Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

miércoles, 17 de septiembre de 2025

EL CONCILIO VATICANO II Y EL MODERNISMO

 


El Concilio y el modernismo

 

 

Le Sel de la terre n° 60, Printemps 2007, p. 1-7.

 

En su discurso de apertura del Concilio, el papa Juan XXIII afirmaba que la Iglesia debía proceder a actualizaciones oportunas (opportuni aggiornamenti [1]).

Una enseñanza de la Iglesia que convenía actualizar era la del modernismo.
Se sabe que el papa san Pío X había condenado solemnemente este «compendio de todas las herejías» en su encíclica Pascendi dominici gregis, de la cual celebramos este año el centenario (8 de septiembre de 1907).
Era necesario, pues, que el Concilio revisara esta enseñanza, porque, nos dice todavía el papa Juan XXIII en el mismo discurso:

Hoy, la Esposa de Cristo prefiere recurrir al remedio de la misericordia, más que blandir las armas de la severidad. Ella estima que, más que condenar, responde mejor a las necesidades de nuestra época poniendo más en valor las riquezas de su doctrina.

El cardenal Ratzinger – convertido desde entonces en el papa Benedicto XVI – confirma expresamente que era necesario revisar «las decisiones antimodernistas del inicio de este siglo»:

En tanto que grito de alarma delante de las adaptaciones apresuradas y superficiales, ellas permanecen plenamente justificadas; una personalidad como Johann Baptist Metz ha dicho, por ejemplo, que las decisiones antimodernistas de la Iglesia le han rendido el gran servicio de preservarla de hundirse en el mundo liberal-burgués. Pero en los detalles relativos a los contenidos, ellas han sido superadas, después de haber cumplido su deber pastoral en un momento preciso [2].

El punto clave del modernismo

Si se consultan las tablas de los textos del Concilio (ediciones del Centurión), no se encuentra la palabra «modernismo». Parece que este tema no haya sido abordado allí.

Pero si se estudia el pensamiento del Concilio, como lo han hecho los cuatro Simposios de teología de París (2002 a 2005, ver la reseña al final de este número de Sel de la terre), se constata que las ideas modernistas sí han sido presentadas allí.

El punto clave del modernismo es la noción de verdad. «Henchidos de una ciencia orgullosa, [los modernistas] han llegado a esta locura de pervertir la eterna noción de la verdad» [Pascendi § 14].

La verdad es la adecuación de la inteligencia con la realidad. Nuestro conocimiento es verdadero cuando alcanza la realidad tal cual es.
Pero un modernista calificará una tal visión de las cosas con el término de «intelectualismo», «sistema que hace sonreír con piedad, y desde hace mucho tiempo caducado» [Pascendi § 6].

La inteligencia, nos explicará doctamente, no es capaz de conocer la realidad tal cual es sin el auxilio de la vida, de la experiencia [3].

En la búsqueda de la verdad, continúa nuestro modernista, el hombre no es puramente pasivo, como lo imaginaba santo Tomás de Aquino, él es también activo: es el gran descubrimiento de Emmanuel Kant, el ancestro del modernismo.

En realidad, estos modernistas son «absolutamente cortos de filosofía y de teología serias, impregnados al contrario hasta la médula de un veneno de error tomado de los adversarios de la fe católica» [Pascendi § 2]. Porque la verdadera filosofía, la del Doctor común, nos enseña que la inteligencia humana no es puramente pasiva en la búsqueda de la verdad. Ella es activa en la medida en que «lee dentro» (intus legere, en latín, de donde el verbo intelligere) de la realidad el contenido inteligible (el concepto), un poco como un aparato de rayos X pone en evidencia los huesos a través de la carne. En cambio, la inteligencia es pasiva en la medida en que no fabrica el contenido inteligible: ella no hace más que ponerlo en evidencia. De la misma manera, el aparato de rayos X no fabrica el dibujo de los huesos: no hace más que revelarlo.

Sin embargo, esta explicación de santo Tomás no satisface a los modernistas, porque deja al hombre demasiado pasivo. Para ellos, el hombre no se contenta con descubrir la verdad en la realidad: él hace de ella una experiencia viva que modifica el contenido mismo de lo que es conocido. Así, la verdad no será la misma para los hombres del siglo XXI que para los de la Edad Media. «La verdad no es más inmutable que el hombre mismo, porque ella evoluciona con él, en él y por él [4].»

Se puede resumir la diferencia de concepción entre el modernista y «el hombre normal»: para el primero la verdad depende (al menos en parte) de nosotros mismos, ella es subjetiva; para el segundo la verdad es la misma para todos, ella es objetiva.

 

Un pecado de omisión

 

El Concilio había sido seriamente preparado por una comisión preparatoria que había elaborado, en particular, un esquema «sobre el depósito de la fe a conservar en su pureza». Después de haber recordado en un preámbulo el grave deber de conservar este depósito, el primer capítulo de este esquema concernía – no es casualidad – a la «noción de verdad». Se leía allí en particular:

BENEDICTO XVI JUDAIZANTE – SEGUNDA PARTE

 


Por DON CURZIO NITOGLIA

 

La shoah es el fruto del Antisemitismo cristiano, de ella nacen “Nostra aetate” y el “Estado de Israel” (Benedicto XVI)

 

En la página 39 del libro Judíos y Cristianos (Cinisello Balsamo, San Paolo, 2019) se encuentra la primera conferencia de JOSEPH RATZINGER – BENEDICTO XVI, Gracia y Llamada sin arrepentimiento. Observaciones sobre el tratado de Judaeis.

Ratzinger comienza, de inmediato, con la shoah, escribiendo:
“Desde los tiempos de Auschwitz, está claro que la Iglesia debe repensar la cuestión de la naturaleza del Judaísmo. El Vaticano II – con su Declaración Nostra aetate – ha dado, al respecto, las primeras indicaciones fundamentales” (Judíos y Cristianos, cit., p. 39).

Por lo tanto, la shoah, según Ratzinger, es el principio y fundamento de la teología judaizante de Nostra aetate y del Vaticano II.

Ratzinger vuelve varias veces sobre la cuestión de la shoah y pone de relieve su importancia no solo “teológica”, sino también geopolítica; por ejemplo, en la página 65 escribe: “Los acontecimientos de la shoah hicieron aún más urgente la existencia de un Estado para los Judíos”.

Así pues, la shoah no es importante solo teológicamente, siendo el terminus a quo de Nostra aetate, sino que reviste una importancia política y social tan grande que justifica el expolio super-liberal, a partir del 15 de mayo de 1948, por parte de los Sionistas de la mitad de Palestina, que estaba habitada por “no/judíos” desde el 135, hasta llegar actualmente al ulterior expolio de otro 30% de la tierra palestina. Finalmente, la shoah haría lícito incluso el actual genocidio (2024), que se está perpetrando contra los Palestinos de la franja de Gaza y de Cisjordania.

¿Cómo justificar tal “expropiación plutocrática”?

Ratzinger lo intenta en la página 66, escribiendo: “El pueblo judío en base al derecho natural, como cualquier otro pueblo, tiene derecho a un propio territorio”, pero no me parece que pudiera robarlo a los legítimos propietarios que vivían allí desde hacía unos 1900 años: los Palestinos, que en gran parte han sido expulsados de sus casas desde 1948 y en muchos casos asesinados brutalmente. Sin embargo, el derecho a robar y a matar no está contemplado por la Ley natural y divina, que es decididamente preconciliar.

PERMITIR LA TRADICIÓN NO ES VICTORIA. ES CONTENCIÓN.

 


Por MONS. VIGANO

 

Los titulares de la semana lo cuentan todo. Un altar acoge al cardenal Burke para la misa tradicional, con permiso. Otro altar recibe a James Martin y sus peregrinos arcoíris, con permiso. En Castel Gandolfo, León construye un altar a la ecología. Permitir la tradición no es victoria. Es contención. Permitir el pecado es promoción. Y la ecoaldea es el santuario de la nueva religión que los engloba a ambos. La decisión no es si obsesionarse con los titulares papales. La decisión es si reconocer que el propio papado se está transformando en el motor de la apostasía.

https://x.com/CarloMVigano/status/1965101580849758462

 

«En los primeros años de su pontificado (2013-2014), Jorge Mario Bergoglio solía hacer declaraciones escandalosas en las entrevistas que concedía periódicamente a Eugenio Scalfari. Inmediatamente después llegó el "conservador" de turno (en aquel momento se destacaba en La Bussola, entre otros, Massimo Introvigne) que tuvo que tranquilizar a las masas y nos explicó que el pobre Bergoglio había sido engañado por Scalfari, que cada vez falsificaba sus pensamientos. Cuando Bergoglio recogió en un libro sus entrevistas con Scalfari, hasta los más tontos comprendieron que éste no había falsificado nada. Ahora Robert Prevost usa el mismo método con James Martin y Monseñor Savino. Los envía a declarar que el Papa apoya las causas LGBTQ+. El Vaticano no solo no lo niega en absoluto, sino que, de hecho, organiza el circo arcoíris que Bergoglio deseaba y que Prevost podría haber evitado. Y eso ya lo explica todo. Prevost no comenta directamente el asunto, porque si lo hiciera, perdería inmediatamente parte del bando conservador del papado. Pero, al mismo tiempo, se cuida de no contradecir a los Martin y los Savino. Esta ambigüedad entre la verdad y la mentira es repugnante. Prevost es un Bergoglio con rostro humano. El estilo es diferente, la esencia es la misma.

Prof. Martino Mora.

 

ISRAEL Y CHARLIE KIRK

 



ISRAEL NO MATÓ A CHARLIE KIRK

“Si bien llevamos tratando el asunto Charlie Kirk en el canal de comentarios desde el primer día, hemos rehusado hasta ahora hacerlo en el Canal por evidentes motivos, dada la confusión rampante que se ha generado tras su asesinato, y que ha hecho realmente difícil distinguir los hechos de las meras palabras, de las burdas opiniones, y de la {{propaganda}}, en una ceremonia de la confusión como pocas otras.

Y sabíamos desde el principio:

• que Charlie Kirk era un cristiano sionista empedernido;

• que últimamente había comenzado a hablar de la Cuestión Judía y a criticar a Israel en diversos ámbitos, cuestionando TODA la narrativa judía, empezando por Epstein y el Mossad, y terminando por la falsa bandera del ataque de Hamás a Israel del 7 de Octubre

• que un mes antes, Charlie Kirk había confesado a un amigo muy cercano que tenía miedo de que Israel le matara si dejaba de apoyarles;

• que el primer medio de comunicación en hacerse eco de la noticia fue el Jerusalem Post;

• que el primer mandatario en publicar sus condolencias fue Netanyahu;

• que el primer detenido por el asesinato fue George Zinn, para quien no lo sepa, un ‘sayanim’ judío que se autoinculpó para favorecer la huída del asesino, y que ya estuvo implicado en el 11-S, en el atentado de la maratón de Boston, y que ahora ha sido acusado de posesión de pornografía infantil

• que MUY recientemente Netanyahu le había ofrecido a Kirk $150 millones de dólares –doblar el presupuesto de su organización–, y un viaje de “reeducación” a Israel, a cambio de que siguiera apoyando a Israel; y que Kirk rechazó ambas cosas;

• y que el recinto donde fue asesinado tenía el diseño de una menorah judía, y más concretamente de una menorah del Chabad, no en vano la organización judía más poderosa del mundo.

Pero la gota que ha colmado el vaso para que nos tiráramos a la piscina en este asunto ha sido la carta de “condolencias” a la familia Kirk enviada por el Gran Rabino de Israel, agárrense a la silla, UNA SEMANA ANTES DE SU ASESINATO. Por supuesto y por descontado, tras analizar la catarata de evidencias circunstanciales descritas, ahora todos deberíamos poder argumentar y defender que: ISRAEL NO MATÓ A CHARLIE KIRK.

https://t.me/tirachinass/5178

LA VERDAD SOBRE SAN MARTÍN - TERTULIA SANMARTINIANA

 

LA OTRA CAMPANA N°15 - FIN DEL “RÉGIMEN REPUBLICANO” Y DE LA “FICCIÓN DEMOCRÁTICA” - 2DA PARTE

 

APOSTILLAS DEL PANORAMA MUNDIAL N° 28 - 13 DE SEPTIEMBRE DE 2025

 

VLADÍMIR PUTIN: SU VIDA PARA ENTENDER SU MODUS OPERANDI Y SU PENSAMIENTO

 



Vladímir Vladímirovich Putin:

su vida para entender su modo de operar y su pensamiento

 

 

 Por DON CURZIO NITOGLIA

Publicado el 11 de enero de 2016.

 

Prólogo

Los recientes sucesos bélicos en Crimea y en Ucrania (enero/septiembre de 2014) nos hacen tocar con la mano lo que hasta ayer podía parecer, para la mayoría, solo una probabilidad. El Nuevo Orden Mundial quiere destruir a Putin y a la Rusia putiniana, porque juegan el papel del katéjon, es decir “el obstáculo que retiene” (San Pablo) las fuerzas de la Subversión mundialista y globalizadora (Israel, EE.UU. y Arabia Saudita wahabita). Si no hubiera existido Putin, los EE.UU. habrían hecho con Siria lo mismo que hicieron con Irak. El obstáculo que detuvo la invasión de Siria, luego de Irán y finalmente de Rusia fue Putin. Esto es un hecho y “contra el hecho no vale el argumento”. [Nota del blog: nueve años después, y tras mucho insistir, finalmente EE.UU. y aliados le torcieron el brazo a Rusia en esos países, aunque no del todo: Irán aún resiste, y sin el apoyo de Rusia no podría hacerlo].

Putin se ha convertido ya, para los medios financiados por la “contra‑iglesia”, en el neo-Hitler, el neo‑Saddam, el neo‑Gadafi o el neo‑Assad a eliminar.[Nota del blog: especialmente a partir de 2022, los hechos le dan la razón] Se empieza con la manipulación del pensamiento (Putin ya es dado por loco) mediante prensa, televisión y radio para culminar con una condena capital pública y ejemplar (como ocurrió con Saddam y Gadafi), una especie de “Nuremberg 1946/permanente” que no pasa y no debe pasar como el Shoá.

Europa e Italia del siglo XX, esclavas de los EE.UU. ya desde la Primera y sobre todo la Segunda Guerra Mundial, se han convertido en mera base logística de aterrizaje y lanzamiento para los aviones de EE.UU. e Israel (que también desde hace algunos años tiene parte de su flota aérea apostada en Cerdeña). La Unión Europea del siglo XXI es geopolítica y financieramente un apéndice de Norteamérica, de hecho una apendicitis inflamada y ya purulenta próxima a la peritonitis.

Además, la política de la UE hacia Rusia, como ocurrió con Irán y Libia, es autolesiva para la economía de la Vieja Europa. De hecho, el embargo decretado por EE.UU. y la UE contra Rusia tiene repercusiones muy graves en la economía europea, ya en semibancarrota declarada desde 2010.

El aliado natural (físico, histórico, cultural y geográfico) de Europa quizá deberían ser precisamente las naciones limítrofes del este europeo y del Mediterráneo: Rusia occidental o europea (no necesariamente la asiática), Siria y Libia.

¿No es quizá el Atlántico un espacio demasiado vasto (comparado con el Mediterráneo y Europa del Este) para poder ser cruzado fácilmente y abastecer, por ejemplo, a Europa occidental de gas, que Rusia ya no nos dará y que los yihadistas de Daesh (ISIS‑ISIL…) han casi completamente quemado en Libia después de la desaparición (ordenada por EE.UU. del presidente Obama y ejecutada por la Francia del presidente Sarkozy) de Gadafi?

Sin embargo, la UE se ha alineado, suicidamente, contra sus vecinos de tierra y mar, con quienes comerciaba (importando y exportando) y con quienes ya no podrá hacer negocios justo en el momento de su mayor necesidad.

Los políticos europeos (marionetas en manos de la Alta Finanza y los Clubes o Think‑Tank mundialistas israelo/americanos) fingen que el rey está vestido (es decir, que Europa e Italia están en plena “salud”, véase Matteo Renzi), mientras en realidad “el rey está desnudo” (véase Andersen). En verdad hay que despertar y unir nuestras fuerzas para detener el “trasvase ideológico/financiero inadvertido” hacia la plutocracia israelo/americana y entender si no nos conviene estar con Putin antes que con Washington, Tel Aviv o “Bruselas”.

Para comprender mejor la cuestión, es útil conocer la vida y el pensamiento de Vladímir Putin. En este sentido nos sirve un buen libro, bien documentado, recién salido de la editorial Mondadori de Milán, titulado Putin. Vida de un zar, escrito por Gennaro Sangiuliano, vicedirector del TG1 y colaborador del Sole 24 Ore. Me baso en él para presentar al lector los rasgos esenciales de la personalidad de Vladímir Putin.

Introducción panorámica

Vladímir Putin nació el 7 de octubre de 1952 en Leningrado (la actual San Petersburgo), ciudad soviética que sufrió el asedio más masivo y cruel durante la guerra entre Alemania y la URSS, un sitio de unos tres años en el que murieron cerca de un millón de ciudadanos. Sus padres, que vivían en Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial, escaparon de la muerte, pero su madre corrió riesgo de morir de hambre y su padre quedó gravemente herido en una pierna en batalla, lesión que lo dejó semi invalido para el resto de su vida.

domingo, 7 de septiembre de 2025

EL NUEVO ORDO MISSAE

 



Por GUSTAVO CORÇÃO

publicado en O Globo en enero de 1970

Ya fue comentada por el padre D’Elboux S.J., y por el profesor Gladstone Chaves de Melo, la desgraciada traducción portuguesa del llamado nuevo rito de la misa. El próximo número de la revista Permanência publicará íntegramente ambos trabajos.

Pero ahora diré que el famoso nuevo “ordo missae” trajo consigo algo más grave y doloroso que la mala traducción, que es, digamos así, la contribución indígena que nosotros aportamos a la depredación general, a la dilapidación universal desencadenada contra la Iglesia de Cristo. Sí, peor que la traducción irrespetuosa y degradante es la nueva definición de misa que vino injertada en la Institutio Generalis a modo de introducción. Y esa verruga, esa excrecencia del rito, es mucho peor que la mala traducción, primero porque no es apenas fruto del progresismo vulgar de los trópicos; vino de Roma, probando así que la “marcha sobre Roma” ya llega a su término: el cerco del Vaticano por los enemigos de la Iglesia. En segundo lugar, la malignidad de la nueva “definición” de la misa excede todas las irreverencias y faltas de respeto, porque en ella lo que es directamente marginado y menospreciado, en favor de un triunfante naturalismo democrático, es la propia Sangre de nuestro Salvador.

He aquí la sacrílega, herética e infinitamente insensata definición:

“La Cena del Señor, también llamada Misa, es la santa asamblea o Congregación del pueblo de Dios que se reúne bajo la presidencia del sacerdote a fin de celebrar el memorial del Señor. Y por eso, a esta reunión local de la Iglesia se aplica eminentemente la promesa de Cristo: ‘Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos’ (Mt. XVIII, 20).”

Ahora bien, no es esa la definición que aprendimos en el regazo de la Iglesia. No es en la asamblea de los fieles donde reside el núcleo, la esencia, la causa formal de la misa, como brutalmente nos quieren inculcar los que cercan el Vaticano. La misa es, siempre fue y siempre será el sacrificio incruento, un mismo y único sacrificio como el de la Cruz. Es la misma la víctima y el mismo el sacrificador, aunque aquí, en la misa, presentados bajo el velo del misterio sacramental. “Una eademque est hostia, idem nunc offerens sacerdotum ministerio, qui se ipsum tunc in cruce obtulit, sola ratione offerendi diversa”, dice el Santo Concilio de Trento (sess. XXII, c. 2).

La misa es, pues, el sacrificio del Cuerpo y de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, ofrecido en los altares para representar y perpetuar el sacrificio de la Cruz, y para ofrecernos los méritos del sacrificio de Cristo.

Así, cuando nosotros vamos a la misa no vamos a constituirla, a hacerla lo que ella es por nuestra reunión. Vamos a misa para aprovechar la maravillosa y misteriosa oportunidad que Dios nos ofrece de estar místicamente, pero realmente, al pie de la Cruz, en aquel día y en aquella hora de la Salvación.

Y así, cualquier católico alfabetizado, y aún no idiotizado por la ola de novedades, comprenderá que definir la misa por la asamblea de los fieles es sacrílego, herético y estúpido. Diríase que somos nosotros, asamblea de fieles, quienes hacemos a Cristo el favor de rememorar sus hechos, y no que es Cristo quien nos hace el infinito e incomprensible favor de ofrecernos una oportunidad de recoger los frutos del árbol de la salvación, y una posibilidad de participar en su obra.

No concuerda con lo que sabemos de la misa el texto evangélico Mt. XVIII, 20 tomado como fundamento de la nueva definición de misa. Ese pasaje no se aplica, evidentemente, a la presencia eucarística de Jesús y a la reunión en torno al altar. De ser así, todos estaríamos dispensados de ir a misa ya que el sacrificio nada le añadiría: bastaría quedarnos dos o tres en casa, pensando en Jesús. Los textos olvidados en la “definición” nueva son aquellos que todo el mundo conoce (Mt. XXVI, Mc. XIV, Lc. XXII), donde Nuestro Señor nos dice: “Tomad y comed… esto es mi cuerpo… esto es mi sangre… haced esto en memoria mía.”

¿Cuál es la idea subyacente a la “nueva definición” que mañana o pasado, para perdición de muchos y para ruina de la fe católica, será oficialmente enseñada? La “idea” es la del naturalismo que pretende horizontalizar la fe; es la del “humanismo” que pretende imponerse a la trascendencia de una religión revelada e intolerablemente sobrenatural.

La Iglesia de Cristo está siendo rifada, y los boletos que los nuevos Judas distribuyen llevan el mismo título de las rifas de bicicletas y tocadiscos: acción entre amigos. Los seguidores del nuevo y más orgulloso modernismo pretenden que los hombres puedan realizar directamente, de uno a otro, horizontalmente, el vínculo de la amistad perfecta. Nosotros, católicos, sabemos que solo puede haber amistad perfecta, amistad de caridad, entre dos de nosotros si ella se afirma en el tronco de la vid. Es en Cristo que somos hermanos, que vivimos el verdadero amor al prójimo, y sin Él vana es la amistad y vacía la caridad. Las ramas de la vid no se unen unas a otras: es en el tronco donde se hermanan y tienen la savia común.

Todo esto fue olvidado, escamoteado y rebajado por los redactores de la pretendida “nueva definición” de la misa. Algún lector dirá tal vez que soy irreverente y falto de respeto respecto de un documento venido de Roma.

No. Simplemente rehúso respeto y reverencia a aquellos que tan ostensiblemente faltan al respeto a la Sangre de nuestro Salvador. La forma de este artículo podría ser otra, pero en cuanto al fondo debo declarar en alta voz que nunca me fue exigido por la Iglesia, en los benditos días de mi conversión, ningún voto de hipocresía ni de estupidez.

 

https://www.mosteirodasantacruz.org/post/o-novo-0rdo-missae

 

EL MISTERIO DE ISRAEL

 




Por PADRE JEAN JACQUES MARZIAC

Y colaboradores. Del libro PRÉCIS DE LA DOCTRINE SOCIALE DE L’ÉGLISE A L’USAGE DES CHEFS D’ÉTAT, Les éditions pontificales suppléantes, France, 1991.

 

Ningún jefe de Estado puede ignorar que el problema judío es mundial, que tendrá repercusiones en todos los países del mundo. Vean los hechos bíblicos, históricos.

La cuestión judía existe desde la Pasión de Cristo, en el año 33 de nuestra era.

Todo hombre sabe, en efecto, que la Santísima Virgen María y su hijo JESÚS, Dios hecho Hombre, eran de pura raza judía. Que esta raza había sido preparada desde la Antigüedad para su misión de traer a la humanidad al Mesías Redentor y que había recibido para ello dones de inteligencia, de celo y de corazón.

Pero este pueblo que debe traernos al CRISTO, lo repudia. «Pilato, habiendo convocado a los sumos sacerdotes, a los notables y al pueblo, les dijo: "Ustedes me han presentado a este hombre como incitando al pueblo a la sedición. He instruido el asunto delante de ustedes, y no lo he encontrado culpable de ninguno de los crímenes de los que lo acusan. Herodes tampoco, puesto que lo ha enviado de vuelta. Lo ven, no hay nada que merezca la muerte. Voy pues a soltarlo después de haberlo hecho azotar."» (San Lucas XXIII, 13).

Los judíos, a pesar de esta negativa de condena a muerte de Pilato, «insistían a grandes gritos reclamando que fuese crucificado y sus clamores iban en aumento.» (San Lucas XXIII, 23) «Entonces Pilato, viendo sus esfuerzos inútiles y que el tumulto no hacía más que aumentar, tomó agua, se lavó las manos en presencia de la multitud y dijo: "Yo soy inocente de esta sangre. ¡Es asunto de ustedes!"» (Mateo XXVII, 24).

Sigue la frase que explica todo el misterio de Israel en la historia desde la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo: «Todo el pueblo respondió: ¡QUE SU SANGRE CAIGA SOBRE NOSOTROS Y SOBRE NUESTROS HIJOS!» (Mateo XXVII, 25).

Esto es lo que explica por qué uno de los grandes rabinos de PARÍS escribió en 1989 con ocasión del rechazo de la cruz erigida en el Carmelo de Auschwitz: «¡Pero esta querella tiene 2000 años!»

En efecto, habiendo sido roto el pacto de alianza por Israel, la gracia de Dios se transfirió directamente a las naciones. Es lo que San Pablo explica a los Romanos cuando dice que «por la caída de Israel, la salvación ha llegado a las naciones y que esta caída ha sido la riqueza del mundo» (Rom. XI, 11-12). La Santa Iglesia Católica Romana, que se ha desarrollado maravillosamente en el curso de estos dos últimos milenios, sin duda no habría tenido la misma forma si Israel no hubiera traicionado su misión y hubiera permanecido «un reino de sacerdotes, una nación santa» destinada a iluminar e instruir a la humanidad.

Pero Israel, habiendo rechazado al verdadero Mesías, se dará otro Mesianismo, temporal y terrestre: la dominación del mundo por el dinero, por la francmasonería, por la revolución, por la democracia socialista.

No debemos olvidar sin embargo que son judíos, discípulos del verdadero Mesías, quienes fundarán el verdadero Israel, la Iglesia, reino espiritual, preparando un Reino Celeste.

VISION RELIGIOSA DE LA CRISIS ACTUAL

 



Por P. FLAVIO MATEOS

 

“‘Asia’ significa orgullo, y representa a la raza humana”.

San Cesáreo de Arlés, Comentario al Apocalipsis.

 

“Visión religiosa de la crisis actual” se titula un viejo artículo del padre Castellani, donde decía algo como esto: “El Superhombre está al nacer, junto con la Superfederación de las naciones del orbe en una sola, y la palingenesia total del Universo visible, por obra de la Ciencia Moderna”.

La crisis actual es paradojal.

Por un lado, los que quieren esa unificación global bajo un gobierno totalitario, por obra de la tecno-ciencia moderna, son los apóstatas occidentales ultraliberales, tecnócratas revolucionarios, judaizados e impiadosos reseteadores. Deben destruir todo orden anterior, no conservar nada, hacerlo todo nuevo, diseñar un mundo unificado donde el patriotismo y la religión sean desintegrados, mediante una unificación planetaria en base al tecno-humanismo (o trans-humanismo) y una religión sincrética que asocie todos los cultos. Así en su dialéctica revolucionaria –que ahora más que nunca se justifica en los imparables avances tecnológicos-, prepararían la alfombra roja para la llegada del Anticristo. No hay duda que esos sujetos –los cuatro jinetes del Apocalipsis- son satanistas. Son los que siguen avivando la guerra de Ucrania, la formación del Gran Israel y la Agenda 2030.

Por el otro lado, el grupo de naciones contendientes, que recientemente se reunieron en China (Rusia y naciones del lejano Oriente, básicamente) propugna, al parecer, desde el conservadorismo y el soberanismo anti-liberal, un mundo equilibrado y justo en una diversidad de tradiciones, culturas y religiones. Proyecto más que ambicioso, utópico, porque eso sólo lo puede lograr Jesucristo, y en la paz de una sola Religión, no en la armoniosa convivencia multirreligiosa que se propone. Porque indudablemente que cuando se pregona esa convivencia y tolerancia mutua, es en base a que se excluya la preeminencia de una sola religión, y eso es lo que acontece con la Religión Católica en todo Oriente (al igual que en todo Occidente). Y si bien la iniciativa de estos países da un frenazo tremendo (¡spasíbo!) a la Revolución yanqui-anglo-sodo-judaizante, por el otro a la vez también acelera la desaparición del katejon, puesto que gran parte de esos países (China, Corea del Norte, Pakistán, India) son perseguidores del catolicismo y, obviamente, nada les importa lo que ocurra con la Iglesia católica y el Papa, en su actual deriva apóstata que la mantiene cautiva del proyecto judeo-masónico de destruirla volviéndola inocua por no tener ya casi las fuentes de la gracia a partir de los Sacramentos, lo que ocurrió en el Vaticano II. En definitiva, ese nuevo eje alternativo a Occidente puede ver desaparecer la Iglesia sin intervenir en ello, porque además ve a la Iglesia actual como parte de ese Occidente decadente. La destrucción de Europa va de la mano de esta derrota de la civilización occidental y de esta caída de la Iglesia.

Por otra parte, más allá de las buenas iniciativas, los buenos deseos y las buenas acciones que se puedan invocar, convocar y practicar, ese anhelo de concretar un nuevo orden mundial multipolar será imposible porque los globalistas occidentales no darán el brazo a torcer, pues detrás de esa gente –que como ya dijimos son satanistas- está el Enemigo que quiere llevar el mundo a las condiciones necesarias para la aparición del Anticristo lo antes posible. Por lo tanto, debe haber guerra, es decir, la Tercera Gran Guerra, y por eso siguen los preparativos para ello por parte de los demenciales gobernantes europeos. En un gesto claramente provocativo, Donald Trump acaba de cambiar el nombre del “Departamento de Defensa” USA a “Departamento de Guerra”.

 En el fondo, y más allá de unos y otros, puesto que hay involucrados ideólogos trasnochados, hay estadistas destacados, hay simples empleados de la Sinagoga, hay agentes de la masonería y hay simplemente delincuentes acreditados, detrás de esto hay un proyecto unipolar de origen gnóstico, contra un proyecto multipolar de origen gnóstico, uno de izquierda y otro de derecha (aunque hay mezcla en ambos lados). Los primeros pretenden acabar con toda idea de Dios fundiendo las religiones –pero sabiendo que el enemigo es la Religión Católica- en un sincretismo subjetivo emocional ecológico, que tiende a la “Nueva Era” teilhardiana. Los segundos pretenden conservar sus características nacionales en tanto están adheridas a una tradición religiosa específica, sólo que siendo que “los dioses de los paganos son demonios” (Salmo 95), el encumbramiento tecno-económico-militar no puede sustentarse en esa anunciada bonanza vecinal: negarlo sería negar el pecado original. Y el ultra materialismo del actual paraíso socialista, que resulta gracias al eficiente y diríase místico capitalismo, vigente en China, lleva el germen de su autodestrucción. Puesto que, cuando se ve el lujo, las comodidades, la sofisticación y el deslumbramiento ultra tecnológico que se apodera de las embelesadas almas de quienes carecen del conocimiento del verdadero y único Dios, nos encontramos ante un reflejo del capitalismo de bienestar que volvió tarados a los anglosajones y europeos que perdieron su identidad a manos del consumo de diversiones y placeres sin fin. Es por esa razón que en nuestros pobres países sub desarrollados la apostasía avanza a pasos más lentos y trastabillados. La pobreza tiene sus ventajas y los Evangelios ya nos lo enseñaron.

Sólo Rusia, que está entre Oriente y Occidente, se encuentra en una situación peculiar, como que es objeto de una particular elección de Dios por medio de la Virgen en Fátima. El comunismo austero y pobre actuó de conservante de la antigua mística cristiana refugiada en los iconos de la Virgen, y el ultra capitalismo liberal que no pudo penetrar –pese a que para ello derribaron el Telón de Acero- permitió un reflorecimiento del milenario cristianismo eslavo. China estaba a las puertas de su conversión masiva en 1949 (había dejado de ser país de misión y tenía más sacerdotes promedio que México) cuando con ayuda de Rockefeller y cía. se le impuso la revolución comunista. Hoy el gigante amarillo es la otra cara de los Estados Unidos, y lo está desplazando de los mercados mundiales. Así pues, la “supervivencia del más apto” exige que Estados Unidos de América sea “grande de nuevo” o deje de ser Estados Unidos, para ser un país de segunda línea. ¿Puede el orgullo norteamericano soportar esa humillación? El campeón de la Libertad no puede bajar del podio, evidentemente. En los planes de los globalistas aún sigue siendo el elegido para cumplir ese mesianismo de la libertad, con objeto de instaurar la República universal.

¿Cómo se define esto?

No vislumbramos más que dos opciones, de cara a un futuro no muy lejano.

O Rusia es consagrada, según el pedido hecho por de la Virgen de Fátima, y a través de un portentoso milagro se convierte al catolicismo, ayuda a restaurar a Europa diezmada por las hordas musulmanas en connubio con la masonería, (no descartamos tras este portento la conversión de numerosos asiáticos) y es, por lo tanto, el breve y resonante triunfo del Corazón Inmaculado de María, o, en una guerra calamitosa global, terriblemente devastadora, quedan todos los focos de poder gravemente afectados, y surge el gran pacificador, el Anticristo, para ejercer su reinado de terror durante tres años y medio. Para llegar a ese momento tiene que haberse avanzado mucho más en la persecución a la Iglesia católica, particularmente al santo Sacrificio de la Misa.

De lo que es seguro es que toda la suerte de lo porvenir depende de lo que ocurra en la Iglesia de Roma, más de lo que ocurra en Washington, Moscú o Pekín. Aunque parezca todo lo contrario. El mundo no se enteró que lo que ocurría en una perdida gruta de Belén, era más trascendente que lo que Roma, Atenas o Jerusalén estaban por entonces contemplando.

Cualquiera de estas dos opciones, ha de suceder pronto.

A prepararse, pues, rezando el santo Rosario.

“ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”

  “ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL”           Por FLAVIO MATEOS   El Padre Nicholas Gruner, tenaz apóstol hasta su muerte del mensaje ...