La elección del papa León XIV en mayo de 2025 ha reavivado la atención en torno a León XIII (1878-1903), pontífice destacado de finales del siglo XIX. Y no es para menos: su encíclica de 1891, Rerum Novarum, arroja una luz impactante sobre las tensiones sociales de nuestra época.
Ante los
males de la segunda industrialización y de una sociedad sedienta de
innovaciones, León XIII afirmaba con una claridad implacable:
El
capitalismo desregulado ha traicionado a los trabajadores, pero el socialismo
es un falso remedio.
“Los
socialistas, para curar este mal [el capitalismo], incitan al odio envidioso de
los pobres contra los ricos.”
León XIII
denuncia a la vez:
– la
concentración de las riquezas en manos de unos pocos,
– la
explotación de los obreros sin protección,
– la
desaparición de los cuerpos intermedios (corporaciones, Iglesia...).
Pero
rechaza con firmeza la solución socialista, basada en la abolición de la
propiedad privada. Para él, esta supresión:
– niega
el fruto del trabajo individual,
–
desintegra la célula familiar,
–
destruye la libertad humana.
Defiende
entonces la propiedad como un derecho natural, fundado en el trabajo, y como
condición de la autonomía del hombre y de la familia en el orden social.
¿Por qué
releer Rerum Novarum hoy?
Porque
este texto rechaza las ilusiones: ni capitalismo salvaje, ni colectivismo
abstracto, sino un llamado radical a repensar el trabajo, la propiedad y la
justicia con realismo.
Capital,
trabajo, propiedad: la clave católica de un equilibrio perdido
Ni
capitalismo desenfrenado, ni socialismo destructor… ¿Pero qué propone exactamente
la Iglesia?
En Rerum
Novarum, León XIII establece los exigentes fundamentos de una sociedad
justa.
¿Cuáles
son estos fundamentos?
– El
obrero debe recibir un salario justo, suficiente para cubrir sus necesidades y
las de su familia.
– El
trabajo debe estar proporcionado a la edad, el sexo y la fuerza.
– El descanso dominical es esencial, tanto para el cuerpo como para el alma.
– Los excesos de la especulación deben ser contenidos.
– El
obrero tiene derecho a ahorrar y a convertirse en propietario.
Rerum
Novarum se basa en un principio claro:
La
sociedad es un cuerpo vivo fundado en la complementariedad.
Cada uno —obrero, patrón, Estado, Iglesia— tiene un papel propio que
desempeñar:
El
Estado:
– protege
a los más débiles,
–
garantiza un orden justo,
–
interviene solo cuando los demás actores ya no son suficientes.
La
Iglesia:
– ilumina
las conciencias,
–
recuerda los deberes mutuos (caridad, justicia, salario justo, descanso),
– apoya
las obras sociales y a las familias.
Los
cuerpos intermedios (corporaciones, asociaciones):
– unen
las clases sociales,
– evitan
los conflictos violentos,
–
encarnan la subsidiariedad.
¿Y el trabajador?
No es una pieza más del engranaje. Es persona, familia, ahorrador, ciudadano.
León XIII
desea que llegue a ser propietario, no para consumir más, sino para vivir
dignamente y poder transmitir.
Rerum
Novarum sigue siendo un modelo de lucidez política y espiritual.
¡Para (re)leer!
¿En
contra de la separación entre Iglesia y economía?
#EmileKeller nos responde: https://www.seldelaterre.fr/articles/sdt80/contre-la-s%C3%A9paration-de-l%27%C3%A9glise-et-de-l%27%C3%A9conomie