Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

miércoles, 5 de noviembre de 2025

EL NEOMODERNISMO CONTRA MARÍA CORREDENTORA - «MATER POPULI FIDELIS» SE OPONE AL MAGISTERIO DE LA IGLESIA

 


"La cuestión, al fin y al cabo, es clara: el culto pleno a María siempre ha sido un problema para los herejes, y la «paz» con ellos solo puede lograrse ocultando el papel de la Virgen."

 

La «Nota Doctrinal» del Cardenal Fernández (aprobada por León XIV) se opone a la Corredención, contraviniendo el magisterio papal.

Una refutación en tres puntos.

 

La plena continuidad entre Bergoglio y Prevost queda patente una vez más.

Para publicar un artículo sobre el tema, quisimos esperar a ver el texto oficial, y nuestras malas impresiones se confirmaron: el documento es incompleto y débil, pero sobre todo, se opone a una doctrina que ya forma parte del magisterio de la Iglesia. Analicemos los principales puntos críticos.

 

Los problemas del texto ya están claros en el enfoque general 

En el documento, el punto 22 afirma: “Considerando la necesidad de explicar el papel subordinado de María a Cristo en la obra de la Redención, siempre es inapropiado utilizar el título de Corredentora para definir la cooperación de María. Este título corre el riesgo de oscurecer la singular mediación salvífica de Cristo y, por lo tanto, puede generar confusión y desequilibrio en la armonía de las verdades de la fe cristiana”. Esta premisa es falsa, pues un mayor honor a la Madre de Dios —como lo explicaron innumerables santos y doctores— se aplica inevitablemente al mismo Dios: honrar a la Madre del Rey es, aún más, honrar al Rey. Pero el documento va más allá: “Cuando una expresión requiere numerosas y continuas explicaciones para evitar que se aparte de su verdadero significado, no sirve a la fe del Pueblo de Dios y se vuelve inapropiada”. Nos encontramos ante una evidente falacia: todo punto doctrinal debe ser explicado y defendido. La historia de los Concilios es precisamente la historia de las numerosas (a veces complejas, a menudo controvertidas) explicaciones de ciertas verdades específicas. El ejemplo de Homoousion (en griego: μοούσιον,  homooúsion ) es un caso ilustrativo. 



1. La corredención es enseñada por el magisterio de muchos Papas, defendida en documentos oficiales y por santos y teólogos

Dada su amplitud, sería difícil recopilar una lista de fuentes que apoyen claramente la importancia y el valor del título de Corredentora (aquí se incluyen algunos artículos sobre el tema). 

En el punto 18 del documento se lee: «Algunos Pontífices han usado este título sin detenerse a explicarlo. Generalmente, lo han presentado de dos maneras distintas: en relación con la maternidad divina, en cuanto que María, como madre, hizo posible la Redención realizada por Cristo; en referencia a su unión con Cristo junto a la Cruz redentora». La expresión elegida resulta, cuanto menos, problemática. En la Enciclopedia Católica, bajo la entrada Corredentora, se recuerda que este término «fue usado por primera vez en el siglo XIV, en el Tractatus de praeservatione gloriosissimae Virginis Mariae por un Minorite anónimo», encontrándose en algunos decretos del Santo Oficio […] y de la Sagrada Congregación de Ritos. Y se añade: «Los Romanos Pontífices, desde Pío IX hasta Pío XII, enseñaron repetidamente, de manera suficientemente clara, la cooperación inmediata de la Santísima Virgen en la Redención» [véase el vol. IV, 1950, col. 640]. Para las enseñanzas de estos Papas sobre la Corredención, remitimos a los textos contenidos en el  Libro de Oro de María Santísima y presentamos al final del artículo una lista, extraída de dicho volumen, de las principales declaraciones papales, que son bastante explícitas.

Pero incluso si admitiéramos —y esto no es en absoluto una concesión— que la doctrina requería aclaración, no está claro por qué deberíamos evitar proporcionarla rechazando un título utilizado eficazmente en las encíclicas y decretos de las Congregaciones.

 

2. La inaceptable coartada del no dogma, por dos sencillas razones.

Independientemente del contenido del documento en cuestión, una excusa inaceptable que se suele usar para negar o al menos oscurecer la corredención es recurrir a la no definición del dogma. Pero este argumento se desmorona fácilmente por dos razones:

A) No existe un sistema absoluto según el cual lo que no es dogma sea indiferente. De hecho, los fieles deben un profundo respeto incluso al magisterio que no es estrictamente infalible (lo veremos con más detalle en el siguiente punto). Como ya hemos dicho, la cooperación inmediata de la Santísima Virgen en la Redención ha sido enseñada consistentemente —por seis Papas— en actos de magisterio inequívoco, así como en otros documentos oficiales de la Iglesia.

B) Ciertamente, la Iglesia puede estudiar y revisar posteriormente (siempre con prudencia y en consonancia con la verdad) aquello que no ha sido establecido dogmáticamente. Pero aquí surge el problema crucial respecto al «magisterio» del Vaticano II y posconciliar. ¿Cumple este magisterio los requisitos mínimos para ser definido como tal, no solo en cuanto al mérito de lo que parece enseñar, sino también en cuanto al método con que se propone? ¿Puede realmente reformar? ¿Tiene realmente el poder de obligar, cuando en toda la vida eclesiástica se sitúa en el centro la libertad religiosa, es decir, la libertad de las restricciones más necesarias? A estas y a otras tantas preguntas, solo cabe una respuesta razonable: no.

 

3. El neomodernismo contra María Corredentora.

Aunque no han faltado referencias positivas a «María Corredentora» incluso después del Concilio Vaticano II, cabe señalar que el considerable estancamiento en el avance de esta devoción y doctrina relacionada coincide con el triunfo de los movimientos neomodernistas y ecuménico-indiferentistas en la década de 1960. De nuevo, el punto 18 del documento contiene una confesión a medias: «El Concilio Vaticano II evitó usar el título de Corredentora por razones dogmáticas, pastorales y ecuménicas». El problema, al fin y al cabo, es claro: el culto pleno a María siempre ha sido un problema para los herejes, y la «paz» con ellos solo puede lograrse ocultando el papel de la Virgen. 



Resumen de algunas enseñanzas papales sobre la Corredención:

Pío IX – Ineffabilis Deus

De ello se deduce que, así como Cristo, el mediador entre Dios y los hombres, habiendo asumido la naturaleza humana, aniquiló el decreto de condenación existente contra nosotros, clavándolo como vencedor en la Cruz, así también la Santísima Virgen, unida a Él por un vínculo muy estrecho e indisoluble, pudo expresar, con Él y por medio de Él , una enemistad eterna contra la serpiente venenosa y, obteniendo una clara victoria sobre ella, aplastó su cabeza con su pie inmaculado.[1]

 

León XIII – Supremo apostolatus officio

De hecho, la Virgen Inmaculada, elegida para ser la Madre de Dios, y por esta misma razón hecha corredentora del género humano, goza con su Hijo de un poder y una gracia tan grandes que ninguna criatura, sea humana o angélica, jamás ha podido alcanzar ni podrá alcanzar jamás uno mayor.[2]

 

León XIII – Jucunda semper expectatione

“Cerca de la cruz de Jesús estaba María, su Madre”, quien, movida por un sentimiento de infinita caridad hacia nosotros, con el fin de aceptarnos como hijos, incluso ofreció a su Hijo a la justicia divina, muriendo en su corazón con él, traspasada por la espada del dolor.[3] 

 

León XIII – Adjutricem populi

De hecho, desde allí, según los planes de Dios, ella comenzó a velar por la Iglesia y a asistirnos y protegernos como una madre de tal manera que, así como ella había sido instrumento del misterio de la redención humana, así también, con el poder casi ilimitado que le había sido conferido, fue dispensadora de la gracia que para todos los tiempos deriva de esta redención.[4] 

 

Pío X – Ad diem illum

La consecuencia de esta comunión de sentimientos y sufrimientos entre María y Jesús es que María «se hizo legítimamente digna de reparar la ruina humana» y, por tanto, de dispensar todos los tesoros que Jesús nos obtuvo con su muerte y su sangre. Ciertamente, solo Jesucristo tiene el derecho propio y particular de dispensar esos tesoros que son fruto exclusivo de su muerte, puesto que por su naturaleza es el mediador entre Dios y los hombres. Sin embargo, mediante esa comunión de dolores y angustias, ya mencionada entre la Madre y el Hijo, a la Augusta Virgen se le concedió ser «con su Hijo unigénito la más poderosa mediadora y conciliadora del mundo entero». La fuente es, pues, Jesucristo y «todos hemos recibido algo de su plenitud; de Él todo el cuerpo, unido en todas sus coyunturas por la comunicación, recibe el crecimiento propio del cuerpo y se edifica en la caridad». Pero María, como bien observa san Bernardo, es el «acueducto», o incluso aquella parte por la cual la cabeza se une al cuerpo y le transmite fuerza y ​​eficacia; En resumen, el cuello. San Bernardino de Siena dice: «Ella es el cuello de nuestra cabeza, por medio del cual comunica todos los dones espirituales a su cuerpo místico». Es evidente, pues, que debemos atribuir a la Madre de Dios una virtud que produce gracias: esa virtud que solo proviene de Dios. Sin embargo, puesto que María sobrepasa a todas en santidad y en unión con Jesucristo, y fue asociada por Jesucristo en la obra de la redención, ella nos procura de congruo, como dicen los teólogos, lo que Jesucristo nos procuró de condigno, y es la suprema dispensadora de la gracia.[5

 

Benedicto XV – Inter Sodalicia

[La Santísima Virgen] estuvo presente en la crucifixión de su Hijo no sin un plan divino […] sufrió tanto y casi murió con su Hijo que sufrió y murió, abdicó de sus derechos maternales sobre su Hijo por la salvación de los hombres, y sacrificó a su Hijo, en la medida en que le pertenecía, para aplacar la justicia de Dios, de modo que se puede decir con razón que ha redimido al género humano con Cristo.[6] 

 

Pío XI – Oración radiofónica para la clausura del Jubileo de la Redención Humana

Oh Madre de piedad y misericordia, que estuviste presente como compasiva y corredentora con tu dulcísimo Hijo en el acto en que realizó la Redención del género humano…, conserva y aumenta continuamente en nosotros, te rogamos, los preciosos frutos de la Redención y de tu compasión. [7] 

 

Pío XII – Mystici Corporis

Finalmente, soportando sus inmensos dolores con un espíritu fuerte y confiado, más que todos los fieles cristianos, como una verdadera Reina de los mártires , “completó lo que faltaba a los sufrimientos de Cristo… por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia” (Col. I, 24).[8] 

 

Pío XII – Ad caeli reginam

Ahora bien, en la realización de la obra de redención, la Santísima Virgen María estuvo ciertamente estrechamente asociada con Cristo […] “Así como Cristo, por el título particular de redención, es nuestro señor y nuestro rey, así también la bienaventurada Virgen (es nuestra señora) por la singular contribución que hizo a nuestra redención , aportando su sustancia y ofreciéndola voluntariamente por nosotros, deseando, pidiendo y procurando de manera singular nuestra salvación”.[9] 

 


[1] U. Bellocchi, Todas las encíclicas y principales documentos pontificiales emitidos desde 1740: Pío IX, LEV, 1993.

[2] http://www.vatican.va/content/leo-xiii/it/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_01091883_supremi-apostolatus-officio.html.

[3] http://www.vatican.va/content/leo-xiii/it/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_08091894_iucunda-semper-expectatione.html.

[4] http://www.vatican.va/content/leo-xiii/it/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_05091895_adiutricem.html.

[5] https://www.vatican.va/content/pius-x/it/encyclicals/documents/hf_p-x_enc_02021904_ad-diem-illum-laetissimum.html.

[6] Enc. Catt., Vol. IV, 1950, entrada: Coredemptrix , col. 640.

[7] Osservatore Romano, 29/30 de abril de 1935 , cit. en Enc. Catt., Vol. IV, 1950, entrada: Co-redemptrix , col. 641.

[8] http://www.vatican.va/content/pius-xii/it/encyclicals/documents/hf_p-xii_enc_29061943_mystici-corporis-christi.html.

[9] La cita entre comillas es de Suárez (De mysteriis vitae Christi , disp. XXII, secc. II: éd. Vivès, XIX, 327 ) , aquí retomada por Pío XII. Véase: http://www.vatican.va/content/pius-xii/it/encyclals/documents/hf_p-xii_enc_11101954_ad-caeli-reginam.html.

FUENTE (EXTRACTO)

http://nonpossumus-vcr.blogspot.com/2025/11/el-neomodernismo-contra-maria.html

 

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