europa laica, liberal y masónica que hace la guerra a la Rusia cristiana y antimundialista.

Vivimos ahora en los últimos tiempos, en los que el choque entre Cristo y el Anticristo exige que todos nos mantengamos bajo el estandarte de nuestro divino Rey y de Su augusta Madre, nuestra Reina, teniendo presentes las palabras del Señor: “El que no está conmigo, está contra mí” (Mt 12, 30).

El 7 de octubre de 1571, en el golfo de Patras, la flota de la Santa Liga aplastó victoriosamente el orgullo otomano, deteniendo la expansión islámica en el Mediterráneo occidental.

VATICANO II: INTRODUCCIÓN A UNA NUEVA RELIGIÓN

 


VATICANO II: INTRODUCCIÓN A UNA NUEVA RELIGIÓN

 

Simposio teológico internacional

(París – 4 y 5 de octubre de 2002)

 

Con ocasión del cuadragésimo aniversario de la apertura de Vaticano II (11 de octubre de 1962), un simposio teológico internacional reunió en París, bajo el patrocinio y en los locales del Instituto universitario San Pío X, a una sesentena de conferencistas para estudiar el tema de la religión de Vaticano II. Los participantes estaban repartidos en seis comisiones:

1.     la concepción del hombre y de la sociedad (la dignidad humana, la libertad religiosa, etc.);

2.    la concepción de la Iglesia (la nueva eclesiología, la colegialidad, etc.);

3.    las relaciones con las otras religiones (el ecumenismo y el diálogo interreligioso);

4.    los sacramentos (la liturgia);

5.    las fuentes de la fe (la Revelación, la Escritura y la Tradición);

6.    la historia del Concilio.

Cada comisión examinó, sobre el tema del cual estaba encargada, los textos y la doctrina conciliares, a la luz de la enseñanza tradicional de la Iglesia.
Los actos de las diversas intervenciones de este simposio deberían ser publicados en los próximos meses.

He aquí la síntesis final de estos dos días de trabajo.

Le Sel de la terre.


Declaración final

Con ocasión del cuadragésimo aniversario de la apertura del concilio Vaticano II, unos católicos –obispos, sacerdotes y laicos– se reunieron en simposio en el Instituto universitario San Pío X, los días 4 y 5 de octubre de 2002.
Ellos estudiaron los textos de este Concilio, que quiso ser pastoral y no dogmático, a la luz de la Tradición de la Iglesia. La coherencia interna de la doctrina conciliar fue puesta en evidencia. Proponen de ello la siguiente síntesis.

 

Síntesis de la doctrina de Vaticano II

 

1.    — La novedad:

Vaticano II elabora un nuevo cristianismo, a la medida de «la nueva era que vive hoy el género humano» (GS, n.º 4, § 2), incluso en el orden espiritual. Se trata –según las propias palabras de los historiadores y de los sociólogos– de una religión diferente: a pesar de la reivindicación de una fe inmutable, la religión es profundamente transformada por el aggiornamento espiritual que trastorna los vínculos entre los dogmas (UR, n.º 11, sobre la jerarquía de las verdades).

2.      — La inversión de los fines:

La nueva relación entre el cristiano y su Dios se resume en la idea del «servicio del hombre» (GS, n.º 3). En efecto, él es «la única criatura que Dios haya creado para sí misma» (GS, n.º 24, § 3). Aparece –en el plano temporal– como «el centro y la cima de todas las cosas» (GS, n.º 12, § 1). Se convierte, pues, en un fin para la misma Iglesia, que se define desde ahora como «sacramento, es decir, como signo y como medio» para el hombre (LG, n.º 1). Esta idea del servicio del hombre invierte lo que constituye el corazón de la religión, pues la vocación del hombre es ponerse al servicio de Dios, de la Iglesia y de su prójimo, en la caridad.

3.      — La conciencia es fuente de la religión:

La verdad religiosa aparece a la conciencia del hombre (DH, n.º 1 y 3) por su propia luz (DH, n.º 1). Dei Verbum, que trata de las fuentes de la fe, no recuerda que creemos en razón de la autoridad de Dios que se revela, sino que presenta la fe como la respuesta existencial del hombre al «diálogo de la salvación» (DV, n.º 5) entablado por Dios (DV, n.º 2). En este documento, el depósito de la fe ya no aparece en su contenido objetivo e invariable, sino que se transmite en la «tradición viviente» (DV, n.º 12) por la cual «la Iglesia, a lo largo de los siglos, tiende continuamente hacia la plenitud de la divina verdad» (DV, n.º 8).

4.   — Una teología de la celebración:

La liturgia debe convertirse en la expresión privilegiada de esta nueva religión. Desde ahora, el hombre cristiano –consagrado por su bautismo– es el sujeto del rito sagrado y del sacerdocio (LG, n.º 9 a 11). Tema fundamental de la constitución Sacrosanctum Concilium, la «participación activa» de los fieles no es la participación fervorosa que deseaba san Pío X, sino la de la asamblea como actor del rito. La celebración se presenta como un memorial, no de la cruz sino de la Cena, donde la asamblea se ofrece a sí misma.

EL ENEMIGO MÁS IMPLACABLE DE SAN MARTÍN

 


Por JORDÁN BRUNO GENTA (1909-1974)

27.10.25

En un nuevo aniversario del asesinato de Jordán Bruno Genta, vayan estas líneas en su memoria y como homenaje a su inclaudicable lucha por la verdad histórica de la Patria.

 

Mitre nos ha hecho creer durante generaciones que Don Bernardino Rivadavia fue el primer presidente de la República y «el hombre civil más grande de la historia argentina».

La verdad es que no ha sido ninguna de las dos cosas. Hugo Wast en memorables artículos publicados en Combate (Nros. 21, 23 y 24 del año 1956 y N° 36 del año 1957), nos aclara que «nunca fue más que gobernador de la provincia de Buenos Aires»; y que tan sólo en pecunia pudo ser el más grande hombre civil, porque «fue el único prócer de aquellos tiempos que murió en la opulencia, según consta en el inventario de sus bienes, anejo a su testamento, hecho en España».

Fuera del dinero poco sabemos de los grandes amores de Rivadavia; pero de sus odios rencorosos e inextinguibles, es conocido el que sentía hacia el general San Martín: 

«Ya habrá usted sabido la renuncia de Rivadavia; su administración ha sido desastrosa, y sólo ha contribuido a dividir los ánimos; él me ha hecho una guerra de zapa, sin otro objeto que minar mi opinión, suponiendo que mi viaje a Europa no ha tenido otro objeto que el de establecer gobiernos en América; yo he despreciado tanto sus groseras imposturas como su innoble persona. Con un hombre como éste al frente de la administración, no creí necesario ofrecer mis servicios en la actual guerra contra el Brasil, y por el convencimiento en que estaba de que hubieran sido despreciados; con el cambio de administración he creído de mi deber el hacerlo...» (Carta de San Martín a O'Higgins, fechada en Bruselas, en octubre 20 de 1827).

SI NO FUERA POR LA IGLESIA

 




Por RICARDO ZORNOSA

 

Hoy abundan esos intelectuales modernísimos que se sienten orgullosos de “estar al día”, esto es, de haber arrojado su herencia cristiana al cubo de la basura, tachándola de superstición medieval o rémora oscurantista, cuando no una creencia más, entre muchas. Para ellos, la verdad se mide en títulos académicos o billetes, la felicidad se pesa en placeres y el progreso se enciende pulsando un botón.

Y si se les habla de Dios, de la trascendencia o —peor aún— de la Iglesia, ponen cara de haber encontrado un fantasma en la biblioteca: una mezcla de susto y superioridad. Creen haber superado la fe, sin advertir que, al hacerlo, no han dejado de creer, sino que han sustituido a Dios por ídolos más triviales: el dinero, la técnica o el poder.

Chesterton ya lo advirtió con su genial ironía:

«El problema de no creer en Dios no es que uno no crea en nada, sino que está dispuesto a creer en cualquier cosa.» - G.K. Chesterton, Orthodoxy (1908).

Jacques Maritain, por su parte, observó que el intelectual moderno, al desvincularse de la fe, no se emancipa de la religión, sino que crea religiones nuevas —cientificistas, políticas o hedonistas— que terminan siendo mucho más dogmáticas que la cristiana:

«El ateísmo moderno no ha destruido la religión; la ha sustituido por supersticiones ideológicas que reclaman sacrificios humanos.» Jacques Maritain, Humanismo integral (1936).

En el fondo, esa presunta «superioridad» del intelectual moderno es una máscara de miedo: miedo a mirar más allá de la materia, miedo a la posibilidad de que la verdad tenga un rostro. Porque si la Verdad tiene rostro, también tiene exigencias morales, y ese es precisamente el escándalo que muchos no toleran.

Esta élite intelectual, que cree haber inventado el pensamiento porque ha olvidado pensar, considera que confesar la fe católica es tan fuera de tono como cantar salmos en una discoteca. Se ha autoproclamado racional, aunque es esclava de los dogmas más burdos de la modernidad, y ha tomado la ciencia, la educación y la misma universidad como si fueran fruto de su propio ingenio.

Sin embargo, pasan por alto un pequeño detalle histórico —del tamaño de una catedral—: si el mundo hoy reconoce la dignidad de la persona humana, es porque la Iglesia enseñó que todos los hombres, sin distinción alguna, fueron creados “a imagen y semejanza de Dios”. Y si conoce los derechos humanos, es porque su noción nació en la Escuela de Salamanca del siglo XVI, heredera del derecho canónico medieval. Derechos que hoy, tristemente, se manipulan políticamente, olvidando que su raíz es católica.

DILEXI TE - REFLEXIONES - ANTONIO CAPONNETTO

 

LEÓN XIV CONTINUA Y ACELERA LO REALIZADO POR FRANCISCO

 









Con gran inteligencia –malvada inteligencia- los enemigos de la Iglesia han sabido ubicar en la cúspide a un personaje hecho a medida para la destrucción deseada. Ya sea que León sepa o no exactamente lo que está haciendo, puesto que formado –o deformado- enteramente en las nuevas ideas surgidas del Vaticano II, es un creyente fervoroso de esta Iglesia conciliar ahora evolucionada en sinodal, o ya sea un logiado que conoce bien la agenda masónica y la aprueba, lo cierto es que todo se ha acelerado, pues va de acuerdo con el derrotero de los globalistas que para apresurar su gobierno mundial deben primero llegar a concretar su “Religión mundial”. Ese mismo sentido “religioso” se le ha dado a la falsa “paz” concretada en Gaza, luego de haber masacrado a los gazatíes. Lo que les resta para concretar la paz dentro de la iglesia sinodal, es terminar de domesticar o de extinguir a los molestos tradicionalistas. Tarea que obviamente les resulta más difícil. Pero un papa que no sea chocante como Bergoglio, sino atildado y con buena sastrería como Prevost, puede hacerlo posible. Por lo pronto ya se puso en el bolsillo a sus aliados sodomitas, que odian a muerte a los tradis. Y ya ha acallado a los conservadores, que se esperanzan con algún gesto de apertura. Pero pese a autorizar una publicitada misa tradicional en San Pedro, sus agentes norteamericanos están persiguiendo la misa tridentina por todo aquel país.

Los acontecimientos en la Iglesia corren a la par de los acontecimientos políticos que la Sinagoga va desarrollando. Nos esperan años muy movidos. Nuestra mirada va hacia Nuestra Señora de Fátima, y lo que acontezca con Rusia. Allí se decide todo.

Dios nos conceda pronto un papa católico que haga la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado.


“ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”

  “ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”           Por FLAVIO MATEOS   El Padre Nicholas Gruner, tenaz apóstol hasta su muerte del mensaje ...