por JOHN VENNARI
«Cuando se vive del espíritu de novedad, siempre se
necesita una nueva novedad». Es con esta ocurrencia de Mons. Fulton J. Sheen
que el publicista estadounidense John Vennari introduce el estudio que dedica
al nuevo rosario en sus Catholic Family News [1]. En él desarrolla
numerosos puntos ya mencionados más arriba. Al igual que el Padre Delestre,
muestra que este nuevo rosario destruye la noción misma del salterio de Nuestra
Señora. También subraya la muy significativa ausencia de toda referencia a la
batalla de Lepanto en la carta Rosarium Virginis Mariæ.
De este largo análisis, solo ofrecemos algunos
extractos que complementan los estudios anteriores. La traducción ha sido
realizada por nosotros, así como los resúmenes entre corchetes que separan las
citas de John Vennari.
Le Sel de la terre.
Desmantelamiento del salterio de Nuestra Señora
Imaginen que retrocedemos en el tiempo para
interrogar a uno de los papas anteriores al Vaticano II, y que le preguntamos
por qué ninguno de ellos añadió jamás nuevos misterios al rosario. La respuesta
es fácil de imaginar:
«Porque —dirá el papa preconciliar— añadir cinco
nuevos misterios significaría añadir cinco nuevas decenas al rosario. Y si
añado cinco nuevas decenas, el rosario ya no podrá ser llamado el salterio de
Nuestra Señora. Hasta ahora, la tradición católica, mis santos predecesores y
nuestra Madre del cielo se han referido al rosario como el salterio de María,
porque los ciento cincuenta Ave de las quince decenas del rosario corresponden
a los ciento cincuenta salmos de David. Sería realmente atrevido de mi parte
añadir ahora cinco decenas más. Eso sería destruir el concepto mismo del
salterio de María, mientras que este término, santificado por un uso multisecular,
explica el origen y la esencia del rosario, y ha sido utilizado por la Reina
del cielo misma. Además, si impongo al rosario este cambio radical, ¿qué podrá
impedir cambios aún más radicales en el futuro?» […]
Santo Tomás de Aquino explica que el salterio de
David, que comprende ciento cincuenta salmos, puede dividirse en tres partes
iguales, de cincuenta salmos cada una. Estas tres partes iguales representan de
forma figurada las tres etapas en las que los cristianos se encuentran: estado
de penitencia, estado de justicia y estado de gloria. De la misma manera,
explica el padre Antoine Fuerst, «el rosario de María está dividido en tres
partes de cincuenta Ave cada una, que corresponden perfectamente a las fases de
la vida de los fieles: penitencia, justicia y gloria [2].»
[John Vennari muestra luego cómo este nombre de
salterio de Nuestra Señora constituye verdaderamente la denominación original
del santo rosario (el beato Alain de la Roche protestó vigorosamente contra la
sustitución de este término por los de “rosario” o “chapelet”), y pertenece al
lenguaje común de los papas, en particular León X, San Pío V, León XIII y Pío
XI.]
Fátima y el nuevo rosario
En Fátima, la Madre de Dios no pidió un rosario radicalmente renovado. A través de los niños, nos dijo que recitáramos cada día «un tercio del rosario [3]», y nos advirtió de las terribles consecuencias que acarrearía el desconocimiento de sus peticiones. Pero ahora, gracias a la reciente actualización, todo nuevo libro que reproduzca exactamente estas palabras de Nuestra Señora de Fátima deberá incluir una nota a pie de página para explicar que la expresión «un tercio del rosario» significa cinco decenas, ya que un tercio de un nuevo rosario sería de 6,66 decenas. […]
[Lamentablemente,
los papas modernos se obstinan en querer ofrecer a Nuestra Señora algo distinto
de lo que ella pide. En lugar de revelar el secreto, en 1960, Juan XXIII
convocó un concilio; en lugar de consagrar a Rusia al Corazón Inmaculado, Juan
Pablo II consagró al mundo; en lugar de promover la devoción de los primeros
sábados del mes (Rosarium Virginis Mariæ no dice ni una palabra),
inventa un nuevo rosario. Así, y contrariamente a lo que algunos pretenden, las
promesas de Nuestra Señora no se realizan:]
El 14 de octubre, día mismo en que la prensa tuvo
conocimiento de los «nuevos misterios», el Vaticano se quejó de que una
propiedad de la Iglesia, en Moscú, había sido convertida en lugar de
desenfreno. El Vaticano declaró que no era más que una etapa en una larga
campaña de denigración de la Iglesia católica romana en Rusia. El Vaticano
explicó entonces que religiosos franciscanos habían, en la capital rusa,
alquilado uno de sus apartamentos a un individuo que aseguraba querer usarlo
«con fines caritativos». A pesar de ello, el lugar se convirtió en una casa de
desenfreno, con prostitutas disfrazadas de religiosas.
El portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro-Valls, denunció el incidente como
«una maniobra vergonzosa destinada a desacreditar a los religiosos y, a través
de ellos, a la Iglesia católica». […] Visiblemente, el llamado de Nuestra
Señora de Fátima a una consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María,
con el fin de obtener su conversión, es más urgente que nunca. […]
[Sin embargo, la carta apostólica no contiene
ninguna mención específica al Corazón Inmaculado de María.]
El rosario “rejuvenecido”
[El autor subraya finalmente la importancia de la
referencia a las JMJ (Jornadas Mundiales de la Juventud) mediante la cual Juan
Pablo II llama a nuevos «arreglos» del rosario.]
[…] La carta apostólica declara:
«Si bien se conserva su estructura fundamental,
nada impide que, para los niños y los adolescentes, la recitación del rosario
—ya sea en familia o en grupos— se enriquezca con posibles arreglos simbólicos
y concretos que favorezcan su comprensión y puesta en valor. ¿Por qué no
intentarlo? Una pastoral juvenil que no sea derrotista sino apasionada y
creativa —¡las Jornadas Mundiales de la Juventud me lo han demostrado!— es
capaz de hacer, con la ayuda de Dios, cosas realmente significativas. Si el
rosario se presenta correctamente, estoy seguro de que los jóvenes mismos serán
capaces de sorprender una vez más a los adultos, haciéndose suya esta oración y
recitándola con el entusiasmo característico de su edad.» (§ 42.)
Como los lectores de este periódico saben,
asistí a las Jornadas Mundiales de la Juventud, y ya he tratado largamente
sobre la oración “rejuvenecida” que allí se elabora [4]. He dicho, e incluso
repetido, que la atmósfera dominante de estas Jornadas Mundiales de la Juventud
no es el catolicismo, sino la cultura rock’n roll. Las JMJ se basan en el falso
supuesto de que los jóvenes católicos encuentran el catolicismo aburrido
(insípido), y que debemos, por ellos, hacerlo dinámico y divertido, despojarlo
de toda forma de respeto y vivificarlo gracias a los ritmos del rock’n roll.
En las JMJ, la misa papal fue “hecha viva”
mediante música rock’n roll y otras viejas novedades de los años sesenta. Las
vísperas papales, presididas por Juan Pablo II, fueron “hechas vivas” mediante
rock, ritmos pop, bailarines litúrgicos, así como un Magníficat cantado al
estilo folk por un joven que, ayudado de una guitarra, emitía sonidos que
recordaban a Gordon Lightfoot en uno de sus malos días. Las estaciones del
camino de la cruz de las JMJ dieron lugar a un enfoque muy “creativo” de los
cánticos, sobre ritmos sincopados.
El Papa ve entonces hectáreas de jóvenes
moviéndose al ritmo del concierto durante su misa papal, y declara apreciar
altamente estos resultados notables. En tal contexto, ¿puede su proyecto de una
pastoral del rosario que sea positiva, apasionada y creativa a la medida de las
JMJ ser otra cosa que un estímulo a la unión del rosario con la cultura pop, la
música moderna y las innovaciones “creativas” sin fin? La “pastoral de los
jóvenes” tiene por delante días gloriosos. […]
[El autor concluye:]
Mi familia y yo mantendremos el rosario de
quince decenas de santo Domingo. No adoptaremos la nueva novedad de veinte
decenas. Jamás, para enseñar el rosario a mis hijos, usaré las patéticas
payasadas de las JMJ. Nuestra Santa Madre, en Fátima, enseñó a los niños a
rezar el rosario tal como es, y a rezarlo con madurez, respeto y atención. Yo
enseñaré a mis hijos a hacer lo mismo.
Querido Santo Padre, nos alegra que desee
revivir el santo rosario. Pero al devaluar Fátima, y al someter sin ninguna
necesidad el rosario al aggiornamento
continuo, usted hace, una vez más, sangrar nuestros corazones.
NOTAS:
[1] — John Vennari, «The Twenty Mysteries of the
Rosary?», Catholic Family News,
vol. 9, nº 11, noviembre de 2002 (M.P.O. Box 743, Niagara Falls, NY 14302,
U.S.A.).
[2] — Padre Anthony N. Fuerst S.T.D., This
Rosary, Milwaukee, Bruce Publishing, 1948, p. 44-45.
[3]
— La palabra «chapelet» no existe en portugués y, para designarla, se habla de
un «terço»: un tercio del rosario (un tercio del salterio de María). Es esta
palabra la que empleó Nuestra Señora. (NDLR.) Es español se dice “una corona
del rosario”
[4] — El texto original habla de la oración jazzed
up; la expresión es intraducible al francés.
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