Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María

martes, 4 de noviembre de 2025

OBSERVACIONES COMPLEMENTARIAS SOBRE EL NUEVO ROSARIO

 



por JOHN VENNARI

 

«Cuando se vive del espíritu de novedad, siempre se necesita una nueva novedad». Es con esta ocurrencia de Mons. Fulton J. Sheen que el publicista estadounidense John Vennari introduce el estudio que dedica al nuevo rosario en sus Catholic Family News [1]. En él desarrolla numerosos puntos ya mencionados más arriba. Al igual que el Padre Delestre, muestra que este nuevo rosario destruye la noción misma del salterio de Nuestra Señora. También subraya la muy significativa ausencia de toda referencia a la batalla de Lepanto en la carta Rosarium Virginis Mariæ.

De este largo análisis, solo ofrecemos algunos extractos que complementan los estudios anteriores. La traducción ha sido realizada por nosotros, así como los resúmenes entre corchetes que separan las citas de John Vennari.

Le Sel de la terre.

 

Desmantelamiento del salterio de Nuestra Señora

 

Imaginen que retrocedemos en el tiempo para interrogar a uno de los papas anteriores al Vaticano II, y que le preguntamos por qué ninguno de ellos añadió jamás nuevos misterios al rosario. La respuesta es fácil de imaginar:

«Porque —dirá el papa preconciliar— añadir cinco nuevos misterios significaría añadir cinco nuevas decenas al rosario. Y si añado cinco nuevas decenas, el rosario ya no podrá ser llamado el salterio de Nuestra Señora. Hasta ahora, la tradición católica, mis santos predecesores y nuestra Madre del cielo se han referido al rosario como el salterio de María, porque los ciento cincuenta Ave de las quince decenas del rosario corresponden a los ciento cincuenta salmos de David. Sería realmente atrevido de mi parte añadir ahora cinco decenas más. Eso sería destruir el concepto mismo del salterio de María, mientras que este término, santificado por un uso multise­cular, explica el origen y la esencia del rosario, y ha sido utilizado por la Reina del cielo misma. Además, si impongo al rosario este cambio radical, ¿qué podrá impedir cambios aún más radicales en el futuro?» […]

Santo Tomás de Aquino explica que el salterio de David, que comprende ciento cincuenta salmos, puede dividirse en tres partes iguales, de cincuenta salmos cada una. Estas tres partes iguales representan de forma figurada las tres etapas en las que los cristianos se encuentran: estado de penitencia, estado de justicia y estado de gloria. De la misma manera, explica el padre Antoine Fuerst, «el rosario de María está dividido en tres partes de cincuenta Ave cada una, que corresponden perfectamente a las fases de la vida de los fieles: penitencia, justicia y gloria [2].»

[John Vennari muestra luego cómo este nombre de salterio de Nuestra Señora constituye verdaderamente la denominación original del santo rosario (el beato Alain de la Roche protestó vigorosamente contra la sustitución de este término por los de “rosario” o “chapelet”), y pertenece al lenguaje común de los papas, en particular León X, San Pío V, León XIII y Pío XI.]

 

Fátima y el nuevo rosario

 

En Fátima, la Madre de Dios no pidió un rosario radicalmente renovado. A través de los niños, nos dijo que recitáramos cada día «un tercio del rosario [3]», y nos advirtió de las terribles consecuencias que acarrearía el desconocimiento de sus peticiones. Pero ahora, gracias a la reciente actualización, todo nuevo libro que reproduzca exactamente estas palabras de Nuestra Señora de Fátima deberá incluir una nota a pie de página para explicar que la expresión «un tercio del rosario» significa cinco decenas, ya que un tercio de un nuevo rosario sería de 6,66 decenas. […]

[Lamentablemente, los papas modernos se obstinan en querer ofrecer a Nuestra Señora algo distinto de lo que ella pide. En lugar de revelar el secreto, en 1960, Juan XXIII convocó un concilio; en lugar de consagrar a Rusia al Corazón Inmaculado, Juan Pablo II consagró al mundo; en lugar de promover la devoción de los primeros sábados del mes (Rosarium Virginis Mariæ no dice ni una palabra), inventa un nuevo rosario. Así, y contrariamente a lo que algunos pretenden, las promesas de Nuestra Señora no se realizan:]

El 14 de octubre, día mismo en que la prensa tuvo conocimiento de los «nuevos misterios», el Vaticano se quejó de que una propiedad de la Iglesia, en Moscú, había sido convertida en lugar de desenfreno. El Vaticano declaró que no era más que una etapa en una larga campaña de denigración de la Iglesia católica romana en Rusia. El Vaticano explicó entonces que religiosos franciscanos habían, en la capital rusa, alquilado uno de sus apartamentos a un individuo que aseguraba querer usarlo «con fines caritativos». A pesar de ello, el lugar se convirtió en una casa de desenfreno, con prostitutas disfrazadas de religiosas.
El portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro-Valls, denunció el incidente como «una maniobra vergonzosa destinada a desacreditar a los religiosos y, a través de ellos, a la Iglesia católica». […] Visiblemente, el llamado de Nuestra Señora de Fátima a una consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María, con el fin de obtener su conversión, es más urgente que nunca. […]

[Sin embargo, la carta apostólica no contiene ninguna mención específica al Corazón Inmaculado de María.]

 

El rosario “rejuvenecido”

 

[El autor subraya finalmente la importancia de la referencia a las JMJ (Jornadas Mundiales de la Juventud) mediante la cual Juan Pablo II llama a nuevos «arreglos» del rosario.]

[…] La carta apostólica declara:

«Si bien se conserva su estructura fundamental, nada impide que, para los niños y los adolescentes, la recitación del rosario —ya sea en familia o en grupos— se enriquezca con posibles arreglos simbólicos y concretos que favorezcan su comprensión y puesta en valor. ¿Por qué no intentarlo? Una pastoral juvenil que no sea derrotista sino apasionada y creativa —¡las Jornadas Mundiales de la Juventud me lo han demostrado!— es capaz de hacer, con la ayuda de Dios, cosas realmente significativas. Si el rosario se presenta correctamente, estoy seguro de que los jóvenes mismos serán capaces de sorprender una vez más a los adultos, haciéndose suya esta oración y recitándola con el entusiasmo característico de su edad.» (§ 42.)

Como los lectores de este periódico saben, asistí a las Jornadas Mundiales de la Juventud, y ya he tratado largamente sobre la oración “rejuvenecida” que allí se elabora [4]. He dicho, e incluso repetido, que la atmósfera dominante de estas Jornadas Mundiales de la Juventud no es el catolicismo, sino la cultura rock’n roll. Las JMJ se basan en el falso supuesto de que los jóvenes católicos encuentran el catolicismo aburrido (insípido), y que debemos, por ellos, hacerlo dinámico y divertido, despojarlo de toda forma de respeto y vivificarlo gracias a los ritmos del rock’n roll.

En las JMJ, la misa papal fue “hecha viva” mediante música rock’n roll y otras viejas novedades de los años sesenta. Las vísperas papales, presididas por Juan Pablo II, fueron “hechas vivas” mediante rock, ritmos pop, bailarines litúrgicos, así como un Magníficat cantado al estilo folk por un joven que, ayudado de una guitarra, emitía sonidos que recordaban a Gordon Lightfoot en uno de sus malos días. Las estaciones del camino de la cruz de las JMJ dieron lugar a un enfoque muy “creativo” de los cánticos, sobre ritmos sincopados.

El Papa ve entonces hectáreas de jóvenes moviéndose al ritmo del concierto durante su misa papal, y declara apreciar altamente estos resultados notables. En tal contexto, ¿puede su proyecto de una pastoral del rosario que sea positiva, apasionada y creativa a la medida de las JMJ ser otra cosa que un estímulo a la unión del rosario con la cultura pop, la música moderna y las innovaciones “creativas” sin fin? La “pastoral de los jóvenes” tiene por delante días gloriosos. […]

[El autor concluye:]

Mi familia y yo mantendremos el rosario de quince decenas de santo Domingo. No adoptaremos la nueva novedad de veinte decenas. Jamás, para enseñar el rosario a mis hijos, usaré las patéticas payasadas de las JMJ. Nuestra Santa Madre, en Fátima, enseñó a los niños a rezar el rosario tal como es, y a rezarlo con madurez, respeto y atención. Yo enseñaré a mis hijos a hacer lo mismo.

Querido Santo Padre, nos alegra que desee revivir el santo rosario. Pero al devaluar Fátima, y al someter sin ninguna necesidad el rosario al aggiornamento continuo, usted hace, una vez más, sangrar nuestros corazones.

 

NOTAS:

[1] — John Vennari, «The Twenty Mysteries of the Rosary?», Catholic Family News, vol. 9, nº 11, noviembre de 2002 (M.P.O. Box 743, Niagara Falls, NY 14302, U.S.A.).
[2] — Padre Anthony N. Fuerst S.T.D., This Rosary, Milwaukee, Bruce Publishing, 1948, p. 44-45.
[3] — La palabra «chapelet» no existe en portugués y, para designarla, se habla de un «terço»: un tercio del rosario (un tercio del salterio de María). Es esta palabra la que empleó Nuestra Señora. (NDLR.) Es español se dice “una corona del rosario”
[4] — El texto original habla de la oración jazzed up; la expresión es intraducible al francés.

  

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